EL PARQUE ESTABA DESOLADO, y aquello le mantenía tranquila.

—Gracias Kumon—sonrió ella, quitándose el gorro y soltar su cabello de una manera bastante de película.

El más alto estaba disfrutando aquello, siempre la más baja tenía la manera de verse bonita frente a él, daba igual si estaba molesta o feliz como ahora, siempre irradiaba una energía bonita y positiva.

—No hay de que, de cualquier manera, no podía dejar que algo malo te pasará—se sinceró.

Y luego, pasó de estar en un modo protector a uno nervioso, notando como la fémina desabrochaba el botón y bajaba el cierre del pantalón gris, haciéndole desviar la mirada, sonrojarse y balbucear.

—¿Q-Qué demonios haces?—trato de hablar— e-estamos en un espa-espacio pu-pu-pu-público

—Tengo la falda abajo, tonto—respondió obvia—bien, me voy a casa, nos vemos mañana...

Y le besó la mejilla como agradecimiento, alejándose hasta la estación de buses, arreglando la ropa en su brazo para luego subir, agitando su mano al sentarse al lado de la ventana para despedirse.

Sin duda, Kumon estaba agradecido de aquellos supuestos secuestradores por entregarle este maravilloso momento.

KAVIN Y MJ ESTABAN EN CASA DE THYME, sin poder decirle concretamente que no habían siquiera podido entablar una conversación con la más pequeña o una mirada siquiera.

—Fue tu culpa por ir con tu auto y anunciarte de esa manera—MJ empezó la conversación con indignación.

—¿Mía?, es tuya, tu quisiste meterte—devolvió el ataque— además, creo que quedo muy en claro en que yo me encargaría—pronunció el "yo" de una manera marcada.

—Creo que Thyme había aceptado mi participación, además, no voy a dejar que tus codiciosos deseos corrompan a una niña

—¿Niña?, tiene 17 años por dios—negó con la cabeza el de gafas— nadie a sus 17 años sigue siendo un niño

—De todas maneras, no voy a dejar que hagas algún movimiento—amenazó, para luego levantarse— de cualquier manera, te detendré

Y Kavin rodó los ojos, acariciando con sus dedos la fotografía de la chica frente a él, a pesar de que probablemente sea muy diferente a la de la fotografía. Además, haciendo memoria, el chico de aquella tarde que salía de la escuela era demasiado sospechoso, principalmente porque los hombres no usaban encrespador de pestañas y sombras tierra, ¿verdad?... o quizás estaba delirando demasiado para buscar cosas donde no las habían.

MAYRA HABÍA PASADO A COMPRAR UN POCO DE POLLO ASADO para la cena de la tarde, planeaba comentarle a su hermano de un nuevo trabajo que había encontrado y así, ganar más dinero, pero toda su alegría se había desmoronando cuando al entrar a casa, la reja estaba abierta y del baño del segundo piso se escuchaban unas arcadas demasiado altas, como pudo, cerro con llave la reja y corrió tacleando la puerta —la cual, había terminado por romper—, soltando todo para ir escaleras arriba y entrar al baño, encontrando a su hermano cepillando su lengua mientras que sus arcadas realmente se volvieron lastimeras.

—Somchai... ¿qué demonios paso?—preguntó preocupada, abrazando a su hermano.

—Ma-Mayra—le llamó, dejando que su hermana le quitara el cepillo dental— lle-llegaste...

—Som-Som... aquí estoy, nadie puede dañarte—susurró, acariciando su espalda con amor, sintiendo al más alto esconderse en su cuello y largarse a llorar— Llora todo lo que necesites... no te preocupes por mi, yo estoy bien...—susurró palabras de aliento en el oído de su hermano mayor.

Luego de unos minutos, en donde su hombro había sido empapado de lágrimas y algún que otro moco ajeno, el mayor se alejó, secando sus lágrimas con sus manos.

—¿Vas a decirme qué pasó?—negó como respuesta— ¿no?, ¿alguien te amenazó o algo?—otra respuesta negativa llegó— Som-Som, te amo con mi alma y me molesta más que no me digas a que me digas... ¿alguien está intimidándote?—nuevamente llegó una negativa— ¿entonces por qué lloras así?

Sin embargo, el pelinegro no dijo nada. Simplemente se dedicó a abrazar y acariciar el cabello y rostro de su hermana con cariño, agradecido de que ella le brindara su apoyo. Le avergonzaba profundamente que su hermana supiera que había lamido un zapato ajeno para salvar su pellejo... no podía estropear su imagen de hermano perfecto por ello.

—Mejor vamos a comer—trató de desviar el tema— ¿te parece bien?

Asintió, besando la frente del contrario para demostrarle su cariño— ¡traje pollo asado para que hagas esa salsa agridulce que nos gusta mucho!

Y ambos hermanos bajaron para cenar. Por primera vez la cena fue en silencio, uno pensando en salvarse de las humillaciones y no decepcionar a su hermana y la otra, buscando respuestas para el problema de la tarde.

LA MAÑANA HABÍA LLEGADO Y Mayra no había logrado ni siquiera descansar por dos segundo, su hermano le tenía realmente preocupada. Apagó el despertador mucho antes de que sonara y fue a darse una ducha rápida, ¿acaso Som había tenido problemas con prestamistas nuevamente?, porque con sus ahorros ella podía pagarlo... quizás a eso se debían aquellos vehículos carísimos fuera de su escuela.

Bajó a desayunar, encontrándose con su desayuno servido y una nota, la cual decidió tomar y leer.

"May-May, tuve que irme rápido porque debo terminar un trabajo antes de las clases,

XO, Somchai S."

Ignoró el mal sentimiento que sintió al leer esa carta y decidió desayunar, dejando cualquier idea que resultara negativa en segundo plano.

Sabía que Som estaba en problemas y que se lo guardaría para no preocuparla y también, ella sabía que era experta en entrometerse en asuntos ajenos y pelearlos como sus batallas... pero vaya que testaruda idea, porque ambos hermanos estaban atados del cuello por las mismas personas.