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Outro


Sus ojos celestes viajaban ante las cámaras, su cuerpo era de tal gracilidad que el fotógrafo tenía la sensación de ser atrapado en las redes de un ángel que era arte en todo su esplendor, sus curvas tan masculinas resaltaban entre su tono levemente bronceado, sus índigos ojos le daban un toque más que exótico y sus labios eran el deleite del pecado en caer y hacer de cupido su esclavo.

Ahora entendía a todos los que decían que ese hombre era impresionante y no sólo en papeles imprimidos que sin duda alguna no le hacían nada de justicia a tal etérea belleza.

— Muy bien, por hoy hemos acabado, gracias Jungkook puedes retirarte — dijo el joven hombre conteniendo las ganas de extraerle el tiempo sólo para contemplarlo unos instantes más.

El joven chico asintió y se despidió, salió presuroso de allí, dejando a todos estupefactos ante su sutil manera de robar el aire a quién fuese que cruzase oxigeno con él. Un automóvil lo esperaba y subió con rápidez, hoy era un día en el cuál sólo deseaba darse una ducha, acobijarse y descansar puesto que su rutina era aniquiladora.

Jeon Jungkook o mejor conocido cómo el golden boy, ya que era el mayor exponente de una mítica belleza, el único chico más requerido ante los demás, el modelo más solicitado de todo el siglo 21 y en ascendente carrera contrapuesta de ser un escritor.

El mismo joven de cabellos negruzcos y labios rojizos que esperaba llegar a su hogar para descansar de todas esas miradas que se posaban en él. Jamás se quejó de su trabajo, pero adoraba cuándo nadie lo observaba como una pieza de carne llena de tentación y lo viera más cómo lo que él era.
Un chico normal y soñador, por eso amaba llegar a su hogar y encerrarse entre el laberinto de letras que lo absorbía de sus cósmicos pesares.

Al llegar agradeció al chofer e ingresó a la casa, un leve aroma a vainillas, fresas y café inundo sus fosas nasales, su corazoncito comenzó a saltar de la emoción sabía bien lo que eso significaba. Camino más rápido dejando caer sus cosas, hacia tiempo que su piel no saboreaba esa emoción.

— Tae — susurró en cuánto esa majestuosa vista se mostró a él.

El joven dueño de esos cabellos claros, ojos verdes que expiraban ese humo con aroma frutal giró hasta que su anatomía fue apresada por unos fuertes y ansiosos brazos. Una sonrisa fue creando remolinos en esas mejillas sonrojadas. No podía advertir la calidez que se instalaba en su ser en esos instantes.

— Kookie amor — dijo besándole la frente — ¿me extrañaste? — encajó a abordar esa mirada indiga dejando su cigarrillo electrónico al borde de la mesa — porque para mí fue un infierno sin ti todos estos meses — buscó desesperado los labios del menor.

Tae apresó sus belfos contra los de Jungkook con hambre, con necesidad, su mano se coló debajo de la seda y esa piel que lo hacia arder, apretó las caderas del menor contra su pelvis, sin dejar de deleitarse con el dulce sabor de la boca de su amado, lo recorría con la lengua comenzando una guerra que sabia que no dejaría que ninguno ganara por el simple placer de que no tuviesen un fin en su disputa. Una línea de saliva denoto que su separación por aire fue un pesar, Jungkook respiraba errático y jadeando, necesitó demasiado a su hombre y aún no creía que lo tenía a su contemple.

— De seguro estás cansado mi vida, vamos a ducharnos y a descansar, la cena la pediremos — su sonrisa tan suave viajaba y los brazos del menor lo apresaron con rápidez.

Ambos no perdiendo tiempo se ducharon, entre inocentes juegos, besos, mordidas, tocaron el cielo y luego bajaron del mismo para tirarse en la cama disfrutando de la tranquilidad de la lluvia que caía fuera.

Jungkook tenía a Taehyung besándole las mejillas, abrazado a su cintura, la televisión estaba prendida y sus ojos se desviaron en cuánto una noticia se presentaba y era él quién permanecía en toda la pantalla.

—Eres tan bello— susurró Taehyung y Jungkook apagó ese aparato —¿porque hiciste eso?.

—Salgo horrible Tae, nosé como pueden solicitarme si ni siquiera puedo posar bien.

Jungkook se removió un poco logrando safarse de los brazos de su novio, se sentó en la cama tomando su laptop, trataría inútilmente de distraerse de esas voces en su mente que le decían que no hacía nada bien.

Taehyung suspiró, no era algo nuevo. Él lo entendía, Jungkook era un joven tan inseguro a pesar de tener a miles de personas diciéndole lo bello y talentoso que era, no lo podría culpar, a veces el también se sentía así de mal acerca de su aspecto y sus habilidades. Siendo él un cantante de una banda de rock saliendo con un supermodelo y escritor casi nada esta descrito a salir bien entre tantos estereotipos y miedos.

—Jungkook —lo llamó haciendo un gesto para que el menor dejase de lado esa laptop —dame espacio— saco las sabanas un poco hasta poder acomodarse bien entre las piernas de su amante —quiero que leas esto — desde su posición tomó su móvil que reposaba en la mesita —quiero que lo leas en voz alta.

Ojos verdes gritando amor ante unos índigo llorando en temor.

Jungkook asintió y se removió un poco hasta lograr que Tae pudiese estar de espaldas a su pecho y abrazado a sí, reposando su rostro en su hombro en el hueco de su cuello aspirando su suave aroma tan varonil.

Jeon Jungkook;
Hoy cumplimos 365 días juntos, es bastante y a la vez no es nada, sabes que lo de escribir se me da cuál anillo al dedo que deseo poseamos y yo algún día, ambos somos de letras y se que negaras eso diciendo que tus escritos no son nada. Pero ¿como puede ser nada algo que causa tantos sentimientos y anhelos en tantas almas que contemplan con tal deleite las mismas?. Nos conocimos en una época que nada dura, que nuestro amor puede verse derrumbado en un instante y aún así estaré feliz de ser construido por ti.

, no destruido, construido. Ya que amor es tan suave cuál algodón y tan dulce cómo ese pastel que tanto amas. Eres tan maravilloso que no me crees, entiendo de tristeza, dolor, autorechazo y autodestrucción más de lo que piensas, soy más tóxico de lo que jamás has visto. Pero me cambiaste, me mostraste que se puede ser mejor. Me enseñaste sin saberlo a que si das alguna vez recibirás. Se que lloras cuándo nos toca separarnos, se que no me crees cuando digo que eres bellísimo, se que decirte esto quizá incremente la culpa en tu interior por rechazar mis palabras, pero debo decírtelo. Te amo, te amo demasiado. Amo todo lo que comprende el amarte. Tus mal humor y días cruces, amo tus letras y maravillosas historias que nosé de donde puedes crear. Amo cuanto amor das a tus seguidores y personas normales como yo.

Esto es muy largo lose pero quiero decirte que gracias a ti, he comenzado a ser un mejor hombre, un mejor novio, mejor amigo, amante, hijo y hermano. Me has dicho sin palabras que soy importante como lo eres para . Se que duelen tantas cosas y que la vida es injusta pero tiene leves destellos de felicidad.

Déjame amar tus heridas, como amas mis cicatrices, déjame ser hombre mientras seas el mío, bésame con hambre y tómame delicadamente, que el ser tuyo no significa ser menos viril, que el ser tuyo significa ser una persona completa y feliz. Porque me haces feliz Jeon Jungkook y aunque en estas palabras no acorde la magnitud de tu belleza por favor sonríe por mi y por ti, mas por ti. Porque yo podré irme algún día al igual que muchas personas alrededor tuyo, pasadas muchas noches llorando por la soledad pero nunca estarás solo, porque te tendrás a ti. Y mira que es un privilegio compartir siquiera el aire con tal obra majestuosa de la creación divina.

Sin más palabrerio mi amor te amo.

novio Kim Taehyung, quién esta enamorado del arte de am[arte].

Jungkook soltó leves hipidos y lágrimas mientras que Tae sonrió y beso cada una que caía sin reparo alguno.

—¿Como puedes amar a un conjunto de desastres como yo?—dijo el menor mordiendo su labio, él no se creía merecedor de ese amor.

—Porque sin desastres no habría arte, no habrían palabras cómo etéreo, idílico, inefable todo eso que te describe. Porque no ves como te veo yo, si pudieses verte con mis ojos verías que solo tú mismo te ves de esa manera ya que los demás vemos lo que eres realmente, mas que el exterior. Tu interior brilla con tan fuerza que enceguece mis latidos que se descontrolan por ti, ahora Jeon Jungkook ámame cómo solo tú lo haces, ámame, marcame cómo tuyo y déjame reclamarte cómo mío, déjame gritar tú nombre y que tú susurres el mío, Déjame repetirte cuán maravilloso eres y cuánto te amo.

Taehyung besó a Jungkook sin esperar tanto, mordiendo su sonrisa, una sonrisa que hacia tanto Jeon no mostraba al mundo. Quizá y sólo quizá podría aprender a amarse un poquito, a creer que él realmente hacia las cosas bien. Que la inseguridad es normal pero que no debía de caer en un abismo escindido en un vaso de agua. Que él era merecedor de todo el amor que le daban sus seguidores y sus amores cercanos, qué él valía la pena y más mucho más.

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