21
La cafetería se encontraba casi literalmente vacía, y digo casi porque los meseros de turno se aburrían en la barra y en sus teléfonos al no tener trabajo.
No se me hizo raro, casi se me vuela el paraguas en la calle y mis botas estaban chorreando por el piso, pero a pesar de eso, mantenían mis pies calientes y secos.
Entre por la puerta cerrando mi paraguas y dejándolo en un perchero a mi lado. En seguida escuché los murmullos de los meseros y sus miradas en mi, mientras yo con toda calma me quitaba el abrigo y caminaba hacia una de las cuantas mesas vacías, dejé mi abrigo colgado en la silla y estuve a punto de sentarme, de no ser por escuchar cortas y rápidas pisadas hacia mi por detrás. Y como unos delgados brazos abrazaban mi torso.
—Hey...— susurre yo, dándome vuelta sin romper su abrazo y viéndolo apoyar su cachete en mi pecho.
—Hey...— me devolvió el saludo Jimin, acaricie su barbilla con mis dedos y lo sentí acurrucarse más a mi.
Vi a sus compañeros ver la escena con algo de diversión y gruñi un poco, me separe de Jimin acariciando la parte trasera de su oreja. Me aleje para ir a sentarme a una mesa y el para preparar mi americano.
Deje que el silencio me inundará y me sentí en paz, toda la tensión que tenía acumulada desde el lunes había desaparecido al simplemente entrar a la cafetería que en unos días no había visitado.
SeokJin, Jungkook y Hoseok me habían aconsejado, Jungkook de mala gana obviamente. No sabía como enfrentar a Jimin ni a mí mismo, y conociéndome, odiaba no tener un plan dispuesto y otro predispuesto para esta situación, por si algo salía mal.
Odiaba improvisar, no se me daba.
Jimin dejó la taza de café frente a mi, y un incómodo silencio se hizo entre nosotros dos. La garganta se me había secado pero no me puse nervioso, llevé la taza a mis labios y le di un sorbo, antes de indicarle a Jimin que se sentará a mi lado. Acato y se sento rápidamente, mirando sus rechonchos deditos y agachando la cabeza.
Todo lo que debía decirle se borro de mi cabeza. Y todo lo que iba a decirle si eso pasaba también se borro, no había nada y no sabía como tomar el control de la situación. Por lo tanto, dejé la taza en la mesa. Me fije en la nota que había allí en una esquina del plato.
¿Solo a mi?
Sonreí levemente, antes de girar mi torso hacia Jimin y tomar su mandíbula entre mis dedos obligandole a levantar la mirada. Note como este se coloco nervioso, soltaba quejidos bajos y movía su cabecita intentando soltarse de mi agarre.
Sin pensarlo mucho, choque mis labios contra los de el, escuché el chillido de sorpresa proveniente de él en medio del beso y también los cuchilleos de sus compañeros en la barra, pero poco me importo.
No me sentí rechazado al notar que Jimin no me seguía el beso, notaba que estaba más nervioso que antes y en un estado de shock, por lo que me separe unos centímetros, sintiendo la exhalación de aire caliente salir de su boca en mi nariz, y acaricie su mejilla con cuidado.
—Solo a ti.
joanne | 171120
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