17
Entre en la cafetería, siendo acogido por el olor a café y manjares que se mostraban en vitrinas.
A la primera que pude divisar fue a Suran, ya que esta atendía la caja dándole sonrisas a los clientes que compraban, al darse cuenta de mi, me observo con sus grandes ojos y sonrió, saludandome y yo devolviendole el saludo.
Antes de caminar, sentí unos bracitos rodearme con fuerza. Me di la vuelta sin soltar el contacto y vi a Jimin puchereando y con sus ojitos llorosos.
—Y-Yoonie... Lo siento... Yo no quería ignorarte...— murmuró apenado.
Cerré los ojos y acaricie sus mejillas con mis pulgares, sintiendo como Jimin se apegaba ante mi tacto. Deje un suave beso en su frente debido a que la cafetería estaba llena, y no podía atreverme a besarle.
—No te preocupes.
—No quiero que pienses mal, ¿si?— asentí formando una débil sonrisa mientras me separaba de él lentamente —Taemin es solo mi amigo... No tienes qu-
—Jimin, lo entiendo— le interrumpí, intentando no sonar tan duro —No tienes porque darme explicaciones cuando ni si quiera te he reclamado, ¿vale?
Vi como el rostro de Jimin se apenaba y bajaba la cabeza, y note como estuvo dispuesto a protestar, o contradecirme, no lo supe bien. Pero el pelinegro chico llamado Taemin entró por la puerta de cristal y abrazo efusivamente a Jimin por detrás, sobresaltandolo.
—¡Jiminnie!, te dije que me esperaras...— Taemin arrugó la nariz, y antes de que pudiera percatarse de que yo estaba en frente de ellos, me di media vuelta y me fui a sentar a una mesa con tal de no verlos.
Me entretuve mirando la calle y jugando con un cigarrillo que tenía en el bolsillo sin prender, pasándolo entre mis dedos y haciéndolo rodar por la mesa ociosamente, dejándome llevar por el bullicio de la gente y permitiéndome relajarme unos momentos al darle cuenta que estaba tieso e incómodo.
De pronto, siento un leve aroma a canela cerca mío y veo como una palida y fina mano deja al parecer un té con una galleta decorativa frente a mi. Alzó la vista, encontrándome con Suran sonriéndome tiernamente.
—¿Y esto?— pregunto, oliendo la fragancia a canela y manzana que desprendía aquella taza.
—No sabía que era lo que te gustaba, ya que nunca te he atendido exceptuando ayer. Por lo tanto, quise llevarme por mi instinto y prepararte algo que, por cortesía, te pagaré yo— me guiño un ojo mientras se apoyaba en la mesa, y solo pude agradecerle con una sonrisa —Es de canela y manzana, y la galleta de vainilla, disfrútalo Yoongi.
—Muchas gracias, noona.
Y luego de eso, pude divisar que unos metros más atrás de Suran, Jimin se encontraba con una taza humeante en su bandeja, mirando con rabia a la castaña y apretando su puño libre mientras nos miraba.
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