—Perdón si no te deje dormir lo suficiente.

—¿Pero que dices? Esas 2 horas hablando por teléfono contigo fue lo mejor.

Sonreí bajando la mirada mientras Jimin se alejaba para preparar mi café tal como el sabia hacerlo. Comencé a crear patrones en la mesa con mis dedos, mi mente estaba a punto de colapsar. Tenía que terminar la letra de la canción para entregarla la próxima semana y sentía las clases mucho más pesadas que antes, obligándome a repasar cada una de ellas al estar en casa con Holly al lado, además de todo este tema con mi madre me tenía molesto, su egoísmo era grande.

En fin, estaba sobrecargado.

Jimin dejo la taza frente a mi y se sento, acaricio mi mano con cuidado y suspiro, el estaba igual de triste que yo.

—¿Hablaste con tu madre?

Negué con la cabeza y junte las yemas de mis dedos con los suyos, mis manos estaban frías, pero las de el estaban tibias y algo pegajosas, pero no me era molesto, comencé a tomar mi café y aclare mi garganta.

—No me iré.

—No puede obligarte a hacerlo.

Jimin se relamio los labios y recosto su brazo y cabeza en la mesa, mirándome con sus pequeños ojos y sonriéndome de forma tranquilizadora.

—No quieres que me vaya.

—Es lo que menos quiero.

Me quede en silencio y leí la nota que me había escrito esta vez, se me seco la boca al leer esas dos simples palabras y mire a Jimin sorprendido. Este solo se encogió de hombros y evito mi mirada.

Me atraes.

—Dato nuevo. Nunca te haz enamorado, nunca nadie te ha gustado, y nunca nadie te ha atraído.

Suspiro de nuevo y se levanto, soltando mi mano y alejándose para comenzar a trabajar. Lo seguí con la mirada al menos unos 5 minutos, en donde mi café se enfrió y en donde aún procesaba lo que la pequeña nota decía y lo que Jimin a medias había acertado.

Jimin, también me atraes.