
Capítulo 2 🚨
Cortando la llamada, Jimin soltó un largo suspiro y sacó otra hoja para rellenar la inscripción de mascota desaparecida. Eso era algo extraño y posiblemente lo más emocionante que había ocurrido durante el último mes. Su trabajo como oficial de policía la mayoría de las veces era tranquilo, por no decir aburrido.
Cuando estuvo en la academia de policías en Seúl, todo había sido muy emocionante, desde el entrenamiento, el estudio, la práctica.
Aunque claro, como había una pequeña diferencia de edad de dos años y meses con Yoongi, solo pudieron pasar juntos cierta cantidad de tiempo en la academia y entonces el alfa se estuvo graduando primero que él, volviendo a Busan.
Cuando el omega se había graduado, contra el pronóstico de algunos arrogantes compañeros que lo molestaron y trataron por menos solamente por ser un omega, le habían ofrecido la oportunidad de quedarse en Seúl. Y Jimin lo pensó, al menos los primeros tres segundos lo hizo y luego lo rechazó.
Simplemente no había tenido sentido para él quedarse en la gran ciudad solo, sin su madre, sin sus amigos, sin Yoongi, para solo verse rodeado de idiotas que seguían mirándolo por menos por su naturaleza.
Sí, tal vez en Busan todavía podía encontrarse una que otra vez con esa clase de idiota, en especial en la estación, pero siendo un pueblo pequeño con una comunidad en la que todos se conocían y veían diariamente sus rostros, o era fingir y mantener la paz, o discutir y crear un mal ambiente.
Era por ello que las bromas habían nacido con ello, aunque todas eran con el destino de burlarse de su naturaleza, eso no significaba que Jimin, o Hoseok, u otro compañero que compartía su destino como omega se quedarían callados y no responderían. El único que era realmente un idiota apegado a la antigua era el jefe del departamento, pero afortunadamente rara vez tenían que verlo o tratar con él.
Dejando de escribir cuando su teléfono comenzó a sonar, el omega lo sacó de su bolsillo y sonrió al contemplar el nombre de su madre brillar en la pantalla.
—Hola mamá, ¿cómo estás? —le saludó relajándose contra el respaldar de la silla.
—Veo mala suerte en tu futuro si sigues ignorando a tu madre, Jimin-ah —expresó su amada madre.
—Hey, eso no es gracioso de tu parte —se rió.
—Solo digo la verdad, niño —indicó chasqueando su lengua dos veces—. ¿Hace cuánto crees que no has venido a darle una vuelta a esta pobre alma? Ni siquiera Yoongi se ha dignado a darle una llamada a mi querida amiga —expresó.
—Ambos hemos estado ocupados —respondió, observando la hoja con una nueva mascota desaparecida.
—Heeeey —musitó su madre, obviamente sin creerle—. Si sigues así ese futuro oscuro se volverá realidad, Park Jimin —advirtió.
—Mamá —se quejó con una risa—. Es en serio, tenemos un trabajo bastante ocupado, aunque no lo creas —juró.
—La señora Hye me dijo que ayer estuvieron en su casa —acusó.
—Porque nos llamó informando movimiento sospechoso frente a su casa —respondió—. Al final resultó no ser nada y nos invitó a merendar con ella, creo que no quería comer sola —recordó pensativo.
—Es bueno saber que la única forma de atraer a nuestros hijos a casa será llamando a la estación de policía —resopló.
—¿Sabes? Si no intentaras leer mi fortuna cada vez que voy a visitarlas, tal vez iría más seguido y por consecuencia Yoongi-ah me seguiría —comentó.
—Hey, ¿por qué lo haces sonar como si fuera una charlatana? —se quejó su madre.
—Eres todo lo contrario a una charlatana, mamá, personas de Seúl y otras provincias cercanas viajan para que la gran Chamán Ha lea su fortuna —indicó—. Precisamente por eso no quiero que leas mi fortuna, no tiene nada de entretenido saber lo que va a pasar —explicó el omega.
—Tu solo tienes miedo de que confirme tu futuro casándote con Yoongi —acusó su madre, y Jimin sintió su satisfacción.
—Como te digo esto —suspiro—. No estoy saliendo con Yoongi ni pensamos hacerlo, ambos solo somos mejores amigos y listo —anunció con tono cansado—. Que él se hubiera presentado como alfa y yo como omega no significa que estemos destinados a estar juntos solo porque su madre y tú son mejores amigas y quieren que eso suceda.
Y en respuesta, su madre simplemente se rió de forma misteriosa, como si se estuviera burlando porque sabía algo que él no, y Jimin definitivamente no quería indagar al respecto.
—Intentaré ir antes de que se termine la semana, ¿de acuerdo? —expresó volviendo al tema principal.
—¿Traerás a Yoongi? —preguntó.
—Le diré —respondió.
—Tiene que venir contigo, su madre también ha olvidado su rostro de lo poco que nos visitan —dramatizo y Jimin supo inmediatamente de donde había sacado ese lado suyo.
—Sabes que si voy Yoongi también lo hará —le recordó con un resoplido—. De todas formas, te estaré avisando —prometió.
—De acuerdo. Nos vemos, Minnie-ah, y dile a Yoongi-ah que tenga cuidado con los gatos estos días —expresó y cortó la llamada antes de que el omega pudiera preguntarle al respecto.
Observando con confusión su celular, Jimin realmente chilló y saltó cuando una pila de carpetas fue dejada en el escritorio con un fuerte sonido. En respuesta, Yoongi se carcajeó y alzó su mano para restregar su cabello.
—Eso fue tierno, Minnie-ah.
—Eres un idiota, me caes mal, alfa tonto —refunfuñó apartando esas manos de su cabello.
—Si, si, lo que digas —respondió su amigo, tomando asiento en el escritorio a su lado.
Haciendo pucheros, Jimin alzó sus manos intentando arreglar el desorden que hizo su amigo en su cabello y luego observó curioso la montaña de carpetas.
—¿Qué es todo esto?
—Son todos los informes que se han llenado sobre las mascotas desaparecidas entre este mes y el anterior —respondió Yoongi, girando su silla para poder observarle.
—¿No es esto algo demasiado? —preguntó frunciendo sus cejas—. Sé que es más probable que una mascota se pierda en un pequeño pueblo que en la ciudad, pero esto...
—No todas son por mascotas que han desaparecido.
—¿Cómo que no? —preguntó y observó a Yoongi.
—Las que tienen una marca roja son por los animales que se escaparon debido a la mal situación en las que vivían —respondió cruzando sus brazos—. Ya sabes, maltrato, mal cuidado o los que utilizan en peleas ilegales —explicó—. Los archivos quedaron, pero realmente no se esforzaron mucho en buscarlos tras descubrir la clase de persona que eran los dueños.
—Estúpidas personas sin cerebro que no tienen nada mejor que desquitarse con pequeños animales inocentes por sus asquerosas vidas —gruñó Jimin, apartando inmediatamente esas carpetas de la pequeña torre—. De igual forma queda una gran cantidad —indicó mordiendo suavemente su labio inferior—. Necesito...
—¿Quién pidió que imprimieran los volantes de las mascotas desaparecidas? —preguntó Hoseok, entrando en la sala con una pequeña pila de hojas.
—Aquí —anunció Jimin, alzando su mano.
—Vaya, no sabía que serían tantos hasta que comencé a imprimirlos —comentó con un suspiro, dejándolos en el escritorio del oficial Park—. ¿Realmente piensas buscar a todos?
—Bueno, no hay nada más entretenido que hacer y puedo pegarlos mientras damos la vuelta usual —expresó encogiéndose de hombros—. ¿Vamos? —preguntó observando a Yoongi.
—"Vamos" suena a manada —respondió el alfa, girando su silla para no observarle más—. Ya te ayudé con eso, ya hice mi parte en esto.
—Pero yo no te pedí esto, lo hiciste por tu cuenta —indicó Jimin.
—De todas formas, ya hice mi parte —expresó moviendo su mano desdeñosamente.
—Idiota.
Refunfuñando por lo bajo, el omega tomó una lapicera para lanzársela a su mejor amigo, quien por supuesto que la atrapó sin esfuerzo alguno. Murmurando algo parecido a "malditos jugadores de básquetbol con buenos reflejos" Jimin intentó tomar las carpetas que le dejó Yoongi junto a la pila de volantes de Hoseok.
—Deja te ayudo —expresó el oficial Jung al ver la dificultad que tenía.
—Gracias, Hobi, tú si eres un buen compañero y amigo —anunció y Yoongi solo le sonrió en respuesta—. Ash, iré en bici —declaró saliendo de ahí con el otro omega siguiéndole.
—¿Realmente irás en bici? —preguntó Hoseok.
—Claro que no —resopló caminando por el pasillo—. Solo debo esperar unos minutos —anunció muy seguro de ello.
Saliendo de la estación, Jimin se dirigió a la patrulla que usualmente utilizaba con su compañero. Para no estar cargando todo ese peso en lo que esperaba, el oficial Park recargo su parte en el capó del auto, lo que hizo que el otro omega le imitara.
—¿Buscarás también las marcadas con rojo? —preguntó su compañero al ver que había cogido aquellas carpetas.
—Sería bueno comprobar que están bien y encontraron un mejor lugar.
—Puedo llevarte yo si quieres —ofreció Hoseok—. Ya terminé con mis deberes de hoy y no tengo nada hasta las cinco que me junto con mi alfa —explicó—. Será más entretenido que sentarme frente al escritorio y esperar que suceda algo.
—Gracias, pero no será necesario —respondió y le regaló una pequeña sonrisa antes de observar sobre su hombro.
Curioso por la respuesta de Jimin, el oficial Jung observó sobre su hombro y se encontró con el alfa apareciendo con una supuesta expresión molesta.
—¿Qué esperas? ¿Por qué aún no te has subido? —cuestionó Yoongi una vez estuvo cerca.
—Creí que dijo que no iría —murmuró Hoseok, observando al alfa subirse al auto.
—Siempre dice lo mismo y al final igual lo hace —rió Jimin.
Cogiendo nuevamente las carpetas, abrió la puerta del copiloto y las empujó en el regazo de su amigo. Enderezándose, tomó la otra pila que cargó Hoseok y esta vez tomó asiento en el vehículo.
—Gracias por ayudar —le sonrió al otro omega antes de cerrar la puerta.
—Ponte el cinturón —ordenó Yoongi, dejando las carpetas en su regazo nuevamente—. E invitarás la comida —anunció, echando a andar el auto tan pronto como Jimin se colocó el cinturón.
—Por supuesto —asintió Jimin y abrió una carpeta—. Iremos por tu comida favorita y luego tú comprarás mi postre favorito —planeó—. Por cierto, mi madre llamó y le prometí que iríamos a visitarlas antes de que terminara la semana —comentó revisando los informes.
—Solo espero que no empiecen con lo mismo de siempre —bufó el alfa—. Son peor que nuestros compañeros en la estación.
—Sabes cómo son ellas, incluso desde antes de que nos presentáramos que ya estaban haciendo planes de nuestra boda —negó el omega.
—¿Qué día vas a ir? —preguntó, bajando la velocidad para a orillarse.
—No sé, le dije que le avisaría. ¿Por qué?
—¿Por qué más? Para ir juntos —contestó obvio, deteniéndose—. Si vamos a sufrir, lo hacemos junto o no lo hacemos.
—Aw, eso suena tan romántico —expresó empujando unos volantes hacia el alfa—. Ten, tu pega esos y yo pego estos —anuncio y escapó rápidamente antes de que Yoongi se negara.
Riendo por lo bajo al escuchar los reclamos del alfa en lo que se bajaba del auto, Jimin se alejó en dirección contraria y colocó algunos volantes.
Girando, el omega alcanzó a detenerse antes de que un auto de juguete, del tamaño de un niño de diez años, pasara rápidamente cuesta abajo por la pequeña pendiente en que se encontraban debido al camino.
—Fue mi idea, ¿o acabo de ver a un estudiante de secundaria arriba de un auto de juguete de un cachorro con un perro corriendo ante él? —preguntó cuando Yoongi se acercó.
—¿Tu también lo viste? Creí que estaba soñando —respondió el alfa.
Curiosos, ambos volvieron la mirada en la dirección en que desapareció dicho estudiante. Cuando volvió a aparecer, Jimin juntó sus labios con fuerza para no estallar en carcajadas cuando contempló al joven subir nuevamente, tirando del auto de juguete en lo que llevaba en uno de sus brazos al perro que corría con él, ambos vestidos con lodo de pies a cabeza.
Al percibir la presencia de ambos oficiales, el joven se detuvo un momento y los observó con grandes ojos.
—Yo... Esto... Es... —balbuceó.
—¿Estás bien? —preguntó Yoongi.
El chico asintió repetidas veces antes de correr por al lado de ambos, volviendo a subir rápidamente.
—No te vuelvas a tirar con tu mascota —pidió Jimin observándolo correr con más prisa—. No te rías —se rió, empujando a Yoongi.
—Tú lo hiciste primero —se carcajeó el alfa.
—Porque tu comenzaste —le siguió—. ¿Dónde habrá caído para quedar así? —preguntó calmando su risa.
Comenzando a bajar con Yoongi, el omega sonrió sin poder evitarlo al encontrar un pequeño pastizal justo frente a ellos con el camino del auto de juguete marcado ante la caída del joven.
—Bueno, ya lo entiendo —comentó—. Nunca se me ocurrió hacer algo así.
—No, pero te gustaba escalar los árboles que están en el bosque y luego yo tenía que subir y bajarte porque te daba miedo —resopló.
—¿Mh? ¿Seguro de que no era al revés?
—¿Quieres que llame a nuestras madres y les pregunte? Ellas eran las que tenían que curar nuestras heridas o terminar de bajarte —argumentó.
Dispuesto a seguir burlándose de su amigo, el oficial Park guardó silencio tan pronto como escucho un suave maullido.
—¿Lo escuchaste?
—Sí —respondió el alfa, juntando sus cejas.
Y cuando ese suave maullido volvió, ambos observaron a su alrededor hasta que alzaron la cabeza para contemplar un frondoso árbol con gruesas ramas, y en lo más alto, estaba un pequeño gatito de un pelaje que antes debió de haber sido un hermoso blanco.
Alzando uno de los volantes, Jimin los comparó junto a Yoongi.
—Es igual.
—Más sucio, pero lo es —asintió el alfa.
Girando su cabeza, Jimin observó a su amigo.
—Porfis...
—No.
—¿Realmente me vas a hacer subir a mí cuando te estabas burlando porque no sé bajar? —preguntó.
—Tú lo encontraste primero, es tu responsabilidad subir ahí y bajarlo —argumentó el alfa.
—Vamos, Gigi, eres mejor que yo escalando árbol —se quejó.
—Eso fue antes —bufó—. Cuando éramos jóvenes. Ahora, dame eso y sube ahí.
—Oh... Cierto que ahora que estás a un paso de los treinta, eres todo un viejo —se burló y el alfa le observó con sus ojos entre cerrados.
—No caeré ante ese infantil juego —expresó.
—Tengo esto, viejo, te mostraré lo que un joven omega en sus veintisiete años puede hacer sin problemas —anunció empujándole el resto de sus papeles para acercarse el árbol.
Acomodando su ropa, Jimin apenas alcanzó a tocar el árbol cuando su mejor amigo gruñó y luego se acercó deteniéndole. Entregándole todos los volantes de vuelta, le observó no muy feliz.
—Te odio —expresó antes de disponerse a escalar.
Sonriente, el omega retrocedió y observó alfa escalar con maestría el árbol, hasta que finalmente llegó a la parte superior en la cual estaba el pequeño gatito. Observando a Yoongi quejarse y regalar al gato por aferrarse a la rama en vez de ir con él, que había subido solo para salvarlo, de pronto, recordó la advertencia de su madre.
—Yoonie... Creo que será mejor que bajes y yo suba en tu lugar —comentó, acercándose.
—Tonterías, ya estoy aquí arriba y no quiero bajar solo para volver a subir y bajarte a ti —expresó intentando tomar al pequeño animal—. Solo ven aquí, tonta pelusa negra —se quejó, casi rozando al gato.
—No creo que sea buena idea llamarle así a un gato obviamente asustado, no te está observando muy bonito, Yoongi-ah —indicó preocupado—. Solo baja.
—Solo... Un poco más... —pronunció con esfuerzo.
Estirando más su cuerpo, el alfa finalmente logró tomarle una pata al gato.
—Te dije que si podía —se jactó.
Y en tan solo ese segundo en que le quitó la mirada al pequeño animal para sonreírle al omega, fue suficiente para que este hiciera de las suyas, lanzándose al alfa y tomándolo desprevenido, causando un pequeño caos que desestabilizo a ambos. Cerrando uno de sus ojos y torciendo sus labios en una mueca, Jimin temió por su vida cuando Yoongi gruñó verdaderamente enojado su nombre tras... Caer del árbol... Por culpa del gato.
Con temor, se acercó al lugar de la caída y se encontró con una malhumorada expresión de su mejor amigo, con la pequeña bola de pelos sucia descansando encima de él, lamiendo una de sus patas.
—Bueno, al menos si pudiste bajarlo —pronunció con un intento de sonrisa que Yoongi no aprecio, para nada.
__________________________________________
Holis holis mis copitos! Como están? Espero que bien y estén disfrutando de su fin de semana <3
Bueno, aquí les traigo el pequeño adelanto mencionado y prometido de nuestra nueva historia Always you, espero que la hayan disfrutado porque yo sí me he entretenido trabajando en esta historia jsjsjs
Recuerden que la fecha de estreno ya fue publicada en insta! Se les quiere un montón, un besote y un abrazote <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro