Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8: Decepcionando a la familia

Alguien toca la puerta del baño y es donde me doy cuenta que he estado aquí por lo menos media hora sin hacer nada más que ver la prueba una y otra vez. Espero que la persona del otro lado se vaya, pero insiste golpeando la puerta; guardo silencio, sentada en la tapa del inodoro.

—Sky, ¿Está bien todo allá adentro?—pregunta Bill con una notable voz preocupada

Oh sí, todo bien—pienso—Serás tío, no hay nada mejor que eso

— ¿Sky?—pregunta cuando sigo sin responder. Suspiro

—Estoy bien, Bill

—¿Estás segura? No te veías muy bien

—Lo estoy. Gracias

No puedo quedarme aquí en el baño por más tiempo del que he dispuesto; recojo las hojas que se han regado por el piso y las oculto entre mi ropa al igual que la prueba. Salgo y sorprendentemente la mirada de todos se posa en mí. Sonrío sin ganas y subo hasta la habitación de Percy. Las chicas aún están en la alcoba, esperando por una respuesta. Y cuando me ven entrar se paralizan, ansiosas.

—Voy a ser madre—anuncio ni bien cierro la puerta. Ginny se acerca para abrazarme mientras Hermione gimotea

—¿Debería felicitarte ahora?—pregunta Ginny con una sonrisa ladeada. Levanto los hombros sin saber que decir

—Oh no, esto es malo. Muy malo

—No puede serlo tanto, Hermione

— ¡Lo es!—Pega un grito mientras camina hacia nosotras. Yo le entrego la prueba a Ginny —¡Cuando Harry se entere...!

—No tiene por qué saberlo

—¡Claro que sabrá!—contraataca—No podemos escondérselo, ¿Correcto? Cuando él se entere de esto no dejará que vayas con nosotros a lo de tu-sabes-que

Los ojos de Ginny vagan de Hermione a mí repetidas veces; supongo que capta que tenemos que hablar, por lo que deja la prueba en el mueble junto a ella y sale de la habitación no sin antes pasar su mano por mi aun plano estómago. Le sonrío, siendo lo único que puedo hacer por ahora.

—Es por eso que no podemos decírselo

—Skyler, no. Será peor si lo ocultamos

—Pero Hermione...

—Imagínate si vamos en búsqueda de los Horrocruxes y tienes un problema con el bebé ¡Sería horrible! Estoy segura de que Harry no te permitirá ir

Me dejo caer sobre la cama, convencida de las palabras de Hermione. No puedo irme y arriesgarme a que algo suceda, pero tampoco puedo quedarme y fallarle a la promesa de Dumbledore. Suspiro, para luego sentir el brazo de Hermione sobre mis hombros.

—No sé qué hacer. No puedo faltar a la promesa de Dumbledore. Jamás me lo perdonaría

—Harry, Ron y yo podemos hacerlo, no tienes que ir tú—Niego mientras respingo la nariz

—Tengo que hacerlo, se lo debo

Hermione deja de insistir a sabiendas de que tengo razón. El profesor Dumbledore hizo tantas cosas por mi y Harry que hacer esto por él ahora que ya no está es lo menos de nuestra parte para devolver algo de la ayuda que nos ha proporcionado.

Me levanto de un salto y mientras cubro mis ojos con el antebrazo, pienso en el hecho de decirle todo a mi hermano.

—Harry me matará, estoy segura. Y Remus... él va a decepcionarse mucho de mi

—No hagas conclusiones todavía—Me aconseja—Quizá no resulte tan mal como tú piensas

—Claro, porque de seguro me felicitarán mientras bailan la conga

—Aun así debes decirles. A ellos y a todos. Fred tiene derecho de saber que será padre y Molly... bueno, debe saber que será abuela

—No lo sé, Hermione

—Y que sea rápido—dice—No nos quedan más de cuatro días para la boda y para partir a buscar los Horrocruxes, ¿Sabes? Partiremos justo después de la boda. Tienen que saberlo mucho antes que eso, para así poder calmar las aguas y tomar una decisión

—Entonces tengo que decirles hoy

—Ni un día mas



La noche llega más pronto de lo que me apetece, lo que hace que mis nervios exploten pues Hermione y yo hemos acordado decir la noticia esta noche.

Estoy aterrada, el estómago se me revuelve conforme bajamos les escaleras y veo a Remus y Sirius de pie riendo posiblemente de una de esas anécdotas de cuando iban a Hogwarts. Me detengo a la mitad de los escalones y Hermione me mira.

—No puedo hacerlo—susurro, paralizándome al ver a los amigos de mi padre—Lo siento, yo no...

—Tranquila. Todo saldrá bien. Yo estaré ahí

Asiento, tomo la mano de mi amiga y la aprieto como si con eso fuera a apaciguar la angustia que me carcome el cuerpo. Los dos me ven bajar y me sonríen haciendo que mi sentimiento de culpa se intensifique.

Remus me ofrece su mano con una sonrisa, titubeo al tomarla pero finalmente lo hago. Sus labios dejan un pequeño beso en mi coronilla antes de conducirme hasta el comedor.

— ¿Te sientes mejor, Sky?

—Uh... si, eso creo

—Eso es bueno. He estado muy preocupado por ti

Intento buscar algo bueno para responder, pero el peso de mi moral me lo impide al saber que terminaré diciéndole la noticia ahí mismo. Lo último que quiero es que Remus se sienta decepcionado de mí.

Nos sentamos juntos; supongo que sabe que a pesar de haberle contestado lo contrario, algo me pasa, ya que intenta estar lo más cerca posible de mí. Toma mi mano por encima de la mesa y segundos después, Sirius se sienta del otro lado y hace exactamente lo mismo. Miro a Hermione que se ha sentado al frente y niego, no puedo decirles lo que sucede mientras estos dos estén tan cerca, ahogándome con la culpa.

La cena transcurre con rapidez; una que otra historia de parte de Sirius sobre Hogwarts y todos se encuentran riendo, a excepción tal vez de mí, Hermione y Ginny, que nos escondemos entre nuestros postres de pastel de calabaza. He intentado hablar a lo largo de la cena, pero soy tan cobarde que antes de llamar la atención de todos me detengo y vuelvo a centrarme en la comida.

Me han preguntado cosas y solo atino a contestar con monosílabos o con movimientos de cabeza; lo único que esta cena ambientada está haciendo es que mis ganas de llorar por mi descuido aumenten.

La mirada de Fred se encuentra con la mía desde el otro lado de la mesa, él me sonríe, pero no soy capaz de devolverle el gesto. Bajo la mirada, jugando con el pastel que no he probado aún.

Los ojos de Hermione se clavan en mí en lo que intenta hacerme una señal discreta. Se coloca un mechón de cabello detrás de la oreja y sé que debo decirlo ahora. Sin embargo no me atrevo.

—Lo siento—digo a todos antes de ponerme de pie y dejar la servilleta en la mesa. Camino hasta la sala y me siento en uno de los sillones con las manos hechas puño sobre los labios. En un santiamén llega Harry, Ron y Hermione, colocándose frente a mi

—Tenemos que hablar—Anuncia mi amiga, cierro los ojos por un segundo antes de suspirar

—¿Qué pasa? ¿Es algo sobre los Horrocruxes?—pregunta Ron en un susurro. Hermione hace una mueca

—No. Bueno, tal vez sí, pero no directamente

—¿Qué es?—cuestiona Harry. Entonces me pongo de pie

Debo afrontar las consecuencias de mis acciones, o al menos eso diría Ojoloco si aún estuviera aquí. Le doy un vistazo a Hermione indicándole que a partir de este momento yo intentaré tomar el mando de la situación

—En realidad se trata de mi

—¿Qué pasa, hermanita? Sigues sintiéndote mal, ¿Verdad? Quizá debamos atrasar la fecha de partida hasta que te repongas

—No creo que podamos esperar tanto

—¿A qué te refieres?

Los demás siguen en el comedor, y sé que si le voy a dar la noticia a Harry tiene que ser ahora mismo. Lo tomo de las mejillas y esta vez sí que me permito derramar un par de lágrimas que Harry limpia al instante.

—¿Qué sucede, Sky?—dice en un susurro. Yo niego

—Lo siento, no puedo

—Skyler...

—No puedo, Hermione, no puedo

Caigo de nuevo en el sillón, sintiendo como la mirada llena de confusión de Harry recae sobre mis hombros. Ron frunce las cejas sin saber que decir.

—No entiendo que es lo que pasa

—Chicos, hay... algo que debemos decirles

—Hermione, no—digo

— ¡Tienen que saberlo!

—¿Saber qué?—Interviene Harry

—Harry, Sky va a...

—¡No lo hagas!—grito, Hermione aprieta los puños

—¡Si no lo haces tú lo haré yo!

—Hermione, por favor...

—¡Harry! ¡Skyler está embarazada!

El color de sus caras se va, me asusto, creyendo que en cualquier momento les dará un infarto. Nos quedamos en silencio escuchando como las pláticas amenas continúan en el comedor. Veo a Ron, notando su creciente asombro.

—¿Qué?—pregunta Harry. Bajo la mirada y comienzo a jugar con mis manos—Vamos, no bromeen con eso

—No lo hacemos—susurra ella

Todo pasa demasiado rápido. Harry coge mi brazo, haciendo que me levante de un tirón. Hermione quiere interponerse, pero Ron no se lo permite.

—Skyler, ¿Qué demonios acaba de decir Hermione?

—Harry, por favor...

—¡Respóndeme!—Sus ojos centellan del enojo, no me queda duda de ello pues Harry me lastima con su agarre. Asiento lentamente

—Es verdad. Lo que Hermione ha dicho es verdad

La mandíbula de Harry se tensa antes de conducirme hacia las escaleras furioso.

— ¡Harry!

El poderoso grito de Hermione capta la atención de todos en el comedor. Se levantan al ver como Harry me arrastra hasta las escaleras mientras yo intento detenerlo sujetándome de la barandilla

—¡Eh! ¿Qué pasa?—pregunta Sirius, pero Harry no es capaz de responderle. Nos detenemos al pie de los escalones, atrayendo las miradas confundidas de los demás

—¡Vamos Skyler! ¡Díselos!—vocifera Harry—¡Díselos ahora!

—Harry, no me hagas esto. Te lo suplico—Lloriqueo, siendo más grande el bochorno que mi fuerza de voluntad. Él aprieta mi brazo, haciéndome gritar

—¡Que se los digas!—No contesto y a causa de eso, Harry aprieta aún más mi brazo. Ya ni siquiera puedo sentirlo. Harry gruñe encolerizado—¡Skyler está embarazada!

Los gritillos de sorpresa de los demás no hacen más que añadir un granito más a mi montaña de culpabilidad. Veo por un momento a Remus y noto como su rostro carece de color para luego mirar a Fred que está igual o peor que él. Se abalanza contra Fred, mientras Sirius intenta atraparlo.

El caos en la madriguera se desata, y no es más que mi culpa. Harry ignora lo que pasa y me lleva a tirones a la habitación de Percy donde me empuja para que entre. Cierra la puerta con el pestillo y se frota la nuca

—Harry, escúchame

—¡Cállate!—Su brazo se levanta con intenciones de golpearme, pero se detiene. Su mano abierta se detiene en el aire asustándome—¿¡Cómo pudiste?! ¡Eres una...!

—¡Lo siento!—Me arrodillo frente a él y me abrazo a sus piernas, llorando—Lo lamento mucho, Harry. No pensé que pasaría

Su pecho sube y baja y así mismo lo hace su enojo. Mi cicatriz arde pero no me importa, no en este momento. Quiero tomar su mano pero la aleja.

—¿Sabes lo que esto ocasiona? ¡¿Lo sabes?!

—Sé que he arruinado todo—digo—La búsqueda de los Horrocruxes, derrotar a Voldemort... la he cagado, pero aun puedo hacerlo. Sé que puedo ir con ustedes y...

—¡Olvídalo!—grita dándose la vuelta y dejándome ahí, arrodillada en el suelo—No irás

—Pero hermano...

—La búsqueda de los Horrocruxes no es para una mujer embarazada, Skyler—dice Harry molesto.

Ver el nivel de enojo de mi hermano es algo nuevo para mí. Si bien nos hemos peleado incontables veces a causa del profesor Snape y hemos resultado enojados el uno con el otro, no se compara con la cólera que está viviendo ahora. Vuelve a tomarme del brazo y me pone de pie, causando un morete ahí.

—Has arruinado todo. Dumbledore debe sentirse decepcionado de ti

Sus palabras nunca me han herido tanto como ahora. Guardo silencio, sé que tiene razón. Le he fallado a una de las pocas personas que siempre creyó en mí, que lo hizo hasta el día de su muerte. Un dolor se instala en mi estómago y lo aprieto.

—Lo lamento—digo una vez más. Harry niega y ríe con ironía

—Un lo lamento no servirá de nada. Lo has cagado todo, como siempre. Le aprendiste bien a ese traidor de Snape. Quizá este sean uno de esos planes que tienes con él, ¿No es así? Te has pasado a su lado

Aparto el cabello de mi cara; la tristeza que siento pasa a enojo en un milisegundo. Aprieto los dientes y lo miro.

— ¡¿Cómo te atreves a decirme eso?! ¡Aun después de todo lo que ha pasado!

—¡Aun después de eso sigues confiando en él!

—¡Lo hago porque sé que es bueno y quiere ayudarnos!

—¡Pues entonces lárgate con él y deja de cagarnos las cosas! ¡Tal vez él esté orgulloso de ti!—Sus palabras quedan flotando en el aire, como si esperaran a que alguien las atrapara para quedarse con ellas. Mi corazón lo hace, absorbiéndolas dentro y marchitándolo un poco más. Harry se gira y camina hasta la puerta—No pienso seguir gritándote

—Harry...

—No solo has decepcionado a Dumbledore—Declara—Nos has decepcionado a todos. Inclusive a nuestros padres

No se atreve a mirarme antes de salir de la habitación. Mis piernas flaquean, viéndome obligada a arrastrarme hasta la cama.

Entonces me descargo. Dejo salir el nudo que ha estado apretando mi garganta desde temprano por la mañana. Harry me odia. Todos lo hacen ahora. El señor y la señora Weasley deben sentirse traicionados; Sirius parecía realmente impactado y Remus... oh Remus.

Sé que mi llanto puede escucharse más allá de la puerta de la habitación, pues alguien toca queriendo entrar. No me esfuerzo por saber quién es; sigo llorando, esta vez haciéndose más potente.

Escondo mi cara entre las sábanas del colchón. Jamás me sentí tan avergonzada como ahora. He traicionado la confianza de las personas que amablemente me han acogido en su hogar, dándome techo, comida y amor; todo eso lo he tirado a la basura en tan solo doce días.

La puerta deja de ser aporreada para abrirse después. No me atrevo a mirar quien es, aunque su aroma tan característico de él me llena las fosas nasales y reconforta un poco mi corazón herido. Sus brazos se aferran a mi alrededor causando que mi rostro salga de entre las faldas de la cama.

—Sirius...—Sollozo, escondiéndome en su pecho. El animago me sostiene, susurrándome cosas que no logro entender

—Está bien, Sky. Tranquila

—Harry me odia

—Es tu hermano, no puede odiarte

Pero sé que no es así, Harry está demasiado molesto conmigo como para siquiera escuchar lo que tengo por decir. Empapo la camisa de Sirius, pero a él parece no importarle.

—Lo hace, me odia—Reanudo mi llanto, Sirius frota mi espalda, tratando de darme consuelo, pero eso parece imposible. Recuerdo a Remus y me aparto un poco—¿Dónde está Remus?

Sirius suspira y niega, mi corazón se comprime por milésima vez en lo que va del día.

—Lo siento. Lo siento mucho

—Está bien, hija. No importa

Nos quedamos abrazados por más tiempo del que puedo recordar; comienzo a sentirme adormilada y Sirius me aleja para tomar mi rostro entre sus manos. Está sonriéndome, poniendo una bandita en mi corazón.

—Creo que es mejor que descanses, Lily. No queremos que nada le pase al bebé, ¿Verdad?—Niego mientras él ayuda a levantarme y a acostarme en el colchón. Me quita los zapatos, me cubre con las frazadas y deja un besito en mi frente—Linda, ¿Has pensado nombres ya? Digo, si es niño no estaría mal que se llame Sirius, ¿Verdad?

Una risa se escapa de mis labios ocasionando que la sonrisa de Sirius se ensanche. Acaricia mi cabello y luego mi estomago.

—Descansa, hija

—Espera—digo, casi llorando de nuevo—No te vayas. Quédate conmigo

—Lily...

—Por favor, Sirius

La mirada dubitativa de Sirius me entristece, pero poco después él asiente, sentándose a la orilla de la cama. Pasa uno de sus brazos por mis hombros y besa mi coronilla.

— ¿Alguna vez te he contado todo lo que tu padre y yo hicimos en el colegio?

—No—digo entre sollozos—¿Me lo contarías ahora?

—Claro que sí, linda, claro que si

[Editado]


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro