Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 38: Aberforth Dumbledore, casamentero

Aparecemos en Hogsmeade después de varias semanas pues ir a pie no es cosa sencilla, además de hacer paradas para descansar, comer o solamente para hacer conjeturas de lo que debemos hacer al llegar a Hogwarts. Hemos perdido mucho tiempo y eso se refleja en el ambiente de Hogsmeade. Corremos por un callejón directo a la tienda de golosinas del lugar ni bien llegamos. Harry coge mi mano y antes de acercarnos al local, vemos como un par de mortífagos registran todo. Retrocedemos, escondiéndonos detrás de una tienda en ruinas.

— ¿Cómo es que saben que estamos aquí?

—Saben de los accesos desde este punto hacia el castillo—responde Harry en un susurro— Tenemos que retroceder. No podemos pasar por aquí

Damos media vuelta, escondiéndonos entre las sombras y corriendo en dirección contraria a la tienda.

—Deben de llevar semanas buscándonos. Las mismas semanas que llevamos con la copa

—Hemos perdido casi un mes sin hacer nada—replica Hermione en voz baja—Lo único que descubrimos en ese tiempo es que un horrocrux está en Hogwarts

Seguimos corriendo hasta que una banda de mortífagos se acercan sin notarnos todavía. Harry nos hace una seña para cambiar nuevamente de dirección; giramos a la derecha siguiendo un camino hacia las tres escobas.

—Por aquí jamás llegaremos. Esto no va a funcionar

Giramos de nuevo, pero los mortífagos están por todos lados. Nos escondemos contra una puerta y caemos de espaldas cuando esta se abre.

—Aquí, niños ¡Aquí!

Un hombre nos levanta rápidamente y nos hace pasar a su casa. No sé quién es pero me parece familiar. Cierra la puerta y la asegura con un par de maderas que se clavan solas con un movimiento de su varita.

— ¡¿Están locos?! ¡Mira que venir a Hogsmeade cuando una horda de mortífagos los están buscando! Una locura total

—Usted nos ha salvado la vida—dice Harry jadeante. Él sólo gruñe

Camino por la casa, mirando un par de retratos e inscripciones que cuelgan de las paredes. Hermione se suma a mi recorrido hasta que nuestra atención se fija en un espejo del que le falta un trozo; Harry se refleja en él, mirando hacia el otro lado.

— ¿Harry? Podemos verte aquí—digo, señalándole el espejo. Él se acerca, lleva el fragmento del espejo de Sirius en la mano y ve como Hermione y yo nos reflejamos en él

—Usted—dice Harry al extraño—Fue quien mandó a Dobby. Usted... Dumbledore... Es su hermano, ¿Verdad? Aberforth

—Lo soy, chico. Por cierto, ¿dónde está el elfo?

—Se quedó en casa de Bill Weasley—digo. Él me observa con detenimiento

—Creí que te quedarías en casa después de haber dado a luz

— ¿Cómo sabe eso?

—Oh por favor, el chico Potter acaba de decir que fui yo quien lo ayudaba a través del espejo; vi cuando estabas por parir en esa fea mazmorra—dice gruñendo—Además, no dejaron de repetirlo en pottervigilancia

—Potter... ¿Qué?

Pottervigilancia—dice—Es una estación de radio que informa cosas sobre ustedes. Sólo puedes ingresar a la estación con una contraseña que cambia con cada emisión

— ¿Cómo consiguió el espejo?—pregunta Harry

—Mundungus me lo vendió hace cosa de un año.

—No tenía derecho de hacerlo. Ese espejo le pertenece a...

—Sirius Black, si lo sé. Hablé con él y dijo que no habría problema en que lo conservara. Albus me dijo que mantuviera un ojo sobre ustedes y que mejor arma para hacerlo que ese espejo

— ¿Usted envió el patronus de la cierva al bosque?—pregunto. Aberforth niega

—No sé de qué hablas, pero por si acaso, mi patronus es una cabra, niña

Sus ojos azules se clavan en los míos. Su mirada me cohíbe un poco pero no aparto la vista. Es tan parecido a Dumbledore que por un segundo siento que lo estoy viendo a él. Aberforth hace un ademán y se da la vuelta

—Traeré algo de comer

Sale hacia la cocina y vuelve minutos después con hogazas de pan, queso y una jarra rebosante de jugo de calabaza, poniendo todo en una pequeña mesita cerca del fuego. Harry, Hermione y Ron toman asiento de inmediato mientras yo me dedico a observar el retrato que cuelga de la pared frente a mí. Es enorme y en ella está la imagen de una chica.

— ¿No piensas comer?—Me pregunta Aberforth. Niego, cruzándome de brazos

—No tengo hambre, gracias

—Por lo que sé, las mujeres que acaban de dar a luz deben alimentarse bien para recuperar las fuerzas que el pequeño le ha robado. En este caso has perdido energías al doble—Me encojo de brazos mirando la pintura—Sabes que esto es muy malo para todos, ¿Verdad?

— ¿Por qué?

—Ahora hay un par de Potters más en el mundo—dice. Ron carraspea

—En realidad son Weasleys, señor. Ya sabe, por lo del apellido y tal

—Es lo mismo—responde con un gruñido—La sangre de Lily y James Potter corre por las venas de las pequeñas... Eso es un nuevo reto para el señor tenebroso. Querrá deshacerse de ellas a como dé lugar

—No si lo matamos antes

Aberforth niega, sentándose en una silla de madera cercana a él.

—Lo mejor es que vuelvas a casa con tus hijas y tu esposo

Mis mejillas enrojecen por la mención que le ha hecho a Fred. Aprieto la mandíbula, cabreada.

—No nos iremos. Entraremos a Hogwarts

—No sean estúpidos

—Tenemos que hacerlo—dice Harry—Eso es lo que Dumbledore... es decir, su hermano hubiera querido

—Albus quería muchas cosas—dice—Y la gente tenía el hábito de salir mal parada mientras él llevaba a cabo sus planes. Manténganse alejados de ese colegio, Potter, y fuera del país si pueden. Olviden a mi hermano y sus astutas intrigas. Él se ha ido a donde ya nada de esto puede herirle, y no le deben nada.

—Usted no lo entiende—espeto—Él nos dejó un trabajo...

—Oh, ¿no?—dice Aberforh con calma—¿Crees que no entendía a mi propio hermano? ¿Crees conocer a Albus mejor que yo?

—No quería decir eso—digo, sintiendo mi cerebro entumecido por el exceso de cansancio—Le repito que nos ha encargado algo

— ¿De veras?—dice Aberforth—Un trabajo agradable, espero. ¿Cómodo? ¿Fácil? ¿La clase de cosas que esperarías que un par de magos, niños no cualificados pudieran hacer sin abusar de sí mismos? Déjame adivinar, ¿Mi hermano Albus le encargó un trabajo muy peligroso a un chico y a su hermana que acaba de ser madre? Vaya, eso sí que es valiente

—No es fácil, pero tenemos que hacerlo

— ¿Tienen? ¿Por qué? ¡Él ya está muerto!

—Usted pertenece a la Orden del Fénix—Mi corazón salta como un loco a causa del enojo y la indignación. Para estas alturas los demás han pasado a segundo plano en esta discusión

—Lo estaba. La Orden es un chiste. El señor tenebroso ganó, no hay nada más que se pueda hacer respecto a eso

—Buscamos Horrocruxes. El último está en el castillo. Necesitamos entrar—rectifico. Aberforth suspira—Usted tiene que ayudarnos

—Ese no es un trabajo, es una misión suicida

—Dumbledore nos confió esta tarea

— ¿Y crees firmemente en él? ¿Crees que todo lo que te ha dicho es verdad? En el tiempo que estuvo con ustedes, ¿Mencionó mi nombre? O, ¿Mencionó el de ella?—pregunta, señalando el retrato detrás de mi

— ¿Debería...?

—Conocía a mi hermano, Potter. Aprendió secretismo en el regazo de mi madre. Secretos y mentiras, así es como crecimos, y Albus... estaba en su naturaleza

—Yo confiaba en él

—Que respuesta tan infantil—dice, dándole un sorbo a su vaso de jugo de calabaza—Un par de niños que van en busca de Horrocruxes por un hombre que ni siquiera les dijo por dónde empezar, ¡Mientes! Justo ahora desearías estar con tus hijas, sentada frente al fogón y abrazada a tu esposo, pero estás aquí, arriesgando tu vida por algo que no lograrán

—Fred no es mi esposo—digo entre dientes. Aberforth levanta los hombros

—Y no lo será jamás si no te largas muy lejos de aquí—Le da otro sorbo a su bebida antes de continuar—Se mienten a sí mismos, niños. Eso es justamente lo que hacen los tontos y de eso no tienen ni un pelo; así que denme una razón por la que deba creerles su propósito de estar aquí

Trago saliva por la cercanía de su envejecido rostro. Aprieto los puños antes de empezar.

—No me importa lo que haya pasado con su hermano y usted, y tampoco a Harry. Puede que Dumbledore nos haya mentido o no, que nos haya guardado secretos que ni aun en su lecho de muerte se dignó a decirnos, pero nada de eso importa; ni siquiera importa el que usted se haya dado por vencido. Mi hermano y yo confiábamos en el hombre que conocimos—La cara de Aberforth se suaviza por mis palabras—Vi la tumba de su hermana Ariana en el Valle de Godric, no sé qué fue lo que pasó entre ustedes, pero la memoria de sus dos hermanos no se merece esto

»Esto ya no se trata de usted, de la Orden y ni siquiera de mí. Se trata de vencer al mago tenebroso que mató a mis padres y a cientos de personas inocentes. No quiero perder a mis hijas, ni quiero perder a Fred. Haré lo que sea que esté en mis manos para derrotarlos y vengar la muerte de todos los que han caído por la causa, Aberforth—Hago una pausa, sintiendo como mis ojos se cristalizan—Una de mis hijas se llama como su hermana, ¿Esa no es razón suficiente para seguir peleando?

Él guarda silencio y yo también. No sé qué más decir para convencerlo de que esto aún no está del todo perdido. Harry se acerca y me toma por los hombros.

—Tenemos que entrar al castillo hoy—dice—Y no lo lograremos si usted no nos ayuda

Aberforth se aclara la garganta mientras se acerca al retrato de su hermana. Ella le sonríe y Aberforth le regresa el gesto.

—Ya sabes que hacer

Ella sonríe, se gira, y sale, no como hace normalmente la gente por el costado de sus marcos, sino a lo largo de lo que parece un largo túnel pintado tras ella. Observamos su pálida figura retraerse hasta que finalmente es tragada por la oscuridad.

—Lamento mucho lo de su hermana—digo con la voz cortada. Aberforth sonríe de lado

—Albus sacrificó muchas cosas en su búsqueda por el poder, incluyendo a nuestra hermana—Se gira hacia Harry, lanzándole una mirada extraña—No dejen que eso mismo les pase a ustedes

La figura de Ariana Dumbledore regresa, pero esta vez viene acompañada; es un chico, alto y lleva varias marcas en el rostro, como si lo hubiesen golpeado.

Mis ojos se ensanchan al reconocerlo

— ¿Neville?


[Editado]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro