Capítulo 28: Ollivander, creador de misterios
No puedo pensar más que en el ardor que siento en el cuello.
Despierto y me veo acostada al lado derecho de... ¿Ron?
Es de mañana y no sé ni siquiera en donde estoy. Toco mi cuello y percibo que está cubierto por algunas vendas. Veo hacia todos lados notando que estoy en el interior de una carpa.
Estoy a punto de pensar que todo ha sido una pesadilla hasta que veo como la capa de Narcisa nos cubre a Ron y a mí. Observo su brazo y me doy cuenta de que tiene un gran corte. Vuelvo a acostarme cuando alguien entra a la carpa. Es Hermione y suelta un chillido al verme.
— ¡Harry! ¡Ya ha despertado, Harry!
—¿Qué?
Estoy aturdida, no sé cómo es que he llegado aquí ni cómo es que ellos me han encontrado, pero sin duda lo agradezco.
Harry llega derrapando tirando varias cosas. Hace que Ron se acueste del otro lado para así cogerme el rostro
—¿Skyler? ¿En realidad eres tú, Skyler?
—Sí
De un momento al otro su cara se pone roja mientras que aprieta la mandíbula.
—¡¿Qué haces aquí?! ¡Deberías estar en la madriguera! ¡Estás embarazada! ¡Oh, Skyler! ¡El bebé ha crecido mucho!
—Harry, deja de gritar—lo reprende Hermione. Me mira y me hace una seña—¿Qué haces aquí?
Me llevo más de media hora para relatarles todo lo que ha acontecido en este tiempo. El color se le va de la cara a Harry al oír mi altercado con Voldemort.
—Estás loca, Skyler
—¿Y que querías que hiciera? ¿Qué me quedara callada? Vamos, eso no es lo mío
—Te has puesto en peligro, ¿Cuántas veces te he dicho que no debes confiar en Snape?
Por un momento me siento mal por la referencia y a pesar de lo que me ha hecho, sé que no ha sido del todo su culpa.
—Quizá tuvo sus razones—Ambos me miran con el entrecejo fruncido
—Ya has visto lo que es capaz de hacer, deja de defenderlo
—Pero, ¿qué tal si actuó bajo presión?
Harry empieza a reír con sarcasmo. Niega y se despeina el cabello.
—Él es malo, Skyler, entiéndelo de una vez. Te ha entregado a los Malfoy, ¿Qué más prueba quieres?
—Bueno, ya no importa. Estoy bien
—¿Cómo pudiste salir de ahí?
—Draco me ayudó
Sus muecas de sorpresa hacen que mi ceño se frunza.
—Sí, claro
—Es cierto
—Skyler, hablamos de Draco Malfoy. Él jamás ayuda a nadie—dice Hermione
—A mi si—respondo molesta—Él no es como ustedes piensan. Él es...
—¿Bueno?—pregunta Harry—Para ti toda la gente es buena, a pesar de que sea todo lo contrario
Giro el rostro sin querer pelear más. La mano de Harry se prende a la mía luego de que suelta un suspiro.
—Mira lo siento, es solo que todo este tiempo creí que estabas a salvo en la madriguera con Fred y saberte ahora aquí, como lo estábamos desde un inicio, cambia toda mi perspectiva
—Está bien, lo entiendo—le digo sobando su dorso—Acepto que ha sido mi culpa salir de la casa. He sido una tonta y los puse en peligro a todos. Lo siento
Harry me abraza mientras que Hermione se encarga de un recién despierto Ron.
—¿Y qué es lo que pasó con Lucius Malfoy?
—No lo sé, pero supongo que continuará torturándose para que yo pueda sentirlo también
Harry chasquea la lengua en lo que frota mis brazos.
—Voldemort quiere deshacerse de los tres—digo tocándome el estómago—Y lo hará si no logramos encontrar los Horrocruxes a tiempo
—Oh, no te preocupes por eso—dice metiendo su mano al bolsillo de su pantalón—Ya tenemos solucionada una cuarta parte de la situación
—¿A qué te refieres?
—A esto
De sus dedos cae un objeto dorado que se balancea como un péndulo. Fijo mi mirada y sonrío.
—¡El relicario!
—Exacto
— ¿Cómo lo han conseguido?—pregunto tomándolo
—Ayer, cuando te encontramos en este bosque, acabábamos de llegar del ministerio donde obtuvimos el relicario
—¿En el ministerio? ¿Qué estaba haciendo ahí?
—Mundungus confesó haberle dado el relicario a Umbridge a cambio de que no lo encerrara por usurero
Abro los ojos al tope a causa del asombro.
—¿Umbridge? ¿La asquerosa Umbridge?
—La misma
—No puedo creerlo
Toco el relicario con las yemas de mis dedos y lo aprieto. Miro a Harry para inmediatamente después abrazarlo por el cuello.
—Uno menos, Harry
—Uno menos—rectifica
—Ah. ¿Qué?—La voz adormilada de Ron se oye a mi lado provocando que deshaga el agarre con Harry—¿Skyler? ¿Qué haces aquí? ¡Deberías estar en la madriguera!
—Es una historia muy larga, Ronald—respondo girando los ojos
Miro su brazo y lo apunto con el dedo índice.
— ¿Qué le pasó?
—Tuvo un problema cuando nos aparecimos en este lugar. Al igual que tu en el cuello—Lo toco, sin saber en qué momento me lastimé—Les he puesto un poco de esencia de díctamo a ambos. Estarán bien. Haré algo de té—dice Hermione sin aliento, sacando un hervidor y tazas de las profundidades de su bolso, y dirigiéndose hacia la pequeña cocina
Hay una larga mesa en el centro de la carpa. Harry nos ayuda a Ron y a mi a llegar hasta ahí, depositándonos en un par de sillas.
Hermione nos pasa el té y al darle un sorbo siento como si fuese la octava maravilla del mundo. La infusión es tan bienvenida que mi corazón salta de gusto. Termino con la bebida caliente tan pronto como la pone frente a mi. Me acerca un par de platillos rebosantes de hongos hervidos que me como de una sola.
—¿Qué crees que le pasó a los Cattermole?
—Con algo de suerte, se habrán marchado—dice Hermione, aferrando su taza caliente para reconfortarse—Si el señor Cattermole fue capaz de pensar con claridad, habrá sacado a la señora Cattermole mediante Aparición Conjunta y ahora mismo estarán huyendo del país con sus hijos. Eso es lo que Harry le dijo que hiciese
—¿Quiénes son los Cattermole?—pregunto
Los tres me relatan la historia de los Cattermole, del que Ron tomó poción multijugos para convertirse en él para adentrarse en el ministerio y salvar el relicario; que la señora Cattermole estaba siendo acusada de ser muggle y haber robado la varita a un mago sangre pura. Hago una mueca al recordar a la terrible Umbridge.
—Cuando creí que no podía odiarla más, rompe todos los records
—Ni que lo digas—Ron hace el amago de levantarse, pero Hermione no se lo permite—Y bueno, no soy un inválido
—Lo sabemos, pero si queremos retomar el viaje tienes que descansar
—¿Qué pasará con Skyler?—pregunta—¿Iremos a dejarla a la madriguera?
—No—dice Harry—No puede regresar. No después de lo que nos ha contado
—Hombre, el bebé...
—Estaremos bien mientras permanezcamos juntos, ¿De acuerdo?
Todos asentimos y Harry me pide de vuelta el guardapelo. Se lo hecha al cuello para luego recargarse sobre la mesa,.
— ¿Qué vamos a hacer con él?—pregunta Hermione.
—Mantenerlo a salvo hasta que descubramos cómo destruirlo. No podemos perderlo de vista. También creo que deberíamos turnarnos para hacer guardia fuera de la tienda
—Yo haré la primera—Anuncia Hermione
—Yo contigo—la secundo. Harry respinga
—Olvídalo. Tienes que descansar
—Créeme hermano, he descansado lo suficiente
Y sin dejar que diga algo mas, salgo de la tienda y me siento fuera de ella junto a Hermione mientras los chicos tratan de descansar un poco.
— ¿Cómo te sientes?—me pregunta. Fijo mi vista en el frente, jugando con la nieve debajo de mi
—Extraña. La estancia con los Malfoy... no fue del todo placentera
—Lo que le has dicho a Voldemort... ha sido muy valiente
—Entonces si fue valiente, ¿Por qué me siento como una estúpida?
Hermione se queda callada haciendo lo mismo que yo. La miro de reojo notando como su cara palidece por el frío.
—Siento como si solo hubiera complicado las cosas. Voldemort quería matarme, y a mi bebé. Sacarlo de mis entrañas y dárselo de comer a su serpiente
Hermione se lleva una mano a la boca, cubriéndola por la indignación.
—¡Oh Skyler! No me imagino la pesadilla que debiste de haber vivido
—Ahora no sé qué es lo que va a pasar. Él está muy molesto. Lo sé, puedo sentirlo—le digo, al percibir el dolor en mi cicatriz—Hoy era el día en el que me mataría
—Pero ahora estás aquí.
—Y no sé si va a continuar con la tortura, Hermione. Está usando a Lucius para atacarme a mí. Y si eso pasa—Froto mis ojos por las pocas lágrimas que han salido—Estaré perdida
—Creo que debes pensar con claridad, Skyler
—Estoy aterrada, Hermione. Ahora él tiene más poder sobre mí. Por la conexión con Lucius
— ¿Por qué crees que se dé esa conexión?
Lo razono por un momento y recuerdo al señor Ollivander estando en la mazmorra, contándome las peculiaridades de mi varita y la de Lucius. Miro a Hermione quien hace volar algunas ramas para hacer una fogata.
—En las mazmorras de la mansión Malfoy estaba Garrick Ollivander
—¿Ollivander? ¿Como el Ollivander vendedor de varitas en el Callejón Diagon?
—Ese mismo. Estaba ahí, preso. Junto a mi
—¿Por qué?
—Voldemort lo ha estado torturando por información acerca de varitas que él no puede darle
—Gregorovitch—susurra Hermione
—¿Qué?
—Gregorovitch—repite—Hace unos días Harry repetía mucho ese nombre en sus sueños. Es un vendedor extranjero de varitas. Supongo que la información que Voldemort quería era la ubicación de Gregorovitch
—Está buscando algo—digo—Pero no sé qué es. Ollivander habló sobre que está buscando algo que ha estado perdido desde hace años...
— ¿Una varita?
—Quizá, no lo sé—digo, arrastrando la capa que Ron ha dejado para ponérmela en los hombros—Ollivander... mencionó que mi varita es especial
—¿Especial en qué sentido?
—Es igual que la de Lucius Malfoy
—¿Cómo la de Harry y Voldemort?
—Exacto—Veo mi varita y le doy vuelta con mis dedos—Según él, la historia de ambas varitas tiene que ver con... mis padres.
—Entonces... ¿Crees que la conexión sea por... las varitas?
—Probablemente
[Editado]
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