Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23: Skyer, Oh, Skyler

Maratón

[ I/III]

La noche cae sobre la madriguera conforme Bill y el señor Weasley llegan del trabajo. Ambos pasan directamente a la alcoba donde estoy pues todos han estado en este lugar desde que el medimago dejó la casa.

Por algún motivo he dejado de sentir dolor, y sé que la tortura de Lucius Malfoy a parado al menos por ahora. Fred me cubre aún más con las mantas para luego dejar un besito sobre mi nariz.

La cena se da en la habitación, rehusándose a dejarme sola. La señora Weasley ha hecho aparecer una pequeña mesa en la otra ala del lugar donde todos comen por turnos, esperando sentarse. Fred está a mi lado, comiendo y haciéndome comer; su padre se levanta dejándole el lugar a George en lo que se acerca a mi.

—Antes de llegar aquí, Bill y yo hicimos una parada en casa de Muriel—Informa dándome una sonrisa a manera de saludo. Fred me mira extrañado

— ¿Por qué?

—Nos pidió que lo hiciéramos—Se frota la nuca, nervioso—Muriel cree que Skyler estará mejor en su casa que aquí

—Eso no tiene ningún sentido

La voz de Fred baja un tono, supongo que está molesto pues su ceño se ha fruncido y sus puños se han puesto morados.

—Tal vez si, tal vez no, pero lo cierto es que debemos encontrar un lugar seguro

—Aquí es seguro

—Para nosotros sí, para Skyler no

— ¿A qué te refieres?

—Quiero decir, la casa de Muriel sigue estando protegida. Si ha impedido el paso de los mortífagos la noche en que los transportamos hasta aquí, no veo porque no nos ayude ahora

—Papá...

—Es lo mejor, Fred—dice. A estas alturas todos se han acomedido para escuchar la conversación y yo he pasado a segundo plano

—No—se rehúsa inflando el pecho—Skyler se queda aquí, conmigo

—Se irá a casa de Muriel, hijo—secunda Molly poniendo una mano sobre su hombro—Tampoco queremos eso, pero creo que es lo mejor, para ambos

—He dicho que no—Fred arruga aún más las cejas. Su madre hace lo mismo

—Basta, Fred. Estás siendo egoísta—le dice—Piensa en el bien de Skyler y de tu hijo, no solo el tuyo

No quiero que peleen más, así que asiento para que olviden cualquier cosa que les moleste. Aprieto la mano de Fred, queriendo calmarlo.

—Partiremos mañana—dice Molly con una sonrisa


Ya sabes lo que tienes que hacer, Severus

— ¿Es por esto que me ha llamado, dejando mi puesto como director solo?

Mis deseos son mas importantes que Hogwarts—sisea—Tráeme a la chica...

— ¿Está seguro de eso? No sé si pueda hacerlo, mi señor

— ¡Tráemela!



Despierto con un sobresalto. La cicatriz me punza provocándome un dolor inmenso en la toda la cara; veo a mi alrededor notando que el sol ha salido mostrando un nuevo día. Suspiro, es hora de irse con la tía Muriel.

Desearía estar con Harry, saber si es que han podido encontrar el relicario verdadero y destruirlo. O si es que han encontrado algún otro y ahora falten menos que en un principio.

La puerta de la madriguera es aporreada, como si alguien quisiese entrar a la fuerza. Salgo de la cama esperando no despertar a Fred quien duerme a mi lado. Salgo de la habitación y al bajar, noto que nadie ha despertado aún. Me acerco a la puerta antes de que la tiren, cojo el pomo y pego mi oído a la madera.

— ¿Quién es?—Pero nadie contesta, sino que siguen tocando la puerta—¿Quién es? Hable o no abriré

Dejan de tocar y cuando estoy a punto de irme, una voz atraviesa la puerta.

—Soy Severus. Severus Snape

Frunzo el ceño, ¿El profesor Snape aquí?

Pienso en si debería abrir la puerta o llamar a los Weasley para que bajen, pero sé que si hago lo segundo ellos no me permitirán ver al profesor ni un segundo. Me apego a la puerta, decidiendo que hacer.

— ¿E-en verdad es usted?

—Lo soy, Lily

—Pruébelo

Se queda en silencio, pero poco después responde:

—Fui tu maestro de Oclumancia, tu materia favorita es la mía, pociones

Me relajo, aferro el pomo de la puerta entre mis manos y la abro.

Es él. Realmente es él

—Profesor—digo asombrada—¿Qué hace aquí?

—Supe que has tenido complicaciones estos días—dice. Sus manos juntas frente a él, portando una sonrisa incómoda

— ¿Se siente bien, profesor?

—Si, bien

— ¿Gusta pasar?

—No, no. Me gustaría hablar contigo a solas. Afuera

—No lo sé, los Weasley no confían en usted

—Lo sé—responde, cogiéndome el brazo cuando intento dar la vuelta y llamar a alguien—Pero tu si, ¿Verdad? ¿Confías en mí?

Intento razonar el sueño que he tenido antes, pero sé bien que eso pudo ser una ilusión, como lo hizo cuando Harry creyó que Sirius estaba en manos de Voldemort. Y si bien el profesor Snape se ha hecho fama de Mortífago, él no se atrevería a hacerme daño. Todos están equivocados respecto al profesor Snape, él es un buen hombre, lo ha demostrado.

—Está bien—digo—Sólo unos minutos

Salimos de la Madriguera caminando hacia el sendero bajando por la colina. Él lleva las manos entrelazadas por detrás, portando su túnica negra como de costumbre. Carraspea la garganta llamando mi atención.

—He leído que ahora es director de Hogwarts. Supongo que ahora es cuando debo felicitarlo

—No es necesario—me dice—No he venido para eso. Supe que habías estado teniendo inconvenientes y no dudé un segundo en dejar mi puesto y venir a verte, ¿Cómo estás?

Bajo la mirada apenada cuando él ve mi estómago inflamado; mis mejillas rubicundas delatan una posible pregunta de su parte por lo que levanta una ceja.

—No haré preguntas tontas. Es bastante obvio lo que sucede aquí, Lily

—Lo lamento profesor. Yo... no se que decirle

Mi cara enrojece aún más por la vergüenza. Siento como si a él también le hubiera fallado.

Pero sin duda me alegro de verlo. Ahora puedo agradecerle de nuevo el que me hubiese salvado.

Le sonrío, pero el profesor no lo hace de vuelta, sino que cierra los ojos como si debatiera consigo mismo para saber que hacer ahora. Miro sus manos y noto que entre ellas está su varita.

—Usted... usted nunca me lastimaría

Me empuja, demasiado fuerte para mi gusto, dejándome desconcertada. Sus manos se aprietan más en lo que su rostro adopta una mueca extraña.

—Será mejor que vuelva a la casa—digo—N-no quiero que se preocupen

Doy la vuelta y cuando camino un par de pasos él me sigue.

—Lo lamento—dice antes de golpearme con la varita

[Editado]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro