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Capítulo 21: Terminar con el nuevo Potter

El dolor es muy intenso, tanto, que las lágrimas salen sin permiso de mis ojos. Me apretujo el vientre, sintiendo como la maldición continúa por un par de minutos mas. Cuando abro los ojos, todos están a mi alrededor. Fred me ayuda asentarme en el sofá mientras que la señora Weasley me limpia la frente con un pañuelo.

— ¿Lucius?—pregunta Fred extrañado. Lo miro, sudando a mares

— ¿Qué?

—Has mencionado el nombre de Lucius Malfoy, ¿Qué sucede?

Me encojo de hombros sin saber que decir. No recuerdo mencionar su nombre, pero la maldición me deja tan aturdida que no sé qué es lo que he hecho en ese lapso de tiempo.

—Yo... no lo sé

—Será mejor que descanses—dice Molly, asustada—Quizá estés exhausta. El bebé ha crecido mucho en tan solo un mes.

Niego. Ya no quiero estar un minuto más encerrada así que me pongo de pie con ayuda de Fred y camino hasta el jardín.

Las flores de Molly han crecido y el pasto se ha puesto cada vez más verde; un par de pajarillos están haciendo su nido en el manzano mientras que los gnomos intentan derribarlos. Me siento en una banquilla que Ginny ha colocado.

Mi señor...

Consígueme a la chica, Lucius

Cierro los ojos ante la nueva visión. No sé si es verdad o si estoy siendo presa de una mala pasada de mi mente. Aprieto las manos a mis costados y bufo, la cicatriz me punza demasiado fuerte ocasionando que la cara completa me arda.

Me recuesto en la banquilla, pues el dolor del vientre no cesa, al contrario, me duele cada vez más. Alguien llega a mi lado y se sienta en un pequeño espacio de la banquilla. La mano de Fred se pone en mi barriga, sobándola.

—No sé qué me está pasando, Fred

—Hazle caso a mamá. Debes estar agotadísima por el crecimiento del bebé. Ella sabe lo que es eso

—Es como si una antorcha ardiera en mis entrañas

Él hace una mueca, pero no dice nada. Me mira, y segundos después me toma por las piernas y me levanta, como si estuviésemos recién casados

—Te llevaré a la habitación

—No quiero sentir esto, Fred. No quiero

—Tranquila—Besa mi frente conforme avanza hacia la casa—Todo estará bien, cielo




— ¡Una vez más, Lucius!

Mi se-señor...

— ¡Te detendrás hasta que yo lo ordene! ¡Hazlo!

— ¡Crucio!

Me retuerzo en la cama por quinta vez en lo que va de la noche. Hace mas de cinco días que siento el mismo dolor, cada mañana, cada tarde y cada noche. No he podido levantarme de la cama desde la primera vez que he sentido el dolor de la maldición Cruciatus sobre mi estómago. Fred está conmigo, poniéndome lienzos de agua fría y sobándome la barriga.

—Ya no lo aguanto—digo en un susurro. Siento mis labios secarse al igual que mis manos y pies—Fred, Por favor...

—Está bien, ya pasará

Pero sé que eso no es verdad. Son las mismas palabras que me ha dado desde hace días y aún no he visto resultados. Remus entra a la habitación junto a Kingsley, sorprendiéndome.

— ¿Kingsley? ¿Qué... hace usted aquí?

—He venido a ver como sigues, Skyler—dice y señala un pequeño espacio en la cama—¿Puedo?

Asiento, moviéndome un poco.

—Imagino que hay otra cosa por la que está aquí, ¿No?—pregunto, él asiente

— ¿Recuerdas lo que hablamos hace unos días? ¿Cuándo mencioné que Lucius Malfoy sabía que tendrás un hijo?—Remus esconde sus manos en los bolsillos de su pantalón, como si se sintiera apenado conmigo

—Si, ¿Qué con eso?

—Creemos que Lucius pudo habérselo contado a Quien-tu-sabes—dice Kingsley mirándome fijamente—Y eso, como es evidente, no es algo bueno

— ¿A qué te refieres?—cuestiona Fred ceñudo

—Es muy probable que Voldemort esté utilizando a Lucius como un método de tortura para Skyler

—No entiendo

Remus se acerca, tomándome la mano. Un retortijón me toma desprevenida haciéndome gritar.

—Hemos estado pensando mucho y llegamos a la conclusión que entre tú y Malfoy hay una especie de conexión—me dice Kingsley—Aún no sé cómo, pero si estamos en lo cierto, Lucius ha estado lastimándose a sí mismo para que ese dolor pueda llegar a ti

Entonces todo lo que he visto en mi mente cobra sentido. Mi respiración se acelera, recibiendo otra de esas maldiciones indirectas.

— ¿Cómo pu-puede ser eso... posible?

—No lo sabemos, pero tenemos que encontrar una manera de impedirle seguir haciéndolo

— ¿Con Oclumancia?—pregunta Fred preocupado. Kingsley niega

—Esto ya no se trata de cerrar su mente. La conexión que tiene con Lucius es mas fuerte que cualquier tipo de intromisión mental

— ¿Por qué lo está haciendo?—pregunto en un hilo

—Voldemort ve al nuevo bebé como una amenaza. Después de todo... se convertirá en un nuevo Potter—Afirma Kingsley

—Entonces, ¿Qué hacemos?

Remus suspira con preocupación.

—Solo nos queda esperar


— ¡De nuevo! ¡De nuevo, Lucius!

Estoy agotado, mi señor. Las entrañas me... arden

— ¡Deja de llorar! —Voldemort le da una bofetada, haciéndolo caer de rodillas. La boca de Lucius comienza a sangrar—Te detendrás hasta que yo lo ordene. Hasta que quede satisfecho. ¡Hasta que ese niño desaparezca!

Lucius baja la varita con manos temblorosas y la apunta hacia su estómago.

— ¡Crucio!



— ¡Skyler!

Las piernas me tiemblan conforme la cicatriz comienza a punzarme. Aprieto las cobijas y Kingsley se pone de pie, intentando calmarme

— ¡Hagan que se detenga! ¡Por favor!—grito desesperada. Remus se acerca y mira a Fred quien está estático en medio de la habitación

— ¡Ve por un medimago! ¡Rápido!

Remus y Kingsley me sacan las cobijas y retienen un grito. Miro hacia abajo y veo como el colchón se ha pigmentado de mi sangre.

Lloro asustada y por primera vez me arrepiento de haber regresado.

[Editado]

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