Capítulo 14: Hora de irse
La habitación da vueltas mientras descubro como caminar de una manera decente con los zapatos altos que la madre de los Weasley me ha dado. El vestido me llega un poco encima de la rodilla y al verme en el espejo, noto como un pequeñísimo bulto comienza a formarse en el centro de mi estómago. Sonrío y salgo por la puerta.
Al bajar a la estancia ya toda la familia está ahí, acicalada para la boda del hijo mayor; Molly les está dando unas indicaciones a todos, quienes dejan de poner atención cuando me ven bajar.
Me extraña la manera en la que me observan, le pido a dios que no me deje caer con estos zapatos conforme avanzo hacia los demás y me pongo a un lado de Fred.
—Te ves hermosa—dice y besa mi sien—Ambos
Los demás sonríen al verme el vientre, provocando que la vergüenza se me suba hasta la nariz. Tomo la mano de Fred y Molly continúa con su discurso.
—Bien, aún hay tiempo antes de que los invitados lleguen, lo que es muy bueno porque nos faltan cosas por ordenar. Ocúpense del jardín, yo seguiré con los aperitivos, Arthur con las bebidas
Todo mundo asiente y caminamos hacia el exterior. Fred me lleva de la mano y me deja cerca de la casa mientras él, George, Harry y Ron hacen que la carpa se levante y se expanda casi por todo el jardín. Veo a Hermione del otro lado, pero no hago el intento de acercarme o de hablarle siquiera.
Los chicos hacen que el césped se cubra con una tarima de madera para que los invitados se sientan cómodos en la ceremonia y el banquete; me acerco, viendo como los últimos adornos flotan de un lugar a otro tomando sus lugares.
Una pancarta con las iniciales de Bill y Fleur pasan volando a mi lado, haciéndome pensar que, tal vez después de esto, deba dejar la madriguera.
Es decir, a cada momento que pasa Voldemort se va haciendo mas fuerte y los Horrocruxes no hacen nada mas que empeorar la situación porque, ¿Dónde se supone que deba comenzar a buscar? Existen tantos lugares en los que pudo haber escondido los pedazos de su alma que pensar en las distintas posibilidades por visitar hace que dude de querer buscarlas.
Por otro lado está Fred, saber que me odiará por irme así como así de su lado me cohíbe pero tampoco puedo quedarme y sentarme a esperar a que Harry haga todo el trabajo solo; esto es de los dos, Dumbledore nos lo dijo cuando buscamos el guardapelo de Salazar Slytherin y en la torre de astronomía después. Esto ya no se trata de Harry o de mí, es algo mas grande.
Quizá y sólo quizá, deba irme cuanto antes, sin pensarlo demasiado.
Los brazos de Fred rodean mi cintura por detrás mientras me besa el hombro. Mis pensamientos se esfuman cuando él suspira cerca de mi oreja.
— ¿Qué pasa, nena? Estás muy distraída
—No es nada. Sólo... nada—digo en un suspiro. Él me aprieta contra su cuerpo, en lo que los demás terminan de arreglar el jardín
—Hay algo que no me quieres decir—Me gira y acaricia mi rostro—¿Debería preocuparme?
—En lo absoluto. Son cosas de mujeres, nada mas
Fred me sonríe y me siento culpable cuando me toma por las caderas y me abraza, suspirando sobre la piel sensible de mi cuello. No quiero irme, pero tampoco puedo no hacerlo; es por el bien de todos, no hay nada más que decir respecto a eso. Le devuelvo la sonrisa y entro a la casa, para recibir a los primeros invitados a la ceremonia.
La madriguera está rebosante de personas que, después de una grata ceremonia, están celebrando el enlace con baile y algunas bebidas que el señor Weasley ha traído para la ocasión y que Fred no me ha dejado probar. Todos bailan rebosantes de alegría, hasta Molly disfruta de la fiesta, mientras que un montón de aurores están fuera de la carpa haciendo guardia por si algún mortífago aparece de la nada. Remus también hace rondas de supervisión en lo que Tonks conversa con una de sus amigas aurores invitadas a la boda.
Doy un par de vueltas alrededor del jardín porque el ambiente lleno de invitados me sofoca y me pide a gritos salir corriendo de ahí. Encuentro a Harry en la entrada de la carpa y lo tomo del brazo; él me sonríe y Remus nos hace una seña para que entremos
Todos bailan y a lo lejos veo a Fred hablando con una de las primas Veela de Fleur. Está junto a George y ambos ríen con soltura junto a las chicas bonitas. Hago una mueca y jalo a Harry hasta una mesa sola. Mi hermano levanta una ceja, poniendo sus manos sobre las mías.
— ¿Celosa?
— ¿Por esas Veelas? Sí, claro
—Son muy bonitas
Le doy una mala mirada y lo apunto con el dedo índice.
—Lo son. Preguntémosle a Ginny a ver qué opina ella—La cara de Harry enrojece y se aclara la garganta, tratando de disipar la sugerencia incómoda. Algo se remueve en el bolsillo de Harry y entrecierro los ojos—Harry, ¿Traes la snitch contigo?
—Si, por si acaso
Sé a qué se refiere pero no digo nada. Él aún no sabe que Hermione me ha dicho todo hoy por la mañana, por lo que sigue creyendo que aun ignoro lo que planean hacer. Lo bueno de esto es que él también ignora lo que yo haré.
La gente sigue bailando y la música se hace más fuerte, Remus se acerca sonriente para luego poner una de sus manos sobre mi hombro.
—Te buscan, Sky
— ¿Qué?—pregunto extrañada—¿Quién?
Lupin no contesta pero apunta hacia la entrada de la carpa, ahí donde un chico apuesto está de pie buscando a alguien con la mirada. Sonrío para inmediatamente después correr hacia él.
— ¡Stefan!
Los fuertes brazos de Stefan se aferran a mi cintura y me abraza, como desde hace tiempo no lo ha hecho. Hunde su rostro en mi cuello provocándome risas gracias a su creciente barba. Se aleja y me sonríe.
—Es un gusto verte de nuevo, Potter—dice, con su acento búlgaro marcado
—Lo mismo digo, Dobrev
Toma mi mano y la acaricia, como gesto de agradecimiento. A su lado llega Viktor, su mejor amigo. Él me saluda besando el dorso de mi mano y sonríe.
— ¿Has visto a... bueno, a tu amiga?—pregunta, refiriéndose a Hermione. Asiento y le señalo la esquina de la carpa, ahí, donde está ella conversando con Ginny
—Suerte, campeón
Viktor llega hasta Hermione y Stefan me lleva dentro de la carpa; quiero ir hacia Harry pero él me detiene y me lleva hasta la pista de baile, tomándome por la cadera.
—Tanto tiempo sin verte, Sky
—Si, desde el Torneo, creo
—Ah sí, ese donde casi mueres—Ambos reímos por el recuerdo. Stefan sonríe
—Si, ese. Pero dime, ¿Por qué estás aquí? No es que no me guste eso, claro
—Bueno, Fleur me invitó. Sabes que somos amigos
Asiento, recuerdo la rápida amistad que Viktor y él forjaron con Fleur en su estadía en Hogwarts. Stefan también es uno de mis más grandes amigos; nos conocimos en el Gran comedor y aunque poco después rechacé su propuesta para ir con él al baile, eso no pareció afectar nuestra amistad. Perdimos comunicación después de eso pero sin duda me alegra verle de nuevo. Su mirada baja hasta mi vientre y me sonríe de lado, como si no creyera lo que ve.
— ¿Esto es lo que creo que es?
—Uh... si, lo es
—Felicidades Potter. Siempre supe que acabarías con esa comadreja
Ruedo los ojos para luego reír.
—Su nombre es Fred
Stefan me abraza de nuevo y esta vez, comenzamos a bailar una pieza lenta, veo a la señora y el señor Weasley bailando la misma pieza y a su lado se encuentran los recién casados, tomados de la mano y sonriéndose. Stefan se separa, y continuamos hablando de las cosas que hemos hecho.
Stefan es un gran bailarín, eso debe quedar claro. La mayoría de las chicas lo miran como si fuera un dios, aunque no las culpo. Es alto, fornido, con un cabello de oro y ojos color esmeralda que deslumbran cada que los ves. En un momento, las primas Veela de Fleur están revoloteando al lado de él, como mosquitos. Mi vista se cruza con la de Fred, reconociendo su molestia al verme en brazos de otro hombre, pero no puede importarme menos, él ha sido el que empezó con este juego de coqueteo.
Stefan me da una vuelta y ríe por la manera en la que nuestras manos chocan luego de volver a juntarlas. Un par de manos me jalan lejos de Stefan y noto a Fred, con la cara roja y las venas de la frente saltadas.
—Es con mi novia y mi hijo con los que estás bailando, amigo
—Lo sé, ¿No es genial? He estado entreteniendo a tu familia un poco. Como sea, nos vemos más tarde, Sky—Stefan ignora a Fred y toma mi mano para besarla, como los de Durmstrang siempre lo hacen. Camina hacia Krum y Hermione, quienes están bailando animadamente
Fred se gira y me mira furioso.
— ¿Cómo es que ese monigote está aquí?
—Fleur lo invitó
—Creí que me había librado de él hace tres años—Me encojo de hombros restándole importancia
— ¿Eso importa? ¿Por qué mejor no te vas con las primas de Fleur? Deben estar esperándote
Fred sonríe de lado y levanta una ceja.
— ¿Estás celosa?
—¿Tanto como tú lo estás de Stefan? No lo creo
Me alejo, sin querer llevar este jueguito mas lejos. Veo a Harry en la misma mesa pero esta vez está acompañado de alguien. Me acerco, atrayendo su atención.
—Oh, Sky—dice Harry—Mira, él... es Elphias Doge. Es el hombre que escribió el artículo sobre Dumbledore en el profeta
Miro al hombre, tiene casi la misma edad del profesor Dumbledore además de que el poco cabello que tiene es como el del profesor, blanco y frágil. Él me sonríe y me estrecha la mano.
—Es un gusto verla, señorita
—El gusto es mío, señor
—Hablábamos de Dumbledore—Añade Harry
—Si, el buen Albus—suspira—Lo conocí por mucho tiempo, se podría decir que fui la persona que mejor lo conocía de todas. Exceptuando, claro, a su hermano Aberforth
Harry me mira y mientras tomo asiento, mi hermano carraspea la garganta.
—Ni siquiera sabía que tenía un hermano
—Bueno, Dumbledore siempre fue reservado, no es de extrañarse
Ambos comienzan a hablar sobre una mujer extraña, cercana a la familia Dumbledore, pero estoy tan consternada que no puedo prestar la mínima atención. Hablan sobre Rita Skeeter yendo al valle de Godric a buscar pistas, con lo que Harry hace tantas preguntas que me abruman.
¿Dumbledore vivía en el Valle de Godric? ¿Por qué nunca lo mencionó?
Me levanto, sin querer escuchar mas, ¿De verdad conocí al Dumbledore real? ¿O solo es una cara de las que hablan en los periódicos?
Camino fuera de la carpa, pero el aire frío que se cuela por la entrada me detiene. La luz me ilumina el rostro y así mismo lo hace con los demás, dándonos cuenta de que se trata de un patronus, el patronus de Kingsley.
—"El ministerio ha caído. El ministro de magia está muerto. Los mortífagos ya vienen"
Los invitados comienzan a irse de uno por uno, en lo que la señora Weasley hace señas para que todos abandonen la carpa. Camino hacia una de las esquinas cuando una explosión me pasa por la cara.
—¡Skyler!
Escucho la voz de Fred y Remus llamándome desesperados pero la explosión me ha dejado tan desconcertada que no puedo responderles. Retrocedo, queriendo alejarme de las llamas, pero el humo es tan intenso que no puedo evitar inhalarlo.
Las arcadas amenazan mi cuerpo, sin embargo las detengo para no complicar mas el desalojo. Remus esquiva las llamas y me saca de ahí entre el caos
— ¿Estás bien?
—Si, descuida
—Corre hacia la casa, ¡Rápido!
Salgo de la carpa y corro por el jardín. A lo lejos veo a Harry, Hermione y Ron, con lo que sé que es la hora de irme yo también. Saco mi varita de entre los bolsillos del vestido y la levanto, llevando a cabo una cuartada para desaparecer. Hermione le susurra algo a Harry y él corre hacia a mi rápidamente.
Lo último que escucho es el grito horrorizado de Fred antes de desaparecer de la madriguera.
[Editado]
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