Ya había finalizado el horario escolar, había sido un día bastante raro gracias a una persona que desde que la vio la miró como el ser más extraño del mundo

Si, hablamos de Kim Jisoo.

Para Chaeyoung, Jisoo era alguien bastante extraña, y con extraña se refiere a muy amigable.

¿Encerio había personas tan amigables en esta escuela?

En Australia las personas no eran tan amigables y confianzuda, tenías que conocer bastante a alguien para aunque sea sonreírle y saludar a esa persona animadamente.

Pero no, Kim Jisoo era diferente, sabía que no las personas eran iguales pero le había sorprendido la actitud de la chica.

Y en como tenía la confianza de tocarla y hablarle como si la conociera de años.

Salió de la escuela para luego mirar a su alrededor y seguir caminando, hacia bastante sol y aunque, para ella, el camino no era tan largo para llegar a su casa, se cansaría y bastante.

Comenzó a caminar hasta que un grito la hizo parar, para ser su primer día y no conocer bien a las personas en ese lugar, sabía claramente de quién provenía ese grito, ya podría conocer su voz en cualquier lugar.

Su voz... Es demasiada grave.

En su mismo lugar miró hacía dónde provenía el grito para luego ver cómo dos pares de manos levantadas le hacían señas para captar su atención.

Kim Jisoo y Lalisa Manobal.

Rodó los ojos y se acercó, con el poco tiempo que se conocían sabía que si seguía caminando Jisoo iría hasta dónde ella y la agarraría para luego llevarla hasta donde estaba la cachetuda.

Cuando llegó hasta ellas, con las manos en sus bolsillos de sus pantalones, alzó su ceja derecha esperando el porqué la habían llamado.

—¿Irás a tu casa? —Lisa preguntó mientras miraba a Chaeyoung.

—¿Acaso no es obvio?, ¿a dónde más iría? —preguntó Chaeyoung con obviedad, no quería que sonará ruda o seca pero era inevitable en ella.

—¿Irás caminando?, nosotras te llevaremos —ofreció Jisoo con una gran sonrisa, en serio envidiaba a la chica, era tan alegre y tan despreocupada que le preocupaba a la misma Chaeyoung.

Las personas más alegres tienden a ser las que más problemas tienen

Pensó Chaeyoung mientras la analizaba, de alguna manera quería conocerla y saber el porque era tan alegre, de alguna forma eso le agradaba, le agradaba el ambiente que formaba Jisoo.

—No, gracias —intentó ser más amable, de alguna manera no quería sonar brusca con ella, se dió la vuelta para seguir su camino hasta que algo la impidió o más bien, alguien.

—Ven, por favor, no dejaré que te fueras caminando, te irá mal, el sol está muy fuerte y te dará un fuerte dolor de cabeza —Jisoo la había agarrado otra vez pero esta vez fue en el antebrazo impidiendo que diera otro paso.

Miro fijamente a Jisoo, sus ojos reflejaban preocupación y ternura, sus labios estaban un poco abultados, creando un puchero.

¿Acaso se estaba preocupando por mi?

Ya iban tres veces que Jisoo la tocaba, a pesar de odiar el contacto físico esta vez no la quito de manera brusca, solo la miró por unos minutos para luego tomar su mano y quitarla suavemente de su antebrazo.

—Está bien —se resignó para luego respirar profundo, miro a las dos chicas en frente de ella saltando con una sonrisa escrita en sus rostros.

Las tres se montaron al auto, Chaeyoung se sentó en la parte trasera mientras que Jisoo manejaba y Lisa iba de copiloto.

—¿Dónde vives, Chae? —preguntó Jisoo quien estaba al volante con la mirada al frente mientras miraba de reojo a la mencionada.

Sin chistar comenzó a darle su dirección para luego de unos minutos ver cómo el auto se estacionaba al frente de su casa.

—Wao... —expresó Lisa mirando la casa al frente del auto.

—¿Segura no nos diste una dirección equivocada? —preguntó Jisoo con la vista fija en la casa de Chaeyoung.

Gracias al buen trabajo de su padre, tenían una gran casa aparte de que vivía en zona de personas con dinero o con buenos ingresos.

—Si... —respondió Chaeyoung para luego tomar su mochila—, gracias por traerme —tan pronto lo dijo bajó del auto, antes de cerrar la puerta de este vió como las dos chicas aún dentro del auto se asomaban y la despedían moviendo sus manos energéticamente y con una gran sonrisa puesta en ella.

Les regaló una media sonrisa para luego cerrar la puerta del auto y caminar hasta su casa, luego de introducir la llave en la cerradura de la puerta se volteo para ver cómo el auto seguía en el mismo lugar, solo que la ventanilla estaba abajo demostrando la cara de Lisa y Jisoo quien le sonreían.

Movió su mano levemente y abrió la puerta para luego entrar a su casa y cerrarla seguido.

Miró a su alrededor, al no notar la presencia de su padre, caminó directo hasta su habitación para luego tirar la mochila en algún lugar de la habitación.

Se tiró en su cama con la mirada fija en el techo, tenía estrellas pegadas en ella, eran lumínicas por lo cual al apagar las luces y que la habitación se tornara oscura, esas estrellas comenzarán a brillar.

Le encantaba eso, para otros resultaría muy infantil pero para Chaeyoung era lo mejor, era muy fanática de las estrellas.

Asi que tan pronto vió las estrellas en una tienda no dudó en comprarlas y luego pegarla por todo el techo, claro está, con la ayuda de una silla, aunque ella fuera alta no podía alcanzarlo.

Hablando de comprar...

Necesito conseguir un trabajo.

Miró la hora, era temprano así que sin más tomo dinero de su mesita junto con su celular para luego bajar y salir de la casa.

Comenzó a recorrer varios lugares en busca de algún puesto libre, sin encontrar nada resignada fue hasta una cafetería el cual estaba cerca.

Caminó hasta el mostrador mirando a la persona del otro lado qué en mantenía su cabeza baja mientras que apuntaba algo en su libreta.

—Buenas tardes —saludó Chaeyoung para llamar la atención de la persona del otro lado del mostrador quien alzó la cabeza de golpe mostrando su cara confundida para luego mostrar una gran sonrisa.

Kim Jisoo.

🍃🍃🍃

¡Holaa!
No, no me he ido.
No sé si han visto la descripción de esta historia pero dice que se actualizará cada domingo, así que serán dos capítulos cada domingo.

Espero que les esté gustando un poco la historia.

Manténgase saludable. <3