Jisung bajó rápidamente de su auto y se acercó al portón de la casa, el cual se encontraba cerrado, pero no se relajó, eso no significaba que hubieran entrado por ahí. Observó con cuidado el portón y la verja en busca de una posible entrada no convencional a la casa y la encontró. En la esquina contraria había un pequeño ladrido que sobre salía con respecto a los demás, podría impulsarse con su pie por ahí y escalar el portón hasta cruzar al otro lado, donde probablemente debería saltar. No lo dudó y puso en marcha su plan, estiró sus brazos en busca de alguna hendidura o algo que le permitiera impulsarse hacia arriba; unos centímetros arriba de él pudo colocar bien sus dedos, puso a trabajar los músculos de sus brazos y alzó su pierna hasta poder colocarla sobre aquel ladrillo. Definitivamente lo suyo no era escalar, era torpe y su cuerpo no respondía como él quería o tal vez era que en su imaginación todo se veía más fácil. Pegado como chicle a la pared, hizo varias inhalaciones antes de continuar, volvió a estirar sus brazos hasta lograr alcanzar el borde del portón y a como pudo tomó impulso una vez más hasta lograr sentarse en el borde del mismo.

Observó el patio de la casa, todo se veía tranquilo y tampoco lograba escuchar nada, pero su corazón se sentía abrumado, debía apurarse. Comprobó que estaba en lo correcto y debía saltar, ágilmente lo logró pero al caer se raspó las rodillas al punto de romper su pantalón, maldijo por lo bajo y se acercó silenciosamente a la casa. 

Su corazón se apretó dolorosamente en su pecho, la cerradura había sido forzada al punto de romperse, tragó con fuerza conteniendo la respiración y abrió lentamente la puerta. Esperaba ver una escena traumática, pero observó que todo estaba ordenado, a excepción de la mesita de madera junto a la puerta, la cual se encontraba un poco más allá de dónde estaba normalmente, como si se hubieran tropezado con ella. 

Entró lentamente procurando no hacer ruido, recorrió con la mirada las estancias cercanas o al menos hasta donde su vista llegara. De pronto su corazón se paralizó, había escuchado un ahogado sollozo de dolor proveniente de la habitación de Minho. Caminó lo más rápido y de puntillas que pudo en dirección a la habitación, empujó levemente la puerta para observar. 

Su corazón se agitó ante la escena, Minho se encontraba acostado en la cama atado de manos y pies, su boca estaba amordazada por algún tipo de prenda, su camisa había quedado hecha jirones y estaba en bóxer, desde ahí podía notar que había sido golpeado cruelmente. 

Jisung se disponía a entrar en la habitación cuando notó que una sombra se movió en un costado de la habitación, prestó atención antes de actuar. De las sombras salió un hombre, se acercó a la cama y se subió sobre Minho. Jisung sintió su sangre hervir, el hombre comenzó tironear del elástico de los boxers del rubio, el cual no dejaba de quejarse mientras las lágrimas resbalaban sin cesar por su rostro. El monstruo que estaba dormido en el interior de Jisung despertó, él podría distinguir esa cabellera color verde en cualquier lugar. 

Sin pensarlo, entró precipitadamente a la habitación y se abalanzó sobre el hombre. 

-¡MALDITO! - gritó ante la mirada de sorpresa de Taehyun.