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Capítulo XXI

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que se puso a llorar hasta el punto de quedarse dormido, pero un fuerte ruido lo despertó. 

Se incorporó lentamente y puso atención a cualquier sonido, estaba seguro que había alguien en su casa. 

-¡Maldición! 

Lo escuchó, escuchó ese leve quejido proveniente de la sala y como la mesita junto a la puerta de entrada era movida, como si alguien hubiera tropezado. 

Se encontraba muy asustado, intentó controlar sus emociones, tanteó sobre la mesita de noche hasta encontrar su celular y sin pensarlo dos veces se arrastró rápidamente hasta el armario para esconderse. Escuchó cómo alguien inspeccionaba las habitaciones contiguas a la suya. 

Sus manos temblaban, y su respiración agitada no ayudaban mucho, se preguntaba si solo era su imaginación o un mal sueño, estaba aterrado quería gritar y llorar  pero si lo hacía iban a descubrir pronto su escondite. Se acurrucó en el piso del armario y jaló de la ropa colgada en ganchos sobre su cabeza para que cayera sobre él en un pobre intento de ocultarse. 

Cuidadosamente tanteó las teclas de su celular en busca de los contactos de emergencia. Apretó el número dos en la marcación rápida, escuchó como timbrada.

-Binnie contesta - murmuró lo más bajo que pudo - vamos Binnie tengo miedo. 

Su amigo no contestó, intentó nuevamente y nada. Un sudor frío comenzó a bajar por su frente, intentó marcar otro número de emergencia, esta vez marcó el número tres, esperando que Bang Chan pudiera responder, pero inmediatamente entró la contestadora de voz. Escuchó cómo crujió el piso del otro lado de la puerta de su habitación, sus ojos se llenaron de lágrimas e intentó con todas sus fuerzas que ningún sonido saliera de su boca delatando su posición. Sus manos temblaron desenfrenadamente, sólo tenía otro contacto de emergencia, pero dudaba que respondiera. Los pasos se acercaban, trago saliva y de paso su orgullo mientras apretaba aquel número uno poniendo todas sus esperanzas en él. Pudo escuchar como la puerta de su habitación se abría lentamente y muy bajito pero audible para él, había una respiración pausada en el marco de la puerta. 

 ~ ~ ~ * * * ~ ~ ~

Se sentía frustrado, era su cumpleaños, había música, comida, bebidas y personas por todos lados, le habían dado regalos lujosos, sus padres habían dado un discurso aburridísimo de cómo lo habían concebido, había charlado de mala gana con gente conocida y otra no tan conocida, Hyunjin no dejaba de pegársele como si fueran pareja, sin mencionar que había recibido miles de felicitaciones por ese gran día; pero a pesar de todo, de aquella lujosa fiesta, se sentía enojado, deprimido, agobiado y muy frustrado, la única persona de la cual realmente quería escuchar una felicitación, no le había puesto ni un mensaje; pero, cómo le iba a escribir si él había sido cruel y llevaban días sin dirigirse la palabra. Odiaba su vida, se sentía sólo y que no encajaba en la vida que sus padres planeaban para él. 

Se encontraba rodeado de toda esa gente que no conocía ni lo más mínimo de él, a excepción de sus padres y Hyunjin. Decidió que necesitaba respirar aire fresco, alejarse del ruido, así que se dirigió al jardín y se sentó en una de las sillas de playa colocadas alrededor de la piscina. Sentir el aire frío golpear su cara lo hacía sentir un poco mejor, lo relajaba y le ayudaba a pensar con más claridad. Escuchó unos pasos detrás suyo, pero no volteó, creía saber de quién se trataba. 

-¿Por qué te alejaste sí es tú fiesta de cumpleaños? 

Suspiró profundamente, ¿acaso no podría tener ni un minuto de paz? Pensó para sí mismo. 

-Solo quería respirar un poco de aire fresco Jinnie. 

Hyunjin chasqueó la lengua en desaprobación. 

-Tus invitados pensarán mal de ti como anfitrión.

-No son mis invitados - replicó empezando a molestarse - Esta fiesta es más de mis padres que mía. 

-No digas tonterías, todos vinieron a verte y pasar un rato agradable a tu lado. 

-¿A quién quieres engañar Hyunjin? - dejó de ocultar el enojo en su voz pero no volteó a verlo- Esto es pura apariencia, aquí nadie me conoce. 

-Yo te conozco - dijo mientras se acercaba a su amigo y depositaba una de sus manos en el hombro de Jisung. 

-Bueno tú sí, pero ellos no y tampoco me interesa que me conozcan, pero en el fondo sabes que esto es una farsa y lo detesto, hubiera preferido dormir todo el… 

La vibración de su celular en su bolsillo lo interrumpió, lo sacó y abrió sus ojos como platos, él por fin lo estaba llamando. Torpemente aceptó la llamada. 

-Hola… - dijo tratando de sonar desinteresado. 

Escuchó un leve susurró, pero definitivamente era la voz de él. 

-Han… ayúdame… 

-¿Minho? ¿Qué dices? No puedo escucharte, ¿puedes hablar más alto? 

-Ayúdame por favor… - volvió a susurrar y dejó escapar un sollozo. 

-¿Min? ¿Qué pasa? ¿Por qué estás llorando? - cuestionó preocupado. 

-Por favor, por favor, ven a ayudarme, hay alguien en mi ca… 

Jisung escuchó un gritó ahogado y una voz en el fondo. 

-Por fin te encontré pequeño gatito

La llamada se cortó, Jisung se incorporó rápidamente y se dirigió a su casa en busca de las llaves de su auto. Hyunjin detrás de él lo llamaba. 

-¡Jisung! No te vayas, ¡Espérame!, es tu fiesta, no me dejes - le suplicó. 

Jisung lo ignoró y apresuró el paso, tomó las llaves de su auto ante la mirada curiosa de los invitados y sin esperar que sus padres le dijeran algo, salió lo más rápido que pudo hacia su auto. 

Haciendo ronronear el motor, salió disparado en dirección a la casa de a Minho. Nuevamente tomó su celular y marcó el número de Minho, inmediatamente respondió la contestadora. 

-¡Maldición! - exclamó. 

Mientras conducía, tecleó un mensaje de texto y lo envió al grupo de Stray Kids. Pisó a fondo el acelerador, sentía su corazón latir con fuerza, la respiración comenzaba a entrecortarse y su mente trabajaba en busca de un plan. Se sentía contrariado y asustado, la voz de Minho a pesar de ser un susurro, se escuchaba aterrado y el grito al final de la llamada lo inquietaba en sobremanera. 

Cruzó las calles a toda velocidad, se brincó los semáforos en rojo y nada le importaba más que la simple idea de llegar a la casa del rubio y encontrarlo sano y salvo. 

Tenía una idea de quién era el dueño de aquella voz pero prefería creer que había sido producto de su imaginación. Se encontraba a unos metros de distancia de su destino y el alma se le cayó a los pies cuando llegó al frente de la casa de Minho y vio un carro estacionado frente a la casa del rubio provocando que sus temores se hicieran realidad, definitivamente aquel era el automóvil negro de Taehyun.

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Tres capítulos en dos días, eso es u récord, por fin encontró inspiración y tiempo para escribir.
Espero les guste el cap y ya el próximo está listo pero esperaré un poco antes de actualizar otra vez.

Gracias por leer!

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