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Capítulo XX

Los días habían transcurrido lentamente entre clase y clase y  sin ningún otro malentendido entre Minho y Jisung. 

Minho había visitado a Bang Chan unos cuantos días más, habían hablado de cosas triviales o intentaban pensar cuáles posibles acciones podría tomar Taehyun en contra del rubio o de Felix. La mayoría de cosas habían sido disparates por parte de Jeongin y Seungmin, así que lo único serio que lograron acordar; casi obligados por Changbin, fue no volver a llevar a Minho a una carrera hasta que estuvieran seguros que nada le podría pasar ahí; Felix, por su lado, había dicho que él correría el riesgo de enfrentar a Taehyun. 

Y entre visitas, risas, comida y bromas para relajar el ambiente, había llegado el sábado y con el la tan aclamada fiesta de cumpleaños de Jisung. 

-¿Crees que debería enviarle al menos un mensaje de cumpleaños? - preguntó tímidamente Minho. 

-¡No! - exclamó Changbin - Definitivamente no, él fue el que se enojó, ni siquiera pensó en invitarte a su fiesta, abre los ojos Min, solo estaba jugando, y no quiero que vuelvas a pasar por lo mismo. 

El rubio no respondió, se limitó a quedarse en silencio sobre su cama mientras Changbin acomodaba su ropa. El pelinegro lo visitaba todos los sábados para hacer limpieza general y luego salían a comer o simplemente caminar por los alrededores. Él sabía que Changbin no lo quería ver sufrir por un corazón roto una vez más, no quería volver a caer en ese abismo oscuro de inseguridad y baja autoestima, sabía que su amigo había vivido con él esos momentos y le había costado tanto que Minho entendiera lo valioso que era, que temía que la situación se repitiera por culpa de Jisung. 

-¿Binnie? 

-¿Hmmm? 

-¿No hay algo que quieras decirme o preguntarme? - dijo Minho sin titubear. 

Changbin tropezó tirando al suelo toda la ropa que acaba de doblar. 

-¿Por... Por qué... Hmm.. Dices eso? - preguntó tartamudeando. 

-Por qué sé que Felix cumple años mañana y te invitó a salir hoy pero no le respondiste por mí - dijo directamente y sin rodeos. 

En una de sus visitas a casa de Bang Chan, sin querer había escuchado a Felix decirle a Seungmin que había invitado a Changbin a salir para celebrar su cumpleaños pero el pelinegro se había negado alegando que debía cuidar de Minho. 

-¿Cómo? ¿Cómo sabes eso? 

-Lo escuché por casualidad, y no me gusta que me utilices como excusa para no afrontar tus miedos - comenzó a sermonearlo. 

-¡Yo no estoy huyendo de nada! - replicó Changbin de forma efusiva. 

-¡Claro que sí lo estás! Hubieron algunos fines de semana que tuve que quedarme solo para que ayudaras en tu casa y no morí, no va a pasar nada por quedarme solo una vez más. Ya te has negado a muchas cosas por mí, por fin tienes a alguien que te quiere de forma recíproca. No te niegues a vivir tu vida por mí, yo voy a estar bien, es más no saldré de casa, escucharé música, pondré algunas películas y me iré a dormir temprano. Mañana cuando regreses me encontrarás sano y salvo y dispuesto a escuchar sobre tu cita con Felix. 

-¡N-no es una cita! - exclamó el pelinegro sonrojándose. 

-Bueno llamalo como quieras, pero deberías ir, ya deja de usarme para huir. Mi plan para hoy suena perfecto, también necesito tiempo para mi mismo. 

Era cierto, Changbin pasaba todo el tiempo junto a Minho que le impedía pensar sobre sí mismo y eso solo lo empujaba a ser cada vez más dependiente de otros. Un completo error, sabía que algún día tendrían que separarse y el que más sufriría sería Minho por su dependencia, así que debía cambiar o no lograría sobrevivir por sí mismo. 

-¿Estás realmente seguro de esto? Digo, Felix ya puede haber hecho otros planes... 

-Binnie, estás buscando excusas otra vez - se quejó Minho- juró que estaré bien, y si algo sucediera te llamaré de primero como siempre. Ahora, llama a Felix y pregúntale, si ya hizo planes, puedes quedarte conmigo y mis películas, siempre tendrás un lugar en el sillón de mi casa. 

Changbin empezó a reír por las ocurrencias de su amigo, pero admitió internamente que el rubio tenía razón, siempre buscaba alguna excusa aunque fuera tonta e insignificante para evitar afrontar la vida sin Minho, así que suspiró pesadamente, sacó el celular de su bolsillo, marcó el número de Felix y puso el altavoz. 

El celular timbró varias veces antes de que la profunda voz de Felix sonara del otro lado, parecía que se estaba despertando aunque eran pasadas las diez de la mañana. 

-¿Ho... la? - intentó articular en medio de un bostezo. 

-Hmmm... ¿Felix? - preguntó tímidamente. Minho rió bajito al escuchar a su amigo - Soy... soy Seo Changbin. 

Se escuchó un grito ahogado, un golpe y una maldición en inglés, sonaba como si el Australiano se hubiera caído de la cama. 

-¿Binnie? - dijo cobrando la compostura. Minho alzó una ceja, no sabía que ya se tenían esa confianza como para llamarse por su diminutivo. 

-El mismo - respondió intentando sonar lo más normal posible. Internamente rogaba al cielo que Felix no dijera nada comprometedor, se estaba arrepintiendo de haber puesto el altavoz. 

Después de ese comentario ninguno de los dos chicos dijo nada, el silencio era incómodo, ninguno de los dos sabía que decir a continuación. Minho suspiró pesada y sonoramente. 

-Lix - llamó. 

Changbin se volteó arqueando una ceja, de dónde carajos Minho había sacado esa confianza para llamar así a Felix, ni él se atrevía aún. 

-¡OH! Min estás ahí - exclamó el australiano. 

-Si, estaba diciéndole a Binnie que tengo planes para hoy, por lo que no necesito que me acompañe - mintió descaradamente ante la mirada de sorpresa del pelinegro - pero me siento mal de que él esté solo cuando los fines de semana siempre estamos juntos, así que me preguntaba si ¿le podrías hacer compañía hoy? Él no está acostumbrado a pasar los fines de semana solo. 

Changbin tenía un manojo de emociones en su interior, no sabía si quería abrazar y besar a su amigo por crear tan rápido una historia convincente o quería ahorcarlo por hacerlo quedar como un marginado social si no estaba con alguien los fines de semana. 

Otro silencio incómoda se instaló en la conversación. Changbin quería arrancarse el cabello por la desesperación, la habían cagado se repetía internamente. 

-¿Lix? - llamó el rubio. 

-Eh... aquí - el australiano se aclaró la garganta un par de veces - aquí estoy. No tengo planes para hoy, había invitado a un chico a salir para celebrar mi cumpleaños pero me canceló - ironizó - Así que sí, supongo que puedo pasar el día con Binnie, si él quiere... 

Changbin abrió los ojos como platos mientras Minho se mordía el labio intentando no reírse de la situación, tomó aire para responder sin que se notara su risa. 

-¡Es perfecto! Ves Binnie, me alegra que mencionarlas que te gustaría pasar tiempo con Felix, fue una buena idea llamarlo a él de primero y que él te quiera acompañar un rato - decía divertido. 

Changbin solo contorsionaba su cara en una mueca que claramente Minho no podía ver, de lo contrario, se hubiera asustado o tal vez se hubiera reído a carcajadas por el intenso color rojo de la cara de su amigo.

-¡Gracias Lix! - exclamó con voz chillona - Binnie pasará por ti en una hora. ¡Adiós! 

Changbin no esperó una respuesta y cortó la llamada. 

-¿Por qué eres así? - se quejó su amigo. 

-Por qué necesitabas un pequeño empujoncito; además, admitelo, sin mí no estarías de camino a disfrutar de un hermoso fin de semana junto a Felix. 

-¿Esperas que te dé las gracias? - dijo intentando sonar enojado pero falló estrepitosamente al tartamudear. 

Minho rió, su amigo a veces podía parecer una colegiala enamorada. 

-No espero nada, bueno sí, espero que corras a tu casa a alistarte, no creo que quieras ir oliendo a detergente floral... 

Ambos se echaron a reír. El pelinegro se acercó a Minho y lo abrazó fuertemente antes de susurrarle un gracias al oído y luego despedirse para salir rápidamente en dirección a su casa. 

-Al menos a  alguien le está yendo bien - dijo para sí mismo Minho. 

Ahora que estaba solo y tenía mucho silencio para sí mismo, sus pensamientos viajaban hacia Jisung y como él chico debería estar disfrutando su cumpleaños junto a Hyunjin. 

Changbin tenía razón, dolía y dolía más que cuando Park Hyun Shik lo engañó, dolía pensar en Jisung y Hyunjin juntos, dolía saber que ni feliz cumpleaños podía decirle, dolía saber que se había empezado a enamorar y que no pudo ser. No se había percatado que las lágrimas habían comenzado a escurrirse por sus mejillas. Decidió que ese día no saldría de su cama, así que se recostó y no quiso detener sus lágrimas. 

-Feliz cumpleaños Han... 

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Dos capítulos en un día y todo por que ustedes se lo merecen, han tenido mucha paciencia con esta historia, así que gracias.
Perdón si hay algún horror gramatical o de ortografía, me pueden decir así en los comentarios así los puedo corregir!

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