Habían pasado varias semanas desde que Jisung había comenzado a seguir secretamente a Minho. Salía temprano de casa y esperaba a que el rubio pasara por la misma calle, luego lo seguía, conduciendo lentamente hasta que tomaba el autobús hacia la universidad; después lo esperaba en la entrada recostado a la pared y lo seguía con la mirada, para inmediatamente ponerse en marcha detrás de él. En las clases ya no se sentaba en el fondo del salón sino que se sentaba unos cuantos asientos detrás de él. Durante el almuerzo, había tomado la decisión de comer en la cafetería de la universidad, algo que antes no hacía. Sus amigos empezaban a sospechar que algo pasaba con Jisung y no dejaban de hacer preguntas, las cuales él chico ignoraba olímpicamente. Finalmente, Jisung hacía el mismo recorrido pero esta vez para asegurarse que el rubio llegara a salvo a casa; para desgracia suya, tanto en clases, en los pasillos, en el almuerzo como a la salida, Minho iba escoltado por Changbin, por lo que aún no cruzaba palabras con el rubio. 

Lo peor de su nueva rutina era escuchar a Hyunjin que se quejaba por todo y no desaprovechaba ninguna ocasión para hacer drama. Se quejaba de que su amigo lo ignoraba y ya no tenía tiempo para él, que ya ni lo pasaba a recoger a su casa, mucho menos escribirle un mensaje, se había quejado de que extrañaba los mensajes sobre carreras de autos; no era cierto pero necesitaba algún motivo para poder hablar con Jisung. 

Hyunjin sospechaba que algo había ocurrido el sábado después de que Jisung lo dejara botado en el bar. Desde ese día, el chico era más frío de lo normal, conversaba aún menos, asistía a todas las clases sin falta y hasta llegaba temprano, algo muy inusual recordando las excesivas peleas que Jisung había tenido con sus padres por faltar a clases los años lectivos anteriores; además, eso de comer todos los días en la cafetería era lo más extraño de todo, Jisung siempre se había quejado de que no podía comer lo que preparaban en el lugar ni estar rodeado de tanta gente; sin mencionar, que él había notado que Jisung había dejado de comer o comía muy poco a pesar de insistir en ir a la cafetería a la hora del almuerzo, y esto le preocupaba de sobremanera.

Era la hora de cambio de clase, aquella tarde tenían clase de arquería. Jisung ya se había cambiado de ropa por su uniforme para deporte y esperaba disimuladamente fuera de los vestidores a que el rubio saliera. 

Justo en ese momento, Minho salió del lugar acompañado de Changbin que acomodaba el abrigo del rubio, detrás de ellos salió Hyunjin. El castaño no reparó en la pareja que iba delante suyo, sólo podía observar a su amigo que fruncía el ceño haciendo cara de pocos amigos. 

-¿Qué te pasa? Tienes una cara - comentó. 

Jisung desvió la mirada, un monstruo rugía en su interior.

-No me pasa nada, puede que me esté enfermando - mintió. 

-Si no te sientes bien deberías ir a la enfermería, te puedo acompañar - ofreció amablemente. 

-No Jinnie - dijo suavizando su voz, una de sus técnicas para calmar al castaño - No quiero que pierdas clases por mi. Vayamos o llegaremos tarde. 

No se había equivocado, aquella voz siempre lograba que el estómago de Hyunjin se retorciera, como si mil mariposas revolotearan en su interior; pero algo era de seguro, Jisung no era el mismo, en otro momento no le hubiera importado perder clases por cualquier razón y mucho menos algo tan tedioso como la arquería donde él no era bueno, era muy sospechoso el comportamiento de su amigo. 

La clase transcurría con normalidad, estaban practicando con el arco y Jisung seguía teniendo pésima puntería.

El chico observó como el rubio conversaba con el profesor antes de salir de la clase completamente solo. Esa era su oportunidad.

Si dudarlo, Jisung le dijo rápidamente al profesor que necesita ir al baño y sin esperar respuesta salió precipitadamente del salón. Al salir no vio al rubio, ¡mierda! ¿Cómo podía caminar tan rápido? 

Apresuró el paso buscando al chico por los desolados pasillos; al pasar al lado de unos casilleros, sintió como algo de repente se enredaba en sus piernas haciéndolo caer de bruces al suelo. 

-¡Auch! - se quejó. Sintió una presencia cerca, por lo que levantó la mirada rápidamente y se quedó perplejo. 

A su lado, escondido por los casilleros, se encontraba Minho. Al parecer Jisung se había tropezado con el  bastón del rubio. Se incorporó sin decir nada observando detenidamente al chico. 

-¿Qué quieres? - preguntó Minho. 

Jisung abrió sus ojos por la sorpresa, entendiendo lo sucedido, el rubio lo había estado esperando. No sabía qué responder por lo que optó por quedarse callado. 

-Sé que estás ahí, puedo oír tu respiración. ¿Qué quieres de mí? - repitió. 

-No entiendo de qué hablas - dijo por fin. 

Minho sintió un escalofrío recorrer su espalda, era la voz del chico que lo había salvado en las afueras del bar. Tenía que improvisar, no podía dejar que notara su nerviosismo. 

-Me has estado siguiendo... 

Jisung abrió aún más sus ojos, ¿cómo lo había descubierto? 

-Solo iba al baño - mintió Jisung. 

-No es cierto - afirmó Minho - sé qué me has estado siguiendo desde hace semanas. Ya te había dicho en el bar, que aunque no podía ver tenía otros sentidos bien desarrollados. 

Jisung maldijo en su interior, el chico lo había reconocido por su voz. No esperaba que su reencuentro con el rubio fuera así, mucho menos que fuera iniciativa de él. 

-Solo estaba preocupado - dijo rápidamente. 

Minho levantó sus cejas asombrado por la respuesta del chico. No sabía que decir al respecto. 

-¿Preocupado por mí? ¿Por qué? ¿O de qué? 

-Después del accidente del bar he estado preocupado y solo quería asegurarme que los chicos que te molestaron no se acerquen otra vez - improvisó. 

Por alguna razón parecía que Minho le estaba creyendo, ya que relajo su cuerpo. 

Minho pensaba que el chico no parecía una mala persona, si de verdad le hubiera querido hacer algo ya lo habría hecho. Por alguna razón le creía, al fin y al cabo aquel chico era el único que había visto los rostros de sus atacantes.

-¿Por qué no me lo dijiste de frente? - preguntó el rubio. 

-No sabía cómo acercarme - dijo sinceramente - siempre estás con tu novio y no sabía que decir sin causar problemas. 

Minho frunció el ceño - Changbin no es mi novio, pero si es alguien muy querido para mí... - Jisung sonrió de lado, aquella afirmación eran buenas noticias a medias para él - Igual podrías haber dicho algo. 

-Yo... Lo Siento. 

-Podrías haberme ahorrado muchos... - Minho no continuó la frase, un leve rubor apareció en sus mejillas. 

Jisung sintió como si alguien le hubiera dado una patada en el estómago dejándolo sin aire. El rubio se veía increíble sonrojado, ese rubor en las mejillas combinaba perfectamente con sus largas pestañas. 

Jisung trató de recobrarse sin que se notará, aclarándose la garganta antes de hablar. 

-¿Te asusté? - preguntó usando la voz dulce que utilizaba con Hyunjin. 

Aquel cambio de voz asustó a Minho, fue algo inesperado, por lo que sólo se mordió el labio antes de responder. 

-Solo un poco...

-Lo siento - se disculpó. 

-Solo... Solo no lo vuelvas a hacer. 

-No lo volveré a hacer si prometes no volver a botarme con tu bastón - bromeó Jisung. 

Minho se sonrojó nuevamente. 

-Yo lo siento por eso - se disculpó el rubio - solo estaba... asustado. 

-No te preocupes, solo bromeo - dijo entre risas.

Minho le dedicó una sonrisa tímida. 

-¿Puedo al menos saber tu nombre? - preguntó Minho. 

Jisung suspiró profundamente, era el momento de revelar su identidad, pero si quería que aquello avanzara debía darle confianza al chico. 

-Soy Jisung, Han Jisung.

 
Minho abrió sus ojos ante la sorpresa. ¿Ese era el Jisung del que toda la universidad hablaba? ¿El hijo del rector? 

Jisung al ver la reacción de Minho entendió lo que pasaba por la cabeza del chico. Él puede que no tuviera una buena reputación más allá de su herencia pero algo lo empujaba a ser bueno con aquel chico, por lo que debía dejarle una buena impresión de alguna manera. 

-Veo que mi nombre no te es indiferente - dijo tratando de sonar amable. 

-No... Eres... Bastante popular - titubeó. 

-¿Lo soy? - dijo fingiendo sorpresa, claro que lo era, de pequeño siempre había sido así - No pienses en mí como el Jisung del que hablan los demás, piensa en mí como el Jisung que te ayudó en el bar. 

-¿Cómo el que me ha estado acosando? - dijo. 

Jisung se mordió el labio, la estaba cagando. 

-Yo... - la risa de Minho lo cortó. 

-Esta bien, te llamaré Han, ¿te parece? 

-No me gusta que me digan Han - dijo. 

-Entonces... ¿prefieres chico acosador? - dijo Minho divertido. 

Jisung rió - Creo que Han está bien. 

-Yo soy Lee Minho. Puedes llamarme como quieras. 

El ambiente se sentía más ligero. Se habían quedado conversando un poco más sobre lo ocurrido en el bar y el falso temor de Jisung por la seguridad el rubio. Minho sentía que aquel chico no era mala persona y que habían logrado hacer conexión muy rápido, algo que no le había vuelto a ocurrir después del accidente. Sentía que podía hablar con la misma naturalidad con que lo hacía con Changbin. 

Por su lado, Jisung se encontraba feliz de que había logrado su cometido: acercarse al rubio. Ahora sólo debía utilizar a su favor aquel giro para poder acercarse aún más y debía aprovechar que el tal Changbin no estaba presente. 

-Sé que es precipitado pero... ¿podrías darme tu número de teléfono? - dijo probando su buena suerte y añadió al ver la expresión de duda de Minho - No pienses nada extraño, me gustaría que sí necesitaras algo me lo dijeras, si te vuelven a molestar que me digas, sé que tienes a tu amigo, pero... 

Se calló, no sabía cómo continuar, sé estaba sintiendo tonto, era la primera vez que no tenía palabras que decir para conseguir lo que quería. 

-Eres alguien importante aquí, debes pasar muy ocupado con todos tus amigos, ¿realmente podrás ayudarme si lo necesito? - lo cuestionó el chico. 

-Yo no los llamaría amigos, me cansé de las apariencias - dijo sinceramente Jisung- Yo te juro que te protegeré de ahora en adelante.