
Capítulo 6
Siete meses desde que su Kara se fue y cuatro viviendo con su alucinación. Parece largo, pero para Lena fue bastante rápido. Dejó de ver las noticias sobre la heroína y se ausentó más en el trabajo, pero sin llegar a faltar. ¿Por qué?
—Si le dices eso a Kara seguro que se reirá de ti —comenzó a reírse Supergirl.
—No me ayudas, ¿lo sabías?
Sí, la relación Kara, alias "alucinación insoportable pero ahora soportable", y ella mejoró. Seguía siendo una creída, fanfarrona y arrogante, y seguía actuando con soberbia y chulería, pero al fin y al cabo se entendían. Aún Lena pensaba como es que ella iba a ser capaz de imaginar así a Kara, como es que su mente proyectaba una alucinación de una Kara que odiaría, cuando lo que más le gustaba de ella era su timidez, su simpatía, delicada y su bondad.
—Es que, si le dices eso Len, seguramente diría: ¿acaso no he ido detrás de ti varias veces? —alzó las manos derrotada.
Llevaban unos días discutiendo sobre como Lena le pediría perdón a Kara. Sí, ella. Sí, Lena es quien iba hacerlo. Lo discutió con Hope y su alucinación bastante tiempo. Negaba a hacer algo así, nunca se rendía ante nadie. Pero era su Kara de quien estábamos hablando, y tras una charla larga y tendida, entró en razón y practicó su larga disculpa frente al espejo hasta que por fin decidió decírselo a su alucinación. Total, ella también era Kara y seguramente le facilitaría las cosas. O eso pensaba porque lo único que le daba eran pegas.
—¡Es que ni en paz puedo hablar contigo! —gritó Lena desesperada.
—Señorita Luthor, hablamos de su alucinación. No es realmente Kara, ya lo sabe. Debe tranquilizarse —intentó Hope animar el ambiente.
—No, no señora. No puedo decir nada porque para ella todo le parece patético.
—¿Por qué no le dices lo que sientes de verdad? —preguntó la rubia.
—Eso intento, pero tú lo estropeas.
—No, no lo haces. ¿Por qué primero no empiezas con un: "te he echado de menos", luego con un: "eres mi debilidad", y finalmente le abrazas mientras os contáis que han sido de vuestras vidas estos últimos meses?
—¿Cómo voy a decir solo eso? —preguntó Lena cruzándose de brazos.
—¿Cómo le vas a decir —cogió la hoja de Lena—, que viste las noticias y te acordaste de ella nada más empezar, Lena? Y aquí —señaló a mitad del folio—. "Me encantaría que siguieras siendo mi pareja de juegos, aunque si no quieres no importa" —imitó la voz de Lena—y aquí dices que ella nunca ha ido detrás de ti y sabes que...
—¡Basta ya! —gruñó Lena apartando lo que había escrito—, está bien, escríbelo tú y me lo aprenderé.
—No, nena, tiene que salir de ti.
—No me llames nena, imbécil. Y hazlo tú, señorita sabelotodo. —arrugó el papel mientras se sentaba en la mesa junto a Hope.
—Por lo que a mí respecta, quieres que Kara, tu alucinación, escriba lo que deberías decirle a Kara y ella se ha negado, ¿no? —preguntó la máquina.
—Sí.
—Por una vez tiene razón —Hope imitó una risa ya que era impropio de ella.
—Lo habéis conseguido.
—¿El qué? —preguntaron Hope y Kara al unísono.
—Acabar con mi paciencia —y sin más apagó a Hope—, y de ti —le señaló—, no quiero escuchar ninguna palabra en todo el día. Me voy a poner a trabajar —y rodeó la mesa para sentarse.
—Len, venga... te ayudaré... —se puso delante de la mesa.
—No, ya no tengo ganas —comenzó a escribir.
—Si no tienes trabajo... lo siento, me he pasado.
—Vaya, después de cuatro meses por fin dices algo bueno —dijo con sorna sin levantar la cabeza.
Kara se quedó ahí contemplando la seriedad y las arrugas de Lena que se le formaba cuando estaba molesta. Se sentó enfrente suya y se apoyó sobre la mesa. Lena alzó la vista y Kara esbozó una sonrisa. La pelinegra aguantó las ganas de sonreír también, pero no podía y una mueca la delató. Miró a los ojos azules y se recostó en el respaldo de la silla.
—De verdad, ahora no me apetece. Puede que esta noche lo intente —admitió derrotada ante tanta ternura.
—¿Me dejarás verlo? —preguntó levantándose.
—No, por idiota.
Lena sonrió y Kara se mordió el labio. La pelinegra suspiró mirando hacia los papeles y se cruzó de brazos con el bolígrafo en la mano. Kara, en el otro extremo, empezó a hacer tonterías y a bailar rodeando la mesa. Ambas se miraban y sonreían.
—¿Ves cómo eres idiota? —asintió Lena para sí misma.
—Venga, deja de estar tan tensa —Kara se puso detrás de ella y empezó a masajear sus hombros—. Mañana, cuando tu poema esté terminado, lo escucharé atentamente. Prometido.
—Tendrás que esperar porque me has quitado las ganas. Y también prometiste que después de que te dijera que te echaba de menos ibas a desaparecer.
—Y yo te repito que eso es cierto. Desaparecí como Kara —se puso al lado de ella y giró su silla para que Lena viera que se señalaba a sí misma—, pero no como Supergirl.
—Sois la misma persona —frunció el ceño.
—Sabes que no es cierto, nena.
—Sí, la verdad es que sí lo sé. Y deja de llamarme nena o hallaré un modo para que desaparezcas —apartó a Supergirl de su visión.
Kara simplemente sonrió, aunque Lena no la estaba mirando. Se acercó y empezó a masajear nuevamente los hombros de Lena. La pelinegra giraba su cuello con gusto y cerró los ojos. No iba a decir que no a un masaje.
—Len, ¿puedo hacerte una pregunta?
—Vaya, si tienes dudas y todo. ¿No eres producto de mi imaginación y lo sabías todo sobre mí?
—Sí, lo sé, pero no en profundidad porque tienes sentimientos escondidos que no consigo ver.
—¿Qué quieres saber?
—¿Hace cuánto que no te tocas?
—Dios... —Lena rodó los ojos—, ¿por qué sigues con esa pregunta? Llevas meses detrás de mí diciéndome lo mismo.
—Es que... —se acercó a su oído—, te notó muy tensa.
—¡No lo vuelvas hacer! —apartó a Supergirl de sus hombros y se levantó para enfrentarla—, porque como vuelvas a lamerme el cuello, te juro que... —le señaló, pero Kara cogió su pulgar con una mano y con la otra, agarró el cuello de su camisa y la besó.
Sí, ahora mismo Lena tiene los ojos más abiertos que la boca de Shin Chan cuando bosteza. Ahora mismo Lena tenía el corazón que se le salía del pecho. Ahora mismo Lena tenía cientos y cientos de preguntas sin ninguna respuesta de porque su alucinación la estaba besando. Estaba más que alucinando, ¡estaba como soñando! Ahora mismo Lena... cerró los ojos y se dejó llevar.
Kara se apartó poco después y se quedó contemplando a Lena con los ojos cerrados. Le acarició el rostro y Lena lentamente los abrió. Pestañeó varias veces hasta que se apartó con lentitud mientras Kara no hacía nada más que verla.
—Lo siento, pero...
—Es lo que quería —terminó Lena su frase mientras acariciaba su boca y se sentaba.
Y sí, descubrió que Kara Danvers era su debilidad y no era por amistad, sino por algo más. Por fin todas las incógnitas tenían su respuesta y estuvo delante de ella todo este tiempo. ¡Y que una alucinación le haya ayudado a aclarar sus sentimientos! Aunque ese beso no fuese real, fue el mejor beso que le había dado en mucho tiempo. Y no le desagrado, ¡sino que lo repetiría!
Entonces había entendido el cómo le trataba a Kara, cómo Supergirl lo hacía. Como le dolía que le mintiese, pero lo que más le dolía era estar alejada de ella. Como se sonreían, las formas de cada una, como se miraban y hablaban entendiéndose perfectamente una con la otra. Como se abrazaban y se hacían regalos extra raros, pero que solo ellas se entendían y sabían que les iban a encantar. Como le hacía bien su compañía, como trabajaban juntas y como se protegían mutuamente. Todo lo que había hecho Kara por ella, todo lo que había hecho Lena por Kara.
—¿Quieres dejar de mirar a la Tablet y prestarme atención a mí? —intentó llamar a Lena.
—Lo siento —frunció el ceño—, es que... esto es nuevo para mí, ¿sabes?
—¿Estás enfadada?
—Sabes que no. Es más... estoy... ¿encantada de que lo hayas hecho? —musitó—, nunca me imaginé querer a mi mejor amiga como algo más...
—Solo tenía que darte ese empujón. Y ahora, ¿vas a escribir lo que de verdad sientes esta noche?
—Sí —sonrió—, lo haré.
Y viendo a Kara sonriente, decidida, cogió sus cosas y se marchó a casa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro