Capítulo 5
Entró en su oficina y Supergirl ya estaba allí. Lena rodó los ojos e ignoró nuevamente su presencia y esto le hacía a la chica de acero sonreír. Encendió a Hope sin saber muy bien por qué, pero necesitaba no estar alucinando porque la presencia de la rubia le estaba comiendo el cerebro.
—Buenas noches, señorita Luthor. ¿Se ha dejado algo?
—Sí, mi paciencia.
—¿Ella está aquí?
—Sí —contestó con enfado al ver que la rubia le saludaba.
—¿Quiere desahogarse?
—Hope... ¿puedes ser mi psicóloga?
—Señorita Luthor, no tengo conocimientos suficientes como para tratar a las personas. Sé que soy una máquina maravillosa, pero yo no entiendo muy bien los pensamientos y sentimientos de los humanos. Necesitas estar a manos de un profesional, le ruego que...
—No tengo a nadie, por favor... —musitó derrotada.
—Intentaré hacer lo mejor posible —contestó después de un largo silencio—. ¿Quiere que luego analice la situación?
—Sí.
—Entonces póngase las lentillas de Obsidian North, por favor.
Lena se sentó en el sofá y negó con la cabeza para que Supergirl no estuviera a su lado. Esta sonrió y se alejó. Acto que le sorprendió a la pelinegra. Entonces se desahogó. Gritó enfadada. Lloró desconsoladamente. Rio sin gracia. Golpeó la almohada. Luego se quitó las lentillas. Miró a la rubia, pero esta miraba hacia otro lado, lo que agradeció esa acción. Luego empezó a preguntar a Hope.
—¿Crees que Kara Danvers está siendo tóxica en su vida?
—No... creo que la tóxica soy yo —musitó.
—Entonces, por lo que me has dicho en todo momento, señorita Luthor, es que echa de menos a Kara Danvers y quiere que vuestra relación vuelva a florecer.
—Exacto.
—Y no sabe cómo.
—Eso es —admitió derrotada.
—¿Qué tal si espera a que vuelva y todo lo que me ha dicho a mí se lo dice a ella?
—Porque no puedo.
—¿Por qué?
—Porque tengo miedo —susurró.
—¿Miedo a qué?
—A perderla para siempre. Porque la tengo delante y no sé que decirle. Porque no puedo.
Por fin Lena lo admitió una de las cosas que más aterraba que pudiera pasar si no arreglaban las cosas cuanto antes. Lo que tenía más profundo de su ser. Y claro, arreglar un plato roto era complicado y más si Lena tenía un orgullo muy elevado, pero se rindió ante las pruebas de Hope.
—Señorita Luthor —interrumpió Hope después de un largo silencio—, el miedo nos hace sentir vivos y equivocarse es humano. Analizando la situación he descubierto que siente una gran debilidad por Kara Danvers.
—¿Debilidad?
—Sí, eso he dicho.
—¿Qué quieres decir?
—Eso debe descubrirlo usted, señorita Luthor.
—No, Hope... He estado hablando aquí —miró su reloj—, durante casi dos horas. No puedes dejarme con incógnitas.
—Lo siento, pero no puedo darle la respuesta.
—¿Por qué? —musitó angustiada.
—Porque yo... no entiendo de sentimientos, señorita Luthor.
Lena ladeó la cabeza derrotada, y cabizbaja, le dio las gracias a Hope y apagó la máquina. Supergirl todavía permanecía ahí, sin mirarla. La pelinegra comenzó a pensar que quería decir Hope respecto a descubrir lo que quería decir con debilidad.
—¿Por qué simplemente no me dices que no quieres verme nunca más? —interrumpió los pensamientos de la pelinegra—, ¿por qué siempre me recibes cuando aparezco? ¿Por qué no me obligas y no me exiges de que me vaya de tu lado? ¿Por qué vienes al DEO si dices que no quieres verme?
Entonces Lena comprendió a lo que se refería Hope. Y es que no podía alejarse de ella. No quería. Su corazón se había roto a pedazos cuando le dijo su secreto, sí, pero se haría aún más añicos si la rubia se fuera de su vida para siempre. No quería a una Kara fuera de su vida ni ser salvada por otra heroína. Era ella o nadie. ¿Y por qué? Ni ella misma lo sabía.
—¿Sabes por qué? —Lena negó con la cabeza ante la pregunta de Supergirl—. Entonces te preguntaré... ¿por qué no me tratas como Andrea?
—¿Qué? —preguntó frunciendo el ceño.
—Estoy en tu cabeza, sé que relaciones tienes con los demás... ¿Por qué cuando te decepcionó Andrea te alejaste de ella sin pensarlo, pero conmigo no lo haces? ¿Por qué cuando todo el mundo te decepciona haces como que no existen y te mantienes lo más lejos posible, pero conmigo te aferras? ¿Por qué cuando los miras a todos con desprecio y decepción, pero cuando me ves a mí solo hay dolor?
—No lo sé...
—Sí, lo sabes. Y la respuesta —se acercó y le señaló al pecho—, está aquí dentro.
Lena no supo que contestar porque todavía no lo entendía. Miró su dedo hundido en su tráquea con la mandíbula tensa. Quería comprenderlo. Hope tenía razón. Kara tenía razón.
«¿Por qué, Lena? ¿Por qué Kara es diferente a los demás?», pensó soltando un breve suspiro.
—Sabes que no es por admiración a la heroína —interrumpió sus pensamientos—, y sabes muy bien por qué no puedes alejarte de mí.
—No lo sé... —la mano de Lena condujo hasta su cabeza, cansada de la conversación.
—Sí... —musitó y se acercó aún más a ella quedándose a dos centímetros—, lo sabes...
Supergirl cogió su mano y, por primera vez, Lena no rechazó el contacto. Miró como el pulgar de la rubia acariciaba el dorso de la pequeña Luthor. Su cabeza se levantó y se quedaron mirando en silencio. El corazón de Lena se disparó al ver la mirada de Supergirl. No la miraba de manera normal. Sus ojos desprendían un aura extraña. Extraño, pero cómodo e intenso.
—No... —se alejó de ella.
—No me odias, ¿verdad? —se aferró a su brazo.
Y Lena nada más verla supo que nunca odiaría a la persona que le da vida.
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