Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6

Lean la nota al final, pls, les interesará (supongo, kdkwk).

Pasó jueves y viernes intentando contactarse con Kass, pero es como si la chica hubiese desaparecido de la faz de la tierra.

Varios de sus seguidores le preguntaron por Instagram qué le había ocurrido a Quesito, pero ¿cómo responderles si ni siquiera a ella le respondía?

Intentó por todos lados saber de su estadía, al menos para ver si estaba bien. Mas, se detuvo ese mismo viernes por la tarde al entender que Kass no quería ser contactada.

Con el corazón hecho trizas, se lanzó a su cama. Ni energías para escribir en su libreta le quedaban.

Estaba decidida a dormirse temprano para evitar seguir torturándose con lo que ocurriría en su futuro, pero Juan acababa de mandarle un mensaje para que se juntaran en el mismo bar de la vez pasada.

Y Lupita es algo boba, así que, creyendo que él sería la solución, aceptó la invitación.

Salió de su casa con resentimiento hacia Kass. Comprendía que la muchacha estuviera asustada, pero ella también lo estaba y no por eso le hacía la ley del hielo.

Puedes irte bien a la mierda, Queso Oaxaca, se dijo al momento de ver a Juan sentado en una mesa con una chaqueta café muy parecida a la que usó la castaña el día de la pijamada.

—Don español —lo saludó, acercándose a él con una sonrisa.

Juan besó su mejilla, dejando que se sentara a su lado.

—¿Cómo has estado, doña Lupita?

—Pues de puta madre —lo imitó con acento español y Juan negó con una sonrisa.

—Yo no digo puta madre.

—¡¿Cómo que no?! ¡Hasta cuando hablamos por llamada lo dijiste!

El mayor rió mientras Lupita pidía algo para beber. Cuando el que atendía las mesas se fue, retomó la conversación.

—Bien, puede que a veces se me escape. Pero no me culpes, está en mis instintos —se elevó de hombros.

—Sí, como robarte el oro.

—¡Y sigues con eso! ¡Te digo que fueron mis antepasados!

—¡Pero corre por tu sangre!

Entre risas, el tiempo pasó rápido junto a él, tal cual la vez anterior.

Lo que cambió es que ambos estaban sobrios y Lupita pudo conocerlo en otros aspectos. Juan era sabio, tenía experiencia y hablaba de formar que te hacía querer oírle.

Se divirtió con sus anécdotas en España y los coches de cultura que vivió al llegar a México.

Una excelente distracción.

—Tengo algo para ti —dijo Juan una hora después.

La emoción en los ojos de Lupita se dispersó, amaba los regalos. Podías darle un pedazo de papel decorativo y sería feliz.

De su bolsillo, Juan sacó una figura del muñeco Max Steel. Era pequeña, como del tamaño de un llavero.

Lupita abrió la boca, encantada, y saltó a los brazos del hombre, besándole la mejilla como si fuesen amigos de años.

Le había contado que en su infancia siempre le robaba el Max Steel a su hermano -primo, pero que sentía como hermano- para besárselo a escondidas y que una vez, para Navidad, pidió el suyo propio, aunque nunca se lo regalaron.

En la carta para Santa Claus escribió: "quiero un Max Steel porque ahora soy niño y me gustan las niñas".

Rió sin gracia para sus adentros al darse cuenta de la ironía de la vida.

—Ayer me llevaron a una feria en el centro, lo vi y no pude evitar comprarlo —comentó Juan cuando Lupita se separó.

La pelinegra sonrió más en grande, sintiéndose querida por un extraño.

—Me fascinó. Lo pondré en mi escritorio. Muchas gracias —miró el juguete con ilusión.

—Me alegro, Lupita. Me gusta hacerte sonreír. Tienes una sonrisa muy linda.

—Aaaaaaay, eres un bobo coquetooooooo.

Causó una risa en Juan que le pareció muy agradable, pero se lastimó que las palabras del hombre no la pusieran de los nervios.

Estaba segura que si Kass le decía algo como eso, sus mofletes se teñirían de rosado.

Queriendo alejar a esa chica de sus pensamientos, se fijó en las llaves que reposaban en la mesa. Juan las había sacado mientras buscaba su regalo.

Pudo reconocer que eran de moto por la marca y forma.

—¡¿Tienes moto?!

Otra cosa que amaba: viajar en moto abrazada a una cintura ajena. Era grandioso sentir el aire en la cara y escuchar el motor rugir. Lupita lo consideraba liberador.

—Claro. Traje a Samantha porque no estoy bebiendo —apuntó su Coca-Cola sin azúcar.

—¡¿Y le pones nombre a tu moto?! —carcajeó, ella también apodaría a una moto si tuviera una.

—No te burles, doña Lupita.

—No me burlo. Me gusta Samantha.

Él sonrió, tomándole la mano por encima de la mesa.

—Puedo llevarte a recorrer cuando nos vayamos —propuso—. U otro día, si no quieres salir de noche con un extraño.

—Me encantaría lo de recorrer. Y debo admitir que, por más estúpido que suene, confío en ti, así que no me decepciones llevándome a callejones raros —arrugó los labios.

—Jamás. Una señorita como usted se merece ser llevada al mejor sitio de esta ciudad.

Lupita sonrió, encontrándolo tontamente cursi, pero otra vez se lamentó que los latidos de su corazón no se aceleraran.

Juan se inclinó hacia ella, pidiendo permiso con sus ojos para besarla. Ella también se inclinó, dándole acceso y pensando que este beso sería la última oportunidad.

Si no estallaban fuegos artificiales como le pasó con Kass, debía dejarlo ir. O al menos, ser sincera con Juan y comentarle que no estaba interesada para ser algo más que amigos.

Juan la besó suavemente, como todo un caballero.

Juan se separó y miró a Lupita con una sonrisa.

Juan dejó de sonreír al darse cuenta de que Lupita no estaba como debería estar una chica a la que acababa de besar.

Lupita no sintió fuegos artificiales y solo pudo pensar en cuánto extrañaba a Kass.

—¿Qué pasa? —preguntó él, evitando sonar decepcionado.

—Yo... Dios, lo siento —se sujetó la cabeza con frustración—. No puedo, no puedo hacer esto. Creo que... me gusta alguien, don español —admitió.

Esperó que Juan la mandara a la mierda por hacerlo perder el tiempo, pero él solo ablandó la mirada, sonriendo con tranquilidad.

—Creo que lo sabía.

—¿Q-qué?

—Hablaste de alguien toda la noche pasada, aunque estoy segura que no lo recuerdas.

No. No tenía ni la menor idea de eso.

—¿D-de quién?

—¿Quesillo? Algo así. No lo sé, estabas tan borracha que apenas modulabas —rió y ahora sí las mejillas de Lupita se sonrojaron.

—¡Nooooooooo! —lloriqueó falsamente, frustrada porque hasta ebria, pasándolo excelente según ella, esa castaña se apoderaba de su mundo—. Lo siento mucho, Juan. Que estúpida soy.

—No lo eres, no digas eso. Está bien tener sentimientos.

—Pero te hice perder el tiempo.

—Lupita, era consciente a lo que me estaba metiendo cuando te escribí. Sabía que existía la posibilidad de que esto —los apuntó a los dos—, no funcionara. Solo quise hacer un último intento. Pero ya me doy cuenta que no y está bien. De todas formas, me gustaría ser tu amigo. Eres divertida y buena persona, Lupita.

—Dios, eres un ángel, barbón. No lo entiendo.

Él soltó una carcajada.

—¿Por qué no me cuentas de Quesillo? Quizá pueda darte algún consejo.

—Quesito, le dicen Quesito —rió, tomando una respiración—. Pero es que, Juan, hay un problema con eso.

—¿Cuál sería?

—B-bueno, es que... Quesito en realidad se llama Kassandra.

—¿Y? No es mal nombre, aunque suena... bueno, exótico.

—¡Kassandra es nombre de mujer! —gritó y luego tapó su boca, no queriendo llamar la atención—. Perdón. A lo que voy, es que... me gusta una mujer. ¿No te parece mal?

—Lupita, ya sabía que se trataba de una mujer. También lo gritaste borracha.

—¡Ay, por Dios!

—Pero, oye —le agarró el hombro—, no está mal. ¿Por qué me preguntas eso? No lo considero un problema.

—¿No? Pero si estás viejo y, no lo sé, quizá eras cerrado de mente.

—¡Ey, no estoy tan viejo! —dijo, frunciendo el ceño, pero luego soltó una risa, acompañado de la menor—. Pero no. No soy cerrado de mente, aunque no lo creas. De hecho, me parece más sorprendente que te gusta alguien ocho años menor. Ahora tú eres la abuela, eh —se burló, risueño.

—¡Oyeeeeee! —protestó, ofendida—. Espera, ¿cómo sabes nuestra diferencia de edad?

—Lupita, no entiendo por qué te sorprende. Borracha me contaste todo de ella.

Lupita se golpeó la frente, soltando un bufido.

Juan comenzó a preguntarle de su relación con la castaña y ella le contó desde que la conoció en una junta de amigos en común hasta lo que ocurrió en esa pijamada.

La convenció de que fuese a la casa de Kass para hablar directamente e intentar solucionar el asunto. Es más, se ofreció a llevarla en su moto en ese mismo instante, y Lupita se vio muy tentada, pero ya era tarde y sabía que la menor se dormía temprano.

Le sirvió muchísimo hablar con él y escuchar sus consejos, y cuando Juan la fue a dejar a su casa -el mejor viaje en moto que ha tenido porque Juan era un locooooo, como le dijo Lupita, y se fue a gran velocidad, importándole poco las leyes-, le prometió que jamás olvidaría su "romance exprés".

Juan rió, prometiéndole lo mismo y decidieron quedar como amigos y juntarse de vez en cuando a beber o simplemente reír juntos.

Ya acostada, Lupita se dio vueltas y vueltas, desesperada por que fuera mañana. Juan realmente la convenció y a primera hora iría al departamento de la joven, y si era necesario, entraría a su hogar por la fuerza para conversar.

Sí. Eso haría.

***

Eran las siete de la mañana cuando Kass se levantó.

Estaba haciendo una rutina de ejercicios por la mañana para despejarse, como le recomendó su psicóloga.

Se duchó -luego se ducharía de nuevo-, se vistió y antes de iniciar con la rutina, abrió Instagram. No tenía nuevos mensajes de Lupita. Desde ayer por la media tarde que dejó de recibirlos.

Rendida, abrió TikTok para ver si encontraba algo gracioso que le animara, pero en vez de eso, se encontró con un video de, ¡¿Lupita?!

Era una cuenta de fans y en el video se podía ver claramente a la pelinegra besando la mejilla de un hombre de barba canosa.

Con el ojo tiritándole, se metió al perfil y se encontró con un segundo video. Era muy corto, apenas cinco segundos, pero era de ese mismo hombre dándole un beso en los labios a su mejor amiga.

En la descripción aparecía "nuestra Lupita es toda una chava conquista chacales".

¡Ewwwwwwwwwww!

Respiró profundamente, sin saber cómo sentirse.

Mentira. Sabía perfectamente cómo sentirse. Oh, por Dios, iba a asesinar a Lupita.

Tomó las llaves de su auto y salió dando un portazo que despertó a su vecino.

***

Lupita había puesto la alarma a las ocho para arreglarse e ir donde Kass, pero no fue necesario, pues golpes insistentes, como los de un gigante, la despertaron con éxito a las siete y media.

—¡¿Quién es?! —gritó Lupita, llegando a la entrada de su casa en pijama—. ¡¿Quién es y por qué tocas así la puerta?!

No hubo una respuesta verbal del otro lado, solo se mantenía el ruido contra la madera.

Era obvio que Lupita no esperaba encontrarse a Kass detrás de esa puerta, pues la chica estaba ignorándola.

—¡No abriré hasta que hables! —amenazó, pero luego de casi medio minuto sin saber quién se encontraba detrás, se rindió—. Está bien, abriré, ¡pero solo por curiosidad! ¡Si eres un asesino, te advierto que sé karate!

Lupita no tenía ni la menor idea de cómo funcionaba karate. Pero se las arreglaría sin duda, era una Villalobos al fin y al cabo.

Sus pisadas sonaron en el suelo y cuando abrió la puerta, Kass le observaba furiosa. Podía ver una vena sobresalir de su frente.

—Quesito-

Por segunda vez en su vida, fue interrumpida por los labios de Kass chocando con los suyos.

Era un beso distinto, casi agresivo. Lupita, como si fuera instinto, lo siguió sin cuestionar, jadeando cuando Kass se aferró a sus mejillas con agonía.

Caminaron a pasos torpes, la menor la empujó dentro de la casa, importándole una mierda dejar la puerta abierta.

La pelinegra se aferró a su espalda baja, deleitándose con la piel expuesta que dejaba el top deportivo de Quesito.

La menor pasó sus brazos por los hombros ajenos, sujetándose de la nuca de Lupita y aprovechando de intensificar el contacto. Tanteó con su lengua dentro de la cavidad bucal de la mayor cuando esta volvió a jadear.

Sentía la necesidad de borrar cada rastro de ese beso que vio en el video.

Lupita, cuando estaba a punto de trazar sus yemas por la cintura de la joven, se separó con un grito ahogado.

El hechizo de los maravillosos labios de Kass se había roto.

—¡N-no! —retrocedió más, sonrojándose.

La rabia de Quesito disminuyó un poco al verla colorada. Oh, cuánto le gustaba.

—Quesito —retomó—, no. ¿Qué haces? ¿P-por qué me besas? ¡Me estabas ignorando! —la miró atónita, mucho más confundida que cuando comenzó a sospechar que sentía cosas por ella—. ¡Peor aún, tienes novio!

Toda la adrenalina con la que había llegado Kass cayó como edificio en ruinas, volviendo a ser esa joven tímida.

Recién caía en cuenta de lo que hizo. O sea, sí quería hacerlo, besarla, ¿pero tan desesperadamente? Por Dios, casi besa el cuello de Lupita solo para dejarle marcas y que ese tonto barbón, a quien no conocía en lo absoluto, no se le volviera a acercar a su Lupita.

Nunca fue celosa, con nadie, ¡¿qué le había hecho esa mujer?!

Tomó una respiración, tratando de relajar los nervios que le vinieron de repente.

—L-Lupita, lamento haberte ignorado estos días, ¿si? Necesitaba mi espacio para pensar.

—Sí, yo igual. Pero eso no explica lo que acabas de hacer —habló con un dejo de molestia.

—Terminé con Arturo.

¡'Perate, ridícula, ¿quéeeeeeeeeeeeeeeeee?!

Quiso sonreír hasta con dientes, pero no era adecuado.

—¿P-por qué? —murmuró, ahora algo cohibida.

—Te lo explicaré todo, lo prometo. Pero ¿antes podemos sentarnos o algo? Por favor. Mi corazón está acelerado y no me gusta.

Sí, no me digas, llevo lo que parecen décadas con el corazón casi saliéndose por mi boca cada que te veo, estúpida, es lo que hubiese dicho, pero estaba demasiado nerviosa para ser como solía ser con su personalidad.

Luego de un silencio y cerrar la puerta de su casa, le contestó.

—Está bien, vamos.

Quiero subir una adaptación Lupesito, peroooooooo, sería omegaverse, QUÉEEEEEEEEEEE, JCKSKDFK. Me da mucha vergüenza, basta.

¿La leerían o me fui a la mierda? 😭

Es que tengo muchas ganas de subir muuuuuuchas adaptaciones a este ship, aahhhhhg.

#cayendoenlalocura

Eso sí, como les pregunté en mi tablero, ¿tienen ideas de personas que pueda utilizar como parejas secundarias? Aparte de Arturo x Juan, JXKAK. No quiero tener que inventarme tantos nombres para personajes/parejas secundarias (ojalá me digan ships lésbicos, KFKWK).

Thank u, chiquis.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro