Cap. 30 Final
Daniel se acerca al anciano agonizante, se inclina y el cura le sonríe.
-Hola de nuevo amigo. –Habla con dificultad y da una pausa –Tenia que detenerla.
-Si quieres puedes quedarte. –Propone Dan –Hasta la próxima.
-No, no, ya viví suficiente, estoy cansado... -dice negando suavemente con la cabeza.
-Entiendo, te prometo que no te dolerá. –entonces coloca su mano en el pecho del viejito, poco a poco extrae su alma, a su vez, el ancianito cierra lentamente sus ojos.
Daniel mira el alma con cierta tristeza, es blanca y eso significa que irá arriba –Adiós viejo amigo. –murmura mientras ve como la luz se alza al cielo.
Él se pone de pie y se aleja, antes de salir alza la voz diciendo –Pueden tirar el cuerpo de ese viejo a la basura si quieren, háganlo antes de que apeste y se pudra.
-¿Qué? –al escuchar esto Lauren se lo imagina dándole náuseas.
-Eres un monstruo. –le dice Ariel con asco.
-Gracias. –responde recibiéndolo como un alago, entonces desaparece en la oscuridad de la noche tormentosa. Zariam queda un momento en silencio, sabe que Dan no lo decía enserio lo del anciano porque ella había actuado de la misma forma.
-Esto es un desastre. –Habla Kea –Debo arreglar todo esto. –se propone, él le da una merecida sepultura al cura que también era su amigo, todos asisten a el entierro, su tumba se ubica en el centro del cementerio de la ciudad junto con su familia.
-Que descanses en paz. –Kearrents se despide dejando una rosa al pie de la lápida al igual que los demás.
En ese momento Zariam dirige su vista a una parte apartada del cementerio, debajo de unos árboles se encuentra un muchacho con jeans rotos en las rodillas y todo de negro que los observa de lejos. Ella sabe de quién se trata y sonríe para sí misma.
Mientras todos velan al fallecido cura, Zariam aprovecha para irse. Los funerales nunca han sido de su agrado. Mientras iba caminando distraída, tropieza con una lapida muy conocida para ella; la de su difunto padre. Suspira haciendo lo posible para no romperse a llorar.
-Hey, hace tiempo no te visitaba viejo -Comienza sonriendo triste -Aunque no lo creas; se te extraña bastante -Una fría brisa la hace estremecer, se frota los brazos para juntar algo de calor, pero no lo consigue -A veces pienso que las cosas pudieron haber sido diferentes, no lo sé... los chicos y yo tendríamos una mejor vida... -Ya no sabía que decir, el nudo que tenía en la garganta le dificultaba hacer que hable. Sin querer, una lágrima se resbalo por su mejilla.
-Bonitas palabras -susurra alguien a sus espaldas, haciendo que voltee asustada.
Se encuentra con Dan recostado contra un árbol, quien al ver que unas cuantas lágrimas humedecían sus mejillas, se acerco a limpiárselas con su pulgar. A ella le pareció un gesto muy tierno de su parte, pero no podía evitar sentirse incomoda, y como odiaba sentirse así, alejó bruscamente sus dedos de sus mejillas y corrió la cara. Pero al instante se sintió mal. Él solo intentaba ayudar.
-Nunca... nunca te di las gracias por salvarnos -se aclaró la garganta -Así que... mmm... ¿Gracias? -Murmuró con la vista pegada en sus botas. Noto que él dio un paso más, haciendo que las puntas de las botas de ambos se toquen. Entonces sintió como sus dedos tomaron su barbilla para levantar su cara, y así poder mirarse a los ojos.
-No tienes nada que agradecerme preciosa -Le sonríe de costado, haciendo que se le marcara un lindo hoyuelo junto a la comisura de sus labios. Los grises ojos de Daniel se quedaron clavados en aquellos labios rosados que había probado y necesitaba volver a hacerlo.
-¿Qué haces aquí? -pregunta Zariam devolviéndolo a la realidad.
-Vine a despedirme -Murmuro soltando el mentón de Zariam -Tengo... tengo que aclarar mi mente, así que por un tiempo no nos veremos –finaliza bajando la mirada.
-Oh... -Fue lo único que Zariam supo decir. El nudo que hace momentos había desaparecido había vuelto -Bueno... Adiós -contesta seca, voltea para irse pero Dan toma su brazo impidiéndoselo.
-Zariam...
-Tienes que irte, no pierdas tu valioso tiempo conmigo -Intenta soltarse, pero solo logro que él la tomara de la cintura con fuerza -¡Basta Daniel, suéltame! -Forcejea intentando librarse.
-¿Por qué tienes que luchar? -susurra dolido. No porque le dolieran los golpes que ella le daba a su pecho, le dolía que quisiera soltarse, el tener que alejarse de Zariam por un tiempo para saber si aquellos sentimientos que tenía por ella eran verdaderos.
No lo dudo más y planto sus labios en los de ella. Sus brazos rodearon la cintura de la chica acercándola más a él, la muchacha dejo de luchar y se derrite con ese beso. Entre besos, Dan pudo sentir como las mejillas de Zariam volvían a humedecerse, por lo que, cuando se alejó de sus labios, comenzó a besar el camino de lágrimas, luego beso sus parpados, su frente, su nariz, su mentón, y sus labios.
-¿Por qué siempre tienen que alejarse de mí? Estoy harta de perder personas -solloza escondiendo su cara en el pecho de Dan, quien la abraza al instante.
-No me vas a perder bonita. Esta vez será diferente, yo si volveré. Lo prometo -murmura apoyando su mentón sobre su cabeza -¿Zariam?
-¿S-si? -susurra calmando un poco su llanto.
-¿Puedes hacerme un favor? -dijo alejándose un poco de ella para acunar su cara entre sus manos. Ella asintió mordiendo su labio -¿Me regalas una última sonrisa antes de que me vaya? -susurra dulcemente, haciendo que ella sonría, y que él lo haga también -Así me gusta verte.
-Perdón -dijo separándose de su abrazo para limpiar sus lágrimas.
-No te disculpes por llorar. Eso sí; espero que después de que me vaya no te la pases llorando por los rincones, tú no eres así quiero que actúes como la fuerte y malhumorada chica que eres.
-Es el mejor cumplido que alguna vez me dijeron -susurra enternecida.
-Tengo muchos más aun mejores, bonita. Cuando vuelva me pasare toda una eternidad diciéndotelos.
-Cállate -ríe sonrojada.
-Amo verte así -murmuró embobado.
-Dije que te calles -dijo poniéndose nerviosa. Dan se inclino y le robó un beso.
-Nunca.
-¿Vas a volver? -cambió de tema incomoda.
-¡Por supuesto! Alguien tiene que molestar a Ariel y asustar a Lauren -Dijo haciéndola reír otra vez -Y también... alguien tiene que hacer que te sonrojes -Agrego haciendo que ella deje de reír.
-Creo que ya es hora de que te vayas.
-¿Me vas a esperar? -Susurró con dulzura.
-Toda la vida te voy a esperar -Se le escapo, ambos se sonrojaron. Ella se colgó de su cuello y le dio un último beso -Bueno, vete antes de que me arrepienta -Agregó empujándolo.
Daniel dio unos cuantos pasos hacia atrás, le guiño un ojo y las sombras lo rodearon, haciéndolo desaparecer.
Poco tiempo después, el ala de Kearrents se ha sanado por completo y decide buscar respuestas. Da una última visita a la tumba del cura junto con los demás.
-¿Qué pasará ahora? –se pregunta Lauren <Es lo que todos se preguntan>
-Debo irme. –dice Kea agachando la mirada.
-¿Qué? ¿Adónde irás?
-Buscaré respuestas sobre mi pasado, debo hacerlo, hay muchas cosas que no entiendo. –Contesta –Espero que lo entiendan...
-No, no puedes, debes protegerlas. –interrumpe Ariel serio.
-Lo sé pero...
-Necesitas saber lo que sucedió en tu vida pasada, lo harás. –habla Ariel asintiendo.
-Pero ¿Quién protegerá a Lauren y a Zariam? –pregunta confundido.
-Yo lo haré. –él quita el brazalete diciendo –Desde ahora dejas de ser un ángel guardián. –luego se lo coloca en su muñeca derecha.
-Es en contra de las reglas. –sonríe haciendo una mueca.
-Como tú dices... es necesario. –responde en su defensa, ambos se chocan los puños en despedida.
Lauren aclara su garganta para llamar su atención –No nos preguntaste a nosotras si puedes. –le dice molesta cruzándose de brazos.
-Eh...
Ella salta de alegría y se cuelga por su cuello –Suerte. –sonríe estando muy cerca de él.
-Lauren basta, él debe irse. –los separa Ariel <Celoso>
-Toma, es mi regalo. –Zariam le entrega su skate para que la recuerde siempre.
-Gracias, te prometo que aprenderé a usarlo. –habla Kea sonriendo –Y... ten cuidado con Daniel. –le aconseja, Zariam asiente y sin aviso lo abrasa pero solo por un momento.
-Ya lárgate. –dice ella limpiando una lágrima de su rostro.
-Wau... ¿Tienes lágrimas? –ríe Lauren burlándose.
-No me molestes. –responde estando seria otra vez.
Kearrents se aleja caminando lentamente, lleva en skate en la mano derecha y se siente triste, las despedidas son tristes pero él las odiaba de verdad pero no sabe por qué, es otro misterio que tiene que investigar. Entonces Ariel le dice: -Te estaré vigilando.
-Como siempre... -contesta alzando su mano en señal de despedida mientras sigue su camino.
Cuando se aleja lo suficiente los demás regresan a casa, Kea aun sigue vagando por el cementerio.
-No sé por dónde empezar. –se dice algo ansioso.
-Bueno... yo puedo decírtelo. –contesta Dan estando recostado por unos mausoleos.
-¿Por qué quieres ayudarme? –pregunta desconfiado.
-No lo recuerdas pero nosotros ya nos habíamos conocido... cuando vine a buscar a tu padre. –comenta tranquilamente.
-¿Padre? –Repite pensativo -¿Qué más sabes sobre mi?
-Sé todo sobre ti pero, para ser las cosas interesantes, solo te daré unas pistas. –habla serio.
-Dilo. –insiste impaciente.
-Un circo, amor y tres veranos de tu vida. –responde Dan volteando y dispuesto a irse.
-Espera... no contestaste ¿Por qué me ayudas? –pregunta de nuevo.
-Lo hago por una chica, por amor, no te imaginas lo lejos que podemos llegar por amor, eres capaz de matar... -con estas palabras Daniel desaparece dejando a Kea con muchas cosas en que pensar.
Kearrents tiene que averiguar quiénes eran sus padres, en que tiene que ver un circo en todo esto, el amor está involucrado...
-¿Quién es esa chica? –se pregunta al recordarla en su sueño, ella es todo un misterio pero no se dará por vencido hasta recordar toda su vida pasada, algo pasó, algo muy fuerte, tanto como para matarlo y todo eso ocurrió en... tres veranos de su vida...
Fin
No se pierdan la secuela de Av. Se llama 3 veranos.
Aunque no tiene nada que ver el título con la historia pero esos no importa.
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