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INAZUMA: Episode 1 [CAP-6]

CAPÍTULO 6:
EL PREJUICIO DE LA APATÍA

Lo incorrecto no fue suficiente para que el pináculo de la ignorancia se lo lleve, aún así, la esperanza de otros todavía era resguardada en él.
Todo este tiempo la aventura solo fue una subida de emociones que debía ensangrentarse en la proyección de lo que verdaderamente significaba ser humano.

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Todos hemos forjado amistades duraderas en algún punto de nuestras vidas, no era la excepción con Elyse y Seeth -¿Qué debo suponer?- se preguntó ella -las amistades que más apreciamos... ¿No deberían de durar hasta nuestros últimos días?- ella tenía razón, nos pasamos construyendo nuestra vida misma en base a lo que encontramos, ¿Qué hay de lo que buscamos?; con el desastre a la vuelta de la esquina, Elyse tendría que elegir entre matar o no a su preciado amigo, Seeth, quién a sangre fría y desgraciadamente arrancó y deshizo la misma existencia de Chlain.

Las cosas son relativamente frágiles cuando la vagancia de una amistad está expuesta a los daños colaterales de nuestra propia mente. Esto era un solo problema, solo uno, y nada más, pero... Él... tuvo que llegar.

Entre suspiros agitados mientras ella corría por su vida, sin confiar en que su desfavorado amigo le perdone la vida, enganchó sus pies tan fuerte al suelo empapado, tan fuerte que su vida dependía de ello. La gente no podía entender ¿Porqué una comandante de la Shogun estaba siendo perseguida por otro del mismo rango? La gente los miraba pasar mientras una desesperada y angustiada persecución por la vida estaba comenzando. Elyse se dirigió a la entrada del Tenshukaku mientras corría por sus escaleras y las evaporadas pero aún dispersas lágrimas del cielo caían sobre su cabello plateado; Seeth estaba tan solo atrás, estaba harto de perseguirla, así que en un grito de conseguir una propuesta, sacó todo el aire que tenía en sus pulmones:

-Seeth: ¡E-ESPERA ELYSE! *Gritó Seeth con la garganta cansada, mientras miraba al piso y ponía sus manos en sus rodillas como si quisiera apoyarse sobre su propio cuerpo* ¡Oye... no te haré nada! ¿Si? ¡Solo quiero hablar! *Exclamó Seeth desde la distancia*

Los esfuerzos de Elyse por comprender lo que Seeth quería eran en vano, carecía de completo sentido la ceguera que padecía Seeth, no bastaba con que mate a su inolvidable amigo, quién solo buscaba ayudar a su hermana.

-Elyse: ¿¡AHORA!? ¿¡QUIERES HABLAR AHORA SEETH!? *Entre lágrimas, un duelo estaba siendo liberado dentro de ella, intentando mantener la cordura sin poder creer nada de la cruel realidad que veía* ¿¡LO MATASTE... NO ES ASÍ!?

-Seeth: ¡¡Yo sé que me comprenderás Elyse!! ¡Él... era un suc-! *Seeth parecía estar maldiciendo la muerte de quien asesino, pero Elyse no iba a permitirlo*

-Elyse: ¡¡¡CIERRA LA PUTA BOCA!!! *Gritó ella con todo el dolor, ansiedad, deprimencia y firmeza que podía sacar de la indestructible personalidad que llevaba* ¿¡Porqué...!? ¿¡PORQUÉ SEETH!? ¿¡PORQUÉ HACES ESTO!? *Así como el cielo lloraba, ella también lloró*

¿Porqué? Era la única pregunta que desgarraba hasta la última parte de los incandescentes ojos de Elyse, que chorreaban a lágrimas mientras estás mismas se mezclaban con las permanentes, ásperas y afiladas migajas ya descendidas del cielo.

-Seeth: ¡Hay una buena razón para todo esto Elyse! ¡Créeme que la hay! *La destreza fantasmal de aclararlo todo que Seeth intentaba inyectarle a Elyse entre gritos no correspondidos eran puro fracaso, ya no hay vuelta atrás para ellos dos...
¿O sí?*

-Elyse: Ya no te creo Seeth... *Dijo ella con ojos totalmente vacíos que se direccionaban a Seeth* ya no más...

-Seeth: ¡E-Escucha... *Él se empezó a acercar lentamente a Elyse, subiendo escalón por escalón, sin preparar el acecho* hemos sido... compañeros por 7 años, ¿No crees que me deberías dar una oport-?

Elyse no soportaría las palabras entrecortadas que él proponía, justificandose y cubriéndose descaradamente con la vejez de la lealtad que era sinónimo de afecto para su compañerismo.

-Elyse: ¿¡OTRA OPORTUNIDAD DICES!? *Decepcionada, ella al igual que Seeth avanzaba a pie lento, ella retrocedió de la misma manera* ¡TÚ ya no representas la amistad que nos unia! Porque ahora solo eres la vaga imagen de un asesino injustificado que se apoya sobre los que alguna vez... llamó amigos... *La expresión facial del odio, de las esperanzas desperdiciadas que los árboles rosas absorbían para nunca más ser encontradas*

-Seeth: No... ¡¡NO!! *La furia finalmente lo consumió, ya no era una sorpresa lo que podría ser capaz de hacer* ¡Ese pedazo de mierda no era más que un traidor! ¿¡LO ENTIENDES ELYSE!?

-Elyse: Yo te imaginé odioso... furioso... *Su desilusión se pronunciaba más fuerte que el régimen de quejidos que la atormentaban* pero jamás de esta forma, de esta manera...

Ante estas palabras, Elyse decidió en ese momento abandonar lo que alguna vez pudo haber prosperado más de lo que fue la causa que lo desintegró, nunca hubo otra opción, y si fuese así, no sería en este universo. Ella se dió la vuelta y se puso a correr antes de que Seeth lo alcance, pero lo único que pudo hacer ella fue gritar el nombre de una persona...

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Cima del Tenshukaku:

Ahí estaba ella, Raiden, parada, viendo a la nada sin palabras que decir mientras su pelo acariciaba los caminos de aire en la atmósfera; antes de escuchar los desesperados gritos de Elyse, tuvo un emotivo pero agresivo reencuentro de palabras con una persona que conocía verdaderamente el concepto de lo que es ser un Viajero:

-Raiden: *Ella siente como si alguien la estuviese observando, así que asume que es la visita que más a estado esperando*
Por fin te muestras... *Ella se da la vuelta para ver al infame*

-Aether: Lo sé... vine a aclarar las cosas, tal y como tú dijiste *Salido de las sombras de los árboles, el se empieza a acercar a Raiden*

Después de toda la ansiedad ya hechada al borde del abismo, Aether y Raiden comenzaban a hacer las paces en un nuevo reencuentro, ¿Iban a lograr resolver los conflictos que los separaban moralmente de por medio? Esta era una guerra por quién tenía la razón y quién conseguía la mejor disculpa.

-Raiden: *Raiden saca una lanza-espada morada muy bien detallada, y apunta contra El Viajero* No des... ni un paso más.

-Aether: Está bien... está bien... no haré nada, solo quiero explicarte todo *Dijo mientras alzaba sus manos contra el arma que portaba Raiden*

-Raiden: Entonces dí tus razones Aether.... *Dijo Raiden mientras bajaba lentamente el arma* porque ese discurso que habías dicho no funcionará de nuevo...

-Aether: Considerame lo que quieras Raiden. *Intentando afirmarse para convencer a Raiden, se hizo de agallas cuando las frondosas plantas exclamaban alrededor del Tenshukaku*

A Aether parecía no importarle como el se proyectaba y que representaba desde la perspectiva de Raiden, pero aún así el tenía una mirada que parecía llegar hasta el fondo del alma de Raiden. Una resolución inquebrantable

-Aether: Tengo mis razones, y quiero que me entiendas... Raiden. *Su determinación, su voz, su posición plantada en los sueños de cada rincón de sus neuronas iban a rectificar lo que sería una nueva redención, un nuevo perdón* Escapé... pensando que era lo correcto, y sé muy bien que generé más problemas de los que pude haber solucionado Raiden, pero... debo saber quién soy realmente, quiero saber la razón por la cuál estoy aquí con ustedes, la búsqueda de una responsabilidad para hacer una fuerza mayor; necesito un significado. *La facilidad de su elocuencia era digna de ser escuchada, de ser presenciada y perdonada por aquellos a quienes él le dió la maldición de conflictuar*

-Raiden: Idiota... *Dijo ella con sarcasmo y una breve sonrisa en su cara hizo que todo parezca fácil, incluso los suspiros del silencio* confiaba en que no ibas a hacer una estupidez como esa.

-Aether: Pero aún no te dije todo, no sé cómo explicarlo pero lo haré lo más sencillo posible; *entre los silbidos de los truenos él se ajusto la voz* es desconcertante, pero una extraña persona me envió está carta, mira...

Raiden toma la carta y la ve, entonces ahí ella se da cuenta de la razón por la cuál Aether fue una persona prófuga ese fatídico día.

-Raiden: ¿Entonces esta es la razón por la cuál has estado desaparecido? *Raiden no lo quiere culpar, aún así ella baja la cabeza* No te culpo Aether, creo que si yo hubiese estado en tu situación... hubiese hecho lo mismo; también pasaron muchas cosas cuando desapareciste.

Raiden aún con la cabeza baja, miro al suelo y se mordió los labios mientras las celestiales nubes se abrían para dar paso a la fluorescente luz de la noche. Sus ojos empezaron a lagrimear; haciendo todos sus esfuerzos por no derramar ni una, absolutamente ni una sola lágrima de sus ojos, ella levantó la cabeza y miró al horizonte:

-Raiden: Uno de mis comandantes... lo encontraron muerto... *La agrupación de culpas e impotencias estaban presentándose, ya nada importaba más que la resolución de todo lo que había empezado* y... me siento tan impotente ¿No se supone a-acaso que soy la Shogun de esta nación? Debería de... de salvar a- a todos... yo-

-Aether: Basta Raiden, deja de castigarte a ti misma, no siempre podemos salvar a todos... tampoco a nosotros mismos... *Aether sonaba melancólico, se acercó a Raiden y apoyó su mano en el hombro de esta, pero a lo lejos, se escuchó la resonancia de la muerte proviniendo de alguien*

-Raiden: No niego lo que dices, aunque... *Solo fue un instante*

Algo parecía escucharse entre el silencio melancólico que había dejado la conversación entre ellos dos, la turbulenta tormenta se reincorporaba de nueva cuenta en los truenos y rayos que la reservaban; una tormenta seca, sin lluvia, gritó el nombre de Elyse.

-Aether: Oye Raiden, me faltó decirte algo más *Aether sonaba apresurado mientras que Raiden intentaba oír algo en la lejanía de los solitarios árboles y paisaje que rodeaba el Tenshukaku en sus extensos exteriores sobre su suave suelo de roca lisa que se extendía como una manta* ¡es sobre Seeth! Sé que sonará estúpido pero él mató a-

-Raiden: Shh- Shh... haz silencio *Dijo Raiden mientras miraba de reojo a Aether y caminaba unos pasos hacia adelante* ¿No lo escuchas?

-Aether: ¿Escuchar qué? *Dijo Aether siguiéndole el paso a Raiden*

La inminente muerte era acechadora, la forma eterna en la que las cuerdas vocales de aquella chica se disparaban a niveles impresionante gritando un nombre, sin la valentía, ni el valor ni la propia fortaleza de confrontar a su compañero, gritó con todas sus fuerzas, con toda la enorme cantidad de esperanza que propuso en vivir, esperando ser salvada:

-Elyse: ¡¡¡RAIDEEEN!!! *Elyse finalmente se hizo ver en la cúspide de la supervivencia, y ya en la cima del Tenshukaku, miró con destrozo a Aether, y con unos ojos de salvación a Raiden* ES- ES SEETH-

Seeth estaba apenas a unos centímetros de Elyse, él realmente la quería matar, tan solo cruzaba su lanza junto a su pelo y la sangre sería derramada por todas partes, y una comandante más sería enterrada sobre las tierras de Inazuma, pero no; Aether entre sus gritos se lanzó ante las espaldas de Elyse con una velocidad vertiginosa, veloz, parecía un destello dorado en el plano de la superficie espacio-temporal, irreal. Él fue a desenvainar su espada y entre la lanza y la espada fue la audacia la que ganó.

Aether entre las chispas de la fricción entre su espada con la arma de Seeth, retrocedió rápidamente empuñando la espada en el suelo mirando con un odio indescriptible, inconscedible, tan expresivo que parecía que una sombra negra se abalanzaba en su espalda queriendo destrozar cada parte del espíritu orgulloso de Seeth.

-Seeth: ¿¡TÚ OTRA VEZ!? ¿¡QUÉ CARAJOS ES LO QUÉ TE PASA!? ¿¡AH!? ¡¡ENTROMETIÉNDOTE EN LOS PROBLEMAS DE OTROS!! *La magnificencia de la luna ya no alumbraba y el odio oscuro de las nubes en vapor se agruparon simbolizando el monstruo que representaba el hombre de la lanza*

-Aether: ¡¡QUÉ CARAJOS TE PASA A TÍ MEJOR DICHO!! *Exclamó él apuntando el filo de su espada contra Seeth*

-Seeth: ¿¡ACASO... NO TE HABÍA DICHO QUE TE MARCHARAS, CAMPESINO!?

-Aether: ¡¡NO TENGO PORQUE RESPONDERTE!! *Aether por primera vez confrontaba a Seeth de una manera agresiva e imponente* ¿¡PERO ACASO TE HAS VUELTO LOCO!?

-Seeth: ¡DEJA... DE QUERER METERTE EN LO QUE NO TE CONVIENE! *Mordian sus dientes de la ímpetu rencorosa que sus voces hacían cuando estallaban las ondas de sonido* ¡NO ERES NINGÚN HÉROE, AETHER!

La espada y la lanza se estrellaron nuevamente mientras las chispas eran apagadas por la llovizna por las gotas de esta misma que sé iban a todas partes y en direcciones contrarias y paralelas sin rumbo alguno como si todo estuviese en juego en ese único choque de espadas.

La lluvia empezó a rebosar entre las montañas y valles de Inazuma, y su brillante ciudad fue el eje de la tormenta; Elyse corrió hacia Raiden, por más que haya estado acobardada, tuvo la valentía de confrontar a Seeth con palabras.

-Elyse: ¡¡SHOGUN!! *Dijo ella mientras lloraba desconsolada y sus ojos se volvían carmesí de la irritación que le provocaba su llanto eterno sin presagio alguno*

-Raiden: E-Elyse ¿Estás bi-? *Tantos sucesos fueron abrumadores para Raiden, quién tenía miles de preguntas*

-Elyse: ¡SEETH...! *Daba la sensación de que su voz se perdía en los ecos de su llanto, parecía perder fuerzas y quebrantarse en lo más profundo de su alma* ¡¡MATÓ A CHLAIN!!

Raiden ni siquiera supo cómo reaccionar mientras Elyse estaba parada enfrente suyo apoyándo sus manos contra sus rodillas al igual que lo hacía Seeth. Cuando todo parecía estar resolviendose para Raiden con la llegada de un problema más resuelto y resolucionado sin obstaculizaciones, esta ridiculizada noticia le llegó hasta lo más fondo de su oído retumbando y rebotando por todas las zonas de su consciencia; Raiden abrió tanto los ojos como pudo con su expresión seria, su impresión no tenía precedentes y era obvio que estaba a tan solo un poco de reventar, de explotar, de sobrepasar el límite de la creencia eterna que tenía por sobre todas las cosas en Inazuma, hombres y mujeres, niños y niñas, absolutamente todo en esa sola fracción de segundo que pensó que todas las cosas que había hecho hasta ahora en su vida estaban incorrectas y que la única verdad que sabía... nisiquiera existía.

-Raiden: N-No... ¿Qu-Qué acabas de- de decir Elyse? *Raiden empezó a electrificar toda el área como si una bendición de los truenos le había caído encima, resonó cada parte del Tenshukaku mientras ondas eléctricas salían de ella disparandose a todos lado* Se-Seeth hizo... ¿Qué cosa?

Parecía que la tormenta estaba en ese mismo lugar; Aether, Seeth y Elyse podían contemplar los incandescentes y fluorescentes ojos morados de Raiden que cegada por toda clase y revuelto de emociones y sentimientos parecía que era una bomba de tiempo, una bomba electrificada por el mismo Dios Baal, Dios de los rayos.
No hubo otra oportunidad de que Raiden estuviese más enojada, perpetrada a punto de incubar todas y cada una de las luces que reflejaban los cielos. En cada nube oscura llena de desesperanza y temor, odio y rencor, se escondía la Diosa de la mente onírica, la única e inigualable, la fundamental gobernadora de Inazuma quién no soportaría la traición más desconcertante de su último milenio viva, contemplando la nueva era elemental que se avecinaba.

Raiden sin decir absolutamente ni una sola palabra en la abismal, desencadenada y relampageante gentileza que las centellas le otorgaban, por un momento miro a Seeth entre la astral caída de agua cósmica que parecía venir de las estrellas mismas, es como si toda su impotencia se concentrace en una sola fuerza.

-Aether: ¡¡RAIDEN CÁLMATE POR FAVOR!! *Orquesto Aether interponiendose en el cataclismico desato de poder de Raiden* ¡¡DESTRUIRAS TODO A ESTE PASO!!

-Elyse: ¡¡RAIDEN NOOO!! *Gritó ella en el piso, tirada por la expansión de poder directa de Raiden, mientras que la pura esencia que solo distinguía la humanidad y el rencor de esta era cortada por una delgada línea que la misma Raiden atravesó*

-Seeth: Shogun... esperaba que usted me entendiera, ¡USTED PODRÍA ENTENDERME... QUE NUESTRA NACIÓN ESTÁ POR SOBRE TOD-! *su voz se apagó, se durmió, en lo más profundo de la inexistencia*

Los vientos más fuertes soplaron cada centímetro de la cima más formal y bella de la ciudad de Inazuma y los árboles parecían que iban a ser arrancados del mismísimo suelo junto a sus ancianas raíces milenarias. Múltiples flechas de agua hiper-dirigidas atravesaron y penetraron cada vena y órgano, cada desgraciada y mal intencionada justicia de razón de Seeth. Lo último que pudo mirar fue la decepción y dolor de su querida guardiana y Diosa, Raiden Shogun, quién en el momento en el que Seeth cayó al suelo desplomado con decenas de flechas en su espalda ensangrentado mientras la luz de sus ojos desaparecía, resguardó y calmó cada átomo y partícula de su poder abrumadoramente destructivo.

Todo, increíble en lo absoluto, todo se partió en silencio agonizante, y solo la voz de una persona iba a dar vuelta el rumbo de la historia.

-Tartaglia: Un aplauso por favor, que cinemático... *Con todo el sarcasmo reunido de su estúpido y retardado humor se dirigió ante los presentes mientras aplaudía con irrespetuosidad* una belleza digna de apreciar. Me pregunto... la situación en la que se encuentra tu Nación en este relativo e indiferencial minuto, Raiden Ei.

Tartaglia una vez más aparecía con una tragedia más que traer, como si recolectase cada esencia de estás.

-Tartaglia: Y tú... ¡Oh! Claro que te conozco *Dijo Tartaglia mirando a Aether mientras caminaba y daba una entrada dramática y humoristica en su propio mundo mental* el infame Viajero del cual todos hablan en la frontera... *Tartaglia señaló a Aether con su dedo amenazandolo* deberías de considerar unirte a nosotros... Aether.

Todos estaban racionalmente impactados, incluso hasta el moribundo Seeth, a quién la vida se le escapaba de su alcance. Pero no sin antes de que una batalla por la moral correcta se desate en toda la Ciudad de Inazuma, porque esa misma noche sería una de las más recordadas en su historia por la estrella dorada que trazó los cielos.

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