INAZUMA: Episode 1 [CAP-4]
CAPÍTULO 4:
LA VALORACIÓN PERDIDA DE UNA DETERMINACIÓN BUSCADA
La firmeza parece perdida cuando el valor de decisiones correctas son encerradas en el rumbo del abismo que a él lo esperaba, pero el triunfo de las noches maldecidas no paraban.
La cadena dorada sería el ancla para un viaje que iba a ser guiado por las almas de un sendero olvidado, que él mismo dijo que tenía que ser salvado.
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La humedad y las voces espontáneas que la Estatua emanaba eran una opresión horrible, agobiante; pero Aether no dudó de que sus visiones querían decirle algo, la Estatua misma le susurraba, pero él no podía sacarse la forma prófuga de ese problema de la paredes mentales de su cabeza, él sabía que volver a ver a los que algunas vez quiso llamar amigos sería una catástrofe; su valor y voluntad lo llevaron hasta ahí, pero cuando todas las cosas en las que crees penden de un hilo; nada, en absoluto, es seguro.
Aether, mientras se levantaba del suelo, pudo oler la fragancia de las letras escritas bajo ese tablero, parecía ser que la Estatua, por más que sea la de un Dios, guardaba algo más que solo jeroglíficos y el pasado de algo rebuscado. La calumbre que veía Aether a través de los pies de esa estatua que se parecía a la de un ángel, la de un futuro borroso se veía extraviado.
Aether poco a poco se levantó, cuando la Dama solo observaba esperando poder contarle todo sobre ella, pero él estaba exhausto de una visión que duró segundos.
Él ya con las energías nuevamente recuperadas, mientras pisaba el frágil suelo del templo que estaba lleno de rocas agrietadas, miro a la Estatua fijamente a sus ojos dorados. Él no lo pensó, tampoco Istaroth, pero en un abrir y cerrar de ojos el llanto de oro sería derramado:
-Aether: ¿¡Qué tú eres QUIÉN!? *La reacción que tuvo Aether no fué pasajera, pero la exclamación de sus ojos pedían una explicación a esta... extraña "Dama"*
-Istaroth: Así mismo, tal y como escuchas *Aether escuchó a Istaroth muy confiada sobre su propia identidad, ¿Pero quiénes eran verdaderamente las Damas de Phanes?* Supongo... que no debo repetirlo dos veces, se que te suena... raro y rebuscado pero ya te acostumbrarás. *Dijo con una voz tranquila y despreocupada mientras caminaba en frente de la Estatua a pasos cortos e inclinaba su cabeza mirando al Viajero*
-Aether: Oye ¿Sabes qué? Ya eh tenido suficiente de ti, primero me acosas y ahora dices que eres una tal Dam- *Aether decía esto mientras se agarraba la frente con una mano y señalaba minuciosamente a Istaroth debido a la compleja ecuación que creaban sus palabras* ¿Porqué las letras de ese tablero están... doradas?
Aether necesitaba más que solo explicaciones y frases como "No lo repetiré dos veces", Aunque este pueda o no ser el caso, Aether miro de reojo al tablero que estaba puesto en la parte inferior de la Estatua, y como si de un río de oro se tratase, sus letras empezaron a ponerse doradas, en un intento sobresaliente de advertirle algo al Viajero, pero quién sabe, ¿Había algún peligro? Solo Phanes iba a saberlo.
Nada aseguraba algo, pero un conjuro arcano, con la igualdad de color que a la del tablero, se formó en el pecho de esta misma. Istaroth, con una sonrisa, como si estuviese orgullosa del Viajero, retrocedió unos disimulados pero enpequeñecidos pasos.
-Istaroth: ¿Lo vez, Aether? Créeme, él te eligió porque vio en ti más de lo que tú no vez. *Dijo con una voz en suspenso que reafirmó sus intenciones*
-Aether: Jajaja... ¿Cómo es que dices? *Dijo riéndose sarcásticamente* Istaroth, yo necesito ahora algo más que solo palabras, te lo digo en serio, por favor, no se que crees que soy, pero no soy ningún elegido, no tengo ni siquiera la poca determinación para valorar la amistad de mis compañeros... *Sus palabras se convirtieron en cenizas mientras que la Estatua empezó a llorar, sus lágrimas eran de oro, un oro sonoro que se escuchaba pero también se veía*
-Istaroth: *Istaroth queda ciertamente apenada por el hecho de lo que tuvo que sacrificar Aether para tomar la decisión de seguirla a ella, pero ella de todas formas se acerca al Viajero y su consuelo tendría más peso que la mirada dorada que devuelve el Abismo* ¡Descuida! Yo misma te ayudaré con eso, pero supiste decidir, no dejaré que pierdas conexión con tus amistades.*Dijo ella con una inocente sonrisa y cálidos ojos mientras miraba a Aether*
-Aether: *Él, parado en frente de Istaroth, destrozó una expresión facial que demostraba enaltecerse de las palabras que Istaroth le dirigía, y mientras Aether sonreía mirando hacia el piso, como si avergonzado estuviese de haber caído tan bajo por no poder volver a recuperar sus "amistades", y una última vez miro a Istaroth* Yo... es que... no pensé que encontraría en lo desconocido, una persona en la cual pueda confi-.... confiar.... *Sus palabras se tornaron a cenizas y su voz perdió fuerza que seguido de eso cayó al piso mientras sus ojos lentamente se cerraban, el conjuro de la Estatua por fin había empezado*
En ese auténtico templo abandonado, las cosas parecían mejorar entre Aether y Istaroth, pero entre la atmósfera pacífica y amable que se fue construyendo entre estos dos, del conjuro redondo con símbolos arcanos que había en el pecho de esa Estatua, salió una cadena transparente con una textura y color angelical, como si de algo trascendental se tratase, y atravesó una conexión con el pecho del Viajero; este mismo, cayó desmayado en el instante en que las letras dieron su brillo más profundo.
-Istaroth: ¡¡AETHER!! ¿¡Me escuchas!? ¡¡Hey!! *El grito fue atronador, estruendoso, su preocupación vocal hizo que Aether caiga en sus brazos mientras ella solo repetía "AETHER" mientras su voz se desvanecía en la cabeza del Viajero*
Para Aether, algunos relatos de Istaroth carecían de sentido, pero definitivamente ese instante en el que ella lo tomó en sus brazos antes de caer al suelo, una retumbante amistad comenzaría. Las circunstancias lograron, por más que sea con desacuerdos, pérdidas, desesperación y misterios, que una inesperada, pero milagrosa aliada se revelase en el viaje de Aether, ¿Podría Aether ser más que solo un simple Viajero para los demás con la ayuda de las Damas? Más que nada, después de su extraña visión, y su encuentro con la Estatua, los hilos se formaron en la mente del Viajero que en vez de contraste, parecía su realidad ya tener... una forma concreta.
El Viajero, que aún estaba tirado en el suelo, en un estado dormitante, con sueños calmosos y ligeros, escuchó que alguien llamaba a su nombre, de poco oído y flojo, comenzó a oírlo más fuerte; abrió su ojo despacio y ahí estaba, en los regazos de Istaroth mientras ella repetía su nombre para que él despierte del interminable sueño interconectado que la cadena representaba en lo más profundo de su alma.
-Istaroth: ¡AETHER! ¡HEY! ¡¡AETHER DESPIERTA!! *La inquietud en su alarido era poco afán de la actitud seria que ella frecuentaba hasta revelar su personalidad*
-Aether: ¿Q-Qué? ¿Cómo... cómo pasó? *El óxido en su voz era sinónimo de lo que aconteció surtió efecto en la caracterización del somnoliento ataque que lo había tumbado*
-Istaroth: ¡Aether, por un carajo! ¡¡Pensé que habías MUERTO literalmente!! *De un momento a otro, la "misteriosa" personalidad y carácter que ella tenía desaparece por completo con el tono templado que residía en los vocablos que exclamaba*
No era de extrañar que Aether estuviese completa y destrozadamente despistado después de presenciar algo tan sobrenatural, ¿Qué significaba esa cadena realmente?
Aether no se tardó en levantar bruscamente de los regazos de Istaroth en un santiamén para solo saber que la reencarnación de un poder había trascendido sus dimensiones.
-Aether: ¿¡Dónde!? ¿¡Dónde está...!? ¿Y la cadena? *Él se levantó y se sentó en el suelo y solo se preguntaba que había pasado, y lo único que recordó de ese abrumante momento fue ese largo hilo de hierro y acero que le traspaso el pecho en un solo pero delicado parpadeo*
-Istaroth: Oye A-Aether... ¿Porqué tus ojos... están dorados? *Dijo ella como si los ojos de la Estatua se hayan entablado en los de Aether*
Asi mismo, los ojos de Aether estaban en un castaño dorado, como si de un color árido y templado se hablase. Parecía que Phanes, el Dios de la luz y el día, encontró al nuevo ser digno de su dolor que debía ser pulido, pero Aether de alguna manera tendría que conseguir orquestar el poder que se le concedió con la suerte aún sostenida con la nueva guía que tenía, sin duda alguna, Istaroth.
-Aether: *Él, completamente despreocupado se levanta y se sacude ligeramente con las manos y devuelve sus pupilas a Istaroth* ¿Quién eres realmente?
El silencio rotundo se expandió por los ecos extraviados, los huecos indeseados fueron vistos, y su ambición de saber quién era le soplo los tímpanos al Viajero.
-Istaroth: Jeje... ¿Qué te pasa ahora? ¿Se te subió la adrenalina? *La ambientación sarcástica ya parecía algo dichoso que venía con su carácter mientras ella se levantaba del suelo y metía sus manos en su bolsillo.*
-Aether: ¿Qué-? No- es que-... ya sabes que es lo que quiero saber, ¿Porqué actuabas tan misteriosa al principio? *Los gestos que hacia Aether demostraba lo inquieto que estaba por saber quién era la persona detrás de Istaroth*
-Istaroth: Mira el tablero. *Istaroth menciona el tablero de la Estatua como si estuviese indicando al Viajero que ahí se esconden más cosas que solo letras*
-Aether: ¿El tablero dices? *Aether se gira para mirar las respuestas perdidas en el tablero* Ni siquiera entiendo lo que- ¿¡QUÉ!?
Las suposiciones de Aether pudieron describir lo que estaba escrito en ese tablero, pero solo él lo podía ver; de todas formas, era como un acertijo, parecía que el alfabeto escrito ahí salía de un horizonte de sucesos que debía ser resuelto:
"No temas, busca la oscuridad del Abismo situado mil noches en el tiempo"
Sea lo que sea que signifique para Aether lo que estaba escrito en esa tabla de piedra, él renacería con nuevas expectativas en los acertijos que un Dios le proponía. La única luz que reflejaba las raíces eléctricas de los cielos... era el inigualable Viajero que logró trascender estos mismos. Aether.
-Aether: ¿Mil noches... en el tiempo? *El pastizal monótono de curiosidades valía la pena apreciar, al menos para Aether mientras que la locución en su voz solo lo hacía acomplejarse más* ¿Tienes alguna idea de lo que signifique?
-Istaroth: *Mientras ella caminaba hacia la salida del templo mientras los vientos aullaban en misericordias inexplicables, miró a Aether de reojo* ¿Cómo crees que lo voy a saber? Tonto. Te explicaré algunas cosas mientras volvemos a la Ciudad de Inazuma, si te lo explico aquí solo terminarás más confundido.
-Aether: Bueno... supongo que yo también tengo asuntos que resolver, así que mientras más rápido volvamos mejor. *Ya no se trataba de Phanes, sino de ella, Raiden ¿Iba el a ser capaz, con la poca determinación en su preocupación, poder resolver su pleito con Raiden?*
Aether se dirigió a los exteriores del templo junto a Istaroth, solo para ver que los rayos del sol nuevamente alumbraban las penumbras que él estaba guardando para si mismo; de todas formas, Aether ya no era un simple humano, ya no era un "Viajero" común y corriente, ahora dominaría la luces de la misma Teyvat y conquistaría los días fugaces que se le presentasen; el sol ya no era solo de los cielos, sino también del Viajero.
Con los pasos entre el pastizal verde y colorido del Viajero y la Dama, las explicaciones más esperadas por Aether por fin serán dichas:
-Istaroth: Como prometí anteriormente explicarte quienes somos las 3 Damas de Phanes, te lo diré; las Damas de Phanes somos... digamos... criaturas místicas, y como dije, la Primera, osea yo, soy del elemento electro... *Salieron del templo y lo primero que hizo Istaroth es que intentó "explicarse" lo mejor que pudo con astucia y confianza , pero parecía esconder algo*
-Aether: ¿Bueno? ¿Y las otras 3 Damas de que elementos son? *Aether, no conforme con la información que le dió Istaroth, quiso dejarse llevar por la armonía de su amabilidad, pero no le sirvió*
-Istaroth: Pues eso tendrás que descubrirlo por tu cuenta *Con inseguridades de por medio, Istaroth cedió a comentarle más historia acerca de las Damas de Phanes*
-Aether: ¿¡Es en serio!? ¿¡Y no me dirás nada más!? *Aether se mostraba impaciente por saberlo, pero Istaroth solo hizo el minúsculo esfuerzo de darle una pequeña pista*
Aether se pasó quejando mientras salían de los pastizales que cubrían el templo, él no quería conformarse con tan poco, según él, pasó por mucho dentro de ese templo putrefacto, y sus visiones eran algo nuevo que estaba fuera de su control.
Mientras pasaban entre los estrechos árboles hasta salir del valle, ya para ver la Ciudad de Inazuma a lo lejos, el clima estaba... dudosa y sospechosamente extraño, como si destellase suspicacia...
-Aether: ¿Porqué hay tanto sol? *Preguntó Aether mientras miraba a los cielos despejados con una mano en la cara, como si la solidaridad de las nubes y la estrella amarilla le encadilasen* Hace una hora estaba completamente nublado...
-Istaroth: Aja... no me dirás que es coincidencia que ahora que eres la luz misma esté despejado porque si. *Istaroth en algún momento se preguntó si Aether era consciente del poder que a él le otorgaron*
-Aether: Oye... ¿Qué pasó con tú personalidad tan misteriosa? *Aether parecía que por fin estaba despejado de igual forma como los cielos que sobresalían encima de él; una persona podía aclararle el sendero*
-Istaroth: Era la única forma de llamar tu atención, ¿O cómo crees que lo iba a hacer? *Istaroth confesaba su plan en espiral que debía hacer para convencer a Aether de que lo acompañe al templo por medio de señales que solo la consciencia de él podría lograr comprender* También te veo más despreocupado... *Dijo ella con un tono alegre que se tornaba melancólico* pero cuando te encontré en la Plaza Central estabas destrozado...
-Aether: Si... Debería agradecerte *El sonido de Aether destacaba en melancolías sonoras* Me ayudarás incluso sabiendo que es mi responsabilidad...
-Istaroth: No te preocupes por eso... *Sus palabras eran sinceras, ella ayudaba al viajero con su carácter pacifista y relajado, con tonos sarcásticos, pero lo ayudaba porque ella quería, no porque tenga que seguirlo* después de todo... ya no estás solo en este viaje, ¿O eso crees todavía?
-Aether: *Lo único que podía hacer Aether era reírse entre dientes, no hacía falta expresar más que solo momentos pleonásticos entre ellos, pero su sonrisa rápidamente se le retorcía al pensar en las cosas que debía aclarar, e incluso lograr* No... no lo creo.
Mientras ellos caminaban entre las pocas distancias llanas de pasto y campo que se encontraban de vuelta a la de la Ciudad de Inazuma, dentro de esta se encontraba el nuevo ojo de la tormenta, que no solo empeoraba sino que... las nuevas circunstancias eran fatales, llenas de profecías puntiagudas e indescartables.
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Ciudad de Inazuma durante la desaparición de Aether:
-Elyse: ¿¡PORQUÉ NO LO DETUVISTE RAIDEN!? *Cundía el pánico en gritos agitados que eran propensos a romperse fácilmente en sollozos silenciosos*
-Raiden: ¡¡NO PUDE!! ¡¡NO PUDE, ELYSE!! ¿¡OK!? YO... *Raiden no soportaba la desesperación de Elyse, quién juró reencontrarse con el Viajero de nuevo en las mejores circunstancias posibles*
-Elyse: Entonces... ¿Él nos traicionó? *La voz de Elyse caía en picada con colores deprimentes*
-Raiden: Yo pude haberlo detenido pero... simplemente no sé que se me cruzó por la cabeza en ese instante...*Raiden aún no quería deducir ni sacar ninguna hipótesis de las razones erróneas por las cuales Aether llevo a cabo su "traición", pero las razones por las cuales Raiden no quería creer eso era por la rápida y sencilla amistad que pudo entablar con El Viajero* No sé cuales hayan sido sus razones...
-Elyse: Estos días han sido difíciles...*¿Cuánta agonía podría soportar el calibre de un asunto así? Elyse por su parte le costaba considerablemente tener la misma actitud elocuente y exótica ¿Dónde quedó el positivismo?*
Más que nada, esto no era solo por El Viajero, sino por la acumulación de desgracias que se podían juntar en tan poco tiempo y vivirlas en carne y hueso...
Durante las noticias que Raiden recibió de Chlain, ordenó que no se le cuente ni mencione a absolutamente nadie, debido a que podría sembrar pánico entre los habitantes, pero más que nada... en Elyse y Seeth; 7 años de amistades compartidas y momentos unidos no podían quedarse en la muerte de uno de ellos tres.
La espera de la llegada del Viajero de vuelta a la Ciudad de Inazuma era infernal, pero Raiden ya había perdido todas las esperanzas mientras que Elyse aún las conservaba, ¿Servía de algo ser una persona de tantos rasgos esperanzadores?
Después de esa "conversación" que tuvo con Elyse, Raiden camino por los pasillos del Tenshukaku y salió a tomar el aire fresco de la lluvia...
-Raiden: (Seeth... no es propio de ti enviar cartas) *En su mente, Raiden se preguntaba del porque Seeth envío una misteriosa carta; Seeth es una persona de carácter odioso dependiendo a la persona que se dirige, pero... ¿Cartas? Él no es de esos*
Señorita Raiden:
Lamento tener que informar esto durante la desaparición de Chlain, pero en los puertos de la Ciudad de Inazuma fueron vistos avistamientos de una organización llamada "Los Fatui", no sabemos mucho acerca de esta y han sido cada vez más frecuentes... por lo mucho... no sabemos a qué nos enfrentamos.
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