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INAZUMA: Episode 1 [CAP-3]

CAPÍTULO 3:
LA ESTATUA QUE ENLAZA NUESTROS DESTINOS

Las leyendas más impactantes son las que no se cuentan, y los ramos de visiones redactadas en perpetuas cadenas son las que se arraigan a los secretos más dichos pero menos expresados, y la confianza traicionada es un entierro cargado. La Estatua de un Dios se encontraba allí, uno que viajando por la luz del día encontró su bendición en un extraño viajero que solo se retractaba así mismo.

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Durante la violenta tormenta que engullía Inazuma, el sonido de los pasos del Viajero se hacían sonar cada vez más entre la misteriosa mujer y él, pero ese mismo día Aether conocería más de lo que el imagina, pero cometería errores que jamás solucionaría. Junto a Raiden, las pláticas, y los sueños dormitantes que reconstruía los recuerdos del Viajero, se asomaron en visiones perturbadas por la fragilidad de sus objetivos, de esa determinación, de esa carta.

Aether y Raiden salieron a las afueras del Tenshukaku mientras la lluvia se calmaba en su ligera pero densa llovizna, que dejaba dificultades para ver más allá de 100 pies de distancia. Mientras caminaban por las escaleras del exterior del Tenshukaku para descender hasta la ciudad, la fauna rosa de los árboles y verde de las plantas se regían por dentro y fuera de las murallas de este. Aether sacó la carta intentando taparla para que la lluvia y su paciente intriga no humedezca lo que parecía ser su única misión, entonces Aether mientras caminaba pasó su mano por la carta, y la abrió lentamente, como si estuviese preparándose mentalmente para lo que fuera que haya dentro de esa carta. Finalmente, cuando llegaron al final del Tenshukaku, ya a punto de salir de las murallas de este, abrió la carta; Aether se vió redundante ante la carta, ya que sus pensamientos se encontraban en un momento pleonástico al ver lo que estaba escrito. Aether paró de seguir a Raiden unos segundos, y miró fijamente la carta, y decía esto:

-Viajero, necesito verte:

"¿Tú cabeza da vueltas, no? Tú mente está envuelta en resonancias no correspondidas, no es cierto eso? Viajero? Ven a verme en la Plaza Central de Inazuma...descubrirás más de lo que sabes."

Raiden se fijó en Aether, y sospecho durante un breve momento sobre su actitud, que estaba fuera de lo habitual:

-Raiden: Aether...estás bien? Te noto...extraño..*Dijo Raiden con voz calmada, que se reducía a palabras que podrían ser traicionadas, pero Aether simplemente no respondió, y se quedó callado* Lo siento... Aether.. en serio lo siento..

¿Iba Aether a decidir seguir a esa enigmática mujer, que podría darle algo más que una razón difusa que impacta con su distintiva entidad y origen? O caminar su trayecto con Raiden? Qué hacia todo lo posible a su alcance para que al Viajero no lo priven de su libertad tras unas rejas de las que solo la cautivación de deseos desconocidos podían escapar. Aether se vería obligado a decidir ante este problema, él sabía muy bien que Raiden no lo iba a dejar irse, entonces esto generó una línea interna difusa dentro de él, un conflicto, de que una decisión podrían hacerlo tomar caminos completa y radicalmente diferentes, cada pisada fuera del Tenshukaku mientras se acercaban cada vez más a las casas y edificios pueblerinos de Inazuma, Aether pensó cada posibilidad, cada régimen de sentimientos que se podía formar dependiendo de lo que el elija ¿Cuál era la decisión correcta? Desperdiciar el esfuerzo de alguien no era propio de su personalidad, pero el sabía que un propósito más grande lo esperaba, no lo supo, pero lo sintió, y fue ahí donde mientras caminaba con Raiden entre las calles de Inazuma, cuando se dirigían a la Corte de Inazuma, fue que Aether guardó la carta con gran potencia en su bolsillo, como si lo metiese en lo más profundo de sus inseguridades e inquietudes, que durante todo el trayecto se aferró y apretó con sus manos como si su vida dependiera de ello.

Los guardias que escoltaban a la Raiden Shogun y a Aether, quién estaba siendo trasladado a la Corte para la investigación de su caso, se alertaron unos a otros mientras sus miradas giraban y se direccionaban a todas partes, Aether no quería traicionar la confianza de Raiden, no quería que ella, de las únicas personas que lo veían como inocente, lo malinterpretase y lo desprecie, pero Aether no podía ignorarlo, el quería indagar más, quería saber más, quiso saber si el reencuentro con esa mujer valdría la pena. Los charcos de agua que se encontraban en el piso saltaron y se revolcaron del suspenso, las gotas de agua en el aire cayeron nuevamente al piso cuando El Viajero se esfumó, y escapó, del rango de visión de los guardias. Mientras sus pies se aferraban y pisaban el suelo lleno de agua con todas sus fuerzas, Aether corrió con todos los impulsos y motivaciones que había dejado atrás para saber más de lo que le esperaba.

Raiden, quién estaba en el frente de la escolta de guardias que ordenó vigilar a Aether, giró su mirada hacia atrás y al no ver al viajero, sus ojos se hundieron, el color morado de su espíritu, que se sentía traicionado, se volvió pálido, y un escalofrío paso por todo su cuerpo, ese escalofrío que los guardias de la Frontera habían sentido, pero no fue miedo, fue algo peor que eso, para ella, lo que era la traición injusitificada de Aether:

-Raiden: Pero-...qué? Cómo es qué....no lo veo...*Raiden hizo fuerza con sus ojos y los achico más para saber si lo que veía era real, pero lo que más temía se volvió su realidad* OIGAN!! ¿¿¡¡DÓNDE ESTÁ EL VIAJERO!!?? *Gritó con todo el aire que tenía en sus pulmones mientras veía pasar lo peor que se le ocurría, el agua que caía se desgarró en un llanto interno que encarcelaba cualquier lamento que podía ser prevenido*

Todos y todas las presentes que estuvieron cerca de ese escenario se voltearon a ver y escuchar el grito de la Raiden Shogun ¿Que es lo que ocurría? Cruzó por la mente de los presentes mientras que las hojas rosas de los árboles revoleaban en todas direcciones entré la frágil línea de la amistad que pendía de un hilo. Las casas y tiendas iluminaban el día oscurecido por las opacadas nubes, y Raiden, cuya convergencia con el desconocimiento que se tornaba amistad con El Viajero, se quedó parada en medio de la lluvia mientras sonaban las pisadas de los guardias yendo a buscar a Aether que había escapado, ella estaba ahí, tensa con la lluvia recorriendo cada parte de su cuerpo, mientras bajaba la cabeza y miraba al piso con una mirada decepcionada, cuando el poco cariño que le iba guardando a Aether, se destrozaba en pedazos irreconocibles ¿Era este el comienzo de una nueva enemistad por hechos no explicados?

Ella hizo todo lo posible por él -¿Porqué?- se preguntaba, pensó en todas las lógicas razones por la cuál Aether hizo eso, pero la única cosa que no quería pensar, era que Seeth tenía razón...

Aether por otra parte, mientras se dirigía a cualquier dirección, mil y un preguntas patearon su mente, la forma en la que iba a hacer sentir a Raiden lo persiguió durante toda la persecución que los guardias le habían plantado encima -no tengo el valor- se dijo Aether a si mismo, cuando corría entre los habitantes y las calles de Inazuma, hasta llegar a un callejón, en el cual perdió de vista a los guardias. Y fue en ese mismo callejón que a Aether le llegó el sentimiento de la culpa, y lo golpeó hasta dejar su conciencia enredada.

Aether salió cuidadosamente del callejón, se asomo a las paredes para ver que ningún guardia esté cerca y camino disimuladamente entre todas las voces de las personas que inundaban su cabeza.

Aether solo camino, hasta que optó por preguntar a uno de los comerciantes de la zona donde quedaba la Plaza Central de Inazuma, pero una persona se acercó al puesto de comercio donde estaba El Viajero, tenía una capucha y poco se distinguía su cara, Aether, pensando que era la misteriosa mujer, volteó a verla, el esperaba tener la oportunidad de nuevamente hablar con esa mujer de corto cabello verde, por más que la situación estuviese en ruinas, el igual tenía que enfocarse, pero, fue suficiente un breve pero enloquecidamente lento momento de silencio, en el cual Aether se quedó absolutamente plasmado en su propia reacción:

-Raiden: De qué crees que escapas? Aether? *Dijo Raiden con dolor en su voz, mientras Aether miraba con toda la impresión y expresividad que sus ojos podían alcanzar.*

Había mucho suspenso por parte de Aether, a quién le costó considerablemente responder:

-Aether: Raiden... yo... *Aether intentó expresarse lo que pudo con palabras cortadas que sangraban en un problema eclipsado por otro, pero Raiden, con toda la modestia que podía reunir, interrumpió sordamente al Viajero*

-Raiden: Cállate...Aether...me lo explicarás todo la próxima vez que nos veamos...por más que ya no sea como amigos. *Raiden tenía un suspenso en su voz que hacia la atmósfera insoportable, pero Aether, sin decir apenas nada, vio a Raiden marcharse* Espero que aclares las cosas...Aether, está fue tú decisión, y yo no intervendré en ellas, porque yo me hago la misma pregunta también ¿Quién eres?

Tanto Raiden como Aether se fueron por calles contrarias, el oxígeno de los mal entendidos estaba tan congelado que era imposible respirarlo, costaba procesarlo, la falta de comunicación entre el lienzo y el pincel era escasa ¿Quién creería que un simple problema dual, podía ser el conflicto de otros? Pues este fue el adiós que se reencontraría con frases desechas de nuevo.

Aether estaba decaído, su carácter y temperamento estaban por el piso, y no podía soportarlo, hasta que alguien por detrás, una mano, pasa suavemente su hombro mientras caminaba por una de las calles cerca de la Plaza Central de Inazuma, Aether, completamente desorientado, giró su cabeza para ver quién era, y definitivamente, era ella, la única, era esa dama tan misteriosa. Aether se sentó en uno de los asientos de la Plaza junto a la dama llena de incógnitas, y Aether por fin podía respirar y relajarse:

-Aether: Ahhh...hoy ha sido un día de mierda...*Aether se agarraba la cara con sus manos como si existir ya no quisiese, el suspiro de Aether reflejaba bien el hartazgo que llevaba, mientras aún estaba afectado por su pleito con Raiden.*

-???: Me enteré, Viajero...*Dijo la misteriosa Dama mientras se levantaba del asiento* sígueme...hay algo que debo mostrarte...

-Aether: ¿¡Qué!? ¿Cómo es que te enteraste de eso? *Dijo Aether mientras se sentó firme en el asiento y miro a la Dama con escepticismo en sus ojos*

-???: ¿Qué como me enteré? Lo dices enserio? Estuve ahí cuando ocurrió todo *Parecía mentira, Aether no podía creer que la extraña Dama este tan al tanto de una persona tan vacía como él, que no tenía nada que esconder*

La confusión ya era la forma cotidiana en la que la asfixia se revelaba, pero aún sin ser suficiente, la incertidumbre navegó los oídos del Viajero, que seguido de suspiros y caras largas, se levantó igualmente del asiento de dónde estaba para ir a caminar junto a la enredadera que representaba la pregunta más rotunda y exasperante de Aether.

-Aether: Y...a dónde se supone que vamos? *Aether estaba alerta, ya que la dama le transmitía mucha desconfianza, pero a medida que cruzaban palabras y caminaban entre la gente de Inazuma y los aromas despertados se hacían presentar con las luces levemente atenuadas de las tiendas el surgimiento de un nuevo futuro para Aether se veía a la vuelta de la esquina* ¿Siquiera puedo confiar en tí? *Preguntó Aether de forma coherente*

-???: Puedes elegir hacerlo o no, pero eso ya dependerá de ti, porque ya te lo eh dicho Aether, debo enseñarte algo...*Al decir esto y caminar un rato más, Aether y la Dama llegan a una muralla que lleva a los exteriores de la Ciudad de Inazuma, una extraña zona rural*

-Aether: Es-Espera, cuánto tiempo has vivido aquí en Inazuma como para-*La Dama le hace una seña a Aether que guarde silencio mientras tira una cuerda con gancho hasta afuera de la muralla*

-???: Shhh...haces demasiadas preguntas, no crees? Tu solo sígueme...*Dijo en un tono incoherente, y seguido de esto, la mujer empieza a escalar mientras Aether solo mira pensando que si lo que decidió estaba en las manos correctas*

-Aether: Es...Es que, dios- ya te haré todas las preguntas cuando lleguemos *El carácter de Aether demostraba que, por más decaído que esté, su impaciencia era reflejo de la recta moral que el estaba intentando seguir, no quería decepcionarse de su propia decisión*

Aether escaló la cuerda y pasó la muralla junto a la extraña Dama y caminaron por la fauna y la flora que los rodeaba, era una zona rural sospechosa, no muy común, pero las cascadas de los cielos de Inazuma que descendían con raíces incandescentes acompañaban la increíble vista de la verde naturaleza con las grises nubes que parecían perecer en ahumadas sinfonías. La tarde de ese día ya había calmado lo suficiente la lluvia, derritiendo sus gotas en una ligera llovizna.
Entre la maleza y las plantas, a lo lejos se podía ver una especie de templo, uno no muy grande, ni tampoco muy pequeño, pero la dificultad de verlo era la del valle de leyendas bajo tierra que lo abrazaba.
Aether y la Dama se dirigían a ese mismo templo, con un silencio incómodo, pero Aether, ya solo a unos pasos del templo, sintió la intriga de preguntar, pero el poco raciocinio de la situación se emprendió en los ojos de Aether.

-Aether: H-Hey...¿Qué es lo que pretendes? *Preguntó Aether con una cara preocupada parado en frente del templo* Ya enserio, te eh estado siguiendo todo este tiempo y no obtuve ni una sola respuesta *Aether hacía notar el desbalance en su temperamento y llegado hasta el hartazgo de seguir algo que nisiquiera sabía si era seguro, y si tomó la decisión incorrecta?*

La Dama, mientras entraba al templo, dirigió su mirada a Aether, quién estaba ahí, impaciente por saber lo que ella quería, pero la Dama, entre el musgo y las hiedras viejas que se sostenían del templo milenario, solo dijo una pocas palabras que rectificará todas las que ya había dicho:

-???: Si tantas respuestas buscas, entonces aquí, dentro de este templo las encontrarás... *Las palabras de La Dama estaban dirigidas a Aether de una manera seria, pero las hiedras venenosas que acechaban el templo y sus extensos pilares, ya algunos destruidos, deducían la destreza del Viajero que había reunido para llegar hasta este punto* -compruebalo por tu cuenta Aether..

Y así fue como Aether, después de haber dejado los charcos de lodo atrás, llenos de reglas infundidas con el reconocimiento de sus miedos y las ridículas leyes de sus inseguridades, se aventuró dentro del insaciable templo que parecía llamarlo una y otra vez. La curiosidad del valle era imperfecto, no cabía duda de que saber mucho puede ser una maldición para Aether, pero era la única forma de hacerle entender que una vez que la estatua lo elija, el podría ver más allá de las costas que guiaban sus gritos.

-Aether: ¿Q-Qué es esta.....esta estatua? *Ya con Aether dentro del templo, la llovizna se hizo más intensa afuera, y la estatua que estaba en frente suyo se parecía a la de una persona* ¿Porqué me es tan famil-?

Aether paró de hablar de golpe, y se agarró la cabeza, como si estuviese teniendo un fuerte dolor en ella, puso su mano en su frente y fue ahí dónde empezó la primera pista de muchas que su destino revelaría, sus visiones:

-Aether: AHH!! Q-QUÉ ES....QUÉ ES ES-ESTO!? *Aether cayó de rodillas ante el inmenso dolor que su cabeza le ocasionaba, mientras veía a una chica en las retinas de sus ojos, pero la perpetuación de sus visiones se encriptaron a su memoria* ¿¡QU-QUIÉN ES E-ELLA!? *Aether gritó del dolor diciendo la descripción de lo que sus ojos le permitian ver en palabras indirectas, pero esa chica ¿Quién era? Solo el dorado pálido de la igualdad en su cabello iba revelarlo con facilidad*

Después de que Aether pase una pesadilla de situación, mientras se asfixiaba en los rincones menos iluminados de su subconsciente, se calmó y arrodillado con una mano en el suelo y otra en la frente, casi tirado, la Dama se le acercó y se colocó al lado de Aether, mirando hacia la estatua, que miraba a Aether con secretos luminosos que esperaban ser custodiados por el portador digno y correcto.

-???: Y como te dije, Aether, aquí encontrarás la pista que te inspirará...*Dijo la Dama mientras se sacaba la capucha que llevaba, y mirando a la estatua, pronunció el nombre de esta* Phanes, Dios de la luz y del día ¿No te sorprende, Aether?

-Aether: ¿Pha-Phanes? *Aether pronunció su nombre y los ojos de la estatua brillaron en dorado, como si Aether tuviese un efecto sobre esta, y así como así, la Dama, igual de sorprendida, miro a la estatua*

La Dama, quién cuyo rostro ya había revelado, se puso firme y emocionada, como si supiese lo que iba a pasar...

-???: Siii!! Sabía que funcionaría!!! *Exclamó la Dama, que mientras Aether se levantaba, se giro para mirarlo*

-Aether: ¿C-Cómo....Cómo que....sabías? *Aether estaba desorientadamente confundido por el hecho por el cuál la Dama se había puesto tan feliz y exaltada ¿Había algo más detrás de todo esto, había más que solo el propósito de llevar a Aether hasta el templo?* ¿Porqué...sus ojos están...están dorados? *Preguntó Aether cansado y con energías gastadas mientras miraba a la estatua*

-???: Esto es a lo que me refería Viajero!!! ¿Lo puedes entender? *Aether no entendía la razón por la cuál tanto alboroto, habían dudas cruzadas que parecían pergaminos ya escritos debajo de esa estatua, pero parecía que la Estatua ya estaba decidida, y ya tenía un nuevo sol para su melódico resplandor.* Aether, creo que esté sería el momento en el que me presento *Dijo la extraña Dama mientras se colocaba firme y con una voz determinante en frente de la estatua mirando a los ojos desertores de Aether* yo soy Istaroth, proveniente del elemento electro, yo soy la Primera... de las tres Damas del Dios Phanes.

Las cosas ya no serían iguales para Aether, iba a tener que cargar con una responsabilidad mayor que no se asemejaba a ninguna que haya tenido hasta ahora, un nuevo inicio daba para él, que para cuando vuelva a la ciudad de los climas huracanados entre cuentos y gritos vertiginosos ya escuchados, enmudecería los lazos más directos que había tenido en su corto trayecto en Inazuma, esperando que la luz de sus rayos despejen el lazo incomprendido.

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Unas horas antes:

Las pisadas de algo desesperado se podían escuchar...



-Guardia: SHOGUN!! *Gritó el guardia con una fatiga considerable en su voz mientras se dirigía a Raiden, quién estaba pensativa en su oficina en el Tenshukaku, después de una fuerte discusión con la Corte de Inazuma*

-Raiden: ¿Qué es lo que pasa ahora? *Dijo mientras estaba recostada en el sillón de su oficina mirando al techo con un cigarrillo en su mano*

-Guardia: ES.... ES CHLAIN!!! *Exclamó el guardia, con un terror en sus cuerdas vocales* LO ENCONTRARON MUERTO!!

Parecía ser que no solo el Viajero estaba en una situación recapacitante, sino que el terror de las oscuras capas que cubrían las verdades de Inazuma estaban por salir a la luz ¿Realmente había muerto uno de los 3 comandantes de Raiden? ¿Y en qué circunstancias murió? Nadie podía resolver el nuevo conflicto que se presentaba, pero el alba de la Ciudad de Inazuma ahora era un tren en raíles escarchados.

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