𝟬𝟯. 𝖤𝗒𝖾𝗌 𝖣𝗈𝗇'𝗍 𝖫𝗂𝖾
—C H A P T E R T H R E E—
Los ojos no mienten.
LOS OJOS NO MIENTEN, INCLUSO CUANDO LAS PALABRAS INTENTAN OCULTAR LO QUE SENTIMOS. Es en una mirada donde se refleja el miedo más profundo, ese que no puede disfrazarse con gestos o sonrisas forzadas. Cuando alguien está asustado, sus ojos hablan por ellos, mostrando la vulnerabilidad que intentan esconder. No importa cuánto lo intentes, los ojos siempre serán el espejo de la verdad que llevamos dentro.
—Okey. Ya llegamos—. Habló el simbionte al ver que el suelo estaba a unos centímetros por debajo de ellos—. Un aterrizaje suave. Doblen las rodillas—. Para cuando dio esa orden, la fémina ya se había separado. Extendió sus manos hacia los lados emanando el aura azul; pisó el suelo del lugar con lentitud, mientras veía al par avanzar. Eddie hacía intentos desenfrenados por estabilizarse—. Pon duro el abdomen—. Indicó a su anfitrión—. ¡Que lo pongas duro!—. Le gritó—. Si, si, así. Si, eso es—. Entusiasta, Venom se escondió del mundo exterior, cuando los pies del castaño tocaron el suelo.
—Ay, ahora si me asusté—. Sinceró el castaño, encorvado; sus manos estaban sobre sus rodillas, mientras hacía un intento por recuperar el aliento.
La fémina corrió hasta llegar a su lado—. Pudo ser peor—. Sonrió inocente.
—No lo apoyes—. La miró, negando.
Ella encogió sus hombros—. No lo siento—. El castaño bufó.
—Ah, ¿esto es Nueva York?—. Se quejó, irónico, luego de observar el paisaje a su lado. Solo pudo distinguir montañas a lo lejos, mucha vegetación en el suelo y el viento golpeando contra su rostro.
—Dejá Vú—. Murmuró la chica, recordando que el paisaje era semejante al del otro universo. Eddie la observó unos segundos, antes de girar su cabeza en otra dirección. La fémina risueña, entendió que ambos habían pensado en lo mismo.
"Te siento algo pasivo-agresivo". Comentó el simbionte a su anfitrión.
—¿Ah si?—. Inquirió, sarcástico.
"Si".
—Ah, perdón. ¿Prefieres que sea activo-agresivo?—. Lo cuestionó, en tono airado. A la vez, la cabeza de Venom se materializaba en la espalda de Eddie; además, dos tentáculos se posaban respectivamente en cada hombro del castaño—. Me lanzaste desde un 757, sin tener la más mínima consideración por mi vértigo crónico—. Evidenció su molestia, entre dientes.
—No es que quiera hacerte menos, pero ya hemos estado en las alturas—. Le recordó la mujer.
—Pero no tan altas—. Aclaró.
—Touché.
La cabeza de Venom apareció por el estómago del adulto—. Era un Airbus A320—. Corrigió, ocultándose.
—Esa cosa ya murió, V—. Calmó, o eso intentó, la fémina al ver que el mencionado miraba a sus alrededores con temor.
—Y a ver, ¿qué era esa cosa?—. Preguntó Brock, apuntando al cielo detrás de ellos, al recordar el tema prioritario gracias a la oración de la castaña—. Esa cosa que acabamos de matar.
—Esto no te va a gustar—. Advirtió a su amigo.
—¿Y a quién si? Esa cosa venía por ti—. Obvió la mujer. Su boca fue tapada por un tentáculo del simbionte.
Eddie los miró mal—. Por supuesto que esa oración no me gusta—. Comenzó a caminar, tratando de relajarse; ________ lo siguió, colocándose a su derecha.
Extendiendo su cabeza hacia el frente, Venom cerró su boca; raros sonidos empezaron a brotar de él, confundiendo al par. Parecía querer decirles algo, pero asustado por tener que hacerlo.
—Venom.
—¿Qué haces? ¿Qué estás haciendo? Ya te pusiste raro. Me estás asustando—. Balbuceó el castaño a su amigo.
—Eso era una Xenóperra—. Soltó, finalmente.
—¿Qué?
—Grosero—. Dijo el par al mismo tiempo.
—Bueno, una Xenófaga. Cazadora de simbiontes—. Específico.
—Tenía que ser—. Susurró el hombre.
Algo dentro de la fémina hizo clic al recordar que miró a través de la conciencia de la extraña criatura.
—El problema es que si logró llegar hasta aquí, otras la seguirán pronto.
—¿Otras?—. Repitió Eddie, creyendo haber escuchado mal.
—El creador de las Xenófagas también creó a los simbiontes—. Proporcionó.
—Así que era como tu hermana—. Intuyó el castaño.
—Más problemas familiares—. La fémina, golpeó las palmas de sus manos—. Creo que los humanos tienen razón cuando dicen que: "atraes a gente con tus mismos traumas, problemas y estado mental".
—Oye, no tenemos ninguna de esas cosas en común—. Aseguró. ________ lo observó incrédula—. Además, no estás ayudando—. El castaño la miró.
—No era el propósito. Solo estoy diciendo la verdad—. Sinceró, formando una mueca.
—A ver, parejita. Luego resuelven su tensión en un cuarto—. Intervino el simbionte.
—¿Qué tensión?
—¡Cállate!—. Exigió _______.
—Continuaré—. Habló ignorándolos—. Nos pusimos en su contra y lo encerramos en Klyntar—. Narró.
—Tu planeta.
—¡No! No es un planeta—. Corrigió.
—No es un planeta—. Dijo Eddie empujando levemente su cabeza hacia el frente, observando el camino mientras Venom les proporcionaba la información.
—Es una prisión hecha para que durmiera—. Informó.
—Pero claro—. Dijo Eddie como si fuera la cosa más obvia.
—¡Toda la eternidad!—. Exclamó. Sus dientes crujieron por un segundo.
—¿Cuál es el nombre?—. Le preguntó el hombre.
—Presiento que será uno gracioso—. Comentó la fémina tratando de aligerar el ambiente.
Venom trató de decir algo que no fue comprensible para ninguno de los dos.
Eddie enarcó una ceja—. No te entendí nada.
El simbionte nuevamente trató de pronunciar el nombre de su creador, cosa que volvió a serle difícil—. Knull—. Pronunció muy por lo bajo.
—¿Yogurth?
—Knull—. Repitió, y le aclaró, Eddie, alzando sus cejas.
—¡No!—. Un tentáculo cubrió la boca del hombre. Venom observó en todas las direcciones posibles con temor—. Esto es grave, niños.
—Pues al decirnos niños, claro que lo haces sonar así—. Dijo _________, observando con preocupación a su amigo. Si bien no era la primera vez que Venom parecía "temer" de alguien, en esa ocasión podía sentir mucha seriedad en la atmósfera y eso le producía una extraña sensación.
Tenía el presentimiento de que algo malo sucedería.
—Así no se puede—. Se quejó el hombre avanzando.
Venom siseó detrás de ellos, analizando su alrededor. Sacó su lengua y le estiró, mientras gruñía como si tratara de asustar a alguien.
—Cállate—. Demandó Brock a su huésped.
_________ empezó a caminar más lento para estar a la par de la cabeza materializada de su amigo—Oye—. La atención del simbionte cayó sobre ella—. Sé que nos dirás las cosas poco a poco, pero no importa lo que pase, yo te protejo. Tranquilo, no dejaré que nadie les haga daño—. Sonrió. Sus manos se volvieron un puño, su lenguaje corporal reflejó su estado de determinación.
—Esta pelea es diferente—. Aclaró, con cierto temor.
—Eso parece—. Concordó—. Pero, hemos sobrevivido, porque estuvimos juntos. Hay que continuar así y estaremos bien—. Afirmó sonriente.
Pequeña ingenua, ¿quién dijo que "estar juntos" se cumplía para siempre?
No queriendo discutir, ni alarmar a la fémina, Venom asintió, se estiró hacia adelante y besó la frente de la castaña. _______ imitó su acción, le guiñó un ojo y con su dedo índice dio golpes a sus labios e hizo una seña con la cabeza, apuntando a Eddie. El simbionte rió malicioso, antes de que la mujer se colocara nuevamente al lado del hombre.
—¿Y esa cela?... Xena, o cómo se llame la cazadora de simbiontes—. Habló el castaño, atrayendo la atención del dúo de extraterrestres. Ahora atravesaban un terreno rocoso—. ¿Qué quiere contigo?
—Nada. Con nosotros—. Específico—. Es algo que necesita.
—¿Si? Pues sólo hay esta camisa horrenda, esta bota—. Alzó su pierna derecha mostrando el calzado—. Y quemaduras de sol—. Agregó.
—Tenemos el Códex—. Respondió finalmente a la pregunta.
_________ lo miró confundida—. ¿Qué? ¿El codo?—. Un golpe en la parte trasera de su cabeza fue proporcionado por él.
—¡El Códex!—. Repitió, corrigiéndola.
—¿El qué?—. Preguntó el castaño tan confundido como la mujer.
—Les enseño—. Respondió simple. Estirando un tentáculo, lo introdujo en la mente de la castaña antes de hacer lo mismo con Eddie. Debido a la rapidez de la acción, ambos se tambalearon en su lugar, el castaño alcanzó a sentarse sobre una roca y ________ se posicionó en cuclillas.
—¡Ay! ¡Por un carajo!—. Exclamó el adulto, presionando sus manos contra su sien—. ¡¿Qué haces?!
Una extraña visualización de masa simbiótica esparcida como telarañas, en un lugar que se veía entre azul y oscuro, comenzó a inundar sus mentes. Dos líneas brillantes giraban entre sí iluminando el lugar, formando un círculo al tratar de encontrarse.
"Digamos que si mueren, yo puedo revivirlos". Explicó.
—Eso me gustaría—. Afirmó Eddie.
"Pero si lo hago, nuestras fuerzas vitales separadas se volverían una sola fuerza llamada Códex". Continuó.
La imagen cambió a una extraña esfera carnosa brillante con ciertos patrones al frente, se sostenía gracias a pequeñas ramificaciones de la masa simbiótica.
—¿Qué carajos es un Códex?—. Interrogó el hombre.
"Es una llave. Una llave que abre una puerta".
—La prisión de Klyntar—. Dijo Eddie, comprendiendo.
"Liberaría a nuestro creador".
—Bueno, gracias a Dios no hemos muerto—. Suspiró aliviado.
"Ah, sólo aquella vez". Pronunció en cierto tono bajo.
Los ojos de Eddie se abrieron con sorpresa al recordar la ocasión en la que Ryot lo traspasó con una enorme cuchilla y Venom se arrastró para salvarlo—. Ay no. No. O sea que andamos cargando esa cosa.
—Por eso nos caza la Xenófaga.
—¿Y qué hacemos?—. Preguntó intrigado y preocupado.
"Solo ve el Códex cuando el simbionte asume su forma verdadera". Informó.
—Claro. O sea que no puedes salir.
—No podrás comerte las cabezas de las personas malas—. Mencionó ________.
—Puedo hacer esto—. Un tentáculo apareció del lado izquierdo del castaño—. Y puedo hacer esto—. Su cabeza apareció a su izquierda—. Así que si puedo comerme las cabezas de los degenerados—. Observó a la mujer—. Pero, si me transformó por completo, el Códex le envía una señal de rastreo. Ella nos encontrará, nos arrancará la columna y liberará a Knull de Klyntar.
La imagen mental de lo narrado, le revolvió el estómago a la mujer—. Eso no va a pasar—. Le aseguró al par—. No pienso perderlos a ustedes también—. Eddie dejó de caminar, y junto a Venom, miró a la chica.
—¿Cómo nos deshacemos de ese Códex?
—Mientras tú y yo vivamos, el Códex existirá—. _________ supo entonces que lo que él diría a continuación, no le agradaría en lo absoluto—. Si uno de los dos muere...
—No—. Dijo rápidamente el par. Las manos de la mujer se volvieron puños ante la impotencia que se estaba formando en su interior.
—El Códex también—. Concluyó.
—Eso no me funciona.
—¡Ni a mí!
—¡A ninguno!—. Obvió la mujer. Su voz tembló al salir.
Al pensar en perder a alguien, un frío inexplicable recorrió su cuerpo. Es un temor silencioso que se asienta en el corazón, transformando cada momento con el par en algo precioso, pero también en algo frágil. La incertidumbre de no saber si estarán siempre ahí es lo que lo hace tan aterrador.
Eddie decidió intervenir—Esa Xenofaga era veloz—. Cortó el silencio. Colocó su mano izquierda en el hombro de la mujer, obligándola a mirarlo. Trató de mostrarle una sonrisa, le tomó por la mano y comenzaron a caminar. No hablarían más del tema por el momento—. Los federales no van a tardar en llegarnos con los cadaveres sin cabeza que dejamos en Mexico.
—Hay que largarnos de aquí—. Opinó el simbionte.
—Si, mejor vámonos.
Capítulo largo para compensar que se me había olvidado actualizar 😔
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©-MANDALORIANA76
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