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02. 𝖤𝖽𝖽𝗂𝖾

—C H A P T E R T W O—

Eddie

—¿Segura de qué ésto va a funcionar?

La científica suspiró ante la impaciencia e inquietud del hombre a su lado—No se levante, y no hable por favor.

Eddie y la doctora Skirth se encontraban en el automóvil de la fémina, quien al llegar hasta unos oficiales, mostró su credencial que le permitía acceso a la zona, el oficial le hizo una señal para que avanzará a lo que ella suspiró aliviada.

Ya al estacionarse, salieron del vehículo y emprendieron el rumbo hacia una de las entradas del edificio.

—Sobrepoblación y cambio climático, son dos cosas que Drake no puede controlar—Comentó la doctora mientras caminaba a paso veloz.

—Si, claro, okey—Balbuceó.

—Literalmente estamos a una generación de que la tierra no sea habitable, Drake está usando sus cohetes personales para buscar vienes raíces—Explicó.

—Si que historia tan interesante—Habló con sarcasmo—Pero tenemos que llegar a la parte en la que mata personas y "ella" es la única que sobrevive.

Suspira ante la poca atención e importancia que debe tener al tema prioritario—Drake envío una nave para hacer reconocimiento y de regreso, hallaron un cometa.

—¿Un cometa?

—Las computadoras indicaron presencia de vida, millones de organismos...

—Oye, ¿cómo qué millones de organismos?—Interrumpió con un ligero tartamudeo.

—Y trajimos especímenes...

—¿Hablas de extraterrestres? De... E.T'S. E.T. Teléfono extraterrestres—Balbuceó con burla.

Le mira con seriedad ante el tono infantil de Brock—Si. Pero no se llaman así—Salió del ascensor a la vez que Eddie le seguía—Los llamamos simbiontes, a ella Geneza.

—¿Simbiontes?, ¿Geneza?

—Los simbiontes no sobreviven a nuestro ambiente sin ayuda, en cambio, ella sí—Explicó—Drake cree que la unión entre humanos y simbiontes es clave para la supervivencia, pero no aquí en la Tierra. Allí es donde entra Geneza, al ser parte de otra raza alienígena, si se crea una alianza con ella probablemente sea más factible dejar este planeta atrás—Comentó la teoría formulada hace unos meses—Esa fue la primera intención, pero al ver que poseía habilidades inimaginables, él quiere utilizarlos para inyectarle a diversos soldados y crear un escuadrón que permita atacar otros planetas y así tener dominio completo sobre todo.

—Drake está... Tratando de unir seres humanos con extraterrestres, ¿sólo para que vivan en el espacio?—Repitió lo dicho por la doctora, creyendo haber escuchado mal.

—Son anfitriones—Corrige.

—Está... Loco—Sonríe aún con algo de sorpresa—Está completamente desquiciado.

—Si. Ni siquiera hay protocolo para esto, mete gente como ganado, y si no hay compatibilidad....

—Revisión de ascensores—Una voz aproximándose sacó de su conversación al dúo, el cual se sobresaltó por ello.

La doctora Skirth ingresó su huella dactilar en una pequeña pantalla, empujando a Eddie a través de la puerta en el momento en que esta se abrió—Por favor, entre ahí. No toque nada.

—Bien, yo....

—Entre, entre—Ordenó.

El castaño avanzó por el laboratorio a la vez que la puerta detrás de él se cerraba.

Analizó con curiosidad cada detalle, caminó unos cuantos pasos e ingresó a otra zona, donde comenzó a tomar fotografías que servirían como evidencia para la caída del imperio que Drake había creado.

Observó una extraña cosa viscosa esparcida en los cristales de una de las habitaciones, además de personas que se abrazaban a sí mismas.

En una de ellas, una figura femenina abrazaba sus rodillas con dolor, mientras se mecía ligeramente en el suelo.

Brock tomó una fotografía y se giró para seguir avanzando, al hacerlo, divisó en la siguiente habitación a otra fémina.

Está tenía sus ojos cerrados, portaba un traje de tono azulado y sus brazos estaban atados con unas cuerdas, su cuello era rodeado por un grueso collar metálico, su cabello, que parecía ser castaño, caía como cascada a sus lados. Se encontraba sentada en el suelo, con su espalda recargada contra uno de los grandes cristales.

Abrió sus ojos al sentirse observada, topándose con la mirada inspeccionante del castaño; curiosa ante el ser desconocido frente a ella, deslizó sus piernas y se movió con dificultad, quedando sobre sus rodillas, cuando iba a ponerse de pie, unos golpes captaron la atención de ambos.

Eddie se acercó hasta el área de donde provenía el sonido, a lo que ella terminó por ponerse de pie y caminó hasta el límite de su celda.

—¡¡Eddie!!

"Eddei. Eidi". Se repetía a sí misma intentando formular adecuadamente el nombre.

—¿María?

—¡Por favor! ¡Sácame!—Pidió con desesperación.

—¿Qué?—Preguntó confundido.

—¡Por favor! ¡Por favor!—Suplicó a gritos.

—No puedo sacarte—Habló analizando su alrededor, en búsqueda de algo que lo ayudare.

—¡Por favor!—Continuó golpeando el gran cristal—¡Ayúdame!

—N-No, no sé cómo—Aseguró nervioso, divisó una pantalla a su lado, a lo que extendió su mano tratando de pulsar las teclas correctas con las yemas de sus manos.

—¡¡No!!—Gritó la fémina con horror.

Si dejaba salir a María, el simbionte salía. Y si el simbionte salía, ese tal Eidi sería el nuevo anfitrión.

El ex reportero se giró a ver a la fémina—También te sacaré de aquí, sólo espera—Comentó y presionó todo aleatoriamente.

La alarma de seguridad resonó en el laboratorio, María comenzó a retorcerse ante el ruido a la vez que gritaba.

La mujer no terrestre tragó saliva nerviosa a la vez que veía como la figura masculina tomaba un extintor y lo impactaba repetidas veces contra el cristal.

—¡¡No hagas eso!!—Le gritó, pero él continuó con su acción, a lo que rodó sus ojos.

Un fuerte zumbido retumbó sus oídos.

La castaña emitió un grito mientras se dejaba caer de rodillas al suelo y su cabeza se impactada contra el duro cristal.

El collar en su cuello le emitía descargas eléctricas, con el fin de dejarla inconsciente y evitar su escape.

Escuchó los gritos de Eddie, pidiendo que María se alejara de él.

Con dificultad, se arrastró por los suelos con ayuda de sus rodillas y manos, trató de enfocar su vista en él cuando estuvo en el centro de su celda.

Vio cómo aquella masa viscosa, con la que anteriormente había interactuado, se trasladaba al cuerpo del castaño a la vez que María caía hacía un lado.

"Falla de seguridad en el laboratorio. Sector tres". Escuchó decir.

Intentó moverse, pero la electricidad en su cuerpo sólo hizo que su cabeza se recargue en el suelo mientras algunas lágrimas salían de sus ojos.

Ya había pasado por esto anteriormente, pero eso no evitaba que sintiera dolor.

Y se preguntaba, ¿que había hecho mal?

No lastimó a nadie.

Intentó ser amable.

Pero al parecer el ser humano es demasiado cruel.

Demasiado enfermo.

Y demasiado traidor.

Sus párpados comenzaron a pesar y sus fuerzas parecieron querer abandonar su cuerpo.

Y hasta cierto punto no le importaba, después de todo morir era mejor a pasar el resto de su vida siendo torturada.

Se dejó llevar por la oscuridad mientras caía hacía un lado, donde lo último que divisó fue como Eddie golpeaba el gran cristal delante de ella con desesperación.

Eddie, con ayuda del simbionte, terminó por romper el gran cristal, se acercó a la chica, quien ya se encontraba inconsciente.

Sin pensarlo, sus manos se movieron involuntariamente y destruyeron el collar que portaba, comprimiéndolo en su totalidad. Tiró de las cuerdas a su alrededor y las quitó, junto con la tela azul que la envolvía estos.

—¡Hey! ¡Hey! ¿Sigues con vida?—Le preguntó. Pero ella no respondió.

Suposo que si al ver cómo su pecho subía y bajaba con rapidez, recuperando el aire que tanto necesitaban.

La tomó en brazos y comenzó a correr con ella, por todo el laboratorio.

"Falla de seguridad. Clave plateada".

Salió rápidamente abriendo la puerta y continuó corriendo tan rápido como sus piernas se lo permitian.

Un guardia de seguridad se hizo presente—¡Quieto!—Ordenó.

Dejó a la chica con delicadeza en el suelo y corrió hasta el guardia, dio un salto dejando que sus pies se impacten contra la pared para después impulsarse y noquear al guardia.

Otro se aproximó y terminó por deslizarse a la vez que con su mano golpeaba sus piernas y le hacía caer.

Dio media vuelta y observó como la castaña se retorcía en el suelo, a lo que se reincorporó y se acercó rápidamente.

—¿Estas bien?—Preguntó llegando a su lado.

Aún aturdida, divisó sus manos y cuellos sin ningún artefacto.

Estaba libre, por primera vez en mucho tiempo era libre. Le observó de reojo a la vez que dos guardias asotaban la puerta.

Eddie la ayudó a levantarse sin darle tiempo de hablar, le tomó por la muñeca y comenzaron a correr.

Llevó una mano a su boca al sentirse mareada, pero continuó corriendo. Después de todo eso era lo que importaba, huir.

Descendieron por unas escaleras, encontrándose con una puerta, la cual Eddie derribó sin dificultad alguna.

—Creo que voy a vomitar—Mencionó mareada.

—Resiste, falta poco—Le dijo mientras corrían.

Inconscientemente, según él, tomó a la chica y la subió a su espalda, a lo que ella terminó por rodear su cuello con sus brazos y él tomaba sus piernas con los suyos.

Enarcaron una ceja ante el repentino acto involuntario, Eddie comenzó a correr nuevamente ya que los guardias se aproximaban y disparaban sin piedad alguna.

Divisó una cerca frente ellos y saltó, rompiendo gran parte de esta y haciendo que ambos rodarán en el verdoso suelo que la naturaleza del planeta generaba.

Se reincorporaron y siguieron corriendo, los guardias comenzaron a disparar nuevamente en su dirección.

Aprovechó que el castaño estaba tan centrado en escapar, y que por unos segundos se olvidó de su existencia, que frenó de golpe su movimiento y se giró a encarar a los guardias.

Sus manos emanaron un aura azul que terminó por teletransportarse al lado de ellos, colocando sus manos a los costados de las cabezas de los guardias, acercándolas de manera que se impactarán la una con la otra y estos cayesen al suelo aturdidos.

Sonrió al escucharlos quejarse de dolor, a lo que se teletransportó nuevamente al bosque, donde divisó a Eddie. Se colocó a su lado a la vez que veía como un auto se acercaba hasta ellos.

—¡Lo estoy viendo!—Gritaron.

Un disparo resonó nuevamente a lo que ella gruñó frustrada. Corrieron hasta que el auto se colocó detrás de ellos.

Eddie se golpeó contra un tronco de árbol, que terminó por romperse sin esfuerzo alguno y caer al suelo.

La chica enarcó una ceja confundida, y cuando vio cómo se levantó sin rasguño alguno y su rostro reflejaba la misma confusión que la de ella, entendió todo.

—Está en ti—Murmuró señalándole.

Los disparos nuevamente se hicieron presentes, a lo que ella tiró de su suéter y comenzaron a correr nuevamente.

Parecían haberlos rodeado, no había escapatoria, y sin duda eso provocaría el fin.

—¿A dónde se fueron?

—¿Vieron algo?

—No, nada—Afirmó uno de ellos mientras observaban su alrededor.

Y en la punta de un pino, se encontraba un Eddie y ________ temblorosos, sujetándose a una de las ramas del gran árbol.

Los guardias y compañía se alejaron al no dar con el paradero de ninguno de los dos.

Un crujido alertó los sentidos de Eddie, quien terminó por aferrarse con fuerza a la rama.

___________, al verle temblar, dio leves toques a su brazo, haciendo que le observe.

Aún se sentía desconfiada, pues los humanos con los que había tenido el "placer" de interactuar no la habían tratado muy bien, pero él la ayudó a salir, así que podía darle una oportunidad, ¿no?

Bueno, esos pensamientos se vieron interrumpidos al recordar que él no estaba observando su piel azulada, sino una "normal" en ese planeta y tampoco había observado lo que podía hacer, a lo que se sintió mal.

De igual forma, al menos le agradecería, era lo menos que podía hacer. Ya no tendría que soportar torturas, maltratos físicos o verbales y demás gracias a él.

Pasó saliva por su garganta antes de hablar—Gracias—Murmuró—Hace tiempo que quería salir de ese lugar.

Abrió sus ojos con algo de sorpresa mientras su cuerpo se relajaba y le observaba.

Su blusa blanca ahora estaba cubierta de algo de tierra, al igual que su cara, cabellos, pantalón azul y tenis negros.

Tenía algunos rasguños en sus brazos y mejillas, aún así le observaba con una leve sonrisa.

—No es nada—Respondió luego de unos segundos—¿Nunca intentaste salir de ahí?

Ella desvío su mirada hacia otro lugar a la vez que suspiraba—No me fue muy bien—Sonríe amarga ante los diversos recuerdos de sus intentos de escape y las consecuencias de ello.

—¿Cómo te llamas?—Preguntó en un intento de cambiar el tema y que dejará sus recuerdos de lado.

Hizo una pequeña mueca con su boca mientras pensaba un poco—____________.

O eso le dijo la doctora Skirth.

Ella no tenía un nombre como tal, sólo apodos. Apodos terrestres y de la galaxia.

La doctora le dio un nombre y la hizo sentir bien, interactuó con ella como si fuera normal.

No un mounstro. Como Carlton y los demás le decían.

Ella era lo único bueno de ese lugar.

'"Traeré ayuda y podrás salir de aquí, ¿esta bien?". Recordó las palabras de su confiable amiga.

—¿Tú eres la ayuda?—Interrogó al recordar, con un brillo de esperanza siendo visible en sus ojos.

—¿C-Cómo?

—Dora dijo que enviaría ayuda para que yo pudiera salir de ese lugar y volver a mi hogar—Explicó—Aunque no tengo uno—Añadió en un susurro.

El cual aún así Eddie pudo escuchar.

—Hablas de la doctora Skirth—Ella asiente con la cabeza—Creo que lo soy.

Le observa curiosa y con algo de intriga—¿Quién eres?




























Eddie Brock.

































Corregido 07/03/2022


La ventaja de este libro, es que no la regué tanto (en ortografía) como el de Bucky (el cual me está tomando mucho más tiempo de corregir :'v)

Gracias por la espera y el apoyo <3

Si aún notan errores, por favor díganme, me estoy quedando ciega :'v

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©-mandaloriana76

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