Había pasado algún tiempo, ya que ahora encontramos a Son Chi-Chi sentado en la oficina de Hiruzen Sarutobi, el ex Hokage y ahora actual asesor principal del Hokage, los dos se sentaron en un cómodo silencio, con los únicos sonidos que venían de un Goten que dormía y el toque de una tetera.

Si bien el silencio era calmante y la mayor paz que Chi-Chi ha tenido en dos días, solo se prolongó en lo inevitable y el tiempo era una cosa que no tenía, así que con trago de su té verde, comenzó el acto final de su plan.

"Saiyan"

"Lo siento, qué", tal vez estaba tan nerviosa que se lo imaginó, eso tenía que ser correcto,

"Ese chico, tu hijo, es del clan saiyan, ¿verdad?", maldita sea, cómo pudo explicar esto, lo único que me vino a la mente es que los saiyanos habían estado en este planeta antes, pero por lo que tal vez trataron de concurrir en este planeta una vez antes, en cualquier caso no tenía sentido tratar de negarlo ahora,

Simplemente asintió: "Mi difunto marido era un saiyan", no tenía sentido tratar de mentir a un asesino entrenado, que lo más probable es que pudiera leerla como un libro: "¿Han visitado los saiyanos este planeta antes?"

Hiruzen asintió con la cabeza sabio mientras bebía de su taza de té: "Hace unos treinta años, en los primeros días de las segundas grandes guerras shinobi llegaron los saiyanos, aprovechando nuestra división y adversidad del nacionalismo, se convirtió en una masacre sangrienta, en la que miles de civiles inocentes y ninja fueron masacrados, cuatro de las mayores fuerzas militares del mundo fueron arrodilladas bajo el poder de los saiyanos",

"La finalidad de su asalto dejó a su nación insular en ruinas y en mal estado hundiéndose en el océano y un clan esparcido al viento, en una noche las potencias saiyanas demolieron cuatro ejércitos, cinco guerreros saiyanos trajeron la derrota a tres ejércitos y destruyeron por completo el cuarto, apenas logramos matar a tres, sin embargo, antes de que pudiéramos volver a involucrar a los dos finales, misteriosamente regresaron a esas vainas flotantes y se retiraron al cielo.

"Está bien, guau, eso fue un poco de historia de fondo, pero espera, eso todavía no explica cómo sabía que Goten era un saiyan", era cierto que los saiyanos se parecían a los humanos o lo que fuera que estas personas fueran, pero la única manera real de saber la diferencia era si él los había visto con sus colas". Ella miró hacia Viendo que la mujer antes que él contemplaba relativamente en silencio la situación que tenía ante sí, el hombre tomó otro sorbo antes de continuar.

"Uno de los saiyans sobrevivientes que nos atacó en esos días infernales se parecía mucho al niño, aunque su cabello era ligeramente diferente y era un poco más oscuro y tenía algunos de los ojos más crueles que había visto, y de hecho me sorprendería bastante si él y el niño no fueran parientes de algún tipo" Chi-Chi asintió "Podría haber sido, mi marido fue enviado a mi mundo cuando era un bebé y los saiyans fueron aniquilados por su jefe el mismo día, por lo que mi esposo Goku, nunca conoció a ninguno de su familia, excepto por un breve encuentro con su hermano ahora fallecido".

Chi-Chi habló tan rápido que echó de menos los ojos de Hiruzen en par en estado de shock por el destino de los saiyanos. "Se han ido, todos ellos", preguntó el antiguo hokage a qué Chi-Chi asintió en conformación. Ese era un problema sin resolver de su lista de deseos, ahora si tan solo tuviera a alguien para conseguir que Tsunade de la bebida y Orochimaru renunciara a su malvada ambición y muriera como un hombre feliz.

"Si bien eso es una tragedia, también es un gran alivio para mí saber que no habrá invasiones futuras de guerreros tan temibles". Dijo Hiruzen mientras caminaba hacia la ventana abriéndola e iluminando su pipa de tabaco. "Entonces, ¿por qué deseas dejar a tu hijo aquí en un planeta que no es el tuyo, seguramente debe haber alguien en tu mundo más adecuado y capaz de aceptar a tu hijo?" el tercero preguntó mientras miraba al joven Goten.

Chi-Chi suspiró que esta sería la venta difícil que pensó: "Bueno, ya ves, señor Hiruzen, Goten es mi segundo hijo. Tengo un hijo mayor llamado Gohan al que amo mucho y desde que descubrimos Goku, la herencia de mi marido como saiyan, mi hijo y yo ha sido un infierno". Chi-Chi precedió para contar a Hiruzen la historia de los saiyanos hasta la batalla con Cell. Mencionó las bolas de dragón, el rey Piccolo, los Super Saiyans, Cell, los Kais y todo lo que se le ocurrió sin dejar nada fuera.

"Parece que Goku simplemente sacaría a relucir a los monstruos malvados de la carpintería y me temo que de alguna manera Goku podría reencarnar en nuestro segundo hijo, y si se parece en algo a su padre", se estremió ante la idea de que "Estos últimos seis años casi han sido el final de mí y de mi hijo Chi-Chi dijo que viendo cómo el ex Hokage caminaba de vuelta a su escritorio cayéndose en esta silla.

Hiruzen acaba de mirar fijamente a Chi-Chi con ojos pesados, no podía sentir ningún engaño proveniente de ella mientras ella excró su alma, pero la historia que le acababa de contar sonaba lejos como un boleto de ida al asilo mental, casi como si hubiera robado la trama de un cómic. Príncipes alienígenas, tiranos intergalácticos, reyes demonios, entrenamiento de dioses, dragones mágicos, los muertos que vuelven a la vida. Se pellizcó la frente de la nariz y sintió mucha envidia por su sucesor, que simplemente tenía que contener a un demonio todo poderoso mientras su esposa pasaba por la alegría del parto en lugar de lidiar con esta locura. Con un gran suspiro y la sensación de que podría arrepentirse de esto, sacó un certificado de nacimiento en blanco y papeleo de adopción ganando un chillido de alegría y alivio de Chi-Chi.