Justo en las afueras de la ciudad era donde aquella tenebrosa casa estaba, olvidada hacía años, sumergida a la mitad del profundo bosque, cada persona que pasaba cerca huía de aquel lugar, se decía, que una criatura misteriosa y maligna habitaba dentro de ésta.
Pero Verónica Wilson sabía la verdad sobre aquella casa, y sobre quién la habitaba en realidad, inclusive se adentró en aquel oscuro bosque durante la noche, qué criatura o ente podría darle más miedo que el que llevaba en su interior.

Caminó entre la penumbra y los árboles, alzando su mano cubierta de fuego esmeralda para iluminar su camino, llegó hasta los inicios de la casa, la fachada, desolada y olvidada, estaba completamente a oscuras.
Abrió la puerta, ésta emitió un chillido ensordecedor, el cual hubiera helado la sangre de cualquiera.

Se adentró por completo en aquella lúgubre morada, observando todo a su alrededor, nada más que antiguos muebles llenos de polvo y telarañas, siguió caminado entre la madera que no dejaba de rechinar, hasta que se topó directamente con una figura entre la oscuridad.

—Sabes, los locales temen acercarse a esta casa, dicen que está maldita, ahora veo que no es así —mencionó despreocupada, aquella figura iluminó el pasillo gracias a un orbe de plasma azulado que brotaba de su mano.
Aquella figura alzó su mano y disparó una gran cantidad de energía sobre ella, pero a la Bruja solo le bastó con cubrirse de un manto de fuego para resistir el ataque. Una vez que terminó, disipó el fuego, aquella persona respiraba con pesadez y solamente la miraba, con aquellos ojos fríos y brillantes.

—Me tomó algo de tiempo encontrarte —avanzó hacia él—. Pero sabía que no estarías muy lejos, no, algo me decía que estrías mucho más cerca de lo que pensé, esperando, listo para una oportunidad.

—¿Qué quieres? —preguntó con voz sombría y algo cansada. Verónica sonrió.

—Necesitaba encontrarte, verás, hace poco me enfrenté personalmente a tus antiguos amigos, Los Defensores... —mencionó, y aquella persona comenzó a respirar de forma agitada, casi como si fuese un animal salvaje—. Nos derrotaron, a mí y a mi equipo, pero... logré adentrarme en la mente del Omnisciente, él... me mostró algo, algo que se avecina.

—¿Y viniste hasta acá solo para contarme de las visiones de un tipo traumatizado?

—Lo que vio, lo que yo vi, fue algo real, algo grande, y aterrador. Así que me puse en marcha e hice algo de investigación —comenzó a buscar en un pequeño bolso de mano que llevaba consigo, de él sacó una carpeta y la arrojó a sus pies.

La observó desde la penumbra y alcanzó a ver perfectamente el nombre del archivo. Proyecto Ultra.
Alzó nuevamente la vista hacia ella.

—No estás aquí para ocultarte, mucho menos para tener una vida normal, no, estás aquí a la espera de una oportunidad, y creo que esa es nuestra oportunidad —apuntó a la carpeta—. Sea lo que sea, ya viene, y creo que nos convendría, a los dos, estar del lado ganador.

—¿Así que lo que propones es...?

—Una alianza, tú solo eres uno de muchos que están a la espera de una oportunidad para cobrarse todas las que Los Defensores nos han hecho, creo que podemos unirnos, y usar lo que viene a nuestro beneficio.

Luke emergió de entre las sombras, su rostro estaba demacrado e incluso cubierto con un juego de cicatrices y quemaduras sobre su rostro, inclusive su ojo derecho había perdido color y se había vuelto gris y sin vida. Avanzó hacia la Bruja sin decir nada, entonces la miró directamente.

—El tiempo de los héroes está por terminar, Luke, sombras se avecinan, es tiempo de prepararnos y estar unidos para finalmente acabar con ellos. Tú más que ningún otro tiene más cuentas pendientes con ellos, así que, por qué no tomar la oportunidad y hacer algo al respecto —extendió su mano hacia él y sonrió, con sus ojos brillando intensamente cual ser infernal—. Así que... ¿qué dices?

CONTINUARÁ...