El viaje duró a penas diez minutos, ciertamente necesitaban llegar lo más pronto posible. Una vez que la nave comenzó a descender en la isla Cooper y Alicia los esperaban en la pista. La compuerta del Blackwing se abrió y Cooper acabó por sorprenderse más de lo que esperaba.

—Hola chicos, y... ¿acompañantes? —dijo al ver a Evan y Gwen entre ellos.—Mucho gusto, soy Cooper —se presentó ante Gwen y ella parecía bastante emocionada.

—Es un gran honor conocerte —lo saludó sin contener su emoción, parecía una niña pequeña ante un ídolo musical.

—Bueno pues muchas gracias, me halagas.

—Permíteme decir, que tu trabajo en el campo de la mecánica e ingeniería avanzada es simplemente asombroso, es decir, ¡mira eso! —ilustró con el Blackwing, Cooper parecía estar bastante contento.

—¿Como sabían que vendríamos? —preguntó Barry saliendo de la aeronave al final. Alicia se adelantó y mostró la batalla en Times Square que habían librado hacía unos momentos.

—Una corazonada —miró bastante intrigado a Evan—. Supongo que tenemos mucho de que hablar, entren ya.

Una vez que todos estuvieron adentro del complejo, Evan se despojó de su traje; hizo un movimiento rápido con su espalda, como si le hubiera llegado un espasmo muscular, y en segundos su brillante y oscura armadura se contrajo y se convirtió en una pequeña y muy curiosa mochila negra echa de metal. Evan exhibió su muy fornido y marcado cuerpo. No se percató de que todos lo habían visto sin siquiera parpadear.

—¿Puedes hacerlo otra vez? —dijo Quick sentado de cabeza en el sillón de la sala.

—Interesante, ¿de qué está hecha? —Cooper tocó con curiosidad la mochila.

—Aleaciones de acero y Lynium para hacerlo resistente y un comando que permite enlazarse con mi sistema nerviso y poder manipularla a la perfección.

—Impresionante —reconoció, acariciándose el mentón.

—Chicos, no es que no me interese su conversación de cerebritos, pero creo que hay un tema más serio que discutir. —irrumpió Iron entre la conversación de ambos, Evan asintió con la cabeza y de su ''mochila'' sacó un artefacto parecido a un cubo. Lo activó y el lugar se iluminó con una proyección completamente detallada de un edificio.

—Hace doce horas, un grupo de individuos asaltó industrias Redford.—Mostró una grabación en la que aparecían aquellos seres que los atacaron en en el centro, aparecieron en un parpadeo gracias a la chica de cabello purpura, la cual abrió un portal y todos entraron.

—¿Industrias Redford? —Alicia parecía ser la más conmocionada.

—¿Que tienen de especial esas industrias? —preguntó Barry mirándola.

—Trabajaba ahí, antes de estar con ustedes —respondió mirando detalladamente el vídeo de seguridad.

—¿Que fue lo que se llevaron? —intervino Jack.

—Nada. —Dijo sin más—. O eso pensé en un inicio. Devastaron el lugar e intentaron no dejar pistas, pero logré acceder a los archivos principales del lugar, y descubrí que no se llevaron nada físico, sino una serie planos —pasó a proyectar los planos que exhibían una extraña máquina parecida a un cubo.

—¿Qué es eso? —Jack, al igual que todos estaba completamente desconcertado ante lo que pasaba.

—Son los planos para hacer una máquina capaz de lanzar un pulso que afecta directamente a la atmósfera terrestre, para poder limpiarla de todos los contaminantes existentes en ella. —Esta vez nadie supo qué hacer o decir—. La máquina nunca se fabricó por dos motivos; sus materiales de construcción son casi imposibles de obtener, y la segunda, si la máquina llegase a caer en manos equivocadas lograría crear un arma de destrucción masiva.

—Planean fabricar un arma —reconoció Cold sin poder dejar de mirar tanto a Evan como a sus compañeros.

—Es lo que temo.

—Algo no encaja aquí, ¿cómo es que sabes todo esto? —preguntó Iron mirando a Evan, igual que todos.

—Trabajo en industrias Redford, junto a mi padre, él y yo formabamos parte del departamento de defensa, ahí creamos el Exo-Knight —movió lo que antes era la armadura.— Es ahí donde ellos irrumpieron, destruyendo todo... y asesinando a mi padre en el proceso —una mirada de odio y una lágrima acompañaron su frase, ahora las cosas cobraban un poco de sentido.

—Lo siento mucho, no sabíamos.

—Lo sé, por eso acudí con ustedes, son los más capaces de ayudarme a atrapar a estos psicópatas y evitar una catástrofe mundial.

—Te ayudaremos —pronunció Jack completamente decidido.— No podemos dejar que fabriquen la máquina.

—También me di a la tarea de investigar a nuestros rivales —cambió de archivo, y les mostró todos los perfiles de aquellos sujetos—. Los hermanos Blood, sometidos a alteración genética, ambos obtuvieron superpoderes —Quick y Cold se interesaron en aquellos dos
—. Wallace Burns, alteración genética avanzada, ahora es un monstruo —mostró una serie de fotos sobre la transformación de un delgado y esquelético hombre, a una aberración tras combinar su ADN con algunos reptiles.

—El lagarto —mencionó Barry,  concentrándose en dicho ser.

—Dimitri Nóvikov, lo utilizaron como sujeto de prueba en un experimento que le otorgó habilidades sobre-humanas, las cuales complementa con una armadura de combate aéreo, única en su clase —cambió la foto con la más misteriosa y emblemática miembro de, ellos—. Miranda Wilson, ella es particular, estuvo envuelta en un accidente en el cual un ser extradimensional se adueñó de su cuerpo, una reina demonio para ser exactos. —Les mostró una serie de manuscritos prohibidos en donde una extraña figura demoníaca aparecía con el nombre de Xazach.

—¿Me estás diciendo que ella está poseída por una demonio? —se adelantó Cooper negado a la idea de que existiese algo científicamente inexplicable.

—Hablando de manera muy básica, sí. Todos ellos estuvieron sometidos al Proyecto Inhumano, el cual planeaba crear un escuadrón de seres capaces de proteger la tierra.

—Al parecer no están haciendo bien su trabajo —. Comentó Jack al ver a los Inhumanos. Después de la avalancha de información que Evan les otorgó, finalmente quitó su proyección y todos comenzaron a discutir.

—Conocemos al enemigo, sabemos lo que planean, pero no tenemos un plan. —Dijo Iron cruzado de brazos.

—Necesitan tres piezas para crear la máquina, la primera de ellas está resguardada en París —se adelantó a decir Evan.

—Siempre quise probar los caracoles.—Comentó Quick suavizando el momento de tensión.

—Tenemos que llegar ahí cuanto antes. —Jack miró a su equipo, todos estaban completamente de acuerdo sin decir nada.

—Entonces ya está —. Dijo Quick desapareciendo de ahí.

—Tendré que revisar un poco el estado del Blackwing, pero si alguien me brinda se ayuda, tal vez puedan irse mucho antes —miró sonriente a Gwen y ella se congeló con una sonrisa.

—Prepárense equipo, tenemos mucho trabajo por hacer. Evan, puedes quedarte aquí el tiempo que gustes, Alicia te guiará a tu habitación.

—Muchas gracias. —Todos ya se estaban retirando dejando solos a Jack y él.

—Una cosa más, Jack —dijo antes de él se marchara también—. Ellos no están actuando solo por que sí, hay alguien detrás de esto.

—Lo atraparemos, te lo prometo —caminó junto a Gwen hasta su habitación y sin más se tiró directamente en la cama.

—Adoro este lugar, adoro a tus amigos y te adoro a ti. —Se acostó junto a él y lo envolvió en sus brazos. Jack acarició suavemente la mejilla de Gwen y encaminó sus labios hasta que logró juntarnos con los de ella. Ambos siguieron abrazados todo ese tiempo,

—¿Estoy soñando a caso? —se preguntó seriamente al verla a los ojos. Ella lo besó profundamente en respuesta, no necesitó decir nada.—Si es así, no quiero despertar.

Todos aparecieron en un segudo, una vez que el círculo de fuego verde desapareció, Harold salió corriendo mientras buscan una salida. Pero Jaime lo tumbó en el suelo tras una tacleada a toda velocidad.

—Quieto, chispa —se alejó de él después de mirarlo con cierta pena.

—¿Qué ocurrió? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hago aquí? —preguntó con absoluto terror.

—Ellos, mi brillante amigo, son mi equipo, y te acaban de salvar el pellejo —Maxwell apareció en la habitación acompañado de una hermosa ayudante de cabello negro.
—Si no fuera por ellos, y por que yo se los ordené seguramente te estarían abriendo como un puerco para saber qué eres —se sentó frente a su computadora y comenzó a teclear.

—¿Significa que te debo la vida?

—Ciertamente.

—Pues no esperes que te de las gracias, preferiría estar muerto que ser un monstruo —observó sus luminosas manos y se cubrió el rostro con vergüenza.

—Creo que puedo darte una motivación para seguir con vida —Maxwell se levantó sonriente y se acercó a él.

—¿Qué quieres decir?

—Todos aquí estamos reunidos por una sola cosa; venganza. —Miró a su equipo—. Los Alterados, ellos no han hecho nada más que destruirlo todo, si siguen así, solo lograrán matarnos a todos. A menos que los detengan.

Todos miraron a James con cierta intriga, pero al menos ya se alcanzaban a ver sus verdaderas intenciones.

—Necesito su ayuda, son los únicos capaces de acabar con Los Defensores, pero necesitan un par de elementos más para exterminar a los Alterados de una vez y para siempre. Peleen a mi lado, ayudenme a lograr convertir este mundo en un lugar mejor.

—Estamos contigo —pronunció Jaime Blood lo todos.

—Si asesinar a los Alterados es lo único que se necesita para que este mundo sea mejor, entonces hay que acabarlos ahora mismo —Harold ya no era el mismo, se había transformado en algo más.

—Paciencia, ellos ya vieron de lo que son capaces de hacer, ahora deberemos atacar con más fuerza —cruzó sus manos con una sonrisa—. Las piezas en el tablero ya han sido movidas, sólo de ustedes dependerá el perecer cual peones, o triunfar como reyes.

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