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CAPÍTULO 4

—¡Dense prisa, muchachos! —apresuró Iron, quien caminaba de un lugar a otro cargando unas cuántas maletas para el viaje.

—Pero acabamos de llegar —comentó Quick mientras sorbía un batido—¡Maldición!

—¡¿Qué?!

—Mi cerebro... se congeló —apretó su cabeza y Iron bufó como un toro.

—Toma, ayuda a los demás con el equipaje. —Le lanzó un par de maletas, y con rapidez las llevó a la nave.— Coop date prisa.

—Yo no iré —respondió mirando una tableta electrónica.

—¿De qué hablas? Alicia puede cuidar el cuartel.

—Oh claro que puede —Cooper la miró y ella parecía un tanto desconcertada al igual que Iron.

—¿Qué quieres decir? —se cruzó de brazos y lo miró. Cooper le mostró la tableta y en ella había una resonancia magnética del cuerpo de Alicia, en la cual se veía su cuerpo de un distintivo color anaranjado con toques de verde.

—Alicia Stone, es una Alterada —Cooper la miró con un un rostro seguro y Iron con uno confundido—. Después de nuestra breve aventura en Siberia me di a la tarea de medir nuestro estado de salud, y también el de ella, pero al revisrla obtuve resultados un tanto... peculiares —le sonrió y ella miró a otro sitio.

—¿Eso es cierto?

—Sí —respondió en un suspiro.

—¿Por qué nunca nos dijiste?

—No lo vi necesario, creo que Los Defensores tienen cosas más importantes que atender que averiguar si su jefa de seguridad es humana o no.

—En verdad es importante —la tomó de las manos—. ¿Qué es lo que haces?—preguntó aparentemente feliz y ella también le sonrió. Se apartó de él, se quitó los lentes y con fuerza golpeó la pared, logrando dejar un enorme agujero en concreto y retirando su puño completamente intacto.

—Espectacular —dijo con la boca abierta y ella se ruborizó.

—¿La pared qué te hizo? —volvió a decir Quick después de sorber con fuerza su bebida.

—Volveremos en un par de días, Coop, no quemes el lugar —el resto del equipo entró en el Blackwing, Barry como el piloto y Cold de copiloto, los motores se encendieron, la nave lentamente se elevó y partió en un vuelo supersonico hacia la ciudad.

La morgue de la calle 22 estaba completamente vacía, no había ningún trabajador o empleado de seguridad en el lugar, solamente habían dos cuerpos, inertes y tendidos en un par de camillas metálicas. Ambos cuerpos cubiertos por una lámina transparente que ocultaba a simple vista su horrido aspecto, quemaduras de cuarto grado provocadas por haber sido impactados por una enorme cantidad de energía eléctrica, ninguno se logró salvar...

Repentinamente las luces del lugar comenzaron a parpadear como si hubiese un fallo en el sistema del edificio, todos los aparatos eléctricos comenzaron a encenderse, independientemente si funcionaran través de un cable, si eran conductores de energía simplemente se encendían.
Después de un largo tiempo las luces finalmente sucumbieron ante la energía, y estallaron. Y un resplandor azulado comenzó a emanar de un cadáver, toda esa luminosidad cubrió su cuerpo, y como si fuese una película de horror, el cadáver se movió...

—¡Michelle! —se estremeció en un grito que ocasionó un apagón en toda la colonia. El cuerpo cayó al suelo y disparó una expansiva que mandó a volar a todos los objetos que tenía cerca.
—¿Qué? —se preguntó más aterrado que confundido, miró sus manos, completamente azuladas y emanando luz, al igual que todo su cuerpo—. ¡¿Que ocurrió?! —gritó y esta vez creó una pequeña explosión que destruyó casi todo el cuarto. Tras eso, la alarma de incendios comenzó a sonar, y los aspersores emergieron del techo llenando el lugar de agua. Volteó hacia la derecha y observó un cadáver en el suelo, corrió causando chispas en el agua y llegó hasta el.

—Oh no... Michelle, ¿qué te ocurrió? —tomó el carbonizado cuerpo en sus manos y movió el poco cabello que le restaba.— ¿Pero qué está pasando? —puso el cadáver contra su luminicente pecho y estalló—. ¡¿Por qué?! —gritó tan fuerte que una onda de electricidad gigantesca se disparó de su cuerpo, la explosión fue enorme, devastó toda la morgue y parte de la calle en cuestión de segundos.
Un enorme incendio comenzó, rápidamente la policía y los bomberos llegaron a la escena. Solo para quedar completamente petrificados por lo que ocurrió, las llamas se alzaban hacia el cielo con rapidez. De entre el fuego y las cenizas una figura masculina emergió de entre las llamas, un ser de energía y luz azul que tenía el rostro mirando el suelo.

—¡No se mueva! —todos los policías apuntaron sus armas al ser. Pero siguió caminando sin siquiera prestar un poco de atención. A cada paso que él daba un objeto en el suelo se movía, había un enorme campo magnético sobre él—. ¡Manos en la cabeza!

—Déjenme tranquilo... —siguió caminando y las luces de las patrullas de apagaron.

—¡Si da otro paso, abriremos fuego! —nuevamente parecía que le habló al viento, el ser eléctrico dio un paso y al instante todos los policías dispararon.

—Basta —las balas quedaban adheridas a su cuerpo y lentamente se agachaba—. Basta, por favor —no dejaban de disparar—. ¡Dije basta! —se levantó y todas las balas salieron disparadas con rapidez impactando en todos lados. Varios policías y bomberos fueron alcanzados pero la mayoría salieron ilesos.
—¿Qué tengo que hacer para que me dejen tranquilo? —tomó al oficial que le gritaba por el cuello y descargó una enorme cantidad de electricidad en él hasta que quedó carbonizado. Volteó a su alrededor y disparó una serie de rayos de su mano, y en un parpadeo mató a todos.
Miró enfurecido al montón de cadáveres que había dejado a su paso y se percató repentinamente de lo que hizo. Se cubrió la boca con las manos al ser golpeado por la cruda realidad.

—¿Qué hice? Soy un monstruo —dijo sin poder creer todo lo que había hecho. Caminó tambaleante hasta llegar al cadáver de un policía, tomó sus pantalones y una sudadera que había en los asientos traseros de la patrulla y despues de haberse vestido caminó rumbo al centro de la ciudad.

Jack estaba llegando a la cima de un edifico ahí es donde Gwen lo había citado, no puso ninguna objeción ni queja tanto por el lugar en donde se verían o por lo extraño de la situación. Mientras subía por el elevador pensaba detalladamente qué le diría, ¿cómo le explicaría el echo de haberle ocultado semejante cosa? Para cuando el elevador llegó al último piso, todas sus ideas se desvanecieron, caminó por aquella terraza llena de pequeñas piedras y ella estaba mirando la ciudad, volteó con él y puso una mueca extraña, como si quisiera ocultar lo que sentía.

—Hola —saludó él.

—Hola —respondió mirando la ciudad.

—Gwen yo...

—Alto, aquí yo haré las preguntas, ¿entendido? —suspiró y asintió con la cabeza.— ¿Eres Jack Connors en verdad?

—Claro que lo soy, ¿por qué no habría de serlo?

—¿Qué te dije de las preguntas? Y lo pregunto para saber si en verdad eres tú, o también eso es un engaño.

—Jamás te engañaría.

—¿A no? —lo miró bastante seria y el bajó la mirada—. Si más lo recuerdo me engañaste casi seis años diciendo que eras normal.

—Tú y yo casi nunca habíamos hablado, solo después de mi ''incidente'' con La Orden fue cuando pude empezar a conocerte.

—¿Eres Sight, verdad? Eres el líder de Los Defensores.

—Lo soy.

—Significa que toda tu vida has sido un Alterado.

—No siempre lo fui, después de la lluvia cósmica, al igual que muchos yo era solo un niño, no se manifestaron mis poderes hasta que cumplí seis años.

—¿Como lo descubriste?

—Estaba jugando en el patio de mi casa, nada fuera de lo común, hasta que de mis ojos comenzaron a aparecer cientas de imágenes, por más que cerraba mis ojos o intentaba hacer algo las imágenes no desaparecían. Mi madre y mi padre lo comprendieron al instante, yo también había sido afectado, pero ellos fueron distintos... cuando creí que me entregarían al Gobierno, ellos me ocultaron y me protegieron durante muchos años, hasta que tuve que cambiar el rumbo de mi vida.

—¿Que les pasó a tus padres?

—Lo mismo que les pasó a todos los padres con hijos Alterados, La Orden los encontró... después no supe de ellos nunca más. —Eso pareció haber afectado a Gwen bastante, mientras que Jack lo había dicho con cierta resignación.

—¿Cómo escapaste?

—El Gobierno comenzó a exterminar a los Alterados, pero para ese entonces yo sabía controlar en cierta manera mis habilidades, así que me aseguré de no llamar la atención. Evitaba los lugares públicos, vigilados o siquiera concurridos, durante bastante tiempo estuve vagando en las calles, viviendo como un fantasma, hasta que llegó un momento en donde ya no pude más.
Busqué por todos los medios obtener dinero y conseguir una vida monótona y aparentemente ''normal''.
Después de mucho tiempo de vivir de un lado a otro finalmente me establecí en el departamento donde me conociste, para que después de un par de años todo cambiara otra vez, en esta ocasión para bien —sonrió con amargura y nostalgia, miró a Gwen, ella estaba impactada.

—¿Por qué nunca me lo dijiste?Llevamos un par de años en tener una muy bonita relación ¿y nunca se te ocurrió decirme sobre quién o qué eras?

—Te estaba protegiendo.

—¿Cómo?

—Al ser un Defensor, ciertamente hubiese sido muy perjudicial para ti habértelo dicho. Sight tiene muchos enemigos, al igual que Jack Connors el Alterado.

—Tal vez, pero tú bien sabes que nunca diría nada —bajó la mirada, pero él la tomó con ambas manos y la hizo mirarlo.

—Hubo alguien... alguien muy importante para mí, y ya no está, no quería que eso te pasara a ti, no quería que sufrieras el mismo destino que ella sufrió. Jamás me perdonaría si algo te pasara, eres lo más importante para mí, no hay nadie en este mundo que sea tan significativo para mí, como lo eres tú —se le escurrió una pequeña lágrima por la mejilla, y lo abrazó con fuerza. Después de haberse abrazado, ambos quedaron cara a cara, mirándose directo a los ojos, y sin pensarlo más Jack y Gwen se juntaron en el más hermoso beso que jamás llegaron a tener.

—Te quiero tanto —confesó ella sin soltarlo.

—No sabes cuanto tiempo esperé para escuchar eso —juntaron sus frentes delicadamente mientras reían y nuevamente se besaron. Hasta que el momento se vio interrumpido por una enorme explosión en la lejanía.

—Dios mío —oronunció ella al ver la columna de humo llegando al cielo.

—Ha ocurrido algo —sacó su comunicador sin dejar de mirar el fuego y contactó con Iron—. Chicos...

Vamos para allá —respondió al instante.

—Debo irme.

—Espera, voy contigo.

—Eso ni lo pienses, puede haber problemas.

—Y por eso es que tengo que acompañarte. No podrás hacerlo solo.

—No estoy solo —le sonrió y se puso en el borde de la terraza en una caída de al menos veinte pisos—. Tenemos un lobo gigante, ¿qué podría salir mal? No te acerques por favor —saltó de espaldas y ella gritó, pero para cuando miró hacia la calle, ya no estaba.

Jack ya se encontraba caminando entre la gente utilizando su visión para ver el lugar que había sido atacado, la morgue, claramente se extrañó «¿Por qué alguien atacaría una morgue?» pensó mientras seguía caminando y fue cuando lo sintió, a través de los ojos de ''alguien'' podía sentir un profundo sentimiento de confusión e ira, pero la forma en la que esa persona veía era simplemente extraña, todo estaba hecho de luz, posiblemente había un Alterado en el lugar, y muy posiblemente él había provocado el incendio. Dejó de ver a través de sus ojos y se puso a buscarlo entre la gente, hasta que lo encontró, una persona extraña que caminaba encorbada y temblorosa, como un niño perdido entre la gente. Caminó veloz hasta poder encontrarlo recargado junto a un bote de basura.

—Disculpa —pronunció acercándose lentamente, pero en cuanto lo vio corrió a toda prisa volteando repetidas veces hacia atrás—. Tranquilo no te haré daño.

—¡Déjame en paz! —le gritó mientras corría pero en cuestión de segundos cayó al suelo preso del cansancio—. No me hagas nada, por favor.

—Oye, tranquilo no te voy a lastimar.—Se sorprendió completamente al ver un hombre completamente hecho de energía. Y él también pareció sorprendido al verlo.

—¿Jack? —pronunció él con ambos ojos bien abiertos.

—¿Qué? —volvió a mirar a través de sus recuerdos y se percató con absoluta sorpresa de quién se trataba. — Harold... Está vivo... ¿cómo?

—No lo sé, desperté en la morgue... y-y... Jack, tengo mucho miedo —farfulló aterrado, se levantó hasta estar frente a él.

—No te preocupes, estoy para ayudarte, solo déjame llamar a mi equipo.

—Espera, no, solo tú puedes ayudarme.

—¿De qué hablas?

—Hice algo muy malo, Jack... maté a alguien... —Jack se quedó helado, se dio cuenta, no solo su apariencia había cambiado, él ya no era Harold.

—No te preocupes, te aseguro que todo saldrá bien —puso su mano en su hombro y Harold recordó, recordó el accidente, la muerte de su esposa y como Jack no estuvo allí para ayudarlos.

—Tú... tú pudiste salvarla...

—¿Qué?

—Pudiste contener la fuerza del reactor, pero no la salvaste...

—Escucha, Harold, cálmate, no es lo que crees —puso su mano en su hombro pero la quitó al instante al recibir una descarga.

—No me digas que me calme —sus ojos se volvieron blancos y su voz cambió a una más grave. Con solamente un dedo mandó a volar a Jack directo contra una tienda de televisores, destruyendo por completo el vidrio. La gente que se encontraba alrededor del Harold comenzó a correr espantada pues toda la electricidad que empezó a emanar de su cuerpo quemó la ropa que traía dejando expuesto su incandescente cuerpo.

—Todo es tu culpa... —alzó su mano apuntando contra él y disparó un enorme rayo. El rayo chocó contra un escudo que creó a tiempo, pero la energía salió volando en dirección a un niño.

—¡No! —Jack estaba a punto de arrojar al niño lejos del alcance del rayo, pero alguien se le adelantó...
Un haz de luz azulada pasó a toda velocidad llevándose al niño fuera de peligro. Quick se acercó a Jack después de haber dejado al niño junto a su madre.

—¿Estás bien?

—Sí, pero necesito su ayuda.

—Eso es obvio —se burló y miró a Harold—. ¿Y tú eres...? —preguntó con una voz chistosa. Harold disparó otro rayo y Quick se llevó a Jack evitando el ataque.

—¡Harold, detente!

—Espera, ¿conoces a la linterna humana?

—Larga historia.

—Ustedes... se supone que son héroes, no lograste salvarla, no mereces llamarte héroe —sin darse cuenta Harold comenzó a levitar un par de metros en el aire y a emanar demasiada energía. Levantó su mano y cuando estuvo a punto de disparar otro rayo, una ráfaga de balas lo arrojó directo al suelo.

¡No te muevas! —se escuchó la voz de Barry a través de los parlantes del Blackwing. Y de éste bajaron Cold, Iron y Pepper portando sus trajes—. No lo volveré a repetir.

—¿No te cansas de meternos en problemas? —Iron le entregó su visor y de inmediato se lo colocó. Harold miró a los Alterados con una furia inconmensurable mientras se volvía a poner en pie.

—Harold, escucha, no queremos hacerte daño, solo tranquilizate y todo saldrá bien —insistió con una confianza que en ese momento no tenía.

—Ustedes... —comenzó a absorber involuntariamente toda la energía eléctrica que lo rodeaba y cuando se dispuso a atacar nuevamente una simple mano en su pecho lo hizo detenerse.

—Tranquilo chispa no podrás tú solo —dijo Jaime Blood apareciendo en un segundo junto a él.

—¿Pero qué...? —completamente confundido miró a su lado derecho y una joven con las manos cubiertas en fuego apareció, siendo acompañada por otra chica con unos ojos que brillaban en un tono verde brillante.

—¿Que diablos está pasando? —preguntó Quick al ver a ese grupo de extraños junto a Harold.

—Problemas —respondió Pepper al cubrirse de energía.

De entre los edificios se escuchó un extraño sonido, como una pequeña turbina acercándose, hasta que un extraño ser volador apareció. Igual que los demás se colocó en una hilera apoyando al eléctrico, un hombre vestido con una extraña armadura que portaba en su espalda un par de enormes alas metálicas. Parecía haber terminado con él, hasta que el asfalto en el suelo se quebró y de las alcantarillas emergió una criatura horrenda, con el aspecto de un reptil y un tamaño equivalente al de Blade Slash, se colocó junto a sus ''compañeros'' mirando con desprecio a Los Defensores.

El lugar estaba completamente vacío, todas las personas se apartaron lo suficiente para poder ver a ambos bandos cara a cara.

—¡¿Qué mierda ocurre aquí?! — Harold no comprendía lo que estaba pasando, mucho menos Los Defensores.

—Ya te lo dije, chispa, no podrás acabar con ellos tú solo —sonrió y miró a todo el equipo, para después mirar a Quick con una sonrisa espeluznante—. Estamos contigo.







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