Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 3

—Lamento no poder traerte a un mejor lugar, pero no logré obtener una reservación a tiempo en un mejor lugar —se disculpó con cierta pena.

—Jack, el lugar es hermoso —Gwen colocó su mano encima de la suya y contempló el lugar. Un restaurante que era bastante bueno y además tenía la peculiaridad de tener todo el techo lleno de luces navideñas, de toda clase de tamaños y colores, llenando la atmósfera de color y felicidad.

—Me alegra que te guste. —Le sonrió y ella correspondió.

—Cuéntame Jack, ¿qué has hecho en todo este tiempo que no nos vimos? —la pregunta lo tomó por sorpresa y lo hizo tragar mal la comida, comenzó a toser un poco. Pero al instante disimuló.

—Tu sabes, viajé un poco, conocí lugares e hice bastantes amigos —respondió y bebió un poco de agua.

—Eso es increíble, ¿qué lugares conociste?

—Inglaterra, Berlín, recientemente volví de Rusia.

—Debe de ser fantástico viajar junto a tus amigos sin preocupación de nada.

—Hay algunos problemas siempre, pero logramos detenerlos —sonrió y pensó en todo lo que había vivido y no lo había procesado.

—Me encantaría viajar también, conocer el mundo —miró soñadora las luces del lugar.

—Tal vez algún día te lleve conmigo —ella volteó mirándolo de manera distinta.
Por un segundo cruzó por la mente de Jack utilizar su Omnisciencia para ver lo que ella sentía, pero algo en él simplemente desistió en hacerlo.

—Oye, mañana habrá una presentación científica en mi escuela, mi profesor le mostrará a todos un nuevo proyecto en el que estuvimos trabajando, me gustaría que me acompañaras.

—Me-me encantaría.

—Genial.

La velada siguió durante un par de horas más, en las cuales ninguno de los dos dejó de hablar o reír. Una vez afuera del restaurante una lluvia comenzó, así que ambos iban a salir corriendo en dirección a la motocicleta, pero a Gwen le llegó una llamada, y una vez que terminó volteó bastante triste con Jack.

—Lo siento. Tengo que ir a la escuela, debo ayudarle a mi profesor con unos detalles del proyecto.

—Yo te llevo.

—Muchas gracias, pero ya has hecho mucho por mi, puedo llamar un taxi.

—Está bien —suspiró un tanto triste—. ¿Entonces te veo mañana?

—Sí —lo abrazó con fuerza y posó su cabeza en su pecho.— No quiero irme, en verdad me encanta estar contigo —ella levantó la vista y quedaron cara a cara, cerró sus ojos y con lentitud comenzó a aproximarse a sus labios.
Jack volteó ligeramente a la ventana del restaurante, y en un segundo, la imagen de Willow apareció en ella, con un rostro triste lo miró, Jack comenzó a ponerse nervioso.

—Oye, ¿estás bien? —tomó su rostro y lo miró a los ojos un tanto nerviosa. Jack volteó nuevamente a la ventana, ella se había ido.— Supongo que nos vemos mañana, te quiero mucho —besó rápidamente su mejilla y se fue sin decir más.


El monstruo tomaba uno tras otro pescado y se los llevaba a la boca sin parar, produciendo un sonido tan desagradable que nadie ahí podía dejar de verlo.

—Ey, ey, ¡ey! —gritó Jaime al ya no aguntar el masticar del monstruo.

—¿Qué quieres? —respondió con su cavernosa y aterradora voz.

—?Quieres dejar de hacer ruido? Idiota —se quejó con fuerza.

—¿O qué harás? Enano —respondió tragando otro pez. En seguida Jaime se levantó y sus ojos se volvieron rojos.

—Me alegra ver que se llevan bien — Maxwell atravesó la habitación y llegó hasta su escritorio.

—Dijiste que acabaríamos con Los Defensores, ¿qué mierda hacemos aquí sentados? —se quejó en voz alta el velocista.

—Calma mi veloz amigo, todo a su tiempo.

—¿Y cuándo será eso? —Jannet se acercó a ellos.

—El equipo no está completo aún, necesito a un par de miembros más. No tardarán en llegar, sean pacientes, mis amigos, ya pronto actuaremos. —Sonrió al ver a su equipo casi completo—. Pero mientras eso sucede, necesito que hagan algo por mí.


Jack se había hospedado en un hotel en el centro, no muy lejos de la escuela en donde Gwen estudiaba, así que rápido se vistió y se preparó para lo que haría.

—Bien, amigo, hoy es el día, hoy le dirás a Gwen lo que sientes por ella —hablaba seriamente con su reflejo en el espejo. Terminó de alistarse y salió rumbo a la escuela.

Sin demorarse mucho llegó, claramente había un evento importante ese día, en todo el campus escolar había decoraciones y adornos relacionados con temas científicos. Jack entró en los pasillos del lugar, encontrando en su interior una cascada de emociones olvidadas. ¿Cuanto había pasado desde la última vez que estuvo en una escuela? Claramente mucho, veía a todos los alumnos y profesores hablar de temas tan triviales y tan simples que no podía dejar de sentirse nostálgico.
En el tiempo en que Jack tuvo una vida ''normal'' siempre mantuvo un perfil bajo ante la sociedad, nunca sobresalió en nada, siempre buscó no ser buscado.
Dejó de divagar cuando llegó al lugar principal del evento, el enorme gimnasio de la escuela, el cual había sido transformado en una feria en donde todo lo que se podía ver era proyectos científicos, pero lo que más resaltaba en el lugar; era una extraña máquina cilíndrica, muy parecida a la Cámara de aceleración de alteraciones, en la cual Jack alguna vez tuvo que entrar, salvo que ésta era mucho más grande y compleja.

—¡Jack! —exclamó una voz y buscó entre la multitud, un bello rostro sobresalió y la encontró. Tenía puesta una bata de laboratorio que le daba un aspecto mucho más atractivo de lo usual.

—Hola —ambos se abrazaron y Jack miró a un grupo de científicos trabajando sin descanso en aquella máquina tan extraña—. Me dijiste que presentarías un proyecto, pero jamás dijiste que sería el evento principal.

—Hubiera arruinado la sorpresa.

—Pues en verdad me sorprendes.

—Claro que deberías sorprenderte, muchacho —comentó una voz entre los científicos. Un hombre afroamericano de lentes y cabello oscuro caminó hacia ellos.— Gwen es una de las mejores y más inteligentes estudiantes que he tenido en toda mi vida. Sin ella, creo que nunca hubiera podido desarrollar mi invento.

—No diga eso. ¡Oh lo siento! Jack, él es Harold Connors, mi profesor de ciencias, él inventó éste artefacto —le presentó al científico.

—Inventamos —repuso, a la par que saludaba a Jack con un firme apretón de manos.

—Es un gusto, señor.

—El gusto es mío, no sabía que Gwen tenía novio. —Nuevamente el comentario hizo ruborizar a Gwen y sonreír a Jack.

—No somos novios, señor, solo amigos.

—Vaya, es una lástima, hacen una hermosa pareja.

—Harold, deja de abrumar a los jóvenes —reprochó una mujer de tez morena que abrazó y besó en la mejilla al profesor.

—Lo siento, cariño, oh, Gwen, ¿ya conocías a mi esposa?

—No tenía el gusto, hola, Gwen Ericksen.

—Michelle, mucho gusto, chicos.

—Igualmente.

—Harold, ve a prepararte, la presentación ya casi comienza.

—Bueno, chicos, debo retirarme, mi mujer y el deber me llaman —se alejó sin soltar a su esposa. Gwen giró la cabeza y Jack tenía una expresión contenta.

—Lo siento por eso.

—No pasa nada, es un hombre muy amable.

—Bueno, la presentación comineza en un par de minutos, deberías de buscar un buen lugar.

—Lo haré. —Jack se alejó del lugar, Gwen suspiró cerrando los ojos, dio media vuelta y chocó contra alguien, tirando un pequeño cúmulo de papeles que traía en sus manos.

—Dios mío, perdóname en verdad no te vi —se agachó y comenzó comenzó recojer los papeles.

—No tienes de que disculparte, fue completamente mi falta de atención —contestó una voz masculina bastante familiar para ella.

—Oye, yo te conozco de algún lado —intentaba recordar tras verlo directamente.

—Bueno pues tal vez esto te ayude a recordar. —le entregó en las manos una revista científica en la que la portada estaba él, y atrás suyo una gigantesca torre con el nombre Maxwell como título.

—Dios, eres James Maxwell, presidente y líder de empresas Maxwell —lo reconoció y él sonrió.

—Me alegra que la gente reconozca mi apellido por mis empresas y no por el pasado que éste porta sobre sí.

—Tu padre, fue el líder de La Orden, ¿no es así?

—Ciertamente, y es algo que en verdad me gustaría dejar en el olvido. El apellido Maxwell representa más que una horrida dictadura.

—Tu empresa ha ayudado a millones de personas, no te dejes llevar por el pasado.

—Muchas gracias por tus palabras.

—Y a ti por financiar la feria y todos los proyectos, sin ti jamás hubiéramos logrado sacar esto adelante.

—Es un placer, y más cuando una criatura tan hermosa está involucrada. —Besó su mano, la miró, ella estaba completamente nerviosa y algada.— Bueno ¿es un gusto...?

—Gwen, me llamo Gwen.

—Mucho gusto, Gwen, espero y la presentación sea... inolvidable —sonrió y después se retiró sin decir más.

Al cabo de unos minutos, Jack se encontraba en primera fila para poder observar aquél armatoste en acción.
El profesor Connors subió a un pedestal y todos le aplaudieron.

—Muchas gracias a todos por venir, es un enorme privilegio para mí y mis colegas poder mostrarles nuestro proyecto —utilizando un micrófono dio comienzo a la presentación, la gente aplaudió nuevamente.— Y muchas gracias a empresas Maxwell por financiar las investigaciones como el proyecto en sí, no lo hubiéramos logrado sin su apoyo.

Memorias terribles le trajo el escuchar aquel nombre, inclusive se puso algo nervioso, limpió el sudor de su frente y trató de guardar la compostura.

—Bueno, sin más, les presento el Reactor de Bioelectricidad —las luces del lugar se apagaron y un par de reflectores colocaron su luz en el artefacto.— Esta máquina, tal como su nombre lo dice, es un reactor, que funciona a través de energía bioelectrica, lo que significa que es generada de manera natural. Y eso solo es el comienzo, el reactor por si solo puede generar suficiente energía para poder alimentar todo Nueva York, y mucho más. Si cada ciudad en el mundo pudiera poseer uno de estos—tocó la máquina—. No dependeríamos de otras fuentes de energía nunca más. Logrando crear un cambio significativo a nivel mundial, ya no habría calentamiento global, contaminación de todo tipo, y el planeta sería más sano y habitable que nunca. Y solo estamos acariciando la superficie, piensen, ¿qué tal si se lograra crear un reactor para cada hogar, cada medio de transporte, cada artefacto tecnológico? Sería una revolución, el humano daría el mayor avance científico en la historia, el mundo sería... perfecto —toda la gente quedó boquiabierta, todo el plan a futuro era simplemente excepcional, después de un momento de silencio, toda la gente en el lugar aplaudió como nunca, y todos se volvían locos por preguntar primero.

—¡Profesor Connors, profesor Connors! —una joven periodista de Newstime no dejaba de alzar la mano en busca de realizar su pregunta.

—¿Sí, señorita? —atendió a la reportera.

—Si su máquina puede hacer todo lo que dice ¿puede darnos una demostración? —Harold se quedó quieto un par de segundos, y unas cuantas gotas de sudor cayeron por su frente.

—Por... por supuesto —se aproximó a la máquina y se colocó unas gafas de plástico—. Por su seguridad les pediré que se aparten un par de metros, y no vean directamente la luz —tomó una palanca bastante grande y sin más la bajó.
La máquina comenzó a emitir un zumbido, y una brillante luz azul comenzó a iluminar con intensidad el lugar. Toda la gente miró extasiada aquel artefacto, pero en un segundo los aplausos y alabanzas terminaron. El reactor comenzó a brillar con una intensidad casi imposible de observar, como si mirasen directo al sol, la máquina comenzó a vibrar como el motor de un bote y a emitir un calor sofocante.

—¡Se está estabilizando, no hay nada que temer! —al terminar de decir esas palabras, todos los artefactos electrónicos del lugar empezaron a vibrar a sacar chispas, como si hubiera un corto circuito en todos.
Todo el lugar empezaba a temblar con intensidad, y la estructura empezaba a colapsar. La gente entró en pánico y empezó a buscar una salida del lugar.

—¡No! —gritó el profesor Connors —. ¡Puedo arreglarlo, solo necesito...! —el reactor comenzó a lanzar gigantescos rayos que cuando inpactaban contra algo, lo volvían cenizas.

La gente corría desesperadamente a las salidas mientras la máquina lanzaba mortíferos rayos que hacían que todo el gimnasio comenzara a caerse apedazos. Jack trató de encontrar a Gwen en medio del caos, hasta que la vio, ella estaba ayudando a una niña que se había tropezado. Y fue entonces, que una enorme pieza de metal se desprendió del techo del gimnasio y con fuerza comenzó a caer en dirección a Gwen. Jack se quedó petrificado, y en un momento que duró una eternidad, vio el rostro de horror en ella, y reaccionó sin pensarlo.

Levantó ambas manos y la enorme pieza de metal se quedó levitando encima de ambas. Gwen abrió de par en par los ojos, después miró a Jack, él arrojó la pieza metálica como si no le hubiera pesado nada. Corrió hasta ellas.

—¡¿Están bien?! —preguntó tomando su rostro, parecía estar en shock.

—Estamos bien —respondió sin apartar la mirada de él.— Eres-eres uno de ellos...

—Deben salir de aquí —movió su mano con rapidez y un enorme pedazo de pared del gimnasio salió volando.— Salgan ahora, yo contendré el reactor.

Gwen salió del lugar junto con la niña, y Jack comenzó a caminar directo al reactor. Había una especie de fuerza magnética que no le permitía caminar de manera natural, era como sus pies pesaran una tonelada. Entre el caos y la luz incandescente Jack pudo admirar a dos figuras en el reactor.

—¡Salgan de aquí! —gritó con todas sus fuerzas, pero parecía como si su voz solamente fuera un zumbido. No podía utilizar su Omnisciencia, mucho menos su telequinesis, ya era demasiado tarde.

—¡Harold! —gritó la esposa del científico al ver que no se apartaba de la máquina.

—¡Michelle, no te acerques! —le gritó con todas sus fuerzas a su mujer. El lugar empezaba a caerse a pedazos y no se podía hacer otra cosa para contener la fuerza del reactor. Cuando de pronto, un poderoso rayo de energía eléctrica salió de la máquina e impactó de lleno el pecho de la mujer.

—¡No! —gritó al ver como su mujer cayó con un gigantesco agujero en su pecho, manchando el piso de sangre.—¡NO! —rugió con dolor, entonces un rayo muchísimo más grande impactó al profesor y lo mandó a volar con tal fuerza que destruyó parte del piso.
Después de haber recorrido el lugar, Jack quedó frente al reactor, la máquina parecía que iba a estallar en cualquier segundo. Nuevamente se concentró, y alzó sus manos, con toda la fuerza que pudo encerró el reactor en una burbuja invisible, y fue cuando el reactor estalló.

La expansiva fue como una sacudida momentánea, pero la vorágine de energía y luz letal luchaba por poder salir de la prisión invisible que había generado Jack. Comenzó a gritar con fuerza y su nariz empezó a sangrar, hasta que en un segundo logró hacer desaparecer toda la energía. Simplemente comprimió con todas sus fuerzas aquella prisión y la energía finalmente sucumbió.

Se tumbó en el suelo y empezó a respirar con normalidad, cuando de repente todos los objetos que habían estado volando sin parar al fin cayeron. Causando un estruendo que alertó más a Jack. Después de haber recuperado sus fuerzas, caminó con lentitud hasta la salida, encontrándose con una escena desgarradora, había cientas de personas ayudando a los maestros y alumnos que llegaron a ser dañados por la energía, de igual forma había servicios médicos, policías, bomberos y algunos canales de noticias transmitiendo la catástrofe. Salió un tanto despistado, pero aún así no dejó de lado el buscarla. Pasó caminando a través de las personas que estaban siendo atendidas y entre toda la muchedumbre la encontró; ella se estaba despidiendo de la niña, sus padres la encontraron al fin, y Gwen y ella compartieron un último abrazo.

—Joven, ¿se encuentra bien? —preguntó un paramédico al ver una pequeña herida sangrante en su frente.

—Estoy bien, amigo, ayuda a los demás. —respondió sin apartar la vista de ella y ella de él. Caminó pensando en qué debía decir,  pero su mente estaba en blanco—. Hola... —fue lo mejor que se le ocurrió decir.

—¿Por qué nunca me dijiste? —se cruzó de brazos y mantuvo un semblante entre confundido y molesto.

—No quería asustarte. Creí... creí que me odiarías por ser un Alterado —con pena descendió su mirada.

—¿Te das cuenta lo que dices? —al parecer el comentario la enfureció de verdad—. No me molesta en lo absoluto que seas un Alterado, me molesta que no tuvieras la suficiente confianza para decírmelo.

—Lo siento mucho, de verdad, fui un idiota, pero te juro que no volverá a pasar —la tomó de ambas manos y la miró con sinceridad—. No quiero que estés molesta conmigo.
Suspiró con fuerza y se relajó un poco

—Tú y yo tenemos muchas cosas que hablar. —Antes de que él dijera algo Gwen colocó su dedo índice en sus labios.— Ahora no, es muy posible que tenga que testificar con la policía así que tendré que estar concentrada.

—¿Te parece mañana en la noche?

—Sí.

—Entonces te llamaré.

—Está bien —se alejó y no volteó hacia atrás. Jack se sintió bastante triste, pero tenía una oportunidad para hablar y arreglarlo todo, y no la iba a desperdiciar esta vez.


Cold comía una rebanada de pizza mientras buscaba que ver en la televisión, y entre todos los canales se quedó en uno que le dejó los ojos completamente abiertos.

—¡Chicos, miren! —le comunicó al equipo. Quick apareció a un lado de él, y ya se estaba comiendo su pizza.—¡Ey!

—¿Qué ocurre? —preguntó Iron, Peeper llegó después junto con Barry.

—¿Jack no iba a estar ahí? —todos miraron un noticiero y quedaron igual de perplejos que él. Era una transmisión en vivo sobre una catástrofe que acababa de ocurrir hacía unos minutos. Todo un campus escolar estaba lleno de servicios de ayuda, y la infraestructura de la escuela parecía haber sido atacada por una tormenta gigantesca.

—Creo que debemos ir a la ciudad —enunció Barry. Iron asintió.

—Tienes razón, tomen sus cosas, nos vamos en cinco minutos.










_________________________________________

Si te gustó por favor deja un voto y un comentario.

En verdad te lo agradecería.
Y si te gustan mis historias por favor sígueme.

Gracias por leer.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro