CAPÍTULO 26
La batalla afuera de las instalaciones Yang se había descontrolado completamente, llegando a un punto en el cual no había aparente ganador, la Bruja lanzaba fuego y atacaba con decenas de trucos nuevos, mientras que los pocos Defensores que restaban hacían todo lo posible por detenerla a ella y a sus cómplices.
Nuevamente Cold había logrado tener un acercamiento con Jannet, así que aprovechó el tiempo que le restaba y formó un grueso y resistente domo de hielo que los cubrió a ambos, al menos lo que resistiera ante los ataques de Verónica Wilson.
—Esto no aguantará mucho así que escucha con cuidado, voy a distraerla lo más que pueda, pero tú tienes que salir de aquí en cuanto antes, ¿entiendes? —la tomó de los hombros y la miró directamente. Se quedó congelada, sin saber qué hacer.
—¿Por... por qué haces esto?
—Solo... quiero que tengas la vida que siempre soñaste, así que ve —volteó, el hielo comenzaba a fragmentarse.
—Ven conmigo —lo tomó de la mano, Cold giró nuevamente, la apretó con anhelo pero bajó la mirada.
—Nada me gustaría más, pero justo ahora mis amigos me necesitan, no puedo dejarlos solos —suspiró, el domo comenzó a romperse, miró una última vez a Jannet Blood, y sin más que perder se animó a darle un beso, nuevamente ella se quedó estupefacta, pero cerró sus ojos y lo aceptó. Entonces el domo cedió—. ¡Vete! ¡Te daré algo de tiempo!
La Bruja atacó de nuevo, Cold maniobró sus manos y lanzó una ventisca contra ella, y cuando menos recordó, ella se había ido.
El ataque de Verónica lo arrojó contra unos escombros, trató de levantarse, y fue cuando observó como las instalaciones comenzaban a caer, abrió los ojos de par en par.
—¡Todos, abajo! —gritó, pero fue tarde.
El lugar se vio azotado por una cantidad de energía colosal, todo tembló y se iluminó, a la par que se cubrió de fuego y destrucción.
Quick alcanzó a llevarse a Evan y ambos se cubrieron de la explosión tras los restos de una casa. Cold levantó sus manos y nuevamente se protegió con una berrera de hielo, pero no duró mucho, la explosión fue tan poderosa que destrozó su protección y lo arrojó, igual que a todos, lejos de ahí.
Ni siquiera supo cuánto tiempo había pasado, abrió los ojos nuevamente, aturdido y cubierto de polvo y cenizas se levantó, todo el lugar estaba desecho, como si hubiese sido el epicentro de una guerra. Comenzó a caminar en medio del desolado panorama, mirando nada más que ruinas y destrucción, entonces escuchó como alguien tosía sin control.
Se apresuró hasta llegar a un cúmulo de escombros y trató de retirarlos, fue entonces que Evan emergió junto con Quick.
—Por Dios —volvió a toser el velocista—. ¿Qué sucedió? —estaba lleno de polvo y su voz sonaba seca al hablar.
—La máquina fue destruida —respondió Evan, se retiró el casco y observó directamente a las alturas, el cielo seguía oscuro.
—¿Pero... y los demás? —dudó Cold.
Al instante Quick salió de los escombros y se apresuró a llegar a lo poco que quedaba de los laboratorios Yang, el lugar estaba igual o peor, solo restos humeantes, ceniza y polvo por doquier.
Hundió sus manos sobre los escombros y comenzó a buscar desesperadamente una señal de ella.
Cold y Evan se acercaron.
—Quick...
—Tiene que haber algo por aquí, Cold, tiene... —siguió buscando sin parar—. ¡Pepper! ¡Pepper ¿dónde estás?!
Milagro o no, se escuchó como de entre los escombros algo emergía, se acercó, frenético siguió escarbando hasta que sus manos se llenaron de sangre, entonces la encontró, llena de polvo y algunas heridas y quemaduras leves, pero seguía en una pieza, sonrió y la extrajo de los escombros.
—¡Rojita! ¡Rojita, despierta! —la sacudió con fuerza pero ella no respondió, acarició su rostro mientras sus ojos comenzaban a desbordar en lágrimas—. Oh no... no, no, no, tú no... por favor —la sostuvo en brazos.
Y fue cuando la escuchó respirar, abrió los ojos y la sostuvo nuevamente, Pepper despertó de golpe, adquiriendo todo el aire que sus pulmones podían acarrear, pero al estar todo lleno de polvo y ceniza volvió a toser.
—Hola, Azul —sonrió con dificultad. Quick rió con alegría y la abrazó como nunca antes.
—Cielos, ¿estás bien? —acariciaba su rostro y trataba de encontrarle heridas visibles.
—Sí, sí, Azul, en serio, estoy bien —la ayudó a ponerse de pie.
—Rojita, ¿qué pasó? —le preguntó Cold.
—Destruí la máquina... —admitió, pasó su vista por la destrucción.
—¿Pero... dónde está Jack? —ella abrió los ojos, miró hacia todas partes.
Todos comenzaron a buscarlo entre los escombros, gritando su nombre sin parar, Pepper levantó sus manos e hizo levitar una gran cantidad de rocas, para así poder distinguir con mayor claridad.
—¡Ahí, miren! —avisó Evan. Rápido todos corrieron al ver a alguien recostado sobre una gran piedra.
—¡Jack! —Cold se agachó para mirarlo detenidamente, una varilla de metal atravesaba su costado inferior derecho, regando su sangre por el suelo. Ni siquiera estaba despierto.
—Oh, no, no, no —expulsó Pepper al verlo, cubrió su boca con ambas manos y solo negaba incrédula—. ¿Qué hice?
—Tú no hiciste nada —refutó Cold—. Jack, Jack, despierta —lo sacudió un par de veces pero no reaccionó. Colocó su oído contra su pecho y escuchó—. No escucho sus latidos.
—Mierda, ¿qué hacemos? —exclamó Quick lleno de frustración.
—Tengo una idea —Evan llegó hasta él y le propinó una bofetada que lo sacudió por completo, entonces el regresó.
Todos se tranquilizaron al verlo respirar otra vez.
—Diablos... ¿qué pasó? —soltó adolorido.
—Bienvenido al mundo, novato —Cold palmeó su hombro y sonrió.
—¿Gracias? —trató de levantarse y fue cuando encontró aquella varilla atravesando su piel.
—No te esfuerces, o podrías hacerte más daño —habló Evan, le extendió las manos y él las sujetó con fuerza—. ¿Listo? —él apretó los dientes y asintió. Entonces Evan le dio un tirón y lo arrancó de aquella piedra, Jack expulsó un alarido espantoso una vez que estuvo libre. Rápido Cold colocó su mano contra su herida y la celló con una compresa helada, aquello le brindó un alivio momentáneo.
—Por Dios, Jack, lo siento tanto, yo no... —la hizo detenerse alzando su mano.
—No pasa nada, Rojita, no fue tu culpa —comenzó a caminar mientras Cold lo ayudaba
—Hay que irnos de una maldita vez —dijo Evan.
—¿Qué ocurrió? —preguntó sin dejar de soltar quejidos cada que daba un paso.
—Ganamos, aparentemente —mencionó Quick.
En ese momento un estruendo se escuchó a sus espaldas, todos giraron lentamente y contemplaron como una tormenta azotaba el cielo, rayos iluminaban todo y entonces, agua, millones de gotas cayendo por doquier.
—Eso no es bueno —habló Pepper.
Entonces los rayos comenzaron a caer al suelo, uno tras otro, y de entre los luminosos impactos comenzó a vislumbrarse una silueta, un ser de energía azul se materializó frente a ellos, sin dejar de gritar.
—Oh no... —expulsó Jack, mientras sentía como un horrido escalofrío llegaba a su ser.
La figura luminicente de Harold Connors finalmente se volvió en algo tangible, volvió a gritar lleno de ira, entonces alzó su mano hacia ellos.
—¡Ustedes, ustedes arruinaron todo! —rugió y los rayos del cielo llegaron a él.
—Nuestro trabajo por lo regular consiste en hacer eso —habló Quick. Harold no encontró que decir, levantó las manos y dejó de todos los rayos llegaran a él y le brindaran poder.
—¡Defensores, listos! —ordenó Jack.
—¡Mueran! —disparó una enorme cantidad de rayos hacia ellos, al instante Pepper los protegió, pero la intensidad de aquel ataque era inconmensurable, rápidamente la barrera comenzó a perder fuerza.
Cold se apartó y disparó una ráfaga de estacas heladas contra él, pero a Harold solo le bastó con disparar otro rayo y todas se desintegraron. Dejó de atacar a Pepper, y dio un salto vertiginoso hacia ellos.
Todos se apartaron, justo a tiempo en que Harold impactó como una bomba, lanzando descargas por doquier, la electricidad los alcanzó, haciéndolos gritar sin control.
Nuevamente atacó, Jack se cubrió y repelió el ataque, después le arrojó todo el escombro que pudo hacer levitar, la marejada de desechos sepultó a Harold durante unos instantes, hasta que nuevamente apartó todo con sus ondas eléctricas.
Evan activó los plopulsores de sus pies y emprendió vuelo en su dirección, activó sus armas y disparó sin piedad todo lo que tenía, metralla por parte de sus bracaletes, misiles que volaron desde su espalda y hasta incluso un láser que apareció del hombro de su traje, todo lo resistió.
Lo miró y le arrojó un orbe de electricidad.
—¡Mierda! —a penas y pudo esquivarlo.
Y eso sin caer estrepitosamente al suelo, Quick aprovechó la distracción y corrió hacia él, pero la sola presencia de Shock emanaba tanta energía que lo hizo salir volando como si de un pedazo de papel se tratara.
Chocó contra un auto y respiró con dificultad, tanta electricidad quemaba su piel. Pepper miró a su velocista, entonces disparó toda la energía que pudo contra Harold. El impacto lo mandó lejos, pero ni por asomo estaba derrotado.
—Es inútil luchar contra él —habló Cold, todos se reunieron—. Es demasiado poderoso... nada de lo que hagamos podrá dañarlo.
—Dañarlo... —pensó Jack, imágenes momentáneas llegaron a su mente en un segundo, el ataque de la escuela, todos los encuentros que tuvo con él, hasta lo ocurrido con la máquina, entonces abrió los ojos de par en par—. Tienes razón, no podemos dañarlo... debemos darle poder...
—¡¿Qué?! —exclamó.
—Creo que tanta electricidad le fundió el cerebro —mencionó Quick.
—Harold es energía pura, tal como una batería, ¿que pasa cuando alimentas de más a una batería?
—Una sobrecarga —completó Evan, lo miró sonriente.
—¿En español?
—Debemos atacarlo con todo lo que tenemos, le daremos tanta energía que llegará un punto en el cual no podrá resistirlo, entonces...
—Entonces explotará... —concluyó Pepper.
—Exacto.
—¡Mierda, ahí viene otra vez! —avisó Evan. Todos se dispersaron, evitandi de milagro su incontrolable rayo eléctrico.
—¡Debemos atacar simultáneamente y sin parar! ¡Solo tendremos una oportunidad así que usen toda su fuerza!
Harold lanzó otra onda de rayos como si fuese un látigo de luz, Jack saltó impulsado por su Telequinesis y cayó a pocos metros de él, logrando derribarlo por la imtensidad del golpe.
—¡Ahora! —alzó sus manos y lanzó toda su energía contra él, aquella fuerza invisible tomó a Harold y lo mantuvo en una posición vulnerable.
En eso llegó Pepper, de igual forma lanzó toda la energía que le quedaba, gigantescas ondas carmesí llegaron hacia Harold y de igual forma lo mantuvieron así.
Él gritaba y lanzaba rayos sin control, tratando de liberarse, cuando una ráfaga helada le llegó por la espalda, Cold intensificó tanto su ataque que sus manos se tornaron de la misma tonalidad que el hielo. Siguió lanzando todo lo que tenía. Evan llegó junto a ellos, abrió un mecanismo sobre su pecho y arrojó contra el Inhumano un centellante y poderoso láser, Harold gritó como nunca, luz y energía comprimidas en un solo ser.
Para rematar, Quick logró llegar hasta él, entonces comenzó a correr como nunca antes, su velocidad lo dejó atrapado, toda la energía se condensó como una amalgama de energía y luz que incrementaba más y más.
Harold se dejó caer al suelo, la energía lo estaba consumiendo por completo, pero aún así alzó la vista hacia ellos, y gritó, se levantó de golpe y disparó una última dosis de energía eléctrica, Quick admiró todo en fracción de segundos, aquel rayo viajaba a toda velocidad, hasta que finalmente impactó, directamente en el pecho de Cold.
El Alterado salió volando con una quemadura sobre su pecho y cayó inerte sobre el suelo. La fuerza en los ataques menguó una vez que todos miraron como su compañero había sido fulminado con un último ataque.
—¡NO! —rugió Jack, sus ojos se iluminaron con intensidad, comenzó a levitar y su ataque comenzó a cobrar más fuerza.
Todos continuaron atacando sin piedad a Harold, entonces, una llamarada de fuego le impactó de lleno al antiguo científico. Jannet Blood apareció con lágrimas en sus ojos y disparó junto a ellos.
El ataque incrementó hasta un punto en que lo único que se veía era un orbe de luz, Harold volvió a gritar, entonces miró una última vez a Jack, justo en aquellos ojos tan blancos como estrellas.
—Adiós, Harold —dijo, y toda la energía que dispararon contra él acabó por hacerlo sucumbir en una explosión.
Luego de interminables segundos de caos, todo volvió a la normalidad, Los Defensores cayeron exhaustos al suelo, justo a tiempo para ver como el cielo volvía a su color natural, aderezado a demás con un hermoso atardecer.
Jack se levantó, y rápidamente corrió hacia su amigo, todos llegaron, Cold, yacía en el suelo, con su mirada clavada en la nada. Evan se arrodilló y trató de escuchar su corazón, entonces regresó la mirada hacia los demás, negando desconsoladamente.
—Se ha ido... —dijo, y todos se quedaron anonadados al ver como él se había marchado también.
—No... Cold... —Quick cayó de sentón al suelo y comenzó a llorar. Pepper se arrodilló y lo abrazó, igualmente sin poder contener las lágrimas.
Jannet Blood se cubrió de fuego, pero sus llamas se tornaron azules, ligeras, tristes, igual que su rostro, el cual no pudo ocultar su pesar. Jack limpió sus lágrimas y suspiró mirando su cuerpo, se acercó a él y cerró sus ojos.
—Gracias por todo... amigo... —dijo, y miró con desconsuelo al arrebol del horizonte, sabiendo que se había ido y que finalmente todo había terminado.
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