CAPÍTULO 13
—¿Crees que sea buena idea? —Iron estaba realmente nervioso, se enfrentaba a una difícil decisión.
—Por Dios, Iron, eres más vanidoso que las chicas del equipo —le respondió Barry sentado a la orilla de su colchón, él ya tenía puesto su traje—.La corbata negra está bien —sonrió y acomodó sus anteojos.
—Cielos, perdón, pero es que realmente quiero causar una buena impresión —se ató la corbata y volteó con su compañero—, ¿cómo me veo?—Barry sonrió y levantó el pulgar.
Ambos finalmente salieron de la habitación, y fueron hacia la pista de aterrizaje, ahí ya se encontraba Cooper, Quick y Cold, esperando afuera del Blackwing, todos vestidos de gala.
—Que galán.
—Cierra la boca, Quick —llegó hasta la nave y entró a la cabina.
—Que hermosa.
—Vamos, ¿tú también Cold?
—No lo decía por ti, sino por ella — rápido asomó su cabeza y se quedó paralizado al verla. Alicia caminaba hacia ellos con un hermoso y elegante vestido de color tinto, que combinaba a la perfección con su tes morena.
Iron bajó de la nave y llegó hasta ella.
—Hola —le dijo sin poder dejar de verla. Con el traje de jefa de seguridad se veía atractiva, pero con aquel vestido se veía magnífica.
—Hola —le respondió ruborizada—, te ves realmente bien, Alex. —Abrió los ojos, hacía mucho tiempo que alguien lo llamaba por su verdadero nombre.
—Tú te ves fantástica —ambos se abrazaron fuertemente. Después de eso ambos caminaron hacia la nave.
—¿Qué, hoy es noche de parejas? —preguntó Cold en voz alta, Jack y Gwen venían tomados de la mano, y sonrieron al escuchar el comentario.
—No —se escuchó una voz familiar tras ellos—. Hay quienes seguimos solteros —Pepper apareció tras ellos, todos se quedaron anonadados al verla llegar, tenía puesto un largo y brillante vestido negro que no pudo haberle quedado más perfecto.
Su cuerpo parecía una escultura, y su cabello parecía una cascada roja que resaltaba al igual que su rostro blanco como la luna, a demás, aquel vestido tenía una abertura lateral que dejaba ocasionalmente expuesta su pierna al caminar.
Todos, se sorprendieron, ni siquiera su hermano podía creerlo.
—Se ve... —comenzó Cold.
—Perfecta —terminó Quick, con su corazón casi a punto de estallar dentro de su pecho.
—¿Nos vamos? —miró a todos una vez que llegó a la nave, y le dedicó una repentina mirada a Jack, para después sonreír.
—Ya oyeron, muchachos, es hora de irnos —todos entraron tras la indicación de Cooper, y una vez que todos se sentaron, la nave salió volando a toda velocidad.
Pepper se había sentado junto a Quick, él se puso tan nerviso que empezó a temblar, cosa que ella notó.
—¿Te pasa algo, veloz? —le preguntó sonriente.
—No, solo... te-te te vez muy linda —tartamudeó por los nervios.
—Muchas gracias, Quick, tú te ves realmente guapo —. Él tragó saliva y sonrió, con trabajos, pues la quijada le temblaba—. Debo admitir, que hacía mucho tiempo que no me vestía de esta manera, desde la preparatoria tal vez.
—¿En serio? —era verdad, en todo el tiempo que Quick llegó a conocerla, en ningún momento la vio con un atuendo como ese, igual estando en peligro cada día y viviendo en los drenajes quién se vestiría así.
—Sí —suspiró—, podrá sonar narcisista de mi parte, pero realmente quería verme bien, al menos en el baile de bienvenida, que es la última vez que recuerdo me arreglé tanto —rió un poco y Quick se sorprendió.
—¿Tuviste baile de bienvenida?
—Claro, mis dones no se manifestaron hasta que cumplí quince años, ¿tú no tuviste?
—Sí —respondió mirando hacia abajo y levantando las cejas.
—¿Pero? —aquello la había intrigado mucho.
—El baile, no es algo que me traiga buenos recuerdos —parecía que realmente le costaba mucho trabajo hablar de aquello.
—¿Qué pasó?
—Bueno, las chicas elegían —levantó los hombros.
—¿Y?
—Pepper, las chicas elegían —le sonrió con resignación.
—Oh, no te eligieron...
—No, pero mi abuela, que era con quién yo vivía, dijo que debía ir, divertirme y que no me dejara llevar por algo ''tan insignificante'' como eso. Así que fui, y toda la noche estuve en un rincón del gimnasio, viendo como todos bailaban y reían y como yo me quedaba solo... —aquello tocó directo en el corazón de Pepper, puso su mano encima de la de Quick y él la miró.
—Las mujeres pueden ser realmente malas, pero ellas no saben lo que se perdieron, pues Garret Andrews siempre ha sido y será un chico fantástico y con un gran corazón, a quién sinceramente aprecio y quiero como no tiene idea —besó su mejilla y recostó su cabeza en su hombro.
Quick sonrió, y cerró sus ojos, después de mucho tiempo aquél recuerdo finalmente lo dejó en paz.
Después de un viaje que no duró mucho, Cooper dejó a todos en una zona alejada del hogar de los D'angelo, para entonces ya los esperaban unas lujosas limusinas. Una vez que entraron, simplemente esperaron hasta llegar a su destino.
—Mantengan sus comunicadores encendidos toda la noche, y no llamen mucho la atención —comentaba Iron mientras revisaba su ubicación—. Ya casi llegamos.
—Chicos, creo que para no llamar la atención demasiado, las chicas deberían ser las que estén en el baile, ya saben, con su respectiva pareja —Barry le sonrió a Iron y a Alicia, quienes parecieron ruborizarse.
—Me parece bien —agregó Pepper, más de uno la miró, parecía que tenía algo entre manos.
—Muy bien, entonces aquí bajamos —una vez que la limusina se detuvo, Barry y Cold bajaron, Quick se acercó a la puerta pero alguien lo sujetó del brazo.
—¿Qué haces, tonto? —volteó y se topó con la hermosa sonrisa de Pepper.
—Pues... voy con ellos, no tengo pareja —respondió bastante confundido.
—Claro que la tienes. —Lo tomó de los hombros y lo mantuvo dentro de la limusina—. Ya que no pudiste bailar ni disfrutar tu baile en aquel entonces, ''mi'' misión para esta noche es hacer de tu velada algo inolvidable
—le sonrió y tomó su mano—. Hoy soy tu pareja —susurró en su oído y él se estremeció.
Desde el asiento de en frente Jack quedó igual de confundido, tenía muchas cosas en la cabeza, pero sabía que debía de seguir el plan, fuera o no suyo.
—Llegamos, chicos —Iron abrió la puerta, bajó y le tendió la mano a Alicia, ella la tomó y con delicadeza salió de la limusina. Los demás salieron, y contemplaron la noche que Venecia les preparó.
Cientos de personas vestidas con hermosos atuendos, presumiendo joyas y vehículos lujosos, en el cielo un sin fin de fuegos artificiales estallaban iluminando el cielo con miles de colores. Y ante ellos, una pequeña colina adornada con una enorme alfombra roja que los conducía a un castillo de cuento de hadas.
Todos ya tenían sus máscaras puestas, tomaron a sus parejas y al igual que todos los invitados; comenzaron a caminar directo al castillo. Mientras se dirigían al lugar, Jack intentó utilizar su Omnisciencia para ver en el interior y tal vez encontrar la pieza más rápido, pero nuevamente una pantalla de fuego verde le cubrió por completo la visión. Emitió un quejido.
—Oye, tranquilo —le dijo Gwen colocando su mano en su pecho—. Todo saldrá bien, te lo prometo.
Jack le sonrió, siguieron caminando hasta llegar a la entrada, un par de enormes guardias de seguridad armados custodiaban la entrada, curiosamente Iron se puso bastante nervioso, Alicia lo notó y tomó su mano, ambos, al igual que los demás pasaron sin ningún problema.
—Bien, ¿ahora cual es el plan? —inquirió Quick mirando a toda la gente del lugar.
—Hay que separarnos, busquen las catacumbas, y actúen con naturalidad —Iron y Alicia se fueron, Quick y Pepper también, así que Jack y Gwen comenzaron a recorrer todo el lugar.
Era hermoso, y ciertamente era como entrar en un cuento de hadas, un salón de inmensos muros blancos igual que su piso, obras de arte en las paredes, y un enorme candelabro de cristal en lo alto, eso y acompañado de una hermosa música clásica hacía de ese un panorama inolvidable.
—Si esto no fuera una misión para intentar salvar al mundo, diría que es uno de los mejores días de mi vida —Gwen entrelazó sus brazos atrás de su cuello y él cubrió con sus manos su cintura.
—Bueno, debo admitir que es una de las misiones más agradables en las que he estado —ambos bailaban sin aparente preocupación—, ¿a qué te refieres con uno de los mejores días de tu vida?
—Sí, es un lugar y momento hermoso, pero no ha sido el mejor día de mi vida.
—¿A no? —la hizo girar al son de la canción y ella terminó frente a él—. ¿Y cuál ha sido el mejor, el mejor día de tu vida?
—Cuando te conocí —le sonrió y aún a través de aquella máscara y sin la necesiadad de usar su Omnisciencia, Jack supo que decía la verdad. La sujetó delicadamente del rostro y la besó.
Desde el segundo piso, Pepper contempló todo el espectáculo, era algo que ella no podía afrontar, mucho menos Quick, que estaba aún lado de ella.
—Rojita —la tomó del hombro—, ¿te encuentras bien?
—Sí —pareció que había limpiado una lágrima, Quick miró hacia abajo.
—Sabes que puedes decirme lo que sea... —emitió con inusitada serenidad. Ella meditó un poco, respiró hondo y exhaló.
—¿Alguna vez, has sentido algo por alguien, algo tan intenso, que a pesar que sabes que no pasará, sigues ahí?
—Más de lo que te imaginas...
—He estado sintiendo eso, por alguien del equipo, pero a pesar de lo que siento, él no siente lo mismo —Quick cambió su semblante completamente, ella reaccionó—. Dios, ¿Pero qué estoy haciendo? Se supone que esta noche sería especial para ti, y lo único que hago es hablar de mí.
En ese instante un mensaje sonó en los comunicadores, era Cooper.
—Chicos, están muy cerca de la pieza, es muy posible que se encuentre bajando las escaleras del corredor a su derecha.
—Escucha, busquemos la pieza, completemos esto lo antes posible, y bailamos, ¿te parece?
—Sí, está bien —respondió con resignación.
Ambos caminaron hacia el pasillo, un gran corredor pintado de un tinto que resplandecía con los candelabros del techo. El lugar estaba lleno de artesanías y muchas pinturas de la familia D'angelo, ciertamente no lucían como personas muy amables.
—A su izquierda —ambos frenaron tras la indicación de Cooper, había una puerta—. La señal aumenta en esa dirección, deben estar cerca del Catalizador.
Pepper abrió la puerta y creó un pequeño orbe de energía para crear algo de luz, habían llegado al acceso a las catacumbas. Comenzaron a bajar lentamente, el lugar era frío y oscuro, y con la luz roja todo se veía más aterrador.
—¿Estamos cerca? —Pepper no recibió respuesta por parte de su hermano, solo estática.
Siguieron caminando entre las reliquias y tesoros de los D'angelo.
—¿Qué crees que sea el Catalizador? —preguntó él mientras observaba todas las posesiones tan extrañas.
—No lo sé, todo es tan raro, cualquier cosa podría ser —a lo largo de aquellas catacumbas había un sin fin de artefactos extraños, objetos antiguos y cosas realmente difíciles de definir.
—Creo que vi un alienígena por allá —miró sin dejar de caminar.
—No existen los alienígenas, veloz, alto —se detuvo frente a un artefacto metálico, parecido al motor de alguna máquina, pero mucho más complejo y sofisticado, por no decir extraño. Volteó a ver a Quick con cierta duda—, ¿lo tomamos y ya?
—No parece que visiten seguido este lugar, no creo que pase nada —estiró su mano y con cuidado tomó la máquina, no paso nada. Ambos se miraron con una sonrisa.
—Debemos avisar a los demás —comenzaron a alejarse a paso rápido.
—¿Por qué tanta prisa? —de entre la oscuridad sonó una voz, y unos brillantes ojos verdes se hicieron presentes, Verónica y Harold aparecieron—. Si la fiesta a penas comenzó...
—Llévate esto —le entregó el Catalizador—. Yo me encargo de ellos.
—No te dejaré sola —Verónica rió con fuerza.
—Mira eso, el niño está enamorando—Pepper lo miró por un instante, para después volver hacia ellos—, Shock, acábalos.
Harold disparó un rayo contra ellos, Quick abrazó a Pepper y la retiró de su alcance, corrió hasta él y arremetió con un golpe en su rostro. Verónica extendió sus manos y lanzó una llamarada, que Pepper desvió, saltó y la golpeó lanzándola un par de metros en la lejanía.
—Nada mal para traer vestido —limpió una gota de sangre de su labio —, mi turno —levantó ambas manos y abrió su boca, nuevamente una enorme llamarada emergió, y por unos instantes a Pepper le pareció que el fuego lucía como una serpiente.
Quick llegó y la alejó del rango de las llamas. Una vez que el fuego se disipó Harold disparó, Pepper le secundó y ambos entrelazaron sus poderes. Quick corrió lo suficiente para evitar los rayos y el fuego de Verónica, cruzó la pared y el techo en un instante y a ambos los derribó con una tormeta de golpes que a penas y duró un parpadeo. Llegó junto a Pepper y ella les dejó caer una pila de escombros.
—Rápido, eso no los detendrá mucho tiempo —ambos subieron con rapidez y atravesaron el pasillo, hasta llegar al salón principal, donde el baile se había ido realmente lejos para dejar a su paso un combate sin igual.
Poderes, balas, fuego y mucho caos habitaba en aquella pista de baile, y en el epicentro de todo, yacían Los Defensores, Pepper y Quick se unieron a sus amigos en el combate.
—¡Creí que habías dicho que no llamaramos la atención! —Pepper arrojó a un hombre que disparaba contra Iron mientras él era de piedra.
—¡Tuvimos que improvisar! —Iron recibió a otro sujeto con un puñetazo que lo arrojó casi hasta el techo.
Todos se juntaron mientras un escuadrón de hombres armados rodeaban el salón y apuntaban sus armas contra ellos.
—Parece que tendremos que seguir haciéndolo...
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