CAPÍTULO 1
Siberia, Rusia
Año 2048.
—Seguro, ahí estaré, nos vemos. —Colgó la llamada a través del comunicador, y aún después seguía con una gran expresión felíz sobre su rostro. Iron miró a Jack con una sonrisa.— ¿Qué pasa? —preguntó él extrañado.
—¿Enamorado, amigo mío? —se levantó de su asiento y caminó hasta él. Posó su mano en el hombro de Jack y emitió una carcajada.
—Gwen y yo solo somos amigos.
—Porque tú lo permites, se ve que sientes algo más.
—Caballeros, siento interrumpir su conversación, pero ya casi llegamos, y tenemos comité de bienvenida. —Dijo Cooper mientras realizaba maniobras un tanto agresivas pues los misiles y el fuego de metralla comenzaban a alcanzar el casco del Blackwing.
—Oye, olvidé decirte que hay un par de novatos muy buenos que quieren formar parte de Los Defensores —comentó Iron mientras se colocaba los guantes.
—Creo que hay que discutir eso después —Jack volteó a ver a su equipo, todos estaban listos para saltar—. Muy bien, chicos, prepárense. —Alzó la voz para que todos lo escucharan, y en la esquina de la nave pudo ver a Pepper, quien parecía estar enfadada con él. Jack decidió no concentrarse en eso y siguió con las indicaciones—, recuerden, Barry, tú saltas primero y nos abres el camino, Pepper, Iron y Cold defienden el perímetro mientras Quick y yo entramos en el lugar, si necesitamos apoyo entran. Cooper, tú nos proporcionarás cobertura aérea, ¿alguna duda?
—Sí, ¿después de esto podemos pasar por una pizza o algo? Me perdí el desayuno —comentó Quick mientras se acariciaba el estómago.
—Muy bien, hagámoslo —palmeó sus manos e inmediatamente la compuerta de la aeronave se abrió, mostrando un gran bosque nevado en donde parecía ocurrir una batalla. Barry se acercó, y cuando estuvo a un pie de la caída dijo:
—Nos vemos abajo —saltó sin más, y en medio de la caída se transformó en una gigantesca bestia de pelaje azul, que impactó con toda su fuerza un tanque. Después saltaron Pepper, Iron y Cold.
Quick no esperó más, y se lanzó directo hacia el campo de batalla gritando como un niño eufórico, a penas y tocó el suelo salió disparado como un rayo que emitía una luminosa luz azul.
—¡Espero que funcione Coop! —exclamó nervioso mientras admiraba la caída.
—¡Claro que funcionará, yo lo inventé! —Jack miró el suelo, se colocó un visor, respiró profundamente y después se lanzó en picada. El viento gélido cortaba su respiración y le hacía temblar sin control, todo mientras la batalla seguía en la superficie.
En medio de la caída, se concentró en visualizar el objetivo principal. Los laboratorios Roderstrak; un centro de investigación y realización de experimentos con humanos. Después de la llegada de los Alterados, La Orden Carmesí realizó una colaboración junto a los laboratorios Roderstrak para estudiar a los Alterados, claro que después de ver todo el potencial que ellos tenían en cuanto a motivos bélicos, decidieron detener las investigaciones y empezar a experimentar, lo cual no salió como ellos esperaban.
Todo el aire helado cubría el rostro de Jack, y no lo dejaba pensar con claridad, pero cuando estuvo a una distancia segura del suelo, accionó un botón en el pecho de su traje, y en un instante, una extraña tela emergió de entre sus brazos permitiéndole planear como un ave. Jack gritó con alegría y divisó a sus compañaros aproximándose a los laboratorios.
Rápido se dirigió hacia ellos, pero una ráfaga de balas casi impactó contra él, logrando ocasionar daños en el sistema de vuelo del traje. En cuestión de segundos ya se encontraba cayendo en picada directo hacia suelo. Cerró los ojos, y como un misil impactó contra la tierra, causando una pequeña explosión que levantó la nieve. Quick apareció a toda velocidad y observó el cráter en donde él estaba.
—¿No te sirvió en traje, verdad?
—No mucho —se levantó y fleccionó su espalda hasta que sonó el crujir de sus huesos.— Creo que debo aprender a volar por mi cuenta.
—Hey, mira eso— Quick apuntó a un grupo de soldados que se aproximaban junto con un tanque. Jack sonrió, e inmediatamente alzó su mano, y el grupo de soldados al igual que el tanque a comenzaron a levitar, entonces los arrojó con toda fuerza contra un grupo de árboles. El tanque estalló y los soldados quedaron abatidos.
—Voy a adelantarme, a ver que encuentro. —Quick salió corriendo a toda velocidad, logrando observar como los diminutos copos de nieve quedaban suspendidos en el aire como si el tiempo se hubiese detenido.
Entró a toda velocidad en la enorme estructura de los laboratorios que más parecían ser un gran castillo. Al entrar, había decenas de cadáveres de soldados regados por el suelo del pasillo principal, en donde parecía que había ocurrido una gran batalla, o más bien una masacre.
—Ya entré, es un caos —una alarma bastante aguda resonaba en todo el edificio, y las luces se tornaron rojas, a medida en que una extraña grabación repetía un mensaje una y otra vez.— No parece haber... —rápido entro en una habitación, en donde había un hombre en el suelo, se estaba desangrando—. Tengo un sobreviviente, repito, tengo un sobrevivient...
—Ellos... escaparon —farfulló aquel hombre mientras escupía sangre.
—¿Ellos? ¿Quiénes son ellos? —cuestionó confundido. Entonces, un par de manos tomaron a Quick por los hombros y con una fuerza bestial lo arrojaron logrando destruir la pared más cercana, terminando en el mismo pasillo por el cual había llegado en un principio. Herido y confundido alzó la vista y divisó a un joven de cabello oscuro y enmarañado que le sonreía de manera aterradora. Quick corrió e intentó golpear al extraño sujeto, pero en cuestión de segundos, éste ya se encontraba en la entrada principal.
—¿Qué, a caso voy muy rápido? —se rió de él descontroladamente y salió con toda tranquilidad del lugar.
—¡Espera! —nuevamente corrió lo más rápido que pudo, pero no logró encontrarlo. Ya estaba en medio del bosque y no había rastro de él—. Aquí Quick, creo que tenemos un problema.
Inmediatamente un veloz rayo de color rojo pasó a un lado del velocista, lo golpeó con tanta fuerza que lo lanzó directo al suelo.
—¡Diablos amigo, en verdad soy rápido! —exclamó sin parar de reír. El cuerpo del chico emanaba un extraño resplandor rojo muy parecido al de Quick al correr.
Se levantó y lanzó un gran golpe que destruyó el tronco de un árbol. Pero nuevamente el chico salió corriendo y se perdió entre el bosque, Quick comenzó a seguir el rastro de luz roja y destrucción que dejaba aquel sujeto. Pero por más rápido que corría, no podía alcanzarlo. El chico se frenó en seco y simplemente colocó su pie, y Quick tropezó cayendo de forma estrepitosa en el suelo.
—Hazme un favor, niño, no te metas conmigo o te mataré, y a todos los que te importan —sus ojos se volvieron carmesí, esbozó una nueva sonrisa y salió corriendo, esta vez Quick no hizo nada por alcanzarlo, solo se quedó ahí recostado en la nieve.
Mientras, Cold Shock disparaba sus gigantescas bocanadas de viento helado, que lograban congelar a todos los soldados que se le acercaban. A la par que Pepper y Iron defendían el perímetro junto a él. De entre los árboles, una enorme llamarada de fuego impactó contra Cold, y lo lanzó fuertemente disparado fuera del lugar.
La joven Defensora observó como de entre los árboles de aquel espeso bosque emergía una joven, cuya cabellera castaña rojiza hacía juego con su rostro recio y sus manos cubiertas con brillantes llamas.
Pepper disparó su rayo de energía contra la chica, y ella lo contrarrestó lanzando fuego como si el mismo infierno viviera en ella. Ni el fuego que alguna vez Fire Shoot logró crear era tan ardiente como ese. Jack apareció para asistir a Pepper y mientras ambos luchaban contra ella, un rayo de luz roja apareció en un parpadeo llevándose a la joven pelirroja con él.
Cold estaba despertando cuando desde el suelo vio a un joven de cabello negro que emanaba una luz roja, y a una hermosa joven de cabello pelirrojo caminando tranquilamente aún lado de él. La joven miró a Cold en el suelo y tras dedicarle una sonrisa le guiñó un ojo, y ambos desaparecieron entre la niebla. Cold se quedó estupefacto, simplemente nunca había visto a una chica tan hermosa como ella.
—Cold, Cold amigo, ¿estás bien? —preguntó Jack al llegar junto a él y ayudarlo a levantarse.
—Creo-creo que vi a un ángel —dijo él apoyándose en el hombro de Iron para caminar.
—Bueno, yo vi a un enorme lobo azul destruir un ejército en compañía de un grupo de raros muy coloridos, la verdad no me sorprendería —Iron estaba de un excelente humor, pues a él no le habían dado una paliza.
—Iron, llévate a Cold a la nave, y busquen a Quick, Pepper y yo inspeccionaremos el lugar.
—Lo que digas, jefe.
Para cuando entraron en los laboratorios, las fuerzas militares soviéticas ya habían llegado al lugar, pero aún tenían algo de tiempo para inspeccionar el sitio.
—Tengo mucho frío —comentó Pepper abrazando el brazo de Jack. Él se quitó su visor, y con sus ojos proyectó una gran luz blanca que iluminó un tétrico pasillo lleno de cadáveres, tanto de científicos, como de soldados.
Recorrieron una gran porción del lugar, encontrando cientos de laboratorios, extraños líquidos, y un cuarto lleno de celdas destruidas. Jack se quedó mirando el cristal de una celda, y como un estallido, la imagen de una chica de cabello verde gritando a través del cristal completamente aterrada y con deseos de salir se manifestó ante él.
—¡Jack, hay alguien vivo! —gritó Pepper desde una habitación, rápido llegó él y la encontró junto a un hombre afroamericano más pálido que la nieve.
Al utilizar su visón, observó que tenía una horrible hemorragia interna, y a penas lograba percibir latidos en su corazón.
—Cooper, necesitamos atención médica urgente.
—Allá vamos —le dijo él a través del comunicador.
—¿Qué fue lo que ocurrió aquí? —preguntó Pepper sin poder creer lo que veía.
—Vamos a averiguarlo —Jack colocó su mano en la frente del científico, y empezó a ver sus recuerdos. Todas las imágenes eran borrosas y pasaban con demasiada rapidez, pero se podía ver como todos los científicos y soldados del lugar corrían y disparaban a algo, no logró averiguar que era. Se separó de aquel hombre, puesto que su cerebro, al igual que él, habían acabado por morir.
—Diablos —dejó salir con molestia.
—Cooper llegó —avisó su amiga. Él asintió.
—Ve, yo te alcanzo en un minuto.
Pepper se fue, y él estuvo a punto de hacer lo mismo, pero alcanzó a notar algo en una mesa. Una misteriosa carpeta de archivos, con un enorme Clasificado en la portada, se llevó la carpeta y por fin salió de ahí.
Ya en el Blackwing Jack observó a sus amigos, la mayoría estaban agotados y algunos solamente querían irse del lugar.
—Cooper, llévamos a casa, ha sido un largo día —dijo un tanto exhausto, la nave se elevó por encima del bosque y después emprendió un vuelo supersónico que hizo perderse entre las nubes.
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Ojalá y la espera valiera la pena, he aquí el primer capítulo de una odisea llena de aventura, acción, y momentos que estoy seguro que les encantarán.
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En verdad te lo agradecería.
Y si te gustan mis historias por favor sigueme.
Disfruten la lectura, que a penas comienza...
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