CAPÍTULO 22
Pareció como si toda su vida lo hubiese llevado a terminar en aquel momento, aquel instante de terror que acabaría por definir su vida por completo.
A la mitad de un pasillo en llamas, dentro de una gran torre que amenazaba con caer estrepitosamente y acabar con si vida a final de cuentas. Viendo directo a los ojos de la mujer de la cual había quedado completamente enamorado, al igual que los ojos de la persona que indudablemente se había transformado en su más acérrimo e inegable némesis.
Luke apretó más el cuello de Willow, avanzó lentamente hasta atrás hasta que llegó el punto donde la amenazante caída se presentó.
—Luke... déjala ir... —alzó sus manos en señal de rendición.
—¡Cierra la boca! —la aproximó mucho más al borde. Ella gritó, mirando de reojo el vacío, el estar a la mitad de un edificio y en una gran ciudad hacían de sus habilidades algo que simplemente no la ayudaría en lo más mínimo, y con la caída, era una muerte segura.
—Luke, esto es entre tú y yo. Déjala ir y haz conmigo lo que quieras —dio un paso y el edificio nuevamente se agitó. Pedazos de escombros en llamas caían y el lugar cada vez más se sentía a punto de derrumbarse.— Solo... déjala ir...
—Si tú lo dices —sonrió, y arrojó con fuerza a Willow al vacío.
—¡NO! —rápido corrió hasta llegar al borde, se arrojó y derrumbó también a Luke.
A medida que caían el dúo de Alterados no dejaba de pelear sin control, Jack alejó a Luke de un golpe y se impulsó hasta atrapar a Willow. Sus habilidades telequineticas le permitieron arribar en uno de los pisos más cercanos.
Hizo que una barrera los cubriera por completo y tal como una bala de cañón, los dos rodaron por el suelo hasta que una pared les hizo detenerse.
—¿Estás bien? —tomó su rostro con ambas manos y la analizó con preocupación. Ella asintió.
—Sí —miró hacia el otro lado—. ¡Jack!
Rápido generó una barrera que contrarrestó el atque lanzado por Luke desde el otro piso. No contento con eso, saltó desde aquel piso y con una fuerza inhumana llegó hasta el piso en el cual ellos estaban.
Jack empujó a Willow y así Luke llegó contra él. Aquellos dos terminaron atravesando la pared del lugar, llegando así a una gran sala de conferencias.
Luke se puso de pie, tomó a Jack por el cabello y lo estrelló sin piedad contra el suelo, la sangre rápido salió de su boca y nariz. Después lo arrojó contra la mesa del lugar, logrando destrozarla por la fuerza del ataque.
Jack terminó boca arriba, sintiendo el dolor plagando su ser como un virus, entonces apareció Luke nuevamente ante él.
Alzó su mano, listo para dispararle, cuando Willow apareció tras él y con un pedazo de madera de la mesa apuñaló con fuerza su cuello, lanzó un grito y volteó rápidamente hacia ella, para así propinarle una contundente bofetada que la arrojó hasta caer igualmente de espaldas.
Jack no pudo con eso, gritó, y todo el lugar se sacudió con fuerza, entonces el piso acabó por sucumbir. Los tres cayeron nuevamente a otro piso el cual estaba al tope de humo y llamas.
Jack se puso nuevamente en pie y se apresuró a lanzar un puñetazo contra Luke, quien perdió balance y se estrelló contra un pilar envuelto en llamas.
Luke alzó su mano y disparó otra vez aquel potente plasma, pero Jack se apartó y el disparo impactó contra otro de los pilares. El lugar comenzó a desmoronarse también.
Utilizó sus poderes para así proteger a la indefensa Willow que yacía tendida sobre el suelo, así que su oponente aprovechó la oportunidad y rápido atacó nuevamente, lanzando otro puñetazo contra él.
—¡Ese es el problema con ustedes los buenos! —lanzó esta vez una patada alta hacia su mentón. Jack recibió el impacto, se tambaleó entre las llamas y casi cae nuevamente—. ¡Siempre tienen algo que les hace bajar la guardia!
Intentó golpearlo nuevamente, pero Jack retuvo su puño a mitad de camino, alzó la mirada y rápido lanzó un golpe contra él, Luke perdió la estabilidad, así que atacó nuevamente, lanzando un puñetazo contra su rostro, luego a su estómago y finalmente una patada que lo sacó volando lejos.
Después, el joven Defensor prefirió alzar sus manos y contener a Luke con una gran pila de escombros para así tener la vía libre, se aproximó a Willow y los dos salieron hacia el pasillo más cercano.
El lugar comenzaba a colapsar y el fuego se extendía a todos los rincones, rápidamente debilitando la estructura.
—Jack —exclamó ella al casi verlo caer. Lo tomó en sus brazos y con fuerza lo ayudó a caminar—. Por aquí.
Finalmente unas escaleras, juntos comenzaron a bajar, pero Jack estaba demasiado débil. Cayó nuevamente a mitad de camino.
—Rápido, debes ponerte en pie —trató de levantarlo, pero era mucho más pesado de lo que pensaba, además de que el sosegado Alterado estaba al borde del colapso.
Tomó su mano y negó débilmente.
—Vete...
—¿Qué? —exclamó y el lugar tembló como nunca, el techo encima de sus cabezas se despedazaba y caía salvajemente preso de la gravedad.
—Solo vete... Willow —sonrió con sus ojos entrecerrados.
—¡No digas eso, ponte de pie de una vez! —acabó por romper en llanto. Dejó de esforzarse, y simplemente lo abrazó—. No me iré de aquí sin ti... ¿me escuchaste? No te dejaré morir...
Contrario a lo que realmente sucedía a su alrededor, Jack se sentía frío, y muy cansado, su cuerpo le imploraba a gritos dejar de pelear, pero justo en esos momentos debía hacerlo, por él, y por ella. Lanzó un quejido y se apoyó del barandal caliente, entonces se puso en pie con ayuda de ella.
—Vámonos de aquí de una vez —esbozó una diminuta sonrisa y tomó su mano, pero justo cuando estuvieron listos para bajar, el piso y toda la escalera colapsó...
La sección en la cual Willow estaba acabó por sucumbir a las llamas, el tiempo se congeló, y lo último que Jack pudo ver fue a su amada soltando su mano y cayendo en picada directo al suelo.
No lo pensó, se arrojó junto a ella. El edificio se desmoronaba conforme a cada segundo que transcurría en aquella caída. Alzó su mano hacia ella, sintiendo el fuego a su alrededor, entonces contempló las llamas en la planta baja. Apretó los dientes y cuando alcanzó su mano, ambos cayeron entre las llamas...
Pepper luchaba incansable contra una Alterada con cuchillas que emergían de sus muñecas, la cual se movía a una velocidad bestial. La chica esquivó sus ataques un par de veces, rápido llegó hasta ella y le asestó un par de cortes en el rostro y estómago.
El traje resistió bien, pero el daño se sintió, Pepper se agachó un poco por el dolor, pero se giró para frenar el ataque de su adversaria. La chica de las cuchillas se arrojó contra ella, pero Pepper la atrapó con una bruma roja y la arrojó hasta que la hizo perderse entre la multiud.
Agitada se agachó para descansar, pero un sujeto intentó dispararle, ella solo alzó la mirada y contempló como aquel agente de La Orden desaparecía gracias a un haz de luz celeste que pasó a toda velocidad. Sonrió, y Quick llegó para ayudarla a mantenerse de pie.
—¿Todo bien, Rojita? —sonrió y rápido la sostuvo sujetando su cintura.
—Te tardaste, Azul, ¿en dónde estabas?
—Estaba ocupado con unos idiotas, traidores, tú sabes, salvando el mundo.
—¿Dónde están los demás? ¿ónde está Cooper?
—Cold y Cooper están bien... —emitió con pesadez, y ella supo al instante que algo no estaba bien.
—Quick, ¿qué pasó?
—Fire... no... no lo logró.
—Mierda.
En ese momento un escándalo se escuchó, un séquito de gritos en júbilo que se alzaban al cielo, el dúo de Alterados observaron a su alrededor y contemplaron la lucha, la cual, finalmente había terminado, y no solo eso, sino que se alzaban con la victoria.
La gente, los Alterados, Los Defensores alzaban sus puños al cielo, triunfantes, mientras los agentes de La Orden yacían en el suelo en una clara rendición.
—¿Ga-ganamos? —inquirió el velocista mientras un escalofrío recorría su espalda.
—Eso creo —respondió ella. Entonces los dos se abrazaron mientras escuchaban como el gran y poderso Blade Slash lanzaba un rugido de victoria.
—¡Tomen eso, perras! —exclamó el jubiloso velocista—. ¡Ganamos Pepper, gana...!
La gran torre Maxwell se desplomó sin avisar. Aquel enorme titán de metal cayó cual pieza de dominó, causando una gran explosión, arrojando a su paso tierra y un vendaval de viento caliente que silenció todo.
—Por Dios, Jack...
Luego de aquello, Pepper corrió a toda prisa para adentrarse a la marea de escombros de la torre.
—¡Jack! —exclamó el velocista llegando junto a ella.
Iron, Cold, Cooper y Barry se unieron también en su búsqueda. El polvo lo cubría todo como neblina, y los escombros hacían de aquella búsqueda una odisea, pero ninguno desistió.
Comenzaron a buscar en todas partes, gritando su nombre para ver si recibían alguna señal de él. Y justo cuando Pepper comenzaba a temerse lo peor, una figura se divisó entre el polvoriento y nebulso panorama.
—¡Jack! —exclamó alegrada. Los demás la escucharon así que rápido corrieron en la misma dirección que ella—. Jack... oh Dios...
Jack Connors estaba con vida, malherido y lleno de suciedad, pero con vida, pero... la persona a quien sostenía en sus brazos no corría con la misma suerte.
—Willow, Willow háblame —la tomó del rostro, pues a penas y reaccionaba, había llegado demasiado tarde, la caída los había recibido a ambos, y aún cuando Jack trató de salvarla, su cuerpo llegó primero al suelo.
Desesperado utilizó sus ojos para ver dentro de ella, sus costillas habían reventado, atravesando sus pulmones como estacas, la sangre se desbordaba en su interior sin parar, y su cerebro y corazón luchaban incansables para mantenerla viva, pero no por mucho tiempo.
—T-tranquila... te-te voy a sacar de aquí —su voz temblaba y lentamente sus ojos desbordaban lágrimas. Miró a sus amigos, todos estaban deschos por ver tan desgarrador escenario. Jack acabó por romper en llanto, tomó su mano y la apretó con fuerza—. No-no me hagas esto por favor... no lo hagas, no te vayas...
La poca fuerza que aún tenía le hizo levantar ligeramente su mano y acariciar ligeramente el rostro de Jack. Él, agitado la miró, Willow sonrió, y lentamente comenzó a cerrar sus ojos.
—No... no, no, no por favor, despierta —quiso volver a mirar, pero ya no hacía falta, había muerto. Cerró sus ojos y chilló sin soltar su cadáver.
Mientras, sus amigos se lamentaban a su alrededor—. No me hagas esto, por favor...
La sostuvo en sus barzos, la apretó nuevamente y acercó su rostro junto al suyo, finalmente dejó un besó sobre su frente y volvió a llorar.
—¿Por qué me haces esto?
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