CAPÍTULO 17
El sonido dejó de llegar a sus oídos a la par que todo se sumió en caos. Difusas y rápidas imágenes azotaban sus ojos mientras confundido trataba de regresar a la realidad.
Una estampida de gente lo arrastró y lo llevó por la fuerza hasta que se separó de sus amigos, siguió mirando como los agentes de La Orden descendían hasta llegar a las calles de la comunidad, y sin atisbo de piedad comenzaban a abrir fuego contra todo Alterado que encontraban.
Entonces el sonido volvió, aquel espantoso zumbido dejó de escucharse y todo volvió a la normalidad, aunque eso significara que todo se había ido al diablo.
—¡Willow! —exclamó, alzando su cabeza entre el oleaje de personas que corrían por el lugar—¡Will!
Cayó de espaldas, y sabiendo que de no hacerlo terminaría siendo aplastado; cubrió su cuerpo con una barrera que lo protegió por completo de la estampida. Los aterrados habitantes de la comunidad pasaron a su lado como las salvajes aguas de un río ante una gran roca, acabada la estampida, Jack deshizo la barrera y se puso de pie.
El lugar se había convertido en una zona de guerra, disparos y gritos por doquier, fuego, cubriéndolo todo, el miedo y la desesperación en los Alterados era imposible de ignorar. Corrió a través de los callejones mientras observaba a su paso los cuerpos en el suelo, entonces se detuvo tras una choza, asomó su rostro y observó que los agentes de La Orden Carmesí no solo disparaban indiscriminadamente para acabar con los Alterados, también los capturaban.
Mientras se ocultaba tras aquella choza de madera pudo ver como un escuadrón de agentes sometía a un grupo de indefensos Alterados y tras colocarlos de rodillas y en hilera; dispararon contra ellos una suerte de balas tranquilizadoras, las cuales los dejaban inconscientes al instante, solo para encadenarlos después.
—Mierda —dijo para sí mismo, se giro para huir nuevamente y fue cuando uno de los agentes lo encontró.
—¡Alto ahí! —amenazó el uniformado mientras alzaba su arma contra él. Jack se paralizó—. ¡Al suelo, ahora! —no pudo moverse, el miedo lo había congelado por completo—, ¡dije al suelo, fenómeno hijo de puta!
Entonces, el agente salió volando gracias a un sorpresivo golpe que llegó a sus espaldas, estupefacto miró al frente y se topó con Iron, quien en compañía de los demás estaba.
—¡Jack! —Willow fue la primera en correr hacia él y abrazarlo, él hizo lo mismo.
—Debemos irnos ahora, antes de que nos maten —enunció el alarmado Cold Shock.
—Eso será algo difícil —contestó Pepper—. El lugar está rodeado, no podremos salir sin ser vistos.
—Entonces hay que abrirnos paso —Iron sujetó una de las paredes de la choza y no tardó ni diez segundos en volverse de frío metal.
Después, salió del escondite, un grupo de agentes apuntó contra él y disparó, pero las balas terminaron en el suelo gracias a su piel impenetrable, llegó hasta ellos y solo bastó con unos cuantos golpes a cada uno para dejarlos tendidos en el suelo. Volteó hacia con los demás.— ¿Qué esperan?
Se apresuraron a atravesar el pandemonio que cubría la comunidad, pero a medida que se adentraban más en el caos era mucho más difícil salir sin intervenir. Llegó un punto en el cual las fuerzas de La Orden se movilizaban como un bando enemigo al cual los Alterados confrontaron utilizando todas sus habilidades.
Así que Los Defensores no se quedaron atrás. Cold y Fire fueron los primeros en arremeter contra las fuerzas enemigas, trabajando en conjunto, utilizando el fuego y el hielo a su favor, los soldados no podían hacer mucho.
Pepper y Jack se apresuraron a ayudar, lanzando a los agentes con provechosas habilidades, mientras que Quick y Iron luchaban prácticamente lanzándose contra ellos en combate cuerpo a cuerpo.
Mientras la batalla seguía su curso, los Alterados parecían tener la ventaja, inclusive Jack, y todos los presentes contemplaron al mismísimo Rainheart luchando mano a mano contra los agentes de La Orden. Aquel avejentado hombre parecía anticiparse a los ataques de sus enemigos, al igual que mostraba una fiereza sin igual a la hora de luchar.
Él solo se enfrentaba alrededor de una docena de agentes armados y sin mostrar siquiera un atisbo de miedo. Se deslizó sobre el suelo evitando una ráfaga de balas que a su vez impactaron contra un soldado enemigo. Se puso en pie y con una patada arrojó lejos al tirador, giró sobre la espalda de un soldado y recibió con una patada a otro, rápido saltó y golpeó a otros más.
Jack se abrió paso, movió sus brazos y sus enemigos más cercanos salieron volando por aquella fuerza invisible. Rápido se cubrió antes de que otro le disparara, y una vez que quedó sin carga le arrojó un gran trozo de escombro y lo dejó tendido sobre el suelo.
—¡Debemos sacar a todos de aquí! —exclamó al llegar a su lado. Rainheart lo miró fríamente, giró eludiendo una corta ráfaga y noqueó a otro oponente más.
—¡Este es mi hogar, y no caerá si yo no lo hago! —continuó peleando cual fiera imparable.
—¡Debemos irnos, o de lo contrario...!
Un extraño vórtice violeta se materializó frente a la vista de todos en el lugar, y de éste comenzaron a salir muchos más elementos de La Orden Carmesí, al igual que vehículos y los que parecían ser Alterados que servían al régimen.
Las fuerzas de los habitantes de La Ciudad de Abajo rápidamente se vieron superadas en número y fuerza.
Fue en ese entonces que una figura se mostró, una presencia que emergió de aquel portal, un hombre que con solo una palabra hizo que todo se detuviera.
—¡Alto! —rugió causando un eco que sobrepasó la batalla. Y al instante los soldados de La Orden dejaron de pelear. Aquel momento pareció fundirse en la eternidad con un sórdido silencio que aterró a todos como nunca antes, el hombre avanzó hasta colocarse a la mitad del caos, justo a pocos metros de Rainheart y Los Defensores. Sonrió ligeramente y alzó los brazos al aire como si esperara dar un abrazo—. ¡Habitantes de La Ciudad de Abajo, mi nombre es Howard Maxwell, y soy el actual regente de la iudad de Nueva York! —avanzó lentamente y pasó su mirada a través del lugar—. ¡Y hoy, he venido personalmente con ustedes para terminar con esta locura. Durante años, la labor de La Orden Carmesí ha sido exterminar a todos los Alterados que existen en el mundo, pero eso, eso termina esta noche. Durante años los Alterados han sido repudiados, asediados, asesinados... por los humanos, todo, por la misma razón por la cual decidieron ocultarse; por miedo. La gente les teme, y no porque sean diferentes, o porque sean peligrosos, no, es porque saben que ustedes son superiores. Les aterra el hecho que seres tan magníficos como ustedes caminen entre ellos, que egoístas, y que ciegos.
Por ello he decidido terminar con esta guerra, y formar una alianza, entre La Orden, y los Alterados. Si unimos nuestras fuerzas, haremos de este un mundo en el cual todos podremos vivir en armonía, un mundo mejor, uno pacífico, un mundo perfecto! —cerró sus ojos tal y como si estuviera imaginando el escenario cual horrida fantasía—. Lo único que necesito, es su lealtad, ante La Orden... y ante mí.
El silencio siguió siendo todo en el lugar, la sola idea de unirse al mayor enemigo que la humanidad jamás tuvo, era escalofriante.
Rainheart se paró firmemente ante él y negó.
—Tu no quieres paz, tú lo único que deseas es dominación, y eso no lo conseguirás, no mientras sigamos vivos.
—Sus propios hermanos se han unido a mí —ilustró con los Alterados que le servían—. No son esclavos, ni mucho menos armas, son aliados. Dejen de sentirse oprimidos, por primera vez en sus vidas acepten la realidad, ¡somos dioses entre insectos! ¡El mundo está a nuestro alcance, lo único que necesitamos es estar unidos!
—No eres más que un dictador, al igual que muchos que han caído por su arrogancia y avaricia, dices ser el bueno, pero en ti solo veo maldad —reprochó fríamente. El rostro de Howard se endureció, y sus ojos se tornaron rojos cual llamas.
—¡Les ofresco la oportunidad de alzarse sobre los humanos ¿y así responden? ¿A caso están locos?!
—El único loco eres tú —intervino Jack—. Lo único que quieres es poder, y de nosotros, un ejército lo suficientemente poderoso para lograr todos tus objetivos —percibió la furia de Ax, y a su vez la mirada de Rainheart—, somos diferentes a los humanos, somos más fuertes, y por lo mismo los protegeremos, los protegeremos de gente como tú.
Rainheart miró a directamente Jack, y luego de mucho tiempo finalmente lo entendió, suspiró fugazmente y regresó su vista hacia Howard Maxwell, quien los miraba lleno de desprecio y odio.
—Si eso es lo que quieren... entonces que así sea —estuvo a punto de dictar una orden, pero Rainheart se adelantó.
Alzó su mano y disparó contra él un poderoso rayo de luz que le impactó directamente. La luminosidad fue tan intensa que dejó cegados a todos durante unos segundos. Siguió disparando, hasta que se topó con Ax, condensando toda la energía en un orbe de luz que finalmente se unió con él. Howard Maxwell sonrió, sus ojos se volvieron rojos y después alzó sus manos, arrojando contra ellos una ráfaga de energía imparable.
Rainheart empujó a Jack, así, recibiendo todo el impacto él solo. Una explosión causó que todo se llenara de caos otra vez.
—¡Mátenlos a todos! —ordenó Maxwell, y los soldados volvieron a atacar.
Luego del estallido que lo lanzó un par de metros fuera del alcance de las balas, Jack levantó lentalmente su cabeza para ver como lo único que quedaba del antiguo líder de La Ciudad de Abajo eran únicamente cenizas que desaparecieron tras unos segundos. La batalla entre los soldados de La Orden y los Alterados siguió.
Se puso de pie, listo para unirse al combate, y fue cuando alcanzó a ver un proyectil de plasma viajando a toda velocidad en dirección a él. Rápido creó una barrera que amortiguó el ataque, pero nuevamente salió volando hasta las ruinas llameantes de una antigua choza del lugar.
Nuevamente aquel siniestro ser de máscara de calavera apareció frente a sus ojos.
—No tú... —dejó salir, con mucha más ira en su ser. Apretó los puños, se levantó y rápido arremetió contra él.
Chromeskull se cubrió cruzando los brazos, rápido contesto lanzando una patada contra él, y después un puñetazo. Afortunadamente Jack logró evitarlo, alzó sus manos y dejó caer contra él una gran pila de escombros en llamas, y después lo arrojó lejos de ahí con un colosal impacto.
Chromeskull soltó un grito y rodó violentamente a través del suelo hasta que Jack lo soltó. Salió de la choza y fue cuando encontró sobre el suelo un pedazo de aquella máscara, la cual se había destrozado por el impacto de los golpes. Nuevamente lo miró, esperando a ver la identidad de su enemigo.
—¡¿Quién eres?! —rugió mientras pequeñas rocas flotaban a su alrededor. Se levantó, y de un tirón removió el resto de la máscara, mostrando así a Luke. Tembló, y su rostro no encontró como reaccionar ante tantas emociones que sintió en aquel instante—. ¿Todo el tiempo, fuiste tú...? ¿Por qué?
—¡Ax tiene razón, nosotros somos superiores a los humanos, estoy cansado de ocultarme y de vivir como una puta rata! ¡Rainheart no lo entendía, nadie nunca lo entendió, esto les enseñará! —juntó sus manos y disparó un gran rayo de plasma.
Rápido Jack se dejó caer sobre el suelo, eludiendo su ataque, se puso de pie y de nueva cuenta arrojó contra Luke una onda telequinetica que lo apresó contra una pared. Siguió apretando su agarre contra su cuerpo, hasta que Luke comenzó a gritar.
Lo tenía completamente atrapado, solo bastaba con un movimiento certero para terminar con su vida, pero justo cuando la ira estaba a punto de consumirlo, escuchó una voz que lo regresó al mundo real.
—¡Jack! —Willow y sus amigos se presentaron con él, y ninguno pudo evitar mostrar un rostro incrédulo al encontrarse con Luke ahí.
—¿Pero qué...? —soltó el incrédulo Cold. El lugar comenzó a colapsar.
—Jack, tenemos que irnos —alertó Cooper mientras el lugar se sacudía violentamente.
—Pero él...
—No vale la pena, amigo, hay que irnos ya —irrumpió Iron. Lo meditó por unos instantes, pero finalmente lo dejó libre, Luke cayó sobre el suelo y no hizo nada por ponerse de pie.
—Bien, vámonos ya —se unió con los demás y se dispusieron a irse.
Rápido Cooper los guió por un sector de la comunidad que conectaba directamente con la superficie, así que corrieron sin parar mientras el lugar se caía a pedazos.
—¡No se retrasen! —exclamó mientras abría la escotilla que conducía a un túnel largo y oscuro. Pero antes de marcharse, miraron la ciudad, o lo que quedaba de ella, ruinas llameantes y destrucción por doquier, todo, mientras los últimos Alterados huían sin parar.
—Ya no podemos hacer nada —enunció Iron—. Más que salir de una vez de aquí —asintió para sí mismo y atravesó la entrada y se adentró en el túnel.
Quick tomó de la mano a Pepper y juntos salieron de ahí, Barry les siguió, después Fire Shoot.
Cold Shock y Jack se adentraron en el túnel, y justo cuando Willow se disponía a cruzar el umbral, fue cuando algo la atrapó.
—¡Jack! —exclamó desesperada una vez Luke la tomó en brazos y la alejó del túnel
—¡Willow, no! —rápido salió para alcanzarla. Y fue cuando Luke y la inconsciente chica que llevaba en brazos desaparecieron al cruzar uno de aquellos portales de color púrpura—. ¡No!
El portal se cerró, mientras los escombros caían sin parar. Cold llegó hasta él, y de un jalón lo introdujo en el túnel antes de que los derrumbes lo sepultaran vivo.
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