
°•°•Mariposa
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—Esto esta delicioso Yoonie muchas gracias por el desayuno.
La pareja se encontraba desayunando en uno de sus restaurantes favoritos en esa ocasión.
Habían pasado discutiendo todo el camino de a donde podrían ir a desayunar ese sábado por la mañana, Yoongi deseaba ir a al Santuario de la Realeza Jongmyo y al Gwangjang.
Y Jimin deseaba pasar en casa encerrado.
Lo cierto era que a Yoongi le estaba costando un poco que Jimin retomara sus actividades normales sin sentirse vigilado.
Estaba paranoico quizá pero así se sentía realmente Jimin.
—Yo-San gu es el mejor lugar para pasar el tiempo y obtener buena comida. —Enfatizó el pelinegro. —No des gracias amor, para mi es un placer estar aquí contigo.
Faltaban pocos días para la navidad así que ya habían logrado hacer todas las compras navideñas. La cena de noche buena la harían en casa de los Min y luego tenían un almuerzo el día 25 con los Park. Ahora tenían tiempo para ellos dos.
—Que sea nombrado como el corazón de Seúl no tiene nada que ver con tu gusto por aquí ¿No Yoon? —Jimin tenía una sinrisita burlona en sus labios.
Jimin sabia de antemano que ese lugar era uno de los favoritos de Yoongi. Así que terminó cediendo.
Vale, pasar un tiempo de calidad con su esposo jamás era una pérdida de tiempo.
Era un barrio muy hermoso bastante tradicional en Seúl, El mercado Gwangjang era el símbolo de los mercados tradicionales del país.
—¡Qué tiene de malo! Es el corazón de Seúl un lugar muy importante para el turismo. Siempre me sentiré atraído por este lugar.
Jimin tomando el último poco de jugo de naranja asintió.
—Es un lugar hermoso concuerdo contigo.
El silencio reinó durante unos segundos donde Jimin tenía la vista hacia afuera el la colorida calle llena de vida.
Sonrió.
—¿Qué ocurre cariño?
—Nada, pensaba que...yo siempre me sentiré atraído por ti, por tu corazón tan noble y bueno Yoon, por tu belleza que va más allá de lo físico. Para mi el corazón más importante siempre será el tuyo por eso lo cuidare siempre.
Yoongi quiso besar a su chico pero por la mesa que los separaba sólo se limitó a mirarlo a los ojos, cuan perdido estaba en esos bellos ojos verdes que lo encantaban cada vez que lo miraba.
—Te amo Jiminie, también cuidaré tu corazón como el más preciado tesoro para mi, siempre estaré aquí. —Añadió Yoongi poniendo su mano sobre el lado izquierdo del pecho de Jimin.
—Y yo aquí. —Jimin repitió el acto de Yoongi llevando su mano al pecho del pelinegro.
Yoongi sonrió mostrando sus encías y
Jimin esbozó una hermosa sonrisa, había sido tan increíble la manera en la que ambos habían logrado complementarse.
Era como si hubiesen sido hechos específicamente para estar juntos.
—Te llevaré a donde Taehyung. —Anunció Yoongi tomando una servilleta y limpiando sus labios.
Jimin tenía almuerzo con los chicos a las doce.
—No es necesario Yoonie puedo ir solo.
Yoongi negó.
No lo iba a discutir.
—Jiminie, tu seguridad es más importante que nada para mi, más ahora que ese hombre está de regreso como si nada por aquí.
Yoongi no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer porque la vida y la seguridad de su esposo era muy importantes en este momento. Y Jimin no lo sabía pero él ya estaba tomando cartas en el asunto.
Se había metido a investigar todo del tío de Jimin, a que se dedicaba antes de conocerlo, donde estuvo esos años que se alejó de Jimin y su búsqueda dio frutos, buenos a decir verdad así que estaba a poco de llevar su plan a cabo.
Ese hombre iba a pagar caro lo que le había hecho a su dulce Jimin cuando era niño.
La mirada penetrante pero calma de Yoongi hizo que Jimin no quisiera refutar nada más.
—Bien de acuerdo Yoonie llévame a donde Tae si eso te deja tranquilo.
Yoongi asintió satisfecho.
—Claro amor eso me deja más que tranquilo. Cuando acabes tu reunión con ellos me llamas o dile a Taehyung que te lleve al departamento. Pensaba si tu quisieras... ponerte el collar. —Susurró esto último.
Jimin sintió el calor apoderarse de su rostro al oir lo que Yoongi Susurró. Estaba ansioso.
—No quisiera molestarte pero estarás en practica con los chicos Yoonie así que le diré a Tae o a Jungkook no te preocupes por eso.
Yoongi tomó su mano y le dejó un corto pero delicado beso en el dorso y sonrió.
Poco tiempo después Jimin se encontraba despidiéndose de su esposo desde la puerta de la casa de Taehyung.
—¿Has estado bien Minnie? —Preguntó Tae observando como el auto con Yoongi desaparecía en una esquina.
—Mucho mejor Taehyung. Yoongi a hecho de todo para que yo no vuelva a caer en el encierro hoy me ha llevado a desayunar afuera a pesar de que yo quería quedarme en casa durmiendo el día entero. Creo que, yo no hago lo suficiente por él, por mi... por nosotros.
Su semblante feliz con él que había llegado cambio por completo al pronunciar aquella frase que iba cargada con sus inseguridades.
Taehyung lo tomó de la mano y con cuidado lo condujo hasta el sofá donde lo sentó y él se arrodillo en el piso a su lado.
—Jimin lo único que queremos Yoongi, yo y todos los que estamos al tanto de esta situación es que tú entiendas que nada de lo que pasó y pasa ahora mismo es o fue culpa tuya cariño, así que las consecuencias de lo que pasó, tus estados de ánimos de las últimas semanas no son porque se te dio la gana de estar así nada más, es producto de ver a ese maldito hijo de perra que estoy seguro va a arder en el infierno. ¿Entiendes Mochi? ¿Si captas?
Taehyung le miraba severo pero el toque en sus manos era suave y casi amoroso tipo fraternal.
Jimin asintió y sus ojos quisieron picar, pero no lloro simplemente sonrió.
Tenía la dicha de tener amigos tan buenos como Taehyung o como kook quienes eran los dos únicos que sabían lo que estaba pasando.
—Gracias Tae por tus palabras a veces necesito que me digan las cosas así de directas y claras para que se me queden grabadas en la mente. Ustedes hacen mucho por mi y la mejor manera de devolver todo esto es mostrando mi lado bueno a la vida.
Taehyung formó una sonrisa rectangular en sus labios y asintió llevando sus pulgares hacia arriba.
—Asi es mi vida eso, así se habla.
—¡Te quiero mucho Taehyung!
Los dos amigos se abrazaron.
—Haremos un almuerzo todos aquí en casa ¿Me acompañas a comprar la carne al supermercado?
Jimin se puso de inmediato de pie tendiendole la mano a Tae para ayudarlo a poner de pie también.
Agradecía con el corazón tener amigos que le ayudasen a superar sus miedos y traumas y a un esposo tan especial que no dudaba en hacer cualquier cosa por no verlo decaído.
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El almuerzo con sus amigos había resultado toda una algarabía, hasta habían acabado cantando a todo pulmón en el karaoke de Taehyung.
Luego Yoongi había ido por él para llevarlo al apartamento.
Ahora justo tenía su preciado collar rosa y estaba sentando a media habitación desnudo y en posición de espera.
Si...
En espera de su amo.
No esperó mucho desde que su amo le puso el collar y le ordenó ir a la habitación de juegos a esperar hasta que él apareció.
Aunque Jimin no lo veía por tener la cabeza agachada y los ojos clavados en el piso aún podía escuchar sus susurrantes pasos de pies descalzos sobre la mullida alfombra y sobre la madera cuando caminaba de aquí para allá buscando en sus gabeteros lo que quería.
—Hola Jimin, ¿Has estado bien? Responde. Puedes hablar esta noche.
Yoongi había dejado a un lado a Yoongi el esposo y entrado ya en su papel de Yoongi el amo dominante y eso le hizo a Jimin anhelar más de esa noche.
Su pecho vibró y también su pene.
—Hola amo, he estado bien. —Respondió. —Te extrañé amo.
Yoongi sonrió colocándose frente a él.
Lo extrañaba, a él... al Yoongi amo.
Yoongi estiró una mano y le acarició el cabello.
También él había extrañado a Jimin, su hermoso Sumiso Jimin y estaba ansioso por poder complacerlo.
—¿De verdad me has extrañado Jimin? —Preguntó con su voz suave, baja y susurrante.
—Si amo. —Respondió.
—Demuéstralo. —Ordenó.
Jimin quien aún mantenía la cabeza agachada se movió para acercarse a él.
Lo que hizo a continuación Yoongi jamás lo había experimentado pero no pudo negar que le había gustado mucho.
El castaño se inclinó hasta poner sus labios en los pies desnudos de su amo y dejó varios besos.
Para Jimin hacer aquello fue como una especie de ritual para agradecerle a su amo lo mucho que lo cuidaba. Su amo merecía mucho respeto.
Yoongi se sintió distinto, poderoso. Él poseía a Jimin. Era el único.
Después de eso subió sus manos lentamente por todo su cuerpo inferior hasta llegar al borde del pantalón de mezclilla y quitar el botón y el cierre.
Masajeó con motivación el miembro de Yoongi que ya se encontraba duro pero se hinchó más ante ante toque de Jimin.
Después de eso bajó el elástico de su ropa interior para liberarlo.
—¿Puedo amo?
Yoongi le veía desde arriba con las pupilas dilatadas por el deseo y asintió relamiendo sus labios.
—Hazlo, demuestrame como me has extrañado Jimin.
Cuando Yoongi pronunciaba su nombre de aquella manera susurrante y con su voz gruesa hacia que Jimin temblaba pero de placer.
Jimin no esperó, comenzó a dejar besos mojados con la saliva por todo el pene duro de Yoongi y pasaba la lengua desde la base hasta la punta. Yoongi mordía su labio disfrutando de la vista. Cuando Jimin se metió todo a la boca soltó un gemido grave al mismo tiempo que cerraba los ojos y echaba su cabeza hacia atrás.
El menor comenzó a chupar y succionar con un ritmo constante, se metía todo lo que podía del pene del pelinegro a la boca.
Yoongi le tomó por la cabeza y comenzó a embestir suave en su boca, el sutil movimiento de las caderas de Yoongi enterrandose en la boca exquisita de Jimin hacia ver la escena bastante sensual y erótica.
El castaño tuvo que expandir bien su cavidad bucal y su garganta para recibir por completo el miembro de Yoongi.
—Eso es Jimin, tragatelo todo completo. —Jadeo Yoongi.
El pelinegro se sentía en el paraíso, flotaba en el cielo en ese momento.
Jimin acató la orden de su amo y succiono completo todo recibiendo sin miramientos.
—Y-ya casi Jimin Oh si ¡Rico!
Yoongi empujó un par de veces más de forma rapida y la descarga de su esencia llenó por completo toda la garganta de Jimin quien tragó todo, no dejó una sola gota.
—¿Te ha gustado amo? —Preguntó Jimin volviendo a su posición inicial de espera.
—Si Jimin me gustó, lo hiciste bien. Ahora ven y ve hacia la mesa.
—Si, amo.
Jimin asintió y se levantó para caminar despacio hasta la mesa, una especie de mesa acolchonada con cuerina roja que se veía bastante elegante.
—Esto es una mordaza de bola, ¿ya la conoces cierto?
—Si amo.
—¿La usaste alguna vez?
—No, amo nunca tuve oportunidad.
Jimin tembló ligeramente, por un segundo recordó fragmentos de su pasado, todo lo que había hecho —de manera obligatoria— como Sumiso anteriormente. Pero jamás nada de lo que había ocurrido antes se comparaba con la manera tan especial en que Yoongi lo hacía sentir.
Jamás.
Así que no tenía ni si quiera razón alguna para compararse.
—Ponte de espaldas. —Pidió antes de que se subiera a la mesa acolchonada.
Jimin así lo hizo, se colocó de espaldas y Yoongi sacó una mordaza de bola color negra, era una bola en el centro con agujeros para dejar pasar aire y unido a dos aros de metal que también se sujetaban a dos correas de cuero.
—Observa esto Jimin. —Yoongi paseo la mordaza frente a Jimin y éste pudo verla mejor. —Abre la boquita.
Jimin obedeció al instante y la bola le fue introducida a la boca dificultandole el poder hablar. Pero aun así podía respirar por la boca. Yoongi ató las correas por atrás dejando la mordaza bien sujeta.
—Eso es... lo haces bien, eso impedirá tus gemidos Jimin, para cuando llegues al límite podre quitártelo y quiero que dejes salir los gemidos sin represión alguna. —Explicó Yoongi pasando su mano por la espalda y acariciando hasta el trasero del castaño. —Sube a la mesa y ponte de espalda con tu lindo culo al aire.
Entonces Jimin se trepó a la mesa con la evidente excitacion recorriendo todo su cuerpo.
—Manos atrás en la espalda. —Ordenó.
Jimin obedeció y sintió como también sus manos eran apresadas con unas esposas.
Jimin quedó totalmente expuesto con el pecho pegado a la mesa y el trasero al aire.
—Precioso. —Susurró su amo.
Y Jimin se sintió hermoso en ese momento, su cuerpo y todo él eran algo que solo le pertenecían a Yoongi.
Yoongi se tomó su tiempo acariciando la espalda y el trasero de Jimin, él castaño pudo sentir como los dedos largos de su amo rozaban su esfinter empujando suavemente hacia adentro.
El dedo se introdujo lento poco a poco haciendo a Jimin jadear a través de la mordaza.
—Este lugar es mio Jimin. —Dijo Yoongi introduciendo un segundo dedo y comenzando a dilatar.
Jimin comenzaba a sentir el calor adueñarse de su cuerpo de nuevo.
Yoongi introdujo un tercer dedo y sigió con su trabajo mientras que Jimin se arqueaba un poco pidiendo en silencio más contacto.
—Calma, ya tendrás lo que deseas pequeño.
De pronto Jimin sitio una cosa fría y rígida deslizar desde su nuca, los hombros, pasar por su espada y finalizar en su trasero y luego un azote suave que lo hizo brincar ligeramente.
Yoongi tenía en la mano una fusta de cuero Mini, también color negro y la pasaba delicadamente por todo el cuerpo de Jimin y de vez en cuando daba pequeños azotes.
Esto más los dedos juguetones de Yoongi provocaban a Jimin en sobremanera.
—Los azotes de calentamiento Jimin, no deberías sentir dolor alguno, solo déjate llevar.
Era cierto, quilla azotes ligeros no hacían más que aumentar la sensibilidad en su cuerpo.
Lo estaba disfrutando como nunca.
Tenía ya liquido preseminal goteando de su erecto pene. Los labios de Yoongi tambien comenzaron a deslizar por sus hombros y su espalda.
—La mariposa no necesita un milagro para poder volar cariño, necesita un proceso.
Jimin no entendía las palabras de Yoongi en ese momento, él sólo estaba al borde, totalmente al borde del abismo al cual Yoongi lo empujaba lentamente.
Cuando Yoongi apartó la fusta a un lado de la mesa y sacó los dedos Jimin ya estaba listo para recibirlo.
Jadeo fuerte cuando Yoongi se enterró en él y comenzó a embestirlo con rapidez.
Jimin gemía a través de la mordaza, quería jadear y gemir más fuerte pero eso le era negado.
—Correte cuando sea necesario. —Habló Yoongi con su voz jadeante.
Jimin sabia que no podía aguantar mucho porque toda aquella estimulación recibida por parte de Yoongi le había servido mucho.
¿A eso se refería con lo de la mariposa?
Realmente no lo sabía.
Alcanzó el orgasmo de una manera sorprendente que casi lo hace perder la noción. Sus piernas temblaron y creyó que iba a caer pero Yoongi lo sostenía fuerte de las caderas.
Yoongi aún no llegaba pero estaba próximo.
—Recuerdalo Jimin, tu cuerpo es mío tú me perteneces a mí porque yo soy tu amo, todo tú eres mío. —Yoongi soltaba el aire y estocaba duro mientras hablaba.
Alargó una mano para quitar la mordaza.
—Dilo. —Ordenó. —Gime para mi como tanto deseas.
Lo necesitaba.
Yoongi necesitaba aquello para liberarse, oír de Jimin que era completamente suyo, para que le quedara claro a él que Yoongi era ahora su único dueño.
—S-soy tuyo amo, solo tuyo por siempre. —Jadeó. —¡Oh si a-amo ohh amo!
Jimin gemia fuerte y después soltó un grito pues Yoongi arremetió una sola vez duro contra su próstata y se corrió de nuevo acompañando a Yoongi en su liberación.
Solamente pasaron unos segundos para que se pudieran recuperar y Yoongi de manera apresutada lo bajó de la mesa acolchonada y le quitó el collar.
—Te amo Jiminie, siempre recuerda que sólo eres para mí y yo para ti. Te amo como mi Sumiso, como mi amante y mi esposo.
Tenía que decírselo, Jimin temblaba en sus brazos del placer y la felicidad.
Tenia que hacerle saber que lo amaba en todas sus facetas pero no podía hacerlo con el collar puesto.
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