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°•°•Desayuno

Ese día era día de compras navideñas con Taehyung y los demás chicos.

Jimin se levantó temprano para preparar el desayuno.

Unos huevos divorciados estarían bien y tiras de beicon, jugo de naranja y café.

No podía faltar el café.

Puso música en el reproductor mientras estaba atareado en la cocina. Picaba los tomates verdes y las especias para la salsa verde de los huevos y cuando Yoongi bajó ya listo para ir a la empresa él ya acababa la salsa roja.

La canción que sonaba en el reproductor era Toxic y Jimin se dio vuelta lentamente  para sostenerse de la encimera y resbalar todo su cuerpo hacía abajo al ritmo de la música y luego se puso una mano en el tobillo para resbalarla hacia arriba por todo su cuerpo de manera sensual.

Yoongi apoyado en el marco de la puerta veía aquello y no podía más que reír, se veía sexy y tierno.

Además la sonrisa de Jimin le daba un toque especial a todo.

     —Se queman los huevos amor. —Bromeó.

Jimin dejó de bailar para verle con ojos de enfado falso.

     —Yoonie, acabas de arruinar la mejor rutina que me he preparado para tu regalo de navidad.

Yoongi sonrió y finalmente se acercó al castaño para posar sus manos en su cintura y besarlo.

Era un beso dulce, la fragancia de Yoongi penetraba bastante esa mañana.

     —Entonces te dejaré que ensayes bien esa coreografía que la quiero ver en noche buena. Te compraré el traje adecuado.

Yoongi Alzó las cejas mirandole con descaro y a Jimin le ardieron sus mejillas.

     —Yoonie.

     —Tú comenzaste. —Dijo sacando los platos para servir el desayuno.

Jimin montó los platos, primero la tortilla de maíz,  las rodajas de aguacate, encima el queso y sobre eso dos huevos y en cada huevo la salsa verde y la salsa roja y al lado las tiras de beicon.

     —Mmm huevos divorciados, rico.

     —No se por qué se llaman así se oye ofensivo, yo les llamaría Huevos en salsa verde y roja.

Jimin sirvió el segundo plato mientras Yoongi servía el jugo de naranja y las tazas de café.

      —Muy largo el nombre ¿No te parece?

     —Pero es un prejuicio para los pobres huevos ¿Te has preguntado si no se quieren divorciar?

Yoongi alzo una ceja dejando el tenedor a medio camino.

     —¿Y si si? —Finalmente se llevó la comida a la boca.

Jimin resopló.

     —¿Y si no?

Yoongi negó tragando el bocado y sonrió.

     —Bueno no pasa nada, solo hay que preguntarles.

     —¿Cómo? ¿Alguna vez has hablado con los huevos?

Yoongi alzo una ceja mirándolo fijamente con su rostro tan apacible sin inmutarse. Por dentro se reía.

     —¡Jimin!

     —Estoy desayunando Yoonie.

El pelinegro negó, Jimin era todo un caso cuando se lo proponía.

Dejaron el tema de los huevos de lado para pasar a cosas más importantes como que Jimin de iría de compras con sus amigos.

Cuando acabaron Yoongi fue el primero en levantarse porque tenía media hora para llegar a la empresa.

     —Gracias bebé  el desayuno estuvo delicioso. Por cierto lo del baile no es broma, te mandaré a hacer un traje especial para ti. Uno donde me muestres tu precioso culo.

A Jimin se le pusieron las las mejillas rojas hasta las orejas y casi se ahoga con el jugo.

Yoongi solo le guiñó un ojo.

Después de que Yoongi subiera a lavar sus dientes y por sus cosas Jimin ya lavaba los platos sucios.

     —Gracias amor yo lavaré los de la noche.

Dejó un beso en la cabeza a Jimin quien sonrió.

     —De hecho pensaba pasar por la empresa a saludar a papá y a esperarte podríamos cenar afuera.

     —Es una idea excelente, me ahorraré la lavada de los platos entonces.

Tomó a Jimin de la cintura le dio la vuelta y lo acercó a él para besarlo.

     —Los del desayuno de mañana  serán,  así que no te emociones.

Yoongi volvió a besarlo esta vez jalando suavemente el labio inferior del castaño.

     —Tus besos no me van a convencer Yoonie. —Susurró colgándose más de Yoongi.

El mayor profundizó el beso y hundió su lengua jugando con ella en la boca de Jimin y sus manos resbalaron un poco por las caderas hasta el trasero de Jimin donde apretó y empujó sus caderas.

     —Quizá... quizá no debas lavar hasta la cena de mañana.  —Jadeó.

Yoongi sonrió en  medio del beso.

     —¿Y si no lava ninguno de los dos y me dedico a follarte sobre esta encimera toda la noche? Me parece que es un mejor plan. —Habló Yoongi con la voz más ronca sobre su oído.

Ya su pene comenzaba a palpitar y Jimin no ayudaba porque traía aquellos shorts cortitos y ajustados.

      —Yoon, no podré esperar hasta mañana en la noche. ¡Por favor!

Yoongi Gruñó, ya que estaban ahí entonces no iba a perder más el tiempo.

     —Será rápido pero te prometo que te recompensaré en la noche amor.

Bajó de un tirón los shorts junto a la ropa interior de Jimin y lo colocó de frente  al lavaplatos de espaldas a él.

Luego Jimin oyó como la cremallera de los pantalones de Yoongi eran bajados y los dedos de Yoongi hurgaban entre sus piernas.

     —Yoongi, ya por favor. —Pidió.

No quería preparación, no quería preámbulos, solo lo quería a él adentro.

      —Ya bebé ya casi. ¿Qué quieres? Dime...

Jimin arqueó su espalda y contoneó su trasero rozando la dura polla del pelinegro. 

     —Te quiero a ti Yoon, dentro de mí tan profundo,  tan duro y tan rudo... ¡Ahora!

Yoongi soltó un gruñido mezclado con un jadeo de deseo y sacó sus dedos para colocarse él en la entrada del castaño.  Amaba cuando Jimin se ponía salvaje y exigente.

Le sujetó las caderas y se internó en él de manera rápida y dura que Jimin tuvo que sostenerse bien.

     —¡Ahh Yoonie!

     —¿Así lo quieres cariño?

Jimin asintió y Yoongi se comenzó a mover rápido dentro de él, se movió un poco a un lado cambiando de ángulo la penetracion y Jimin soltó un grito.

Yoongi jadeo de victoria, había encontrado rápido el punto de delirio de su chico y decidió quedarse ahí dándole duro.

El interior caliente de Jimin se apretaba con cada estocada y eso mismo hacia a Yoongi jadear y gruñir ronco.

     —Ah bebé si, joder... que rico, amo follarte así tan delicioso.

     —¡Yoongi!

A Jimin casi se le iba el aire cuando recibió aquellas últimas tres embestidas que lo hicieron correrse con violencia, manchando el piso y parte de su ropa.

Yoongi lo levantó un poco tomándolo del cabello y sin dejar de penetrarlo lo besó por el cuello, mordió y chupó dejando unas marcas, al follarlo así en esa posición donde Jimin estaba más erguido le apretaba más su pene, era un deliciosa tortura.

Gruñó con fiereza mientras arremetía duro contra el castaño quien se dejó ir en su segundo orgasmo desastroso.

     —¡Mmmg ahh Y-yoongi!

     —¡Si bebé un poco más, oh si mierda joder!

Yoongi tambien comenzó a temblar mientras era arrasado en su propia liberación tan potente como la del castaño.

Al terminar ambos temblaban de pies a cabeza, pero tenían una gran sonrisa en sus labios.

     —Si eso fue parte del desayuno amor quiero todos los días. —Susurró Yoongi besando su cuello.

Jimin sonrió.

Cuando Yoongi se acomodó su pantalón tomó el papel de cocina y limpio el piso y la ropa de Jimin.

     —Te amo mi vida.

Dejó un beso en sus labios antes de irse.

Jimin pasó parte de la mañana limpiando y ordenando la casa y al final del medio día estaba listo para ir a almorzar con sus amigos.

     —¿Y esa sonrisa Jimin?

Bangchan tenía una ceja alzada.

     —¿Qué tiene? —Preguntó fingiendo no saber nada.

     —Tiene cara novio bien follado.  —Añadió Jungkook.

Jimin sintió sus mejillas calentarse. ¿Tan evidente era?

     —Si Yoongi folla bien no me interesa solo quiero conseguirme uno de esos.

Jimin tenía la respuesta a eso.

     —Ay un chico en su misma clase que dijo que te veías sexy en vestido de blanca nieves, no creo que sea como Yoongi pero te aseguro que bien parado no te deja.

Taehyung rodó los ojos.

Ninguno de los amigos dejaba de mencionarle a Hobi el amigo de Yoongi. 

Era lindo pero no era para él.

     —Si lo he visto en los entrenamientos y también parece tener buena resistencia.  —Intervino Changbin.

     —Si, con esos debes tener cuidado porque tienen  mucha energía y también tu debes tener buena resistencia.  Si no ve a Jimin.  Él parece estar muy preparado.

Jimin arrugó el entrecejo.

     —Ya dejen de juzgarme.

     —¿A poco para tener sexo con un rudote como esos del baloncesto uno debe también tener mucha resistencia? —Preguntó Han interesado.

     —Si obvio si no tienes resistencia te quedas a medio  camino y en lugar de venirte te vas pero para donde chusito. —Dijo Taehyung.

     —Por eso te conviene mucho Jung Hoseok.  —Jimin levantó sus cejas juguetonamente.

     —Ya, mejor  vamos a comprar quiero mucha ropa nueva.

Taehyung se levantó.

Pagaron la cuenta y se fueron a visitar tiendas y almacenes de ropa y accesorios.

Jimin Aprovechó para comprar los obsequios para su madre y su padre además de unos cuantos para Sus amigos lo cual le resultó difícil porque no lo dejaban solo un momento. 

El regalo de Yoongi ya lo tenía, lo había enviado a hacer con anticipación. 

Al final de la noche a las siete entró en el edificio para esperar a Yoongi.

Saludó a la secretaria y se fue a sentar. Ella dijo que su padre estaba ocupado.

Yoongi salió de su oficina y esbozó una gran sonrisa al verlo.

     —¡Yoonie!

     —Hola amor. —El pelinegro se acercó para besarlo.

     —Te extrañé.

Jimin se dejó rodear por los brazos de Yoongi.

     —¿Vamos?

     —Si.

Se tomaron de la mano pero entonces Yoongi lo soltó.

     —Espera amor dejé mi teléfono en la oficina.

Jimin sonrió y esperó a Yoongi mientras este iba por su celular.

¡Qué olvidadizo!

Entró rápido a la oficina y lo vio sobre el escritorio lo tomó y guardó en su bolsillo para salir y poner llave de nuevo.

Encontró a Jimin parado ahí mismo donde lo había dejado pero estaba sin mover un sólo músculo.

Observaba a su padre y al hombre que estaba con él.

Cuando advirtieron su presencia el señor Park se acercó a saludar a su hijo.

     —Ah campeón has venido hoy, no te esperaba.

Yoongi arrugó la frente al ver el comportamiento de su esposo,  tenía los hombros echados hacia atrás como a la defensiva y su pecho subía y bajaba rápido y sus manos se apretaban en puños.

El hombre sonrió también adelantándose.

Observó a Jimin de pies a cabeza  deteniéndose especialmente en aquel collar de círculo de O y luego saludó.

Jimin parecía no poder responder ni siquiera podía respirar entonces Yoongi se acercó para poner sus manos sobre sus hombros dejando suave masajes y un beso en su mejilla.

     —¿Todo bien amor?

Jimin asintió y salió del trance.

     —Si Yoon, hola padre... h-hola tío  Chan.

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