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XII- Hacer Aliados

- ¿No tenías algo que hacer?

-No pude evitar escucharte

- ¿Lo que hablé o lo que pensé?

-Ambas, es verdad que necesitamos aliados; pero ¿esto?

- Ahora eres tú el que se está pasando

-Si... perdón, perdón, tú sabes a qué me refiero.

-Es bastante listo a la hora de observar a las personas, no deberías subestimarlo

-En esto te voy a dar la razón. Por ahora seré un simple observador. Cualquier cosa rara que pase nos deshacemos de él.

-Que malo eres

-La seguridad es lo primero

-Si oficial...

Pensé que iba a demorar más entretenido… ahí estaba otra vez apareciéndose cada dos por tres en el momento más inoportuno. El plan original era ir a por hamburguesas, pero mi entrenador personal no estuvo de acuerdo con ello, y Beta tampoco... Así que decidí ir a un restaurant que servía comida en su mayoría vegetariana y platillos a la par de sanos, deliciosos. Su nombre es el de un río chino cuyo nombre no recuerdo bien. No es mi culpa no recordar las clases de geografía del colegio. Bastante bien estoy que sé que es un río.

- ¿Oye y falta mucho para llegar?

-No empieces tú también, es más o menos cerca del Saint Raphael. Eso sí, prepárate para esperar bastante en la fila

-Odio esperar en las filas

-Pues vamos a por una hamburguesa con papas y coca cola

-Buen intento

-Tenía que hacerlo. Mira ya estamos cerca

A lo lejos se veía el edificio del Saint Raphael imponente como siempre: el tercero más alto de la ciudad, equipado con los últimos avances de la ciencia y capaz de albergar una cantidad considerable de todo tipo de pacientes para todo tipo de enfermedades. Pude pasar el examen de suficiencia a duras penas. Así de rigurosos son con el personal (y ni hablar de lo que tienen que pasar los médicos que quieren ingresar). Hablando de médicos, también lo utilizan para filmar algunas escenas de películas y alguna que otra serie de medicina de esas populares

El edifico se iba haciendo cada vez más y más grande hasta que se detuvo el taxi. Luego que pagamos a medias (porque cierto individuo se negó a que pagara yo) Caminamos media cuadra hasta llegar al Yang-Tse: Ese era su nombre.

-Cuando dijiste que había fila no pensé que fuera tanta

-Ya no te quejes más.

-Pregúntale que tal estuvo la universidad hoy

- ¿Para qué quieres saber eso?

-Si va a ser nuestro amigo debemos conocerlo mejor ¿no crees?

- ¿Y cuando dije que iba a ser nuestro amigo?

-Adam, estoy en tu cabeza, no puedes mentirme, como mucho puedes alejar las ideas de mi alcance, que por cierto lo haces terriblemente mal. Además, aún no me acaba de convencer

- ¿Cómo estuvo la uni Carlos?

- Pues bastante agradable. Ya salimos de dibujo técnico y en esta nueva asignatura puedo enfocarme en mi propio estilo. Estaba cansado de dibujar figuras geométricas y planos. ¿Y tú?

-Pues lo de siempre, mezclar los reactivos y ponernos en la máquina. Ella hace todo el trabajo. Yo solo me encargo de colocar los tubos de ensayo, prender la máquina y esperar por los resultados.

-No suena muy divertido que digamos.

-No es divertido trabajar. Dime un trabajo en el que quien lo haga se lo pase bien.

- ¿Actor porno?

- Desaste de él.

No pude evitar soltar la carcajada en medio de la cola. Hay que ver que ocurrencias tiene este chico. Pero más me da gracia la inocencia con que lo dijo hasta que se dio cuenta las implicaciones que traían consigo semejante expresión. Se puso rojo como tomate. Mientras reía como nunca lo había hecho Beta no paraba de darme órdenes de dejarlo ahí mismo y salir a correr.

Luego que me compuse y a Carlos se le pasó el sonrojo hablamos de cosas más amenas como cuándo íbamos a dejar de correr en el parque y unas cuantas cosas sobre el boxeo que desconocía. Me explicó sobre los rounds y la puntuación y me hizo prometer que vería a Rocky en cuanto pudiera.

Por dentro el restaurant tenía una atmósfera increíble. Muy al estilo asiático con las lámparas esas de papel colgadas por todo el lugar.
En la mesa nos esperaba, luego de esperar un momento sentados en la recepción, una taza con té verde y una galleta de la fortuna. Le di un sorbo. Estaba tibio y aproveché para ojear el menú. Había una foto de cada plato elaborado y aparte del precio y las otras cosas que ponen los menús me llamó la atención cómo cada plato tenía el efecto saludable que ejercería en nuestro cuerpo una vez consumido. Había antioxidantes, diuréticos, para aliviar el estrés, para la presión sanguínea, energizantes y así por el estilo. De haberlo sabido hubiera venido antes

- Parece más una farmacia que un restaurante

-No de por qué sabía que ibas a soltar algo como eso.

- ¿Soy tan predecible?

-Un poco sí. ¿Ya sabes que vas a ordenar? Pide lo que quieras, de todas maneras, fui yo el que invitó. No me pongas esa cara, considera esto como una cena de negocios.

- Estás chantajeándome para que dejes de correr.

-Algo así

-Pues no lo haces mal, pero vas a tener que hacerlo mejor porque...

-La resistencia es fundamental para cualquier bla bla bla... Por favor que ya me sé el discursito ese de memoria... ¿Decidiste o no que pedir?

-Yo ya terminé de decidir

- El que faltaba...

Beta me hizo pedir una gran cantidad de cosas porque según él le hacían falta proteínas y que se yo para lo que se traía entre manos. De muy mala gana ordené lo que me pidió y rematé mi orden siguiendo los consejos de Carlos con sushi de atún y bonito además de un cóctel de frutas a modo de postre. Amé la comida nada más dar el primer bocado. El sushi estaba exquisito, al igual que todo. Junto con cada platillo venía una pequeña tarjetita con una información más completa de las propiedades medicinales del platillo. Conclusiones del caso: Un almuerzo excelente aún con Beta de intenso en mi cabeza. Comí tanto que me quedé asombrado que mi estómago pudiese almacenar tanta comida. Al punto de dejar la galleta de la fortuna para después

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