Puerto Rico
El segundo reto consiste en que nuestro vampiro nos describa el lugar en donde vive, en menos de 800 palabras.
Palabras utilizadas: 355
Es difícil encontrar un lugar al cual puedas llamar tuyo. La inmortalidad no nos permite adjuntar lugares en nuestros cuerpos, pero si en nuestra memoria. Ya han pasado varios siglos desde la última vez que visite el caribe, a mi isla preciosa, la menor de las Antillas mayores.
Mentiría si dijera que no la extrañaba, aquellos años en los que solía escaparme con soldados muy tarde en la noche. Algo en su sangre me atraía, siempre tenían buenas ideas y eran fáciles de persuadir. Siempre me veían como una niña inocente, mi apariencia se congelo en el tiempo haciéndome una bella doncella para siempre. Y por años esa maldición de belleza me ayudaría alimentar mis más macabros deseos.
El día es perfecto para descansar, mientras que la noche te seduce para salir a cazar. No son muchos los valientes que se atreven a vivir tan cerca del mismo enemigo que nos puede arrebatar la vida, ese fuego ardiente y amarillo en el cielo que amenaza con quitarnos del medio como una misma arma creada por nuestra madre, la naturaleza, para exterminarnos cuando nos portemos mal.
Digamos que los que vienen a la isla, somos algo parecido al masoquismo. Odiamos el calor pero nos acerca a nuestro pasado, al menos aquellos que disfrutaban del caribe en los mejores tiempos. Ya hoy todo ha cambiado, la maldita tecnología te persigue y se hace difícil cazar sin verse sospechoso de alguna fechoría. Pero siempre encuentro fiestas en la playa, con muchachitos jóvenes, la mayoría universitarios, locos por aventura en sus fin de semanas únicos, llenos de alcohol y sal marina.
Quizás sigue siendo la sangre caliente y fresca lo que me sigue atrayendo a la isla. Su cultura de hombres ilustres, varoniles y con ganas de luchar encontrar de todo lo que fuera ajeno a su comodidad, o quizás me equivoco en mi propia agonía por evitar la verdadera identidad que me atormenta en los días de verano.
Pero solo se una cosa, podre visitar muchos lugares, podre enamorarme de infinitas culturas pero en el fondo se, que siempre seré antillana hasta que mi corazón deje de latir.
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