Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5

Narra Keklyn

Contenido+18

Hoy ya es martes y no me he podido olvidar de ese encuentro con aquella mujer en la feria y más porque me hizo recordar el episodio traumático que pasé cuando vi a aquel ser. Yo le prometí a Dios que no volvería a frecuentar esos lugares ni a buscar cosas sobre magia, demonios o brujería, pero he fallado.

—¿Ponemos los libros de romance aquí o en la otra esquina?

Observo a Lewis y sonrío. —En la otra esquina.

Él asiente y se aleja con las manos llenas a libros. En estos dos días, hemos avanzado más de lo que creía en la remodelación. Aunque  lo que teníamos que hacer no era mucho, solo quitamos unas cuantas materas y las remplazamos por estantes y pusimos unos cuadros en las paredes.

—¿Que dijo mi tía sobre vender alcohol? —Andy se acerca y sin permiso bebe un poco de mi vino.

—No le pregunté, pero hazlo tú... —observo hacia la puerta. —...Ahí viene.

Él se va a saludarla y a hacerle la propuesta. Suspiro y miro la hora, las 18: 18. Trato de dejar de pensar y me concentro en terminar de arreglar esto para irme rápido.

Después de acomodar la última parte de los libros de fantasía busco mi bolso para irme.

—Yo me voy, nos vemos mañana.

Los demás planean quedarse una hora más (bebiendo y comiendo), pero yo no aguanto un minuto más aquí.

—Te llevo, voy a traer una caja de libros que tengo en la casa. —dice Lewis y sinceramente quería caminar, pero podría ser bueno hablar con alguien durante el trayecto.

Me despido de todos y salimos hacia el parqueadero, al llegar veo su medio de transporte, creí que era un auto, pero es una moto.

—¿Qué? —pregunta, solo sonrío y niego con la cabeza.

Alquilamos un casco para mí y salimos. Llevaba años sin montarme en una moto y se siente muy liberador y más por la brisa que a esta hora viene de la playa. Durante todo el camino no hablamos mucho y vamos primero a su casa.

Y ya la conocía por fuera, cuando era niña solíamos venir a este vecindario a robar flores. Él me invita a entrar y no es la gran cosa.

—¿Vives solo?

—¿Por qué la pregunta?

—¿Por qué la necesidad de responder con una pregunta?

—Dímelo tú —responde mientras me hace señas para que lo siga hasta lo que parece ser una azotea.

—Solo te preguntaba por el motivo de tu respuesta, así que... responde, si gustas.

Sube primero las escaleras y luego me ayuda a subir. —Sí, vivo solo. Mis padres se mudaron a Alberta después de la muerte de mis abuelos y me dejaron la casa. ¿Por qué la pregunta?

—Le hace falta color, tal vez un par de flores y luces amarillas.

Pensé que esto iba a estar hecho un desorden, como típica azotea, pero resulta que está todo muy bien organizado y decorado: hay una pequeña cama al lado de la única ventana, el piso está recubierto de una linda alfombra color café claro, hay muchos estantes con libros y unas lámparas de pie muy modernas, es un lugar muy acogedor tanto para leer como para pasar el rato.

—¿A esto te refieres cuando dices que le falta calor?

—Sí, justo a esto.

Me acerco a los diferentes estantes y tiene muy buenos libros, al parecer es fanático de Fernando Trujillo Sanz.

—¿Sabes en donde está el alma del gris?

Yo soy súper fanática de Fernando Trujillo Sanz, en especial de su libro La Biblia de los Caídos.

—No, pero tengo muchas hipótesis.

Asiento y sigo mirando. Él no tarda mucho en buscar la caja y así como subimos bajamos.

—¿Quieres algún libro para ti?

Creo que la respuesta es lógica, él deja la caja sobre una mesa y empiezo a buscar. La mayoría de estos son libros de terror, misterio y veo uno que me llama la atención: Tiene la pasta dura y es totalmente negro a excepción del título, se llama «La magia y la Alquimia» Pienso en llevarlo o no, suena interesante pero dejo ese de lado y me concentro en unos de Marques de Sade.

—¿Te gusta el Marqués? —pregunta y lo observo con una mirada algo avergonzada.

—Sí, tiene buena filosofía y a ti—. Él eleva una ceja y solo sonríe mientras desvía la mirada.

Creo que puedo interpretar esa respuesta.

Sigo con la búsqueda de mis libros, mientras suelto una que otra risita tomo cinco, entre ellos el libro de magia y alquimia.

Salimos hacia mi casa, pero esta vez vamos en su carro, durante todo el camino me la paso contándole las hipótesis que tengo sobre el alma del Gris y de mi miedo a las arañas. No sé cómo llegué a hablar de arañas pero bueno. Él por su parte solo sonríe y de vez en cuando comenta algo.

—Y listo, misión cumplida —dice a lo que se estaciona frente a mi casa.

Me bajo torpemente con los libros en las manos.

—Muchas gracias, nos vemos... ¡Ay Dios! —dejo caer algunos libros y rapidamente vuelvo a entrar al carro y me llevo la mano al pecho. Cinco segundos después se escucha el estruendo de aquel trueno que por cierto se escuchó super cerca.

Mi corazón va a mil. Lo observo y él parece no haberse inmutado. Miro al cielo y no está nublado como para que este asiento este tipo de tempestad.

Narra Milufer

Miro una vez más a Biltrix. Es oficial que Bishop acabó de deshacer todos nuestros pactos y juramentos y es lo único que sé de él en más de un año infernal. Muchas veces sentí su presencia cerca pero nunca se mostró, así que di todo por terminado y ahora quiero salir a terminar lo que empecé con Destiny y que por aquel pacto no podía hacer.

—Sabes algo que yo no sé. —afirmo muy convencida.

Niega y alista su espada. Sé que miente. —Lo único que sé es que no puedo dejarte hacer eso.

Biltrix me entrenó cuando recién llegué al inferno, es muy bueno, pero en todos estos años yo he mejorado y si me toca enfrentarme a él para salir de aquí, lo haré.

—Antes querías que la matara y mírate, no me quieres dejar hacerlo. ¿Bishop está con ella? —vuelve a negar. Avanzo hacia él. —Se te olvida que gracias a ella los padres de Camile están muertos. Mejor dicho que toda ese conflicto infernal fue por ella, mi madre también murió así que déjame salir.

Este me agarra de las mejillas, se acerca y me da un casto beso en los labios.

—Que parte de que no puedo no entiendes, primor. Tendrás que matarme para salir de aquí.

Y hemos vuelto a lo mismo de antes y no se lo voy a permitir a Bishop. No voy a caer en su juego.

Guardo mi bastión y doy un paso atrás. —Voy a estar en mi habitación.

Dejando atrás su cara de asombro me dirijo hacia la habitación. No sé qué está tramando Bishop, pero no voy a volver a ser su prisionera.

Me siento en el piso y pienso que hacer. No sé si el plan de Bishop es que ataque a Biltrix o qué cosa, lo más probable es que...

Miro hacia la puerta al sentir las pisadas de alguien. Tocan tres veces, me pongo de pie y voy hasta la puerta, pero no abro. Pego la mano a esta y puedo sentir una energía muy pesada. Aprieto los ojos con fuerza y me aparto. La puerta se abre y bajo la vista. No lo quiero ver.

Se dirige hacia la ventana y la abre, como si no existieran las runas que Biltrix dibujó sobre ellas.

—Ya me voy—. Dice Biltrix al entrar a la habitación. —Voy a estar con Camile en Luf'Yana por si me necesitas.

Frunzo el ceño —Espero que no te la lleves en contra de su voluntad como hicieron con cierta persona.

Pone los ojos en blanco y asiente. —Sabe que la llevaré de vacaciones, pero no a donde y tranquila, no va a pasar nada que ella no quiera.

Asiento y Biltrix sale. Pensaba hacer lo mismo pero la puerta se cierra casi en mi cara.

Me quedo mirando el marrón de la puerta y siento que él ya está muy cerca de mi cuerpo, tanto que puedo sentir como vibra su energía demoníaca. Estoy atrapada entre él y la puerta, en otras circunstancias esto hubiera sido muy excitante.

Bishop intenta tomar mi mano, pero no se lo permito, pone ambas manos sobre mis hombros y me sacudo para liberarme.

Ante mi reacción se aleja y se sienta sobre la cama. Volteo para encararlo.

—¿A qué vienes?

Lo observo a los ojos y como es habitual están totalmente negros. Hermoso.

—Vine por ti.

No puedo evitar ponerme una mano en el pecho y cara de asombro. Le ha de parecer un acto muy dramático pero no me importa.

—Ya te expliqué el desequilibrio energético que hay, no puedo estar siempre presente en cuerpo, pero sí está mi esencia. Siempre estoy contigo y lo sabes.

«Esencia que no puedo sentir»

—Puedes sentirla, que hayas decidido ignorarla es otra cosa —nos quedamos en silencio por unos buenos minutos. —Sé que tienes muchas preguntas, te las voy a responder pero no aquí y ni hoy.

—Entonces a qué viniste, ¿a evitar que fuera a buscar a Destiny? Si fue por eso, puedes irte, ya se me pasaron las ganas de matar.

Se pone de pie y me observa, en su rostro se dibuja una expresión entre desafiante y pícara.

—No voy a discutir contigo, alístate que vamos a salir.

Deja una caja sobre la cama y pasa hacia la puerta. —Y no te cortes el cabello así, no eres un hongo.

Antes de que pueda decir algo sale azotando la puerta.

—Y ni ti kirtis il kibilli isi, ni hiris in hingi. Patético ¡Yo me corto mi cabello como se me dé la gana!

—¡Mejor apúrate! —Grita en respuesta.

Reviso la caja y hay un vestido tipo camiseta rosado muy holgado con un estampado de la cara de un cerdito. Me esperaba algo más elegante, pero está bonito, me gusta, es muy tierno sinceramente. Me lo pongo y lo combino con unos tenis blancos, no tengo espejo para ver como estoy, pero me imagino que me veo bien. Busco un pequeño bolso y salgo.

Bajo y lo encuentro en la sala de estar leyendo el periódico local. Se pone de pie y viene hasta a mí.

—Te ves hermosa pero el cabello, déjalo crecer un poquito más, hasta los hombros.

Me paso ambas manos por el cabello y empieza a crecer, no lo dejo hasta los hombros sino hasta la cadera. Y no es que lo haga por él, a mí tampoco me gusta el cabello corto pero lo tenía así porque iba a enfrentarme a Destiny.

—Perfecta, solo falta el cinturón.

Saca un cinturón negro del bolsillo y nos observamos a los ojos. —Yo puedo hacerlo.

Niega y empieza a ponerlo mientras nos seguimos mirando a los ojos.

—Así o más apretado.

—Así está bien.

Salimos de la casa y de inmediato él crea un portal, toma mi mano y lo cruzamos juntos. En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos a las afueras de una cabaña en medio del bosque. Él me guía hasta un comedor al aire libre junto a una hoguera y hasta me corre la silla para que me siente, él se sienta frente a mí.

Esto va a ser muy incómodo.

Miro al cielo y aunque no está muy oscuro ya se pueden apreciar las estrellas y la luna.

Él mismo sirve la cena y lo primero que hago es beberme una copa llena de vino.

—Tu comida favorita de cuando eras niña.

Miro el plato y así es, pastas con salsa boloñesa y albóndigas; mi mamá supuestamente solía prepararme este plato todos los viernes pero ahora dudo de si era ella la que cocinaba. En silencio comemos y mientras lo hago pienso en lo que acontece con Bishop: primero que todo la culpa de su ausencia no es suya ni mía pero un año es un año, ni siquiera una carta envío ni señal de vida alguna.

Al terminar continuamos con el postre, fresas con crema batida. Observo cómo se las come y realmente las saborea y no puedo evitar morderme los labios. ¡Uh que calor!

Sin darle más vueltas al asunto, me levanto y voy a sentarme sobre sus piernas. Puede que esté enojada con él, pero eso no evita que lo pueda provocar unos minutitos.

Empiezo a besar sus labios con ansías sinceramente extrañaba esta sensación. Lentamente me voy abriendo camino hacia su cuello y él me pide que me levante, él también lo hace; retira todo lo que está sobre la mesa y desde ya me empiezo a mojar. Bishop se posa detrás de mí y empieza a masajear mis senos por encima de la camisa.

—Te extrañé mucho.

Susurra a mi oído y más me enciendo, no hace falta que yo responda, mi cuerpo ya lo dice todo.

Doy un paso hacia adelante y me recuesto bocabajo sobre la mesa con una de mis piernas sobre ella, él acepta esta invitación.

Apenas sus labios rozan con los míos siento que el mundo se vuelve lento, lo hace tan jodidamente bien que no puedo evitar gemir. Cierro los ojos y me concentro en los movimientos de su lengua, no se le escapa ni un solo rincón ni se detiene cuando siente que voy a terminar, deja que lo haga sobre su cara y me limpia con la lengua.

Se pone de pie y con cuidado baja mi pierna —¿Estás cómoda?

Me quito el vestido pero me dejo el cinturón, solo que un poco más flojo. —Sí, continuemos.

Escuchar el sonido que hace el cierre de su pantalón al bajar, esto hace que se me acelere el corazón, por fin voy a tener sexo después de un largo año. Estoy extasiada, estoy feliz.

Lentamente se va adentrando en mí y cuando lo introduce por completo procede a agarrarme del cabello, por eso no le gusta que lleve el cabello corto. Empieza lento y con delicadeza y se toma tiempo para darme besos y mordiscos en la espalda. La delicadeza se acaba y empieza a moverse más rápido, lo hace con fuerza, como a mí me gusta. De mi garganta no salen solo gemidos, también susurros, pero de puro placer, por su parte solo escucho gruñidos y la respiración muy agitada.

Suelta mi cabello y baja el agarre al cinturón y a su vez baja el ritmo pero no la fuerza. De vez en cuanto se acerca a mi oído para susurrarme palabras sucias y otras muy tiernas. En un ágil movimiento me cambia de posición y ahora estoy sentada en el borde de la mesa, esta vez entra por la puerta de atrás.

Se mueve más despacio, pero la sensación es más placentera y más que sus dedos ahora están sobre mi sexo el cual palpita más que nunca a causa de tanto placer.

—Bishop... No te detengas.

Esto hace que aumente el ritmo y cierro los ojos, sonrío y disfruto de la sensación, después de unos minutos ambos terminamos al mismo tiempo. Él se acerca y me da un beso con mordida y quedo con ganas de más, pero esto no dura mucho, ya que un relámpago hace que la noche parezca día.

Él me regala una mirada muy expresiva, esto no fue un relámpago natural.

—Será mejor que te vistas rápido.

—¿Puedo saber que fue eso?

—El resurgir de los Dioses —lo observo con la entre cejas fruncida. —Sin querer o bueno no creía que fuera posible, pero desperté a un Dios y esta aquí en la tierra, vino por ese alguien que tú buscas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro