San Valentín, 2:00 pm

La feria Artesanal era el lugar ideal para los principiantes que querían empezar un negocio o simplemente para aquellas personas que deseaban mostrar su talento ante un público. Zac tomó de la mano a Lea y la llevó hasta uno de los puestos del lugar. — ¿Te gusta algo de aquí? —Le preguntó, Lea lo miró sin entender. —Puedes escoger lo que quieras, yo lo pago.

— ¿En serio? —Él asintió.

—Iré a buscar a alguien un momento, regreso en cinco minutos. —Le informó y Lea aceptó. —Escoge algo lindo. —Le sonrió para luego irse de allí. Lea se quedó mirando con curiosidad el stand.

—Qué lindo de tu novio regalarte algo. —Le dijo la chica del stand. —Ojalá todos los chicos fueran así. —Suspiró.

—No es mi novio. —Le dijo un poco tímida.

— ¿En serio? Por la manera en que te sonrió juré que sí. Se gustan, ¿Cierto? —La pelinegra negó. —Oh, disculpa. Creo que he vuelto este momento un tanto incómodo.

—Tranquila. —Le dijo Lea y divisó un lindo collar rojo. —Oye, esto me gusta.

—Lo he creado yo—Le sonrió. —Es especial para este día. —Zac regresó a su lado.

— ¿Viste algo lindo? —Ella asintió y le mostró el collar. —Vaya, está hermoso, ¿Lo quieres?

—Me gustaría. —Zac le sonrió.

—Entonces lo tendrás, preciosa. —Jugó con su pelo y Lea se sonrojó. —Puedes ir caminado mientras yo pago, ¿Te parece?

—Está bien. —Le dijo y empezó a caminar por el lugar. Observó cada uno de los stands que tenía cerca cuando notó a un grupo de gente reunida. La curiosidad le ganó y se acercó a ver qué era lo que causaba tanto revuelo. —No es posible. —Dijo asombrada al ver lo que sucedía. Un gran cartel se encontraba puesto en toda la entrada del lugar con una linda frase.

"ASÍ COMO UN TAMBOR, MI CORAZÓN LATE POR TI, LEA

-ZAC "

Y sí, era dedicada a ella. Zac hizo que ella diera un salto del susto cuando posó sus manos en su cintura y susurró en su oído. — ¿Te ha gustado mi regalo? Por cierto, aquí tienes el otro. —Le entregó la pequeña caja en donde iba el collar—Lea lo miró sorprendida, no sabía que responder, el cartel la había dejado sin palabras.

— ¿Tú lo has hecho? —Titubeó luego de unos minutos. Zac asintió orgulloso. — ¿Cómo?

—Tengo mis trucos, Lea.

—Siempre quise que un chico hiciera eso por mí. —Le confesó. —Suena cursi, lo sé. Pero es algo que siempre he deseado, me hace sentir amada y la frase que colocaste, yo, vaya. Me encantó. —Lo abrazó fuerte. —Gracias Zac, de verdad.

—Todo lo hago para que seas feliz en este día Lea. —La abrazó igual. —Si quieres sentir que todo el mundo te ame, intentaré hacer que eso pase.

—Juro que te besaría si no fuera porque me has dicho que tienes esa regla. —Zac rió.

—Ya estás diciendo locuras.

Lea sonrió, pero la verdad es que ella lo decía en serio. Quería besarlo desde su paseo en patines y gracias al hecho de que ese hermoso cartel haya sido su idea, las ganas de besarlo habían aumentado. Sin embargo se sentía un poco desanimada sabiendo que Zac sólo la veía como una chica más a la que debe atender por un día, un simple día y más nada.