Capítulo único.
一No estoy dispuesto a dejarme marcar por ti. 一dijo Felix, alejándose rápidamente del alfa y yendo a sentarse en el escritorio en la otra esquina de la habitación, aún con la respiración agitada, dándole la espalda.
Se tocó el pecho y exhaló, presionando sus labios juntos. Él quería estar cerca del otro hombre, su piel, todo su instinto lo llamaba. Su aroma era tan adictivo y varonil.
Joder, casi deja que lo marque. Otra vez.
Había vuelto a sentir aquello que estuvo sintiendo en sus últimos encuentros, esa sumisión que había comenzado a odiar.
Joder, ¿Es que había nacido defectuoso? Según su madre, él siempre fue un niño muy saludable. ¿Entonces porqué rayos le gustaba un alfa?
Uno de su mismo linaje, un guapo territorial alfa con aroma a pinos y lluvia que lo volvía completamente loco.
Se cubrió el rostro y quiso llorar. Las emociones lo estaban abrumando y tener el aroma de Changbin encapsulado en aquella habitación no ayudaba.
一Cachorro, mírame. 一dijo el mayor, poniéndose frente a Felix. El nombrado se negó一. Mírame, Felix.
El castaño apretó los dientes, intentando resistirse, pero su lobo perdía la pelea cada vez que intentaba no ceder ante los mandatos del otro alfa.
Lo miró, el resentimiento plasmado en sus ojos y Changbin le acarició la mejilla con el pulgar. Felix sintió los gimoteos atorándose en su garganta. El toque del alfa era cálido y la calma se instaló en su pecho rápidamente, como sí de un hechizo se tratase.
Agachó la cabeza, incapaz de soportar la mirada del pelinegro frente a él.
一No veo problema en esto. 一habló él, suavemente一. Lixie, ser un delta dejó de ser algo malo hace muchos años.
一No en mi familia. 一dijo con amargura y se rindió, dejando que el alfa se metiera entre sus piernas.
一¿Importa eso acaso?
一Changbin. 一renegó, mirando a otro lado.
一Nos amamos, Felix. 一murmuró el alfa con cuidado, buscando la reacción del otro y éste sólo intentó alejarlo. Sus ojos brillaban con desesperación一. No hagas esto de nuevo.
Felix intentó contener sus quejidos, realmente lo hizo; comenzaba a sentir una necesidad demasiado grande dentro de él. Quería, quería ser de Changbin, ser su pareja y ser marcado por él; pero las ideas arraigadas que su familia le metió en la cabeza eran un pitido constante que se incrementaba cada vez que estaba apunto de someterse, de convertirse en el compañero de la persona que amaba.
Gimoteó, mientras que maldijo al mundo por haberle otorgado el linaje que tenía y cuando se dio cuenta, se cubrió la boca. Changbin se había paralizado frente a él.
Sus ojos se aguaron y se regañó a sí mismo, encogiéndose por la vergüenza. Había gimoteado frente a Changbin una vez más. Él, un alfa, había gimoteado frente a Changbin una vez más.
一Cachorro... 一habló el mayor, totalmente desarmado. Felix veía lo que acababa de pasar como una muestra de debilidad; él, al contrario, lo veía como una muestra de confianza. Felix se sentía seguro a su lado, tan seguro que había gimoteado y ni siquiera se había dado cuenta一. No, Lix. 一arrulló一. No, alfa, no llores...
Tomó el húmedo rostro entre sus manos y frotó nariz con mejilla, buscando calmar al otro macho, brindarle un poco de confort con su cariño.
Changbin era un buen alfa. Felix no lo era.
El menor negó con la cabeza, intentando alejarse. Sus lágrimas siguieron cayendo y al pelinegro se le contrajo el estómago.
一N-no quiero. 一dijo entre sollozos, poco a poco dejando de forcejear一. Ellos van a rechazarme, v-van a hacerlo, Changbin.
El mayor consiguió que Felix se recostara sobre su pecho sin mucho pretexto, y así pudo perfumarlo para hacer que su llanto cesara. Un ronroneo bajo salió de lo más profundo de su garganta y los quejidos de Felix disminuyeron gradualmente. Él se calmó en los brazos del otro alfa. Su alfa.
一E-Ellos van a rechazarme... 一murmuró, cerrando los ojos, a gusto con las caricias que el mayor le hacía en el cabello para mantenerlo junto a su cuerpo.
一Eres su hijo, Felix.
一No les importará...
一¿Desde cuándo te importa a ti, eh? 一preguntó, sin esperar una respuesta一. Incluso sí tus padres no lo aceptan, nosotros estaremos juntos.
一Mi lobo...
一Tú sólo te someterás a mí. 一siguió con las caricias relajantes. Bueno, sí lo decía de esa manera, no sonaba tan bien一. Bueno, no, eso salió mal. 一rió bajito, buscando las palabras correctas一. Te entregarás a mí, y no por eso debes avergonzarte o sentirte menos. Siempre serás mi igual, cachorro. Siempre serás mi alfa.
Felix decidió ignorar las palabras por el momento y disfrutar de la sensación de ser reconfortado por Changbin, pero no pudo esconder la manera en que su cuerpo se relajó al escucharle llamarlo alfa, su alfa; y eso era suficiente para el otro.
Todo el mundo decía que era un hombre frío, pero al menos con él, nunca se comportó de esa manera.
一Shh, cachorro. 一susurró dulcemente, acariciando su espalda para calmar sus quejidos ya casi inaudibles.
一Binnie... 一balbuceó el castañito, restregando la nariz en el pecho del alfa y llenándose de su aroma. Comenzó a ronronear y el mayor sonrió por eso.
一Sí, bebé. 一arrulló y besó su coronilla一. Te amo, eso nunca va a cambiar.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
一M-Mhn... e-esper- ¡Ah!
Changbin gruñó, sintiendo la estrechez que le rodeaba. Felix cabalgaba su polla, mientras que él alzaba las caderas para encontrarse con los empujes irregulares.
Al menor le dolían las piernas.
Se apoyó en el pecho del contrario, dejando caer la cabeza, sus ojos a medio abrir, mientras que pequeños gemidos y jadeos dejaban sus labios.
一C-Changbin... Changbin... 一lloriqueó, incapaz de seguir sosteniéndose. El sonido obsceno de pieles chocando llenaba la habitación.
Felix no podía ni siquiera formar palabras coherentes, sólo pequeños balbuceos dejaban su boca. Se sentía borracho; hacer el amor con el alfa siempre había sido así.
一Aguanta un poco más, bebé. 一dijo el mayor, apretando los dientes y sujetó la pequeña cintura del contrario para guiar sus movimientos.
Felix estaba mareado y la necesidad creció en su pecho.
Él extendió el cuello dócilmente y sus ojos confusos lo observaron. Changbin tuvo que luchar contra el impulso de lanzarse y morder su piel.
Apartó la mirada. Felix llevaba tentándolo así desde hace mucho, pero sabía que era porque sus potentes feromonas lo obligaban a someterse durante el sexo. Sí lo mordía, el menor jamás se lo perdonaría y Changbin no quería perderlo de ninguna manera. Él era capaz de controlarse lo suficientemente bien; sus instintos no ganarían sí su compañero estaba de por medio.
一Márcame. 一oyó el pequeño jadeo, casi tímido en su oreja. Dio un respingo y salió de sus pensamientos para notar la piel de la unión del cuello y hombro de Felix a escasos centímetros de su boca.
Gruñó, sujetando fuertemente las caderas del hombre.
一No me tientes, alfa. 一siseó y se mordió el labio, sintiendo el vaivén casi perezoso del menor sobre su pene.
Felix gimió, los roces en su próstata se volvían continuos sí es que se movía con lentitud.
Pero ya no aguantaba más, quería los dientes de Seo enterrados en su piel mientras que llegaba al orgasmo. Quería ser suyo. Lo había estado pensando mucho esa semana y finalmente llegó a la conclusión de que él podía mandar a la mierda a todo y todos con tal de estar con Changbin, con su alfa.
一Por favor. 一volvió a gemir e hizo movimientos circulares con las caderas, haciendo que el mayor casi pierda su autocontrol.
一Joder, Felix, no. 一espetó y cerró los ojos. No podría seguir conteniéndose sí es que seguía viendo a Felix en esa posición.
Entregándose a él, gimiendo y rogando por él, suplicando que lo marcara con esa expresión de docilidad tan bella.
Él iba a morir gracias a él en un día de estos.
Sintió el roce de los labios de Felix en los suyos y siguió su toque, besándolo con suavidad y ternura, mientras que lo embestía con profundidad, dando de lleno en ese punto que le gustaba tanto. Le oyó lloriquear contra su boca.
一Márcame, alfa, por favor, lo necesito. 一jadeó, rodeando su cuello con los brazos一. Lo quiero, lo quiero tanto. Alfa, lo prometo, no- ¡Ah! 一tembló de pies a cabeza, luchando por encontrar su voz y expresar su deseo一. Quiero ser tuyo.
Seo abrió los ojos y observó la expresión de Felix. No había duda en su rostro, ni siquiera un poco de miedo; sólo pura y dolorosa necesidad.
一¿Estás seguro de esto?
En respuesta, recibió el cuello del menor empujándose contra su boca.
Changbin no lo defraudaría.
Aumentando el ritmo de sus embestidas, deslizó una mano entre sus cuerpos para acariciar la longitud dura y goteante de Felix, hasta que lo tuvo llorando sobre él. El menor ya no tenía fuerzas; ellos habían hecho el amor por horas ese día.
一Mierda, cachorro. 一gruñó contra la piel nívea y lamió, trazando con su lengua un pequeño lugar, donde establecería la marca. Felix tiró de sus cabellos.
一V-voy a... ¡Mhn! ¡C-Changbin!
Con una última maldición, Changbin dejó que sus colmillos emergieran, justo cuando llegaba al orgasmo y los hundió en la suave y lechosa piel. Oyó al menor gritar y rodeó su cuerpo con sus brazos, manteniéndolo cerca y apresándolo.
Sintió los espamos de Felix y cómo intentaba alejarse, gruñendo. Su lobo estaba intentando escapar de ese confinamiento y Changbin sabía que pasaría aquello, así que no se inmutó cuando garras fueron clavadas en su espalda y hombros; él siguió mordiendo e ignoró los salvajes rasguños que hacían su piel arder.
Empujó una vez más las caderas, forzando su nudo dentro del alfa y le tomó unos intentos lograr que su cuerpo lo aceptara.
Ya era el momento.
El gimoteo fuerte de Felix retumbó en las paredes y finalmente se quedó quieto, dejando que el alfa deslizara su nudo dentro de él y que lo llenara de su semiente.
Su lobo había perdido.
Su respiración agitada y temblorosa fue atrapada por la piel del cuello de Changbin. Se sentía sometido y vulnerable; no podía movía moverse. Al sentir que el nudo del alfa ingresaba en su cuerpo, su instinto le obligó a quedarse quieto y a dejar de forcejear con él.
Su lobo había intentado resistirse y había perdido, dejándolo sin orgullo; y había huido finalmente para esconderse y escapar de la vergüenza que le causaba el haber sido mordido por alguien.
El mayor acarició la espalda sudorosa del menor y extrajo sus dientes, observando un poco de sangre rodar por la piel herida. Lamió con cariño y dejó besitos suaves.
El olor de Felix cambió; él definitivamente olía dulce ahora, ya no estaba esa potente esencia de café, ahora sólo olía a leche, leche dulce y chocolatada.
Sintió el toque húmedo de las lágrimas en su hombro y comenzó a ronronear, buscando confortar a Felix. Obviamente no se iba a sentir bien después de eso; él había sido sometido.
一Tranquilo, cachorro, ya está. 一susurró con cariño, sin dejar las caricias.
Un quejido lastimero abandonó los labios del menor y Seo murmuró palabras de aliento.
一Lo hiciste muy bien, mi alfa, ya eres mío.
Y una gran felicidad lo inundó por aquello. Felix, su alfa, su pequeño cachorro era ahora suyo. Ellos se pertenecían.
Unos minutos después, Seo se retiraba con cuidado del interior de su compañero y Felix cayó sobre él, completamente laxo.
El alfa lo acomodó sobre las sábanas y se metió a su lado, peinó hacia atrás las hebras desordenadas de su cabello y besó su frente. Felix se apegó más a él.
一Mi lobo se ha ido. 一murmuró, mirando a la nada.
Changbin negó. 一No se ha ido, cachorro. 一aseguró一. Volverá eventualmente, deja que se acostumbre. No estará lejos mucho tiempo.
Felix sólo asintió y se acurrucó más contra el cuerpo cálido de su alfa, sintiendo su aroma y el suyo, que ahora no era tan suyo, porque olía dulce y él solía tener un aroma mucho más potente.
Estaba renunciando a su lugar como alfa, porque amaba a Changbin.
Joder, amaba al hombre, sí que lo hacía. Él jamás habría pensando en dejarse marcar por alguien que no fuera su alfa y aunque se sentía exhausto, no se estaba arrepintiendo ni un poco.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
一Lixie... Despierta, cachorro. 一murmuró el alfa dulcemente, acariciando las hebras castañas de su menor.
Felix renegó. 一No...
一Son las once de la mañana, compañero y debemos comer algo, debes estar hambriento.
Felix abrió los ojos apenas y se movió un poco, rodando sobre las sábanas. Inhaló, estirándose y pronto frunció el ceño.
一Huele a... 一agrandó la vista, sentándose de repente y mirando al mayor con preocupación一. ChangBin, déjame ver tu espalda.
El pelinegro frunció el ceño. 一¿Por qué?
一Sólo déjame verla, por favor.
El alfa negó con la cabeza. 一Estoy muy cómodo en esta posición.
Felix gruñó y el contrario rodó los ojos, antes de voltear para acostarse sobre su estómago.
一¡Oh mi dios!
一No es nada.
一¡Changbin, mierda!
一Cálmate, alfa.
El menor miró los ojos de su pareja, con la culpa aprisionándole el pecho. Él le había hecho rasguños profundos a Changbin, había sangre seca alrededor de ellos y se veían dolorosas.
Se cubrió la boca, con los ojos cristalizándose.
一L-Lo siento tanto...
一Felix, no. Bebé, te prometo que no me duelen.
Seo se sentó, cara a cara con su pareja y puso las manos sobre sus muslos para acariciar allí con suavidad y calmarlo. Felix miró las sábanas, cada vez más culpable.
一P-Pero la cama está llena de sangre. 一gimió一. Yo te lastimé...
Los sollozos se atoraron en su garganta ante la vista de la espalda malherida de su alfa. Changbin suspiró y tomando las manitos de su pareja, besó cada una de ellas.
一No esperabas que nuestro apareamiento fuera fácil, ¿O sí? 一dijo suavemente, con una sonrisa conciliadora.
一N-No, pero yo... No quería lastimarte.
一Sé que no, Felix, no te preocupes por esto.
El menor sorbió por la nariz y secó sus ojos húmedos, mirando tristemente a Changbin.
一¿En serio no te duelen?
一Te lo prometo, ya están sanando, pero sí quieres, puedes curarme para que te sientas mejor.
El menor asintió, era lo menos que podía hacer para aliviar su culpa. Llevó su cuerpo hasta la esquina de la cama e intentó bajar para conseguir un poco de algodón y alcohol; pero gruñó al sentir ese característico dolor en su espalda baja y su entrada.
Siseó y oyó a Changbin reír.
一Parece que tú eres el que necesita cuidados, cachorro.
Felix lo miró mal y haciendo otro esfuerzo, intentó levantarse de nuevo, pero sólo cayó de lleno en la cama, siendo recibido por dos fuertes brazos que lo acunaron con suavidad
一Te vas a lastimar. 一regañó Changbin, antes de separarse一. Déjame cuidar de ti.
一Pero, Changbin...
一Sin peros, cachorro, quiero complacerte hoy, ¿De acuerdo?
El menor lo miró avergonzado, pero el alfa se veía determinado, así que sólo asintió con un ligero sonrojo cubriendo sus mejillas.
ㅤㅤㅤㅤ
Cuando un alfa se convertía en delta, hacían ciertos cambios en su cuerpo que ocurrían después de la mordida y de la primera fecundación.
Felix gimió incómodo e intentó acomodarse bien en el asiento, sintiendo cómo de su entrada escurría un líquido que estaba empezando a conocer. Su lubricante natural.
El ajuste biológico permitía que el delta fuera más receptivo al momento de la cópula, una fácil penetración y sus órganos poco a poco se reconstruían para incluir un útero que albergaría a los bebés de su alfa.
Felix estaba sufriendo todos esos cambios y eran incómodos. A veces le dolía mucho el vientre 一debido al posicionamiento de su nuevo órgano reprovuctivo一 y tenía lo que se había acostumbrado a llamar fugas, que ocurrían esporádicamente y era cuando su lubricante escurría por sus piernas en cualquier momento y en cualquier lugar.
Había aprendido a lidiar con ello y ahora llevaba una muda de ropa a dónde sea que iba, aunque eso no significaba que no sintiera vergüenza, ya que al no poder darse una ducha siempre que ocurría, todo el mundo olía su 一no deseada一 excitación y esto le provocaba un sonrojo que duraba hasta que lograba llegar a casa y refugiarse en los brazos de su alfa.
Oh, sí, debido a estos cambios, su apetito sexual se había disparado también.
Changbin lo disfrutaba bastante, aunque resultaba siendo cansino, pero sabía que su pareja estaba estresado y sensible por eso, así que nunca le reprochaba nada y se dedicaba a mimarlo para hacerle sentir mejor.
Changbin miró de reojo al delta y volvió su atención a la carretera. 一¿De nuevo?
El sonrojo que se apoderó de Felix llegó hasta sus orejas y sus ojos se cristalizaron. Miró a la ventana del asiento del copiloto para evitar los ojos de su alfa y es que eso le avergonzaba tanto...
一Ya casi llegamos a casa, bebé. 一calmó su alfa, notando su semblante y puso una mano en su rodilla.
Felix secó las lagrimitas que habían logrado caer y Changbin suspiró por aquello.
Paró el vehículo en la entrada de su hogar y se volteó a ver a su compañero.
一N-No me mires... 一gimoteó.
一No es algo de lo que debas avergonzarte. 一dijo con suavidad.
一E-Es que tú puedes olerlo y no... No me gusta.
一Si piensas que tu olor es un problema aquí, definitivamente estás equivocado.
El menor lloriqueó.
一Quiero darme un baño... 一pidió y su alfa asintió, desabrochando su cinturón y bajando del auto.
Abrió la puerta del lado de Felix y le ayudó a levantarse, quitándose la chaqueta y atándola a su cintura para que no se notara la humedad de sus pantalones en lo que llegaban a su casa.
一Ya está, cachorro. 一murmuró cariñosamente y tomó con suavidad su rostro para darle un besito en los labios.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
一Mhn... ¡Mph! Changbin~ 一jadeó Felix, arqueando la espalda y empujándose a sí mismo en la boca de su macho.
El mayor se separó del menor, lamiéndose los labios y sonrió de lado por la imagen que tenía enfrente.
一Me encanta que te hayas vuelto tan receptivo. 一ronroneó y tocó los pezones del más pequeño, acariciándolos y retorciéndolos entre sus dedos.
Felix gimoteó, demasiado sensible como para que el alfa jugara con sus pezones.
一Dios mío, mira cómo lubricas... 一habló roncamente, tocando con sus dedos el agujero abusado del menor一. Incluso estás dilatado, mi polla entraría con facilidad en ti ahora mismo.
El menor alzó las caderas y lloriqueó, su pene poniéndose aún más duro sobre su vientre.
Changbin introdujo dos dedos en el cuerpo del castaño y gimió al sentirlo completamente húmedo, reconociendo de inmediato la textura de su propia esencia que seguía dentro del delta luego de las folladas del día anterior.
Se lamió los labios hambriento.
一F-Fóllame, alfa... 一rogó, su voz suave y aterciopelada, como esas que usaban los omegas para tentar a sus parejas.
Y al parecer funcionó.
Changbin se enterró tan fuerte en él, que le quitó el aliento por varios segundos y cuando volvió en sí, estaba siendo follado tan fuerte que la cama rechinaba y los vecinos se enterarían del nombre de su alfa.
Sollozó, aferrándose a la cama, sintiendo el agarre que el alfa tenía en sus caderas para mantenerlo quieto y marcar el ritmo. Se agachó para devorar sus labios y Felix respondió gustoso, colando su lengua en la boca del macho y mordisqueando sus labios con ímpetu, siendo entrecortado por algunos gemidos que se le escapaban producto del placer.
Su próstata fue abusada sin piedad por su alfa y él no se quejó en lo absoluto, pues amaba lo rudo que era con él, cómo le dejaba marcas en el cuello y en el vientre y cómo lo mordía, todas las noches, en el mismo lugar para reforzar su unión.
一Maldita sea, cachorro, voy a correrme.
Felix asintió anhelante y movió sus caderas para encontrarse con las fuertes embestidas de su alfa. Changbin estaba encantado con su compañero, tan lindo y tan sensible para él. No sabía que esto pasaría luego de convertirlo en un delta y sinceramente, al principio no le importó mucho, porque amaba a Felix sin importar qué, pero luego el menor comenzó a mostrarse más mimoso y necesitado de su tacto, lo que acariciaba su ego lobuno, sabiendo que cuidaba y protegía a su pareja porque éste así lo quería.
一C-Changbin~... 一lloriqueó el menor y con una embestida más se corrió, abundante semilla saliendo de su falo.
Changbin gruñó y sus colmillos emergieron cuando llegó al orgasmo, instintivamente agachándose para poder morder el cuello de su pareja, donde estaba la misma herida que se renovaría una vez más.
Felix gimió y sollozó cuando el nudo del alfa estuvo completamente enterrado en su interior. Esta vez la presión era más soportable, su lubricante se lo hacía fácil y eso le gustaba, pues ya no era tan doloroso y ya no lloraba cada vez que recibía a su macho.
Jadeó cuando sintió el esperma caliente de su alfa llenándolo lentamente y se movió un poco, siendo retenido segundos después por dos fuertes brazos que lo rodearon y lo obligaron a mantenerse quieto.
一No te muevas, te vas a lastimar. 一dijo, su voz profunda y ronca logrando estremecer al menor, quien dejó de moverse de inmediato.
Changbin levantó la cabeza. Aún tenía la respiración agitada.
一¿Todavía duele? 一preguntó, detallando las expresiones de su compañero en busca de malestar.
一Sólo un poco... 一contestó y hizo una mueca tensa cuando se sintió llenito e hinchado.
Changbin rió con pereza.
一Me gusta cómo de hinchadito te pones. 一dijo, rozando su nariz con la del castañito, luego le dio un beso en los labios.
Felix sonrió y ronroneó, sacando una risita divertida de su mayor.
一Mimoso. 一murmuró, besándolo en los labios otra vez, suave y cálido.
Felix acarició la nuca de su compañero, sonriendo con cariño.
一Gracias por hacerme ver que ser mordido valía la pena. 一dijo, luego de unos segundos en silencio, con los ojos brillantes.
Changbin alzó una ceja, burlón.
一¿Qué es esto? ¿Ahora nos ponemos cursis luego de hacer el amor?
Felix le golpeó el pecho, mientras que rodaba los ojos y su alfa reía. Sabía que lo decía sólo para fastidiarlo, pues con los nuevos cambios, el delta definitivamente estaba mucho más al día con sus emociones y le gustaba decirle lo que sentía a su pareja, esperando que Changbin le dijera algo bonito también.
Lo cual siempre comenzaba con un par de burlas que lo harían enojar y entonces, Changbin podría calmarlo con muchos besos y palabras dulces que en secreto amaba oír.
一Oh, vete a la mierda.
Sí, allí estaban, nada había cambiado. Changbin lo besó en medio de una risita.
一Yo también creo que marcarte fue lo mejor que pude hacer en mi vida. Ahora estoy con la persona que más adoro en el mundo.
一Te amo. 一dijo Felix, emocionado. Las palabras de su macho siempre lograban calentarle el corazón.
Changbin le acarició la cintura, con esos ojos negros preciosos recorriendo su rostro.
一Y yo te amo a ti, cachorro.
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