Yoongi sabía que algo andaba mal, lo presentía muy en el fondo, y este día se sentía muy intranquilo..

Se encontraba en la oficina que su padre le otorgó para el trabajo, pero simplemente no se podía concentrar para nada, su lobo estaba inquieto, y sentía una gran necesidad de estar al lado de Jimin.

Aparte que desde el parto de Seokjin hace una semana atrás, lo había visto extraño, pero cuando le preguntó que qué es lo que pasaba, Jimin sólo había sonreído y había dicho que sólo era porque ya estaba entrando en el mes ocho y temía que su parto se adelantara.

Él por supuesto le había creído, sabía que Jimin jamás le mentiría, su Omega nunca le ocultaría nada que pusiera en peligro su vida y la de su cachorro.

Aflojo su corbata, suspirando pesado.

Al menos ahora podrían pasar más tiempo con su lindo Jimin, su permiso de ausencia había sido otorgado para el mes ocho y desde ayer día lunes estaría ausente de la Universidad por unos buenos tres meses, aunque los trabajos importantes para aprobar sus clases tendrían que ser realizados y enviados por correo.

Sería duro, pero no imposible.

Se giró en su silla de cuero negro hacia el ventanal, y lo que el panorama pintaba aquel día era lluvia por la tarde, los cielos estaban nublados, y hacía mucho frio, esperaba que Jimin se mantuviera caliente en su apartamento.

De sólo pensar que una vez dieran las doce, él podría irse a su apartamento y pasar toda la tarde en cama con Jimin, frotando su enorme vientre de ocho meses y hacerle mimos, todos los que no ha podido darle.

Sonríe tontamente con tan solo aquella imagen mental en su cabeza, es hermoso, simplemente encantador.

Dejando escapar un suspiro se gira en la silla para el escritorio y se dispone a ponerle fin a los papeles que debe presentar en la oficina de su padre.

Yoongi ya quiere que sean las doce. Escribe antes un mensaje a Jimin, quien le contesta rápidamente con una afirmación para el helado y las galletas.

Sonríe rápidamente por aquello, Jimin esta bien, tiene que estarlo si acaba de contestar su mensaje, si él tiene que estarlo.

Pero aun así... Algo le inquieta y sabe que sus instintos son por algo.

Algo no anda bien, pero por lo momentos va a confiar en que todo está bien. Y que Jimin estará en su apartamento con la bola de pelos en su regazo, esperando por él y por el helado y las galletas.

Jimin se agacha lentamente para acariciar a holly quien sólo mueve su colita feliz por los mimos de su dueño y ladra.

Deja su teléfono en la mesa de la cocina y camina hasta el sillón donde Jae y YoungJae junto con su pequeña hija están sentados, esperando por él.

— Todo bien? —Pregunta Jae, meciendo a la pequeña en sus brazos, la cual solamente balbuceó.

Jimin sonríe y se sienta lentamente en el sillón, acariciando su gran vientre, mientras asiente feliz, feliz de ver a sus amigos y no estar solo.

MoonByul le había dicho que lo más importante era que, uno, no estuviera sólo en el apartamento y dos, no dejar que extraño por más amigable que se viera, entrara a su apartamento.

— Me alegro verlos chicos —dijo risueño el Omega.

Sus amigos le sonrieron amablemente y se dispusieron a platicar y contar todo lo que no habían podido por falta de tiempo.

— confías en él? —Pregunto Suran a la beta frente a ella.

MoonByul asintió y luego ladeó su cabeza para ver sentado a aquel Omega en aquella banca, esperando por ella.

— Él realmente es un Omega muy dócil, y se nota cuán enamorado está de ese alfa patán —dijo con un deje de tristeza ella, Suran sonrio solamente por cortesía.

— Pero me dijiste que él alfa corto lazos de comunicación con él, como le harán para saber cuándo actuará Chihyung?, necesito mantener alerta a Jimin, está en su octavo mes y lo que menos queremos es que su parto se adelante por culpa del alfa —Suran hablo con un deje de preocupación y seriedad.

MoonByul sonrio arrogante ante aquello.

Suran enarco una ceja por la personalidad despreocupada de la beta.

Moon era una beta, y tenia experiencia en manipulación con sus antiguas parejas, así que hacer que aquel Omega hiciera lo que ella le pidió había sido fácil, aparte él alfa había caído cuando Jung JaeSoo le había llamado para pedir una oportunidad más.

Obviamente al inició JaeSoo se había negado, diciendo que Chihyung era un bastardo alfa de mal corazón que no merecía verlo, pero luego había un atisbó de ansiedad en su mirada.

MoonByul sabía que la manipulación era malo, pero era necesario para así poder estar un paso más adelante del alfa y proteger a Jimin de él.

Suran iba a hablar para pedir una explicación cuando vio al Omega correr con ojos brillosos hacía ellas, con el teléfono en mano.

— Moon.... Él, él —intentaba gesticular palabras, pero voz se trababa.

MoonByul poso sus manos sobre los hombros del Omega y amablemente le pidió que inhala y exhalará para calmar su respiración.

Segundos después JaeSoo al fin pudo normalizar su respiración y tomando una boconada de aire, hablo con leve temblequeo.

— Ha-hable con Chihyung hace unos instantes mientras ustedes hablaban, él, él dijo que necesitaba la dirección de la cabaña a las afueras de seoul donde me crío mi abuela —dijo el Omega.

Moon y Suran alzaron una ceja ante aquello, entonces eso significaba que el alfa pensaba...

— No tenía opción así que le dije donde era, pero él... antes de cortar me dijo que el día había llegada y que iba a reclamar lo que era suyo —la voz de Jae fallo ante lo último dicho, apretujo su pecho sintiendo el terrible dolor del rechazo y ambas mujeres alzaron la vista ante aquello dicho por el menor.

— Oh por la puta madre, este hijo de... —La beta detuvo sus insultos y corriendo sin dar explicaciones a los otros dos, salió de la sala donde estaba.

Suran y él Omega salieron tras MoonByul, siguiéndola.

Jodido infierno, al parecer Chihyung iba a actuar ya.

Yoongi sabía que algo no iba bien.

Lo supo desde que despertó aquella mañana.

Que aquel día no iba a ser bueno.

La lluvia había azotado tan rápido había pisado la cera de la empresa de su padre, y se había mojado mientras corría en busca de algún taxi.

Aquel día no había llevado el auto de su padre, mal día para no llevarlo al trabajo.

El maldito tráfico lo había jodido a unas cuantas cuadras de la empresa.

La estúpida fila del supermercado estaba algo larga, así que había tenido que esperar por ocho minutos para por fin ser atendido.

Al bendito taxi se le había averiado una llanta y había tardado una eternidad en que el taxista la reparara bajo la lluvia fuerte.

Por la ugh... Yoongi pensaba si algo malo más podría pasarle aquel día.

Y sólo mordio su lengua para no agregar más de mala suerte ese martes.

Cuando llegó al apartamento y vio que el señor Choi, él nuevo portero no estaba, se extraño, subió al ascensor y una vez las puertas se cerraron el aire se volvió tenso.

La inquietud sólo se hizo más fuerte, hasta el punto se sentirse asfixiado, salió casi corriendo del ascensor cuando esté abrió sus puertas.

Se detuvo al ver la puerta de su apartamento levemente abierta, Jimin nunca la dejaba así.

Sintió como su interior se tenso y dejando salir su lado enigma entró sigilosamente a su morada.

Silencio abrazador lo recibió, más el aroma de su Omega mezclado con...

Sus caninos hicieron aparición, Oh infiernos.

Lo sabía, jodidamente presentía que algo malo iba a pasar ese día.

La furia lo inundó, y lo único que escucho a lo lejos, muy en el fondo fue la voz de Jimin, llamándole entre lágrimas, antes de caer inconscientemente al suelo, la sonrisa de aquel hombre, lentamente se vio borrosa y luego nada, sólo oscuridad y frío.

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