Tony veía con una sonrisa como su pequeño ahora se notaba mucho más sano y energético. Peter mostraba orgulloso mejillas sonrojadas y ojitos brillantes.

—¡Mami! —Peter se pego al castaño y comenzó a olisquear de manera insistente.

—¿Qué pasa? —Tony tomó su camisa del frente y la olio— ¿Huele mal?

Peter negó con la cabeza y una gran sonrisa en el rostro—. Huele a papá.

El castaño miró sorprendido al niño. Trató de aspirar pero se decepcionó cuando no pudo captar nada.

—¿De verdad huelo a papá?

—¡Si, mami! —Peter restrego su cachete en su pierna y rio—. Papá huele fantástico.

—¿Así? —Tony sonrió. A los segundos, su sonrisa se convirtió en un gesto pensativo— ¿Qué otro aroma tengo, Peter?

El pequeño aspiro cómicamente—. Solo a papá y a mamá. ¡Juntos!

Tony se hinco con un gesto de emoción.

—¿Nada más?

Peter asintió efusivamente para después abrazarlo.

Anthony sonrió grande y feliz; Peter ya no lograba percibir el aroma de Strange.