Capítulo 69
"Éramos solo dos amantes. Pies en el tablero, conduciendo rápido a ninguna parte, quemándonos a través del verano. La radio a todo volumen, hasta el último momento, él tiene energía solar. Los minutos parecen horas. Él sabía que era el más malo. ¿Puedes imaginar caer por el amor de mi vida como lo hice yo? Tiene brillo en su rostro, una mirada gloriosa en sus ojos. Mi ángel de luz."
-Golden Hour
(JVKE)
☾
Jung Hoseok no pudo evitar el impulso de mover la cortina de la habitación de Yoongi para comprobar aquello que estaba sucediendo más allá del hostal. El cielo, la luna y el propio viento parecían susurrar que la guerra se avecinaba pero él no podría moverse de aquella casa ni aunque quisiera. Había demasiadas personas que necesitaban de la protección de la familia Jung entre aquellas paredes.
A los ojos del alfa solo los recibió la profunda oscuridad de la noche inesperada. El susurro de los animalitos asustados y el crepitar de la escarcha comenzando a generarse sobre la hierba y flores veraniegas invadieron sus oídos cuando se esforzó por captar el más mínimo sonido extraño. Incluso tras años de entrenamiento y el exacto conocimiento de cada fragmento de tierra y manzano que rodeaba el hostal, la repentina neblina le impedía imaginarse aquello que sucedía más allá de la ventana. Ni siquiera podía ver a sus hermanos y primos realizando la guardia a un par de pisos de distancia hacia abajo, la luz anaranjada de sus linternas no lograba romper la intensa bruma más allá de un par de centímetros. De hecho, si el enemigo estuviera cerca, ellos sencillamente no tendrían la capacidad necesaria para verlo llegar. Pero él podría escucharlos, al menos estaba seguro de eso. Y era mucho mejor que absolutamente nada.
-Los niños estarán bien aquí dentro. - mencionó, volviendo a cerrar las ventanas desde las que un gélido aire se colaba en la caldeada estancia.
Quizás lo había dicho más para convencerse a sí mismo que para tranquilizar al lobo de la tribu del viento que descansaba sobre la mullida cama mientras desayunaba como lo habría hecho cualquier otra mañana desde el día en el que llegó a esa casa. Aunque en su olor el miedo delatase los nervios que le recorrían hasta las entrañas. Ese chico estaba luchando para no levantarse en ese instante de la cama, para no clamar venganza de la manera en la que lo ansiaba.
Si un norteño creía en las señales de la naturaleza, un lobo de las tribus de la cima lo hacía incluso más, quizás aquel era el único motivo por el que Yoongi continuaba sentado en aquel lecho. No había forma alguna de que este no estuviera sintiendo el eclipse lunar de la misma manera en la que cualquier otro lobo lo sentiría. Se trataba de la Luna obligando al sol a ocultarse ante ella. Era algo notable, tanto en la forma e intensidad con la que se presentaban sus poderes como en su alma.
-Nadie podrá hacerles daño a esos niños. No mientras su refugio sea el hostal de los Jung. Mi familia está repleta de guardianes preparados y llenos de experiencia. Van a estar bien. Mis hermanos, primos, padres y yo mismo nos encargaremos de ello. E incluso si alguien no desea esforzarse por los niños, lo hará por todos los inocentes que perdieron su hogar durante el incendio de Casiopea.
Yoongi jugueteó con el vaso de cristal entre los largos dedos de sus manos. Había comenzado a recuperarse después de pasar días en un constante estado de debilidad.
-Familia. - mencionó con dificultad. - Mi familia, tu familia también. Todos estamos en peligro y parece que la Luna lo sabe. Está aquí, dispuesta a ver qué es lo que ocurre en su montaña.
-Nuestras familias estarán bien. Tú y tus cachorros no sufriréis daño alguno, sea lo que sea que pase en el norte hoy. Nadie atravesará las puertas de mi casa sin sufrir al menos un par de consecuencias. El hostal se ha cerrado completamente y no abrirá sus puertas de nuevo al publico hasta que esto termine, tanto para aliados como para enemigos. En cuestión de tomar precaución ante un posible ataque, hasta la mayor de las reglas parece absurda.
El lobo de la cima llevó una mano hasta su vientre abultado. La comunicación entre ellos todavía era un poco confusa y un poco complicada, pero al menos lograban intercambiar palabras y entenderse. O eso quería creer Hoseok. Estaba seguro de que Yoongi entendía todo lo que escuchaba, simplemente el tiempo que había pasado en su forma animal provocó el que ahora, de vuelta a su forma humana, le costase vocalizar ciertas palabras.
-Si te sientes amenazado en algún momento, solo tienes que llamarme. A mí o a cualquiera de las personas que han estado cuidándote durante este tiempo.
Hoseok tomó asiento a los pies de la cama del lobo, y aunque esté todavía le gruñía cuando se acercaba demasiado, ese día pareció entender que la situación era de por sí demasiado complicada como para protestar por algo tan sencillo como la cercanía de un alfa que había demostrado ser bueno. O como para simplemente jugar a sentirse enfadado todo el maldito tiempo.
-Familia. Venganza. - susurró. - Huele a miedo.
Hoseok no dijo nada durante un instante. Demasiado confundido por sus propios pensamientos como para hablar directamente con el lobo ante su mirada.
-La venganza nunca deriva en nada bueno. Si esos Lunas Rojas atacaron a tu familia, puedes estar seguro de que habrá gente dispuesta a enjuiciarlos tan pronto como se pueda. Deberías dormir y descansar. Tu mejor venganza será lograr que la estirpe de las tribus no muera. Cuida del legado de tu gente y mantén vivas vuestras costumbres. ¿Entiendes eso?
Los ojos brillantes del lobo de la cima se clavaron sobre los suyos. Azul como el hielo contra marrón acaramelado. Viento y tierra enfrentados.
-Entiendo.
Asintió.
Hoseok sonrió y levantó la mano con cuidado para acariciar el flequillo reluciente que resbalaba sobre la frente del chico. Ahora tenía un aspecto plenamente diferente del que había tenido el primer día que pasó en el hostal.
-Come bien. Alimenta a esos pequeños y trata de dormir, tal vez cuando te despiertes toda esta inexplicable guerra haya terminado y los culpables de los crímenes en contra de tu gente puedan ser juzgados.
Sin embargo, Hoseok sabía perfectamente que los Lunas Rojas habían negado ser responsables de los ataques a la cima. Estos no tenían nada que esconder, admitieron sin problema alguno todos sus actos y el hecho de mentir negando uno de ellos, de alguna manera parecía absurdo después de haber aceptado cosas tan horribles como la quema de Casiopea o el secuestro de mestizos. Dijeron la verdad, admitieron haber traicionado sus costumbres por una causa que ellos consideraban noble... Podrían ser llevados a juicio por el caso de la cima pero si finalmente resultaba que no eran ellos los culpables de asesinar a gran parte de las tribus, entonces tendrían que abrir una nueva investigación y luchar otra batalla. Una en la que sin duda Min Yoongi no podría evitar entrar cuando se encontrase nuevamente con suficiente fuerza.
-Descansa, Yoongi. Mi familia y yo protegeremos el hostal de cualquier posible amenaza. Hay mucha gente refugiada en este lugar. Mucho en juego.
Una vez más el alfa de la cima pareció entender antes de llevarse el vaso de zumo hacia los labios.
Como si de una batalla ensayada y creada por el propio destino se tratase, una enorme línea de lobos partidarios de la unión y la paz se encontraba inquebrantablemente situada frente al templo, siendo rodeaba por la bruma de tal forma que tan solo sus luminosos ojos se podían apreciar. Cada Luna Roja que se precipitaba contra el escudo que estos formaban, caía brutalmente o dañaba a aquel que se cruzaba en su camino de forma letal.
Nadie podría salir de ahí sin luchar al menos por un instante para abandonar la zona de guerra. Nadie que no supiera que existía la forma correcta de huir sin tener que seguir el camino que los llevaría hasta el lugar en el que el resto de lobos se encontraban esperando.
-"Rodeemos el templo para sacar a los niños y ancianos, podemos llevarlos con nosotros por la zona de atrás y hacerlos llegar hasta un lugar seguro y alejado donde Jimin y Taemin nos tomen el relevo si han llegado. Es arriesgado pero si resulta que no hay demasiados Lunas Rojas cubriendo esa zona, tendremos al menos la oportunidad de ayudarles a escapar." - Jungkook todavía temblaba mientras hablaba. Su cuerpo entero sumido en el dolor de la pérdida que la repentina muerte de su padre había causado. - "No tenemos tiempo para pensar en estrategias. Es ayudarles a huir o condenarlos a formar parte de una batalla que ellos no han escogido luchar."
Desde su posición Kim Taehyung podía ver el gran parecido entre el lobo de Jungkook y el de la madre de este. Ambos envueltos en un azabache tan oscuro que la propia bruma parecía temer el hecho de tener que tropezar contra el pelaje de estos. Los dos temblaban. Los dos estaban tristes. Y los dos parecían conocer que su destino iba mucho más allá de lo que había ocurrido un par de minutos atrás en el interior del templo.
-"Está bien. Avisaré a Jimin para que lleve a algunos guardianes de confianza hasta un punto de encuentro. Ellos podrán ayudarle a los niños mejor de lo que nosotros lo haríamos."
-"Jimin..." - Jungkook susurró el nombre a través del vínculo que compartía con Taehyung. - " ¿Crees que habrá notado la muerte de su padre a través del vínculo familiar?"
Taehyung no respondió a esa pregunta, no hacía falta. No ahora que su propia pareja conocía el significado de un estrecho vínculo con sus progenitores. No ahora que este también había sentido el inmenso dolor que suponía una pérdida como esa. No ahora que él lo había tenido que arrastrar lejos del templo y de las volátiles cenizas de su progenitor. Ni siquiera tendrían un cuerpo al que despedir, ningún animal al que presentar a la Luna durante la ceremonia funeraria.
-"Él vendrá a pesar de todo, incluso si nunca hemos querido ser guardianes... Nos criaron en la justicia. Su madre lo crió en la justicia al menos. Jimin luchará esta guerra con toda la fuerza que le quede, estoy seguro de que sabe lo importante que es un futuro sin crímenes y clases. Sin bandos divididos y amenazas de venganza que pongan baches una y otra vez a nuestras vidas." - Taehyung clavó su mirada sobre los brillantes ojos de su pareja, sin embargo este se encontraba mirando más allá. Ahí dónde los lobos continuaban formando una línea de batalla. - "Hará lo correcto, Jungkook. Con dolor o sin él, Jimin es una de las personas con mayor sentido del deber que he conocido en toda mi vida. Solo él podría desafiar a dos líderes para rescatar a un mestizo que tan solo conocía de un par de horas."
Jungkook se tomó un instante para observar a su madre tras apartar la mirada del lugar en el que le parecía haber visto brillar los ojos de su prima. La señora Jeon había mostrado un alma resquebrajada segundos atrás por la muerte de su pareja. Su vínculo roto de forma traumática amenazó con hacerla caer por un par de instantes, en cambio, ahora, viendo la manera en la que Lunas Rojas se precipitaban de forma kamikaze en contra de quienes ansiaban instaurar la paz a través de la unión, en contra de quienes durante un tiempo fueron amigos, conocidos, familiares y vecinos. Ahora que veía la guerra tan cerca y lejos a la par, sus caninos afilados habían sustituido a las lágrimas y las pupilas dilatadas de sus ojos violetas. El gruñido que nació en su garganta logró hacer que las Lunas Azules más allá de su visión rugieran en respuesta. Un único clan, un único objetivo y una única montaña.
Las Lunas Rojas habían perdido a su principal mandatario, pero eso no ocurriría con las Lunas Azules incluso si ella fallecía esa noche al igual que lo había hecho su esposo. Luchando por la paz, como los dos prometieron hacer en silencio durante tantísimos años. Como lo hizo él hasta el mismísimo final.
-"Ve con él y lleva lejos a todos los inocentes que quieran mantenerse lejos de la lucha, hijo. Hoy es el día de la batalla que nos traerá la paz o la miseria total. Mañana tal vez será el instante en el que las Lunas Azules puedan nombrar un nuevo líder..."
-"¿Qué estás tratando de decir, madre?"
Taehyung sintió vibrar las venas de Jungkook a través de su vínculo. El modo en el que un frenético latido impulsó la sangre alrededor de todo el cuerpo de este.
-"Vete. Podrás luchar para demostrar tu lugar como Luna Azul más tarde, cuando aquellos que merecen la paz no se encuentren atrapados en medio de la batalla. Hazlo por mí y por tu padre Jungkook. Ahora que sabes quién realmente eres, úsalo. "
Y entonces ella corrió hacia la bruma sin mirar atrás, con un aullido de guerra tan monumental que las patas de su hijo temblaron antes de que Taehyung lo arrastrase lejos. Hacia el deber y la responsabilidad que todo guardián debería haber identificado a pesar del dolor y la sensación de penitencia.
Se había tenido que despedir de un padre que acababa de conocer y ahora corría el riesgo de tener que hacerlo de nuevo con la mujer que lo había sostenido y lo había ayudado a crecer durante el transcurso de su vida. La sensación de pérdida llegó a su corazón incluso antes de saber con certeza si su madre se había lanzado hacia el suicidio o si por lo contrario esta deseaba luchar para ver el futuro de las Lunas Azules. Para verlo a él aceptando un relevo que nunca había pedido o imaginado llegar a merecer.
Fueron pocos los que decidieron seguirlos sin rechistar, pero incluso cuando tuvieron que apartar a una enorme cantidad de cachorros de los brazos de sus padres y conocidos, lograron llevarlos más allá del bosque que rodeaba el templo. Hasta esa zona segura que Taehyung y Jimin conocían mejor que nadie después de una infancia en la que la montaña había sido su casa y escondite en cada ocasión que se sintieron desamparados.
Allí, en esos escondidos y tediosos caminos, los dos habían jugado a esconderse de sus padres y de las responsabilidades de una escuela que a veces detestaban o los aburría cuando la rutina se interponía en sus divertidas travesuras. Allí, entre la lavanda y los manzanos más gruesos, ahora encontrarían consuelo los inocentes que escapaban de una guerra cruenta e inesperada. En el mismo sitio que los vio crecer y creció con ellos a su vez.
Taehyung todavía recordaba esconderse entre las ramas de esos mismos manzanos y trepar por los troncos más gruesos, creyendo que sus padres no podrían olerlo mientras fingían llamarlo desde el suelo. Pero por supuesto que sus padres podían, ahora él sabía que había pocas cosas que sus padres no pudieran encontrar si se lo proponían. Y esperaba que ese día, si las cosas se ponían todavía peor de lo que ya lo estaban, también pudieran encontrarse los unos a los otros. Ver en primera persona el modo en el que Jungkook había perdido su vínculo familiar en un solo instante, había comenzado a provocar una irrefrenable sensación de miedo en sus entrañas.
-"Jimin." - Taehyung trató de encontrar a su amigo entre la espesa niebla.
Lo había llamado pero la respuesta de este no llegó con anterioridad, por lo que la ansiedad no paraba de crecer en su pecho a pesar de que estaba tratando de controlarse para que esta no afectase a los niños pequeños que se sostenían al pelaje de su espalda. No quería que su olor natural se viese afectado por las circunstancias que lo rodeaban. Tendría que haber prestado más atención a su padre, a los intentos de este por entrenarlo como a un guardián incluso cuando él no deseaba convertirse en uno.
-"Jimin, por favor. Dime qué has venido. Hay personas aquí que necesitan tu ayuda y yo... Tan solo quiero saber que estás bien. Sano y a salvo, a pesar de todo lo que se avecina."
Por unos instantes no hubo ninguna respuesta, sin embargo el familiar vínculo de la hermandad que sentía hacia Jimin, hizo presencia unos instantes más tarde cuando este asomó su hocico desde el interior del bosque de manzanos, con el ceño levemente fruncido y la señal del agobio en sus iluminadas pupilas. Taemin caminaba a sus espaldas, la sangre manchaba sus mejillas y sus manos parecían temblorosas mientras las gotas rojas le resbalaban sobre los dedos hasta precipitarse en el aire y chocar contra el suelo de tierra y lavanda. Sus uñas estaban rotas y manchadas, de la misma manera que lo estarían si se hubiera sostenido fuertemente a una superficie dura y rugosa.
Tal vez lo había hecho.
-"Aquí. He venido en el instante en el que he escuchado tu llamada pero debo regresar a la batalla tan pronto como los refugiados estén a salvo. Necesito encontrar a mi madre y Taemin tiene muchas personas cercanas a las que ayudar desde la última línea de la formación a pesar de su estado. Los mestizos saben mucho sobre medicinas, no hay un solo sanador que no quiera tenerlos a su lado como respaldo." - Jimin dudó por un instante. - "He visto a tu padre curar heridas hasta casi desfallecer en el intento. Han preguntado por ti, temen que te suceda algo malo."
Los latidos del corazón de Taehyung parecieron acelerarse a pesar de su innumerable cantidad de intentos por respirar profundamente e evitar los nervios.
-"Jeon Joy y Yook Sungjae han creado un verdadero ejército en el pleno sentido de la palabra. La montaña está cubierta y las salas de la casa de líderes protegidas mientras se redacta un nuevo pacto en el que se recogerán reglas y derechos para la unión. Este es el nuevo comienzo que siempre hemos querido. Si ganamos la batalla, tal vez podamos vivir en paz."
Taehyung avanzó por delante de Jungkook. Los cachorros se mantenían pegados a su lomo, sujetos al pelaje de su lobo, con las manos fuertemente sujetas a sus mechones y las miradas escondidas entre cada hebra de cabello plateado.
-"¿Y qué os pasado a vosotros dos? ¿Estáis heridos? Toda esa sangre y vuestros aromas..."
Jimin se cerró en banda y una de las manos del mestizo de sombras avanzó hacia la oreja dañada de este como muestra de cariño y apoyo. Sin duda, la amplia herida le dejaría cicatrices.
-"Olemos a muerte pero no es la nuestra ni la de nuestros aliados, sí la de personas que en otras circunstancias habríamos considerado amigos." - finalmente Jimin avanzó hacia el alfa norteño. - "En nuestro camino hacia aquí atravesamos un punto en el que la batalla ya estaba activa. Hemos tenido que defendernos de la mejor manera que hemos sabido y podido para bordear la zona. No es grave, puedo seguir corriendo y defendiéndome si es preciso. La mejor noticia es que el bosque de manzanos está libre de enemigos. La zona es laberíntica y complicada, no parece adecuada para luchar una batalla cara a cara en la que nadie se esconde del bando que ocupa."
Taehyung y Jungkook avanzaron hacia Jimin y Taemin. Cada uno de ellos portando a varios niños y siendo seguidos a su vez por ancianos que portaban otros tantos sobre sus espaldas.
-"No cometáis locuras si decidís luchar esta guerra. " - fue Jungkook quién habló, agachando la cabeza y golpeando levemente con su hocico la espalda de los cachorros para animarlos a caminar hacia Jimin. - "Ya han muerto demasiadas personas en estos días."
Las pupilas de Jimin se cristalizaron y Taehyung no pudo evitar caminar hacia su amigo. Su frente se apoyó sobre la de este y las runas de nacimiento de sus cuellos brillaron casi a la par.
-"Todavía puedo esconder a estos niños y ayudar a los ancianos a trepar por los manzanos. Y sé que Taemin está dispuesto a hacer lo mismo. Todavía... todavía puedo mantenerme en pie. No tenéis nada de lo que preocuparos. Me aseguraré de que este trabajo se haga bien. Lo tomaré como una responsabilidad propia."
El omega dio un paso hacia atrás antes de acercarse a Jungkook para abrazarlo con su cuello del mismo modo en el que lo había hecho con Taehyung.
-"Cuida de mi amigo, por favor." - pidió.
-"Lo haré con mi vida si es preciso." - respondió el alfa sureño.
Y esa fue al menos la tercera vez que prometió aquello durante esa semana. Cuidar de Taehyung no era solo algo que quería hacer, sino algo que sabía que debía hacer. Los dos se cubrirían las espaldas en esa mañana oscura de eclipse y guerra.
Más allá del templo, a unos metros de distancia de un lugar que en otra época los norteños habrían considerado tan sagrado como divino e intocable, dos bandos de lobos se estrellaron en batalla los unos contra los otros sin tener en cuenta todos los buenos momentos que en el pasado los habían unido como a uno solo. Lobos que por un tiempo fueron amigos, vecinos, familia y conocidos. Lobos movidos por ideologías y ansias del pasado que se extendían hasta el presente y ni siquiera tras una mortal batalla se detendrían por completo.
Algunos dirían que las Lunas Azules tenían un color de sangre diferente, más puro e intenso que el de las Lunas Rojas. Otros en cambio afirmarían que la Diosa estaba de su parte aquella mañana oscura tan similar a la propia madrugada, pero en lo que todos coincidirían sería en el modo en el que ellos lucharon sin descanso hasta alcanzar la victoria.
-"A tu izquierda."
La voz de Taehyung sonó tan tranquila en la mente de Jungkook que sus movimientos no pudieron ser sino delicados mientras se movían para esquivar la mordedura de un alfa que se había lanzado hacia su yugular desde las sombras que formaba la bruma espesa.
A su alrededor olía a muerte y sangre. A miedo y a esperanza.
-"Mantente pegado a mí." - Jungkook gruñó hacia las luces que formaban en la distancia los ojos de sus enemigos. Se acercaban, nunca parecían dejar de acercarse.
Habían luchado espalda contra espalda por primera vez en sus vidas y habían sobrevivido a cada ataque incluso cuando sus cuerpos sentían la falta de sangre y energía amenazando con hacerlos caer irremediablemente.
-"No sé cuánto más podré aguantar en mi forma animal, si caigo quiero que te vayas."
Taehyung lamió una de las heridas que le cubrían las patas delanteras. Las mordeduras le llegaban hasta el hueso y su capacidad de curación parecía haber desaparecido después de usar por demasiado tiempo su poder. El agua que lo había inundado todo, ahora creaba barro seco entre las pezuñas de sus patas. El aire que soplaba y movía la bruma estaba haciendo que su visión se viese afectada.
Las miradas de los Lunas Azules y sus heridas abiertas estaban cubiertas de polvo y suciedad.
-"Mantente conmigo y todo irá bien. "
Jungkook se forzó hasta el extremo para lograr que un círculo de fuego crepitante se extendiera como una barrera a su alrededor. Incluso si para el norteño era complicado enfrentarse al calor de las llamas, todavía era mucho mejor que recibir nuevos y decisivos golpes.
- "No caigas. Hay mucho que quiero vivir a tu lado, Tae. Muchas cosas que necesito que me enseñes. Lo prometiste y debes cumplir con tu palabra. Eres tú quien siempre ha presumido de su hogar delante de mis ojos, ahora te ruego que acabes el trabajo que iniciaste. Quiero acudir a una ceremonia de solsticio en el lago Crystallo y quiero obtener junto a tí al menos un par de runas como guardián altiorem después de esta batalla. Así que no puedes caerte, tienes que verme recibiendo el título oficial de líder de guardias del sur a pesar de cómo haya salido la pelea con Yugyeom. No pretendo rendirme en mis objetivos y te quiero ver cumplir los tuyos. Quiero acompañarte a la universidad de los humanos y verte aprendiendo a dibujar runas. De hecho quiero que tú diseñes un tatuaje de esos que llevas para mí. ¿De acuerdo? Quiero que vivamos juntos por un largo tiempo en nuestra propia casa o por un corto período, lo que sea.... Hasta que nosotros decidamos separar nuestros caminos por cuenta propia si es que llega a pasar."
El fuego disipó levemente la bruma y mostró a aquellos lobos sedientos de sangre que se encontraban a su alrededor.
-"Yo quiero pero... No puedo más, Jungkook. Necesito descansar un poco."
Jungkook no supo qué hacer. Su propio cuerpo estaba agotado y sus heridas parecían quemar mientras experimentaba por primera vez en su vida el efecto de un poder que ni siquiera sabía que habitaba bajo su piel.
Pero su padre había muerto para regalarle la vida. Rendirse en ese instante sería malgastar el sacrificio de este.
-"Taehyung."
Por eso cuando su pareja finalmente cayó y se encogió sobre sí mismo en su forma humana desnuda, Jungkook lo envolvió con su cuerpo. Un lobo tan grande como el suyo corría el riesgo de aplastar a la persona delicada que Kim Taehyung era en ese instante, mientras encogía los dedos contra la tierra manchada de sangre que antes había estado repleta de lavanda y susurraba cosas casi ininteligibles desde unos labios rotos y golpeados.
-Sigue tú. - Taehyung susurró. - Si te quedas aquí moriremos los dos. Si te vas, al menos tendrás la oportunidad de ayudar a otros.
Pero Jungkook hizo caso omiso a las palabras de su alfa. En lugar de alejarse, apretó el agarre de su cola alrededor de las piernas de Taehyung y apoyó sus patas contra las manos de este.
El fuego creció casi a la vez que su miedo. La cantidad de lobos que los rodeaban no parecían planear apartase incluso cuando en la distancia los aullidos indicaban que el bando de la unión estaba ganando la batalla.
-"Si tú te rindes al cansancio y mueres, me quedarán pocos motivos por los que luchar. Espalda con espalda, a partir de hoy y hasta que nuestros días se acaben. Así es como debería ser."
Taehyung gimoteó una respuesta mientras se esforzaba por mirar a su pareja sin que el sueño le ganase la batalla. A través del humo, la bruma y ceniza. Sus mejillas estaban llenas de sangre, sus pupilas enrojecidas y su cuerpo adolorido. Sin embargo, todavía pudo encontrar la fuerza para estrecharlo a él entre sus brazos.
-Maldito sureño. Tu cabezonería te llevará a la muerte.
Jungkook hizo crecer el fuego que los rodeaba como única respuesta. Las llamas corriendo a través de sus propias venas como lo habían hecho por las de su propio padre.
-"Perdoname por no ser lo suficientemente bueno, madre, pero ahora tengo a alguien por quién luchar que va mucho más allá de un grupo de Lunas Azules o Rojas. Esta es la vida que he elegido y la persona con la que quiero vivirla."
Cuando los lobos que los rodeaban rompieron el escudo de fuego, Jungkook posicionó el gran cuerpo de su lobo sobre el de su pareja. No le temía al dolor, a la lucha, la sangre o la guerra pero sí temía perder ese amor del que Taehyung le había enseñado tanto. Uno que durante gran parte de su vida había creído malo e incorrecto.
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Hiiii!!!
Hola personitas, espero que os haya gustado el capítulo. La verdad es que he estado hasta el último momento cambiando cosas porque no quería que se hiciera demasiado tedioso o aburrido, me encantaría leer vuestras opiniones acerca del resultado.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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