Capítulo 21
"Una fragancia despeinada me sacude y la sigo como si estuviera en un trance. Cara a cara. Nuestras miradas se encuentran. El estado de ánimo es impresionante. La leve tensión que nos conduce, robando todo con miradas. Sin tiempo de sobra, quiero abrazarte. Ahora nosotros tocándonos como si nos conociéramos…"
-Touchin
(Kang Daniel)
☾
Taehyung comenzó a sentir esa conocida sensación de ardor solo un poco después de que Jungkook se metiera en la ducha y aunque buscó por toda su casa no logró encontrar ningún supresor. Comenzaba a pensar que la única opción que le quedaba sería ir hacia la tienda de medicamentos más cercana, pero incluso eso se le antojaba un poco peligroso. Si bien era un lobo adulto y sabía controlarse a sí mismo durante el celo, en esa ocasión había algo que le estaba haciendo creer que las cosas no estaban sucediendo de manera normal. Quizás el temblor de sus manos o la manera en que sus piernas no parecían estables del todo, no recordaba haber estado así desde el año en el que fue lo suficientemente maduro como para comenzar a tener sus celos con cada luna llena. Cada 28 o 29 días, siempre puntual y nunca tan fuerte como lo fue su primera vez.
Ahora estaba demasiado agitado para su propio bien, nada estaba funcionando de la manera en la que debería hacerlo desde el preciso instante en el que su lobo decidió sentir la necesidad de aparearse mucho antes de lo normal. Si mirase al cielo esa noche todavía podría encontrarse con la luna en fase creciente, algo tenía que estar fallando en su interior.
Lo confirmó mientras avanzaba por el piso superior de su casa hacia la habitación de sus padres, en un último intento desesperado por encontrar algo que eliminase el calor que amenazaba con hacerlo sufrir un celo horroroso. No pudo llegar hasta la puerta del cuarto de estos, a pesar de la cercanía, pues un fuerte dolor en la pelvis provocó que tuviese que encogerse brutalmente. ¿Qué le estaba pasando? Había pasado el suficiente tiempo desde su primer celo como para estar sintiéndolo de la misma forma que si fuera un adolescente sin experiencia alguna.
-¿Pero qué…? - Taehyung trató de respirar profundo. La Diosa Luna probablemente ya sabría a esas alturas que una situación así lo descolocó y si hubiese tenido una pareja a su lado con toda seguridad se hubiese dedicado a pasar el día en la cama con esta. Pero ni él tenía pareja actualmente, ni se encontraba en la mejor de las situaciones para salir a buscar a un alfa dispuesto a ayudarle después de lo que había sucedido la noche anterior en el poblado de guardianes. Debía conseguir supresores, para su propia tranquilidad física y mental.
Estaba asustado. Y su miedo tenía un motivo racional dentro de toda esa locura de sensaciones que lograban que todo diera vueltas a su alrededor con cada respiración en la que percibía los aromas que se aposentaban sobre su casa. Jamás había tenido un adelanto tan importante en su período de celo, funcionaba perfectamente bien la mayoría del tiempo porque llegaba a la par que la luna llena y esta le permitía calmarse levemente. Su conexión con la naturaleza, sus senex le habían enseñado durante años a encontrar un soporte mental en los elementos que lo rodeaban cuando el celo se sentía demasiado intenso y no había una pareja a su lado o supresores que poder tomar.
Así que mientras se sentaba sobre el suelo de madera del piso superior de su casa y enrollaba los brazos alrededor de su estómago en un intento por calmarse a sí mismo, Taehyung trató de inspirar el olor de su familia en cada una de las paredes que lo rodeaban. Tendría que haberse imaginado que eso no iba a ayudar, no con Jeon Jungkook habiendo estado con él durante la totalidad del día anterior. El aroma de sus padres que generalmente lo calmaba, era casi imperceptible al lado de la esencia de ese sureño. Podía percibir hasta la más pequeña parte de su esencia como si la llevase impregnada en su propia piel.
-”No salgas todavía.” - Taehyung era completamente consciente de lo que la comunicación mental suponía para Jeon Jungkook, pero sencillamente no quería arriesgarse a llegar más allá de lo que este le permitiese solo porque su lobo se encontrase más descontrolado de lo normal. Todavía sabía cómo hacerle saber a su parte animal que el humano mandaba y decidía más que el alfa que lo acompañaba siempre. - “No he encontrado supresores en casa y empiezo a creer que no podré salir a comprarlos. Quiero que vayas tú, me encerraré en mi habitación para evitar cualquier situación incómoda. Ahora mismo a mi lobo parece gustarle bastante tu aroma natural. ¿Crees que podrás hacer eso? La tienda de la vieja Lee está justo al lado de la panadería por la que hemos pasado dos veces, de camino a la casa de los Jung. Justo antes del cruce que lleva hasta la cuesta de su hostal. Quiero que le pidas supresores para mí, dile que mañana iré a pagarselos. Ella no suele poner pegas si quien le pide el favor es una persona conocida.”
-”No soy una persona conocida.” - la respuesta de Jungkook tardó mas fue tremendamente contundente, llegó hasta los oídos de Taehyung como un eco lejano. En un tono bajo que denotaba la falta de práctica en la comunicación mental por parte del sureño. - “¿Servirá solo con tu nombre?”
Taehyung dudó, en realidad la señora Lee era una de esas betas que llevaban muchos años en su clan y habían vivido las peores épocas de la guerra entre las dos zonas de la montaña. No podía afirmar con seguridad que esta se fuese a fiar de un alfa sureño que nunca había visto por el poblado de guardianes del norte. No tenía por costumbre preguntarle sobre política a las personas que no formaban parte de su círculo más cercano, sin embargo sabía perfectamente que la señora Lee no era amiga del sur. Se había negado a moverse del poblado de guardianes norteños incluso cuando la marcha de la mayor parte de su clientela provocaba que sus ventas bajasen hasta resultar difícil mantener abierta su tienda de ultramarinos.
-”Si te pide pruebas dile el nombre de mis padres, mencionale que cuando era pequeño siempre me enviaban cada sábado a por dos pastillas de jabón de almizcle natural con forma de mariposa.Tamaño mediano y del color de la lavanda de los bosques que habitamos.” - Taehyung tragó saliva, sintiendo su lobo más y más afectado a medida que la conversación con Jungkook continuaba. Podía notar al otro alfa tan nervioso y extasiado como él mismo, la falta de control en la comunicación mental por parte del sureño provocaba que incluso los sentimientos que no deseaba transmitir se lanzasen contra su cabeza de forma constante. - “Si eso todavía no le sirve dile que Kim Namjoon la salvó en una ocasión de ser atacada por un oso que se sintió amenazado ante la presencia de un lobo acercándose a sus crías.”
Una vez más, el alfa norteño tragó aire y se obligó a sí mismo a levantarse. No lograba entender todavía el motivo por el que su celo se sentía mucho más doloroso e intenso de lo que había experimentado nunca antes.
-”Bien… Solo hay un problema.” - Jungkook apoyó con fuerza sus manos contra las baldosas de la ducha antes de hacer un esfuerzo por obtener la toalla que colgaba de la repisa del baño de los Kim. - “Creo que es posible que tu lobo haya influenciado al mío. Parece a punto de entrar en celo también.”
No era ninguna mentira y tampoco había exagerado al creer que el olor intenso del celo del lobo de Taehyung estaba suponiendo una influencia para su parte animal, incluso si nunca le habían llamado la atención los alfas. Aún con todo aquello, cuando Jungkook se miró en el espejo todo lo que logró percibir fueron sus ojos brillando en un intenso color azul que demostraba que su alfa quería el control y no estaba dispuesto a negociar con el humano.
-”Respira.”
Encontrándose al otro lado de la habitación de Taehyung, Jungkook lo escuchó en el interior de su cabeza con mucha más fuerza que antes. Mantenía su espalda contra la puerta del cuarto del chico, su cabello azabache todavía húmedo por la reciente ducha hacía que las gotas frías calmasen en una pequeña dosis todo ese calor que se había adueñado de la totalidad de su cuerpo. Gotas frías que en realidad no tardaban demasiado en abrasar la piel de su nuca cuando resbalaban y se mezclaban con el sudor que lo inundaba por completo. Sus piernas estaban estiradas y cruzadas, apoyadas sobre la madera del suelo del pasillo mientras sus manos jugueteaban de forma nerviosa con la tela de unos simples pantalones negros sobre los que todavía residía el aroma intenso de Kim Taehyung.
No le quedaba ninguna duda de que había entrado en celo. Como si sus ojos no fuesen ya suficiente prueba, ahora notaba a su lobo aullando por la necesidad de dejar esa puerta de madera de lado para lograr alcanzar al alfa que lo esperaba tras esta. No podía entenderse a sí mismo y eso estaba provocando que sus pensamientos se volvieran más y más pesados. No debería estar así por un alfa, jamás antes lo había estado y el simple hecho de que su lobo hubiese decidido entrar en celo como respuesta al aroma intenso de Kim era un motivo para preocuparse.
Las palabras de sus senex y familiares resonaban en su cabeza como un eco inmensamente difícil de ignorar. Diálogo tras diálogo, palabra tras palabra…
“Los deltas no son seres humanos, Jungkook” - podía escuchar a su padre diciéndole aquello. - “Pero tampoco los podemos llamar lobos porque ellos han decidido darle la espalda a su raza por caprichos basados en algo que está prohibido por un motivo esencial. Quieren rebelarse ante unas normas que no se han molestado en entender, pero esos pobres diablos terminan convirtiéndose en nada cuando se unen. Es una abominación hijo, dos alfas no pueden permanecer juntos como una pareja o yacer en la misma cama, y punto. Su hedor demuestra cuán podridos están por dentro esos seres del demonio. La Diosa Luna tendrá que llorar mucho hasta que finalmente entiendan sus pecados.”
Él sabía lo que eran los deltas y no pretendía convertirse en uno solo porque su estúpido lobo no supiese distinguir entre el olor de un omega en celo y el de un alfa norteño. Sí, esa tenía que ser la verdadera razón de lo que le ocurría. Kook quería mentirse a sí mismo pensando que el único motivo por el que su alfa estaba reaccionando ante el de Tae se debía a que los olores de este eran nuevos.
-”Jungkook, respira.”
Lo estaba intentando, él realmente estaba tratando de alejar ese carácter caprichoso de su lobo que lo invitaba a recordar las primeras ocasiones en las que descubrió lo que era el placer de sentir su piel rozándose con la de otra persona hasta obtener el más intenso clímax.
Y aunque lo intentaba no lograba evitar pegar su espalda contra la puerta de la habitación de Taehyung mientras olisqueaba el aire en busca de un resquicio del aroma a frutos del bosque que se había intensificado en el alfa norteño con la llegada del celo. Podía saborearlos, Jungkook estaba seguro de que su boca sabía a frambuesas y arándanos en ese instante. Sus papilas gustativas parecían a punto de estallar y la saliva comenzaba a adueñarse de su boca como si su mirada se encontrase admirando el pastel más delicioso del mundo.
-No puedo respirar. - habló, intentando sacar a Taehyung de su cabeza. - Respirar es lo que está haciendo de esta situación algo a punto de irseme de las manos. Yo no debería estar aquí oliendo el celo de un alfa como si fuese el del omega más dulce del sur.
Taehyung sabía eso, o al menos lo había averiguado a través de las oleadas de incomodidad que el cuerpo de Jungkook desprendía desde el otro lado de la puerta de madera de su habitación. Había cerrado con llave pero en realidad su lobo se encontraba un poco mejor tan solo sabiendo que Jeon estaba situado cerca, regalándole un poco de apoyo y más hormonas tranquilizadoras de las que probablemente el contrario fuese consciente. Aquello logró erizar su piel, sabía lo que su lobo quería, y podía comprender que estaba motivado por el detalle de que Jungkook era un alfa atlético y atractivo, pero sencillamente no pretendía dejarse llevar y estropearlo todo con él ahora que parecían comenzar a entenderse un poco mejor.
Sería incómodo volver a la normalidad si llegaba a pasar algo entre ambos. Taehyung sabía y era plenamente consciente de que a pesar de que el lobo sureño ahora se mostraba un poco más abierto a aprender sobre el norte y sus costumbres, los mal llamados deltas no entraban en el trato. Lo había besado, eso era cierto y el sabor de este parecía regresar a sus labios debido a la intensidad con la que sus olores naturales se mezclaban, pero lo cierto es que sencillamente un beso no era suficiente para convencer de lo contrario a una persona que se había pasado la vida aprendiendo que los alfas tenían que unirse únicamente a omegas o betas.
-Bueno, a mi lobo le está ayudando un poco tu olor. Si no fueses tan tozudo con el hecho de negarte a la idea de que dos alfas pueden sentir atracción mutua, quizás mi aroma podría ayudarte.
Jungkook negó, aún sabiendo que Taehyung no podría verlo.
Había algo mal con su cuerpo, definitivamente tenía que haberlo si esa situación estaba logrando que sus nervios afloraran como si se estuviera enfrentando al mayor de los peligros.
-Dos alfas no pueden atraerse de ese modo. Simplemente no pueden. - trató de convencerse. Porque incluso si había aprendido a respetar al matrimonio de alfas que conformaban los padres de Taehyung, las enseñanzas que fueron parte de su vida desde el instante en el que comenzó a aullar, eran más grandes e intensas que cualquier otra cosa.
-¿Entonces qué es lo que estás sintiendo ahora, Jungkook? No es una buena idea discutir en nuestras circunstancias pero negar que nuestros lobos sienten atracción sería actuar como dos idiotas que deciden mantenerse ciegos ante aquello que es jodidamente obvio.
Jungkook negó de nuevo, moviendo su cabeza de un lado a otro en un intento por ignorar las palabras de Taehyung. Sabía que ese chico tenía razón, pero no deseaba que la tuviera. Realmente ansiaba que este se equivocara y que su cuerpo estuviese afectado por otros factores diferentes al de que un alfa en celo hubiese provocado un adelanto del suyo.
-Te equivocas. - gruñó. - No siento ninguna atracción por tí.
Kim Taehyung debería haberse imaginado que el impulso que atravesó su cuerpo fue tan solo una excusa de su lobo para acercarse al alfa situado al otro lado de la habitación, pero cuando finalmente lo entendió fue un poco tarde porque ya tenía la llave entre las manos y se encontraba girando el pomo de la puerta con cierta decisión dentro de la nube de necesidad y deseo que lo envolvía.
Jungkook se precipitó hacia el interior de su habitación, cayendo de espaldas ante su mirada y mostrándole esos preciosos ojos azules que le dejaban saber que su lobo estaba completamente dispuesto, las clavículas de su cuello mostrándose debido al cuello en pico de la camiseta que portaba y que él mismo le había dejado. Oh, cuán desesperante era para él notar su esencia sobre un alfa que no dejaba de llamar a su lobo una vez tras otra de manera completamente inconsciente. Kim Taehyung también tendría que haberse imaginado que aquella situación no los llevaría a ningún buen lugar, pero el caso es que no pudo evitar agacharse para ayudar a Jungkook en la tarea de levantarse y después de aquello la niebla borrosa de deseo no hizo más que aumentar.
Ninguno de los dos sabía exactamente cuándo o cómo, pero sus bocas estaban unidas en un juego de lenguas que se envolvían en busca de la obtención de dominancia.
Jungkook gruñó cuando Taehyung lo empujó contra la pared y tomó con fuerza su nuca, pegándolo a sus labios para tomar el control de ese beso que habían mantenido por varios minutos y que en realidad se parecía más a una batalla interminable. Al menos a juzgar por la manera en la que ninguno de los dos parecía pretender rendirse.
-Maldito cavernícola. - Tae se apartó por un instante antes de tirar de su camiseta para deshacerse lo antes posible de ella. La tela estaba comenzando a resultar molesta para su cuerpo caliente y la temperatura del verano tampoco parecía ayudar, a pesar de que la lluvia del exterior aportase al ambiente un poco de frescor agradable con cada soplido de aire que se colaba por la ventana de su habitación.
Jungkook alzó una ceja cuando notó como la tela se hacía gironés en las manos del otro alfa y volvió a gruñir acercándose a este para tomarlo de la nuca de nuevo, mientras avanzaban hacia la cama sus piernas se enrollaron y estuvieron a punto de precipitarse hacia el suelo al menos en un par de ocasiones. Era imposible que le gustase tanto ver el lado dominante del hijo de los Kim y ante todo era imposible que se estuviera olvidando del importante hecho de que Taehyung era un alfa al igual que él.
Pero después de todo era cierto. Lo era. Porque su lobo se removía necesitado cada vez que Tae dejaba escapar alguna de esas acciones repletas de poder. Sus manos no podían quedarse quietas, ya ni siquiera le importaba convertirse en un maldito delta porque todo lo que veía era a Kim Taehyung cegado por la sensación ardiente que el celo dejaba sobre él. Y quizás fuese por culpa de lo que los dos estaban atravesando en ese momento, pero ese chico últimamente parecía prenderle fuego a todo su cuerpo de forma constante. Ya fuese con discusiones o sonrisas, con besos o miradas retadoras. Kim siempre lo hacía reaccionar de algún modo impredecible para un alfa con el poder de control que él había aprendido a tener. Que se le había enseñado que tendría que mantener, incluso ante las situaciones más complejas y difíciles.
La marca de nacimiento en el cuello del norteño brillaba con fuerza y Jungkook llevó sus labios de forma automática hacia esta, buscando probarla. Era extraña la forma en la que un simple tatuaje atraía a su lobo, él no creía en la magia de la que la manada de los Yook presumía y en cambio aquello le parecía mágico. Su deslumbrante brillo dorado rompiendo la oscuridad de la noche que comenzaba a caer sobre el norte de la montaña.
Un maldito tatuaje no debería brillar pero el de Taehyung lo hacía con la misma intensidad que tendría un diamante bajo el sol. Entonces recordó todos esos rumores sobre como los omegas norteños protegían mediante hechizos a los recién nacidos en una ceremonia de bautizo que pocos conocían en su territorio de la montaña, pero que presumía de la idea de unir al humano con la naturaleza de los bosques en los que habitaría en su forma lobuna. Un pacto de respeto y amor hacia la tierra que les daba la vida y que muchos humanos decidían olvidar. Una promesa de entregarse al cuidado de la madre naturaleza a cambio de su protección. Aquello era lo que le había dicho Taehyung semanas atrás cuando él puso en duda a la manada Yook y su extraño apego a la montaña que los dos poblados habitaban desde hace siglos.
-Taehyung. - Jungkook suspiró, pasando sus brazos alrededor de los hombros del alfa para dejar caer su cabeza hacia atrás cuando este rozo de manera juguetona esa parte de su cuerpo en la que nadie debería poner una marca. Mucho menos un lobo de su misma clase. - Tenemos que parar, el celo nos está haciendo tomar decisiones estúpidas de las que probablemente nos arrepentiremos en cuanto la sensación disminuya.
-Decisiones estúpidas… - Taehyung susurró sobre la piel del alfa sureño, y su saliva formó un pequeño hilo brillante cuando separó sus labios de este. - ¿Eso crees? Deberían enseñaros a escuchar a vuestros lobos además de a luchar. Mírate, estás tan decidido como yo a llevar esto hasta la franja que marca el límite de lo recomendable.
-Somos dos alfas, no deberíamos…
-No. - Taehyung acarició sin prisa la espalda de Jungkook y este se arqueó al instante, su cuerpo parecía reaccionar sin pedirle permiso. El toque de Kim estaba abrasando allá por donde pasaba. - No en tu cultura, no en la parte de la montaña en la que has crecido. Pero hoy y ahora estamos en el norte. En esta parte de la montaña no es ningún delito que dos alfas decidan mantener relaciones, gustarse o unirse. Eso no ocurre aquí.
Jungkook mantuvo sus manos posadas sobre las mejillas de Taehyung, sus ojos quemando en azul miraron al hombre situado ante él. Y ese color a lavanda que le devolvía el norteño hizo que todo en él se relajara, Kim Taehyung olía como el perfecto lobo con el que decidir cruzar la línea de lo que siempre le habían definido como correcto e incorrecto en su parte de la montaña. Aquello con lo que había crecido y eso que siempre debería respetar.
-Bien. Una vez, después de esto los dos nos olvidaremos de lo que sea que ocurra. Una única vez debido a nuestro celo y exclusivamente a eso. Es un error de todos modos, después de hacerlo no hablaremos de ello de nuevo. Esas son mis condiciones.
-¿Qué hay de las mías? ¿Puedes poner condiciones sin tan siquiera escuchar lo que yo tengo que decirte?
Jungkook relamió sus labios.
-Habla.
-Dejarás que te enseñe, después de esta noche guardaré el secreto de lo que pueda llegar a ocurrir entre ambos pero quiero que prometas que empezarás a abrir tu mente. Voy a enseñarte el norte, nuestra cultura, nuestras formas de lenguaje incluyendo cada una de ellas, nuestros símbolos, plantas medicinales y cuevas. Yo te enseñaré, y tú aprenderás para dejarle saber a aquellos que respetan a tu familia que no pueden atacar el norte respaldándose en excusas absurdas. Te dejaré amar mi hogar y a cambio pondrás todo de tí para que la paz entre nuestros clanes funcione. Incluso si tu función se limita a hablar con tu prima de vez en cuando. ¿Trato hecho?
Y asintió, Jungkook no sabía muy bien porqué estaba haciendo eso o el motivo que lo arrastraba por primera vez en toda su vida hacía los brazos de un alfa mientras su cuerpo se encontraba hirviendo en consecuencia del celo. Sin embargo, con la luna saliendo para comenzar a brillar sobre el cielo, se dijo a sí mismo que esta podría perdonar su pecado en algún momento.
Quizás.
Kim Taehyung no podría recordar a la mañana siguiente en qué instante los dos se quedaron sin ropa y sus cuerpos comenzaron a rozarse todavía de pie ante la cama, no podría aunque quisiera. Porque la nube de necesidad y la sensación de calor eran todo lo que lograba captar mientras sus labios descendían por la mandíbula marcada del sureño para llegar hasta la manzana de Adán del cuello de este.
Era extraño el modo en el que toda esa situación parecía haberse escapado completamente de las manos de ambos, porque solo un par de horas atrás él habría estado dispuesto a permanecer encerrado en su habitación a pesar de su celo y la torturadora falta de supresores en su organismo. Lo habría hecho con el objetivo de no caer ante una tentación que sabía era peligrosa. Lo era, debido principalmente a que no importaba lo bien que las manos de Jeon Jungkook se sintieran mientras se desplazaban sobre la piel de sus omoplatos en un intento por tocar al lobo todo lo que pudiese y también lo era porque en el fondo de su mente el norteño sabía que los dos se arrepentirían cuando sus celos finalizaran.
-No podemos hacer esto. - fue Taehyung quién decidió poner el férreo control sobre las peticiones casi ensordecedoras de su lobo. - Vas a arrepentirte y probablemente eso será un enorme problema. No importa la promesa que hayamos hecho, esto no debería suceder.
Sentir las manos del contrario recorrer su espalda hasta posarse sobre sus hombros y bajar a su pecho, causó un cosquilleo que le atravesó el estómago de forma instantánea. Antes de que pudiese volver a juntar fuerza para hablar, notó la frente de Jeon sobre la suya y percibió que él no era el único que se encontraba con la piel ardiendo, pues las gotas de sudor de ambos comenzaban a ser evidentes en sus caras.
-Tienes razón, definitivamente es precipitado y yo no podría… Yo… Estoy demasiado confundido a pesar de que las peticiones de mi lobo son bastante evidentes. - Jungkook relamió sus labios, si había algo que principalmente lo confundía alrededor de toda la borrosa situación que la coincidencia de sus celos estaba causando, eso era el detalle de que por un instante no se sintió preocupado ante la idea de saber cuál de los dos dominaría sobre el otro. - No sé si puedo dejar que pase, quiero que pase pero…
-Lo sé. - Taehyung estaba susurrando, sus ojos cerrados al igual que los del sureño y sus frentes completamente pegadas mientras las manos del último acariciaban ahora su torso después de desplazarse hacia abajo desde su pecho. - Necesitamos algo a lo que anclarnos, tenemos que controlar lo que sea que nuestros lobos quieren. ¿Okay?
Y Jungkook asintió, con las mejillas ardiendo debido a la cercanía que el hijo de los Kim todavía mantenía entre ambos. Había sentido los labios de este recorrer la piel de su barbilla y cuello, lo que lo empujaba a necesitar averiguar si acaso el toque de estos podría sentirse tan bien más allá de donde lo había llegado a sentir.
-Necesito que me toques. - Jungkook relamió sus labios y se meció levemente cuando Taehyung comenzó a moverse en un baile lento. - No es algo que acostumbre a pedir pero empiezo a creer que contigo las cosas tienden a alejarse bastante de mi rutina diaria. Solo… No sé, una caricia o tus manos sobre mi espalda. Solo tu toque, deja que me ancle en eso.
Una sonrisa más y Taehyung estaba bajando la mano por el torso de Jeon hasta llegar al miembro del sureño, su lobo tenía que estar loco por desear de esa forma al alfa menos recomendable con el que había llegado a entablar amistad. Jungkook era un sureño, jamás se implicaría con él sin arrepentirse por completo de ello.
-Hemos dicho que nos olvidaremos de esto después de que suceda, ¿no es cierto?
Jungkook tragó aire, notando su cuerpo entero arder de nuevo al percibir el toque del alfa norteño sobre su miembro. Tae solo había dejado su mano ahí mientras los dos continuaban meciendose lentamente, era algo tan sencillo que al alfa sureño lo avergonzó que en realidad se sintiera tan bien como lo estaba haciendo.
-Eso hemos dicho, sí. ¿Qué se te está pasando por la cabeza?
Taehyung asintió levemente antes de envolver con una sola mano su miembro y el del contrario, sabía que los dos se arrepentirían pero al menos eso no le causaría un ataque de nervios mortal a Jungkook cuando el celo desapareciese.
-Solo vamos a ayudarnos mutuamente, piensa en esto como un pequeño favor que dos lobos en apuros se harán. Hace minutos parecíamos dispuestos a mucho más, estamos haciéndolo bien.
Jungkook asintió, su personalidad dominante quedándose un poco atrás mientras sus ojos se abrían levemente para poder ver la manera en la que los largos dedos de Taehyung rodeaban su masculinidad y la mantenían pegada a la de este. La imagen era sucia, era algo que nunca debería estar ligado a dos alfas y sencillamente… Sencillamente él no pudo evitar esconder su rostro en el hueco del cuello del norteño para acallar sus gemidos vergonzosos cuando este comenzó a realizar movimientos lentos que lanzaron resquicios de placer a su lobo necesitado.
-Un favor. - Taehyung susurró cerca de su oído. - Solo un favor, Jungkookie. Los dos estamos demasiado extasiados por el celo como para frenarnos, así que nuestros lobos quizás puedan quedarse más tranquilos después de un orgasmo.
-Ajá. - Jungkook no apartó su frente del hueco del cuello de Tae incluso si el brillo del tatuaje de este continuaba captando parte de su atención. - Mmm…
El norteño sonrió un poco sin dejar de acariciar con su mano sus miembros, completamente sumido en el proceso de buscar el placer que ambos necesitaban para calmarse un poco. Necesitaban frenarse antes de cometer errores que pudieran dañarlos en el futuro, Jeon Jungkook no era cualquier sureño sin importancia. Jeon Jungkook no podría estar con un lobo como él ni siquiera si aprendía a respetar a las parejas conformadas por dos alfas.
-¿Se siente bien, Jungkookie? ¿Cómo está tu lobo ahora?
Taehyung ni siquiera pudo esperar a escuchar la respuesta de Jungkook, porque cuando este apartó la frente de su cuello de alguna manera los dos se enfrascaron en un beso con lengua que volvió a encender eso que su toque había comenzado a apagar.
-Se… Se siente bien, Taehyung.
-¿Lo hace? - el norteño sonrió, el tipo de sonrisa que no tendría que haberle parecido atractiva a Jungkook. - Eso es bueno, me alegra que lo disfrutes.
-Uhum…
Cuando los dos lograron obtener el primer orgasmo de la noche sus respiraciones estaban aceleradas y sus labios enrojecidos. Sería una vil mentira decir que no decidieron caer sobre la cama para repetir el proceso en un par de ocasiones, porque durante la madrugada la Diosa Luna pudo ser testigo a través de la abierta ventana de la habitación de Taehyung de aquello que sus dos lobos se empeñaban en ignorar. Fue también testigo silencioso del modo en el que el norteño mecía su cuerpo contra las arqueadas caderas del sureño y la forma en la que los labios de ambos se unían para hacer callar los gemidos más sinceros.
Y dejó de llover a las cuatro de la madrugada de esa tormentosa noche de verano. Los rayos se escaparon cuando las nubes desaparecieron de su camino, abriéndole paso a una luna llena tan adelantada como el celo de los dos chicos que ahora con la noche profunda comenzaban a dormir entrelazados entre suspiros tranquilos después de haber calmado la mecha que ardía en sus cuerpos.
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Hii!!
Nuevo capítulo de Alpha War que espero que os haya gustado. Como muchos ya sabéis últimamente estoy avisando de todo con respecto a las historias que escribo en mi Instagram secundario (@wastedsoul_girl) .
Probablemente muchos pensabais que nuestros protagonistas se dejarían llevar debido al celo. Bueno, no en esta ocasión pero llegará. Cuando pase algo entre Tae y Kook quiero que sea sin influencia de nada externo.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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