Capítulo 19
"Todo lo que tengo que hacer es ver tu cara y sé que estoy bien. No importa lo que sea, solo mira en mi dirección. Me olvido de la mierda, pienso en el amor que tenemos. No importa lo que pierda, siempre me voy a casa con una victoria. Cuando esa mierda se desmorona, eres mi estrella del norte. Te busco para guiar mi corazón."
-North Star
( Elliott Taylor)
☾
-Es todo lo que ha dicho hasta ahora. - Hoseok se acercó al lobo que permanecía atado a una de las viejas sillas del cobertizo, no mentiría si dijese que había tratado de sacarle las palabras durante horas antes de que Taehyung y su amigo sureño llegasen. - Supongo que algo en nuestra conversación ha llamado su atención.
Taehyung retrocedió un poco, la imagen de un lobo atado a una silla con cuerdas no le agradaba en lo absoluto pero tampoco lo hacía la posibilidad de que este realmente quisiera vengarse por lo que sea que le hubiesen hecho a su gente, el norte era un sitio pacifico y le gustaría que eso se mantuviese así incluso con la unión de por medio. Pero cada día que pasaba sentía que eso se tornaba más y más difícil, ansiaba poder pensar que una unión pacífica no sería imposible y sin embargo su mente llegaba a la misma conclusión una vez tras otra. No funcionaría mientras hubiese personas dispuestas a hacer que el duro trabajo de los demás se fuese a pique por sus propios intereses egoístas y personales.
El lobo había indicado no muy claramente que se encontraba en el territorio que rodeaba el poblado de los guardianes norteños porque habían atacado a su gente, probablemente buscaba a un responsable de todo lo sucedido. No era difícil averiguar a quién se refería de todos modos, Hoseok les había hablado de los problemas que los sureños tradicionalistas estaban causando en el norte para lograr que la unión entre los dos clanes de la montaña comenzase a tambalearse y eso empezaba a formar algunas ideas en la mente de Tae. Era más que probable que los ataques a la gente de la manada de ese chico tuviesen la misma raíz que el resto de ataques que estaban sufriendo los norteños. De la misma forma la hipótesis de que este perteneciera a alguna de las tribus que sobrevivían en lo alto de las montañas se le antojaba más y más razonable.
Ese lobo no llevaba las marcas de nacimiento que la ceremonia de los lobos del norte ponía sobre cada nuevo habitante de su clan para celebrar la llegada de la vida de este, tampoco parecía del todo ágil en la tarea de comunicarse y aunque eran muchas las opciones posibles, Taehyung sabía que si fuese un sureño Jungkook probablemente podría reconocerlo con facilidad. Sus clanes no eran tan grandes aunque la montaña lo fuese, mientras que los Yook sabían de la existencia de otras tribus en sus bosques, los Jeon presumían de ser una única manada siguiendo a una misma líder o familia de líderes. No había más facciones que una en la parte sur.
-¿Has bajado desde la cima? - Hoseok insistió, usando un tono de voz neutro para tratar de comunicarse con el lobo. - ¿Quién eres?
Jungkook revisó la situación ante sus ojos, aunque el lobo se encontraba claramente herido y eso podría jugar un punto a su favor durante el interrogatorio, estaba claro que Jung no usaría la violencia para obtener una confesión. Al menos a juzgar por el modo en el que ahora se acuclillaba para hablarle con cierta calma. Esa podría ser una de las muchas razones que lo habían llevado a pedir que nada de lo que estaban viviendo ese día llegase hasta los oídos de los guardianes Jeon, aunque él lo era. Y además, como un futuro guardián sureño debía decirle a su gente lo que los norteños estaban haciendo a sus espaldas. No importaba si Jung Hoseok quería llevar esa situación del modo en el que los guardianes sureños se habían acostumbrado a hacerlo.
Informaría a Joy, no había una sola razón que le impidiese tomar la decisión de hacerle saber a su prima algo que acabaría afectandole de forma casi segura. Lo que pasase con ese lobo podría terminar recayendo sobre el sur tarde o temprano, Jungkook no era tan idiota como para decidir ignorar la gravedad de lo que estaba sucediendo ante sus ojos y la verdad es que era consciente de que todas las sospechas del ataque al que ese alfa misterioso había hecho referencia, terminarían de forma inevitable sobre el clan menos pacífico de la montaña. O al menos el clan que los norteños podrían considerar más violento.
Él sabía perfectamente bien que resultaba imposible pensar en que los norteños pudiesen atacar sin motivos a otras manadas de su propia zona de la montaña, pero todavía lo era más creer que estos podrían atacar a su propia gente. Si ese muchacho pertenecía a las tribus norteñas de la parte más alta de la montaña, seguía siendo un Yook en cierta forma. Y aún así, no solo había sureños negándose a la unión. En ese instante no había ni una sola cosa clara con respecto a lo que había sucedido o estaba sucediendo, la única forma de solucionarlo sería con los líderes de ambos territorios intercediendo para tratar de buscar al responsable real y no a aquel que las personas quisieran señalar debido a las enseñanzas o recuerdos que sus vidas en determinadas zonas de la montaña le ofrecían. Necesitaban objetividad. Más que nunca.
-Tendré que informar de esto.- Jungkook interrumpió lo que sea que Hoseok estuviese tratando de decirle a ese alfa. Sus brazos se cruzaron y negó cuando recibió una mirada por parte de Taehyung, no caería ante la negativa del hijo de los Kim por mucho que odiase comenzar disputas con este. - Podría derivar en problemas para mi clan, Joy tiene que saberlo. No voy a dejar pasar el hecho de que un lobo ha llegado al norte con ganas de vengarse por el ataque que alguien lanzó en contra de su pueblo, tribu o lo que sea. No conocemos al responsable y desde mi perspectiva fácilmente podría ser un norteño que pretende que penséis que se trata de un sureño. Es una situación confusa que podría derivar en los dos clanes señalandose mutuamente y por eso necesita ser puesta en las manos de Jeon Joy y Yook Sungjae, esto no es algo que cualquier guardián pueda resolver por el simple hecho de serlo.
-Ni siquiera eres un guardián todavía. - Hoseok se alzó, sus palabras habían sonado casi como una acusación y lo cierto es que no esperaba ser amable con los sureños. No le gustaban esas personas, nunca lo habían hecho y ahora que pretendían destrozar la paz que había llevado siglos obtener, le gustaban menos. - No sabes de lo que hablas y no tienes el derecho de tomar decisiones en este tema.
-No lo soy pero sigo perteneciendo a la misma familia que la líder Jeon, es mi deber informar acerca de las cosas que puedan afectar a nuestro clan. Y ese lobo puede ser un gran problema para la paz. - Jungkook dejó que sus ojos se posaran de nuevo sobre el alfa que se encontraba atado en aquella silla de madera corroída por la humedad del cobertizo. Los ojos de este no eran amables, su mirada estaba haciendo que los escalofríos comenzasen a hacerse un lugar sobre su espalda. No le agradaba y no podría regresar al sur fingiendo que nada había pasado. - Deberías entenderlo como guardián del norte, estoy seguro de que si sucediera algo que tu líder mereciese saber se lo dirías y esta situación debe llegar hasta él sin duda alguna. No pretendo discutir al respecto, ese lobo es una amenaza y serán los líderes de ambos clanes quienes tomen una decisión sobre la manera de proceder al respecto. Si lo deseas, puedes acompañarme y solicitar que se te permita obtener el control total sobre la situación.
Hoseok buscó apoyo en la mirada de Taehyung, sin embargo el hijo de los Kim se limitó a suspirar antes de caminar hacia Jungkook para situarse a su lado. Aunque le dolía, tenía que admitir que los argumentos de Jeon eran en realidad no se alejaban de lo razonable, si querían que las cosas se resolvieran del modo adecuado era inevitable incluir a los líderes de los dos clanes implicados. Por mucho que eso lo asustase, incluso si entendía el miedo de Hoseok por el hecho de que los guardianes sureños pudieran tratar de usar sus propios modos para obtener la información que necesitaban de un lobo que de por sí ya parecía estar lo suficientemente herido y débil.
No sabía cómo actuaban los Jeon ante la presencia de un intruso, sin embargo se lo imaginaba y se aseguraría de preguntarle a su padre al respecto antes de que alguien pudiese lastimar a ese alfa. Su corazón seguía centrado en el detalle de que este no era malo, todo lo que Kim Taehyung podía ver ante sus ojos era a una persona destrozada que probablemente había perdido a muchos de sus seres queridos. Si alguien lastimase a su familia probablemente sus ideas sobre dialogar primero desapareciesen en solo un par de segundos. Sí, como norteño había aprendido de la paz de la naturaleza pero como lobo sus instintos lo llevaban a proteger siempre aquello que apreciaba.
Aunque quisiera, no podría culpar a un alfa por atacar a quienes creía responsables de haberle hecho perder absolutamente todo. Eran animales, en parte solamente, pero todavía lo eran.
-En realidad, creo que Jungkook tiene un punto en esto. No sabemos lo que ha pasado y es cierto que también hay norteños en contra de la unión, quizás tenga razón. Hoseok, piensa en ello por un instante por favor. Yook Sungjae debería saber lo que está ocurriendo. - Taehyung se tomó unos segundos para observar al lobo que gruñía tratando de liberarse de las ataduras de las cuerdas, su agotamiento estaba reflejado en las marcas púrpuras bajo sus párpados y en la forma en la que sus ojos acristalados se encontraban plenamente inyectados en sangre. Ni siquiera lograba mover las manos sin agotarse en el proceso y su cuerpo delgado demostraba que al menos había pasado una semana sin una comida decente sobre su plato. - Jungkook no se aleja demasiado de la verdad, esto podría terminar en acusaciones cruzadas si no se soluciona de la manera adecuada. Reavivará la guerra entre Yook y Jeon.
-Las acusaciones cruzadas llegarán en el preciso instante en el que los guardianes sureños metan sus hocicos en nuestros asuntos Taehyung. Soy lo suficientemente objetivo, sabes que si el responsable es un norteño lo juzgaré con la misma precisión que si fuese un sureño. La justicia debe ser igual para todos.
-Y tú también tienes tu parte de razón, es probable que los sureños reaccionen de manera violenta ante una amenaza pero no sabemos nada todavía…
-Lo sabemos. - gruñó Hoseok a cambio. - La unión no ha cambiado lo que esos lobos son, seré justo en mi labor de guardián independientemente de quién deba ser juzgado. Maldita sea, me conoces bien y sabes que siempre actuaré pensando en aquello que será bueno para nuestra manada a largo plazo. No puedo creer que realmente estemos teniendo esta conversación.
Taehyung se mantuvo en silencio, por supuesto que sabía que Hoseok sería igual de responsable con un culpable norteño que con uno sureño pero la idea de que la guerra pudiese llegar de nuevo hasta sus vidas lo asustaba.
-¿Qué te parece una semana? - susurró. -Si en una semana no tienes nada claro, Jungkook podrá decirle lo que desee a los líderes.
Jungkook frunció el ceño, poniendo una mano sobre el brazo de Taehyung para girarlo hacia él. ¿Quién se supone que era Kim Taehyung para tomar decisiones por sí mismo? Si bien era hijo de un guardián, eso no le permitía decidir sobre otras personas.
-Hablaré con tu padre, no hay nadie que pueda hacer esto mejor que Kim Namjoon. Con el jefe de los guardianes del norte a cargo las cosas deberían resolverse de la manera correcta. - declaró Hoseok.
-No creo que… - Jungkook trató de intervenir.
-Solo una semana.
Sin embargo fue imposible para él mantener su decisión cuando Taehyung se colocó ante él con los dedos cruzados en forma de promesa. Los ojos del hijo de los Kim brillaron de la misma forma en que solía hacerlo la marca de su cuello y su voz sonó un poco más dulce mientras su aroma natural se expandía alrededor del cobertizo, haciendo reaccionar al alfa intruso con un profundo gruñido.
-Es solo por el bien de ese lobo, míralo Jungkook. - Taehyung insistió, ese alfa no duraría mucho por sí mismo. Estaba destrozado. - Ya está demasiado lastimado como para que un sureño decida tomar el control del interrogatorio, mi padre es tu entrenador así que podrás saber cómo la situación progresa. Si en una semana los guardianes del norte no tienen nada, ve y dile a los líderes aquello que necesites o desees. ¿Trato?
Y por algún motivo Jungkook se encontró a sí mismo maldiciendo mientras estrechaba la mano de Kim Taehyung. Ese maldito lobo y su olor insistente cada vez que le pedía algo, hacía su nariz arder.
-Juzgas mal al creer que los guardianes sureños interrogamos con violencia. - Jungkook protestó mientras caminaba con Taehyung hacia la casa hostal de los Jung, el lugar tenía un cierto encanto que ni siquiera un arraigado sureño como él podría llegar a negar.
-¿No lo hacéis de ese modo entonces? - Taehyung sonreía mientras hablaba, caminando de espaldas a la casa para ver la señal de derrota en los ojos de Jungkook. Había ganado esa batalla, ni siquiera sabía bien cómo pero el detalle de que el sureño hubiese aceptado el trato de esperar una semana antes de dar aviso a los líderes de lo que estaba ocurriendo no se podría definir de otra manera.
El alfa ante los ojos de Taehyung suspiró en respuesta. Jungkook había perdido realmente la cuenta de la cantidad de veces que el hijo de los Kim lo había hecho suspirar con frustración desde el día en que se conocieron. Kim Taehyung era un alfa obstinado, insistente y en la gran mayoría de ocasiones imposible de mantener en una zona tranquila.
Y solo su insistencia podría ser respuesta al hecho de que estuviese dándole tiempo extra a un guardián Yook cuando tendría que estar tomando el teléfono en ese preciso instante para contarle todos y cada uno de los detalles de lo que había visto a su prima.
-Lo hacemos si es necesario pero matar a golpes a alguien que tiene información que necesitamos no está dentro de nuestra lista de prioridades, ni siquiera tiene el más mínimo sentido. Ese alfa está débil, con un poco de insistencia y la promesa de ayudarle a encontrar a los culpables de lo que le haya pasado a su gente, debería ser más que suficiente. - Jungkook le señaló las escaleras de la casa a Taehyung. - Mira hacia delante o te caerás de culo, aunque sería realmente gracioso no quiero tener que pasar más tiempo del necesario aquí. Y sí, podemos ser más activos que vosotros en el terreno de la lucha y por supuesto usamos nuestra fuerza sin dudar un solo instante cuando las amenazas aparecen, pero todavía no somos tan idiotas como para eliminar nuestras fuentes de información.
Todavía eran un poco humanos, algunos de ellos.
-Bien, decidiré creerte. Hemos hecho un trato justo con Hoseok de todos modos, si él no es capaz de obtener algo en una semana mi padre y tú podréis poner el asunto en conocimiento de nuestros líderes. Ahora vamos a comer las galletas de mantequilla de la señora Jung, te ayudará a aliviar el mal humor que te ha causado lo de ese alfa. Prometo que valdrá la pena.
-¿Has pensado en hacerte guardián en algún momento? - Jungkook imitó a Taehyung cuando este se quitó sus zapatos para dejarlos a un lado del felpudo de los Jung. - Siempre metes tu hocico en los asuntos que nos conciernen de todos modos, algún día la curiosidad hará que acabes en una situación peligrosa. Sería mucho más productivo si recibes entrenamiento y te unes a las guardias.
Taehyung negó con la cabeza antes de levantar la mano para alcanzar el llamador con forma de lobo de la casa. Su ceño se había fruncido levemente debido a su pregunta y Jungkook pensó que era un poco adorable cuando parecía completamente confuso ante algo, eran pocas las ocasiones en las que el norteño se mostraba así ante él. Sin la seguridad de sus palabras perfectamente seleccionadas y la fuerte creencia de que aquello que le habían transmitido sus senex era más importante que cualquier otra cosa en el mundo.
-No quiero ser guardián, me gustaría estudiar arte visual y tal vez aprender a pintar bien. Hay una pequeña academia en un poblado cercano a este, podría definirse como un pequeño gremio de artistas tradicionales, no es muy grande y se encargan principalmente de dibujar todo aquello que se liga a las celebraciones y rituales norteños. - explicó el hijo de los Kim. - He ido desde que soy un niño y me gusta. Cuando cumpla la mayoría de edad y atraviese con éxito la ceremonia que forma parte de la tradición norteña, iré a estudiar con los humanos en una de sus grandes universidades, quiero comprar todos los tonos de colores que aquí no encuentro. Eso es lo que realmente deseo.
Dibujar, a Jungkook solía gustarle dibujar cuando era un niño pequeño pero eso quedó atrás después de que sus entrenamientos comenzasen. Joy y él dejaron de jugar mucho antes que otros niños, como herederos directos de los líderes Jeon la gente esperaba de ellos que superasen al resto en cuestiones de batalla.
-Solía dibujar cuando era un niño. ¿Hay alguna cosa en concreto que quieras hacer después de ir a la universidad? Quizás… ¿Abrir una tienda en una ciudad cercana?
Taehyung sonrió.
-Regresaré a las montañas del norte para unirme al gremio de artistas tradicionales después de aprender lo suficiente, me gustaría aprender sobre los escudos y diferentes runas que muchos de los miembros de nuestro clan han ido recolectando y poniendo cuidadosamente en libros a lo largo de los años. Con un mayor conocimiento su representación será más precisa, quiero ayudar en eso y en el proceso de la creación de nuevos símbolos.
Las primeras que Jungkook tuvo que enfrentarse a los duros entrenamientos de los Jeon había llorado y pataleado para lograr que su padre le permitiese quedarse en casa o salir a jugar con el resto de chicos de su edad. Fueron semanas y meses tremendamente complicados, estaciones enteras cuestionandole a su madre porque ya no podía usar sus colores o sus cuadernos de dibujo. Pronto aprendió por las malas y por las propias palabras de su progenitor que la pintura e imaginación no estaba destinada para los grandes guardianes, estos debían aprender a ser disciplinados y a mantener sus mentes frías. El amor y la diversión era algo con lo que no se les permitía soñar, y aunque Jungkook lo había pasado bien durante muchos años acompañado de sus mejores amigos, nunca volvió a tomar una sola de sus ceras de abeja natural y tonalidades vivas. Jamás pudo sostener una de ellas de nuevo entre los dedos de sus manos. Atrás quedaba la época en la que sus manos se teñían de infinidad de tonos de azul, porque ese seguía siendo su color preferido. El color de los ojos de su madre y de los lirios de agua que su abuela plantaba.
-Suena bien. - se limitó a responder. - Ese gremio… ¿Se encarga también de los dibujos que los Yook lleváis sobre vuestra piel?
-Ayudan a confeccionar muchos de ellos para las familias que quieren obtener un nuevo sello definitorio o las lobos forasteros que se unen a la manada, pero solo un senex con categoría de gran maestro puede dibujar sobre la piel de un Yook. Es más que tinta, es algo que se conecta directamente con nuestra parte animal y le recuerda las vidas pasadas. Se necesita una ceremonia completa para recibir un tatuaje, así que no es algo que cualquiera pueda llevar a cabo. Generalmente son los omegas quienes se encargan de ello, su fuerza mental es mucho más estable y centrada que la nuestra en la mayoría de casos.
Las ceras de colores fueron sustituidas rápidamente por la tierra en sus mejillas y la sangre en sus rodillas, nadie había entrenado más fuerte o más intenso que los miembros alfa y beta de la familia de los líderes Jeon. Su propio tío se había encargado de hacer que sus brazos de niño comenzasen a tornarse musculosos a una temprana edad, con solo diez años Jungkook sabía lo que era sentir las fibras de sus piernas romperse después de haber tenido que soportar como un lobo de mayor tamaño se lanzaba contra él para hacerlo reaccionar. Ahora podía transformarse en solo un segundo y arrancarle a sus enemigos la piel de la yugular de una sola mordida, la sangre que de pequeño le daba arcadas ya era como agua para sus papilas gustativas. Hubo un tiempo en el que admiró y envidió a los bonitos omegas, a esos lobos que podían ser delicados si así lo querían, en ese tiempo él no sabía que dichos omegas no podían sino que debían ser delicados en la misma proporción que él tenía que ser fuerte. Porque así lo estipulaba su clan, porque la pirámide de clases de la diosa Luna lo reclamaba.
Estaba preparado para ser un guardián, eso era todo lo que había aprendido. Ni siquiera se había parado a pensar por una sola vez en su vida si era lo que quería, pero suponía que tampoco tenía otra opción así que prefería vivir amando su vocación.
-Pareces interesado en nuestros tatuajes, siempre… Los miras en mi cuerpo cuando alguno de ellos queda a tu vista.
Jungkook negó con su cabeza, tratando de apartar la innegable curiosidad y admiración que todos esos dibujos le ocasionaron. No era solo Taehyung, había llegado a preguntarse en secreto si acaso la unión entre las manadas le permitiría obtener alguno o si por lo contrario sería una falta de respeto hacia los Yook el tan siquiera pensarlo.
-¿Cómo de buenas están esas galletas para hacerte correr? - Jungkook sonrió cuando Taehyung corrió a través de la puerta de la casa después de que un chico mayor en tamaño que el de una hora atrás la abriese. Un rápido saludo pareció ser más que suficiente antes de que el muchacho cerrase la puerta y se perdiese en el interior de la vivienda.
-Apuesto a que nunca has probado unas galletas así en tu vida, la señora Jung estudió repostería en París, puede crear postres de cualquier sabor que te imagines o pidas, puede crearlos incluso en función de tu aroma natural y personalizarlos para cada lobo que entre en el hostal. - Taehyung se giró, percibiendo que Jungkook continuaba quieto a solo un par de pasos de la puerta de la casa, con las manos enterradas en los bolsillos de los vaqueros mientras lo miraba con atención y olisqueaba el ambiente. - Muévete, Hoseok ha mencionado que estaba horneandolas cuando salimos del cobertizo. Podríamos bajarle algunas a ese alfa, los dulces siempre son una buena manera de hacer amigos.
Jungkook solo sonrió, negando con su cabeza mientras caminaba hacia Taehyung. El interior de la casa hostal de los Jung era incluso más impresionante que el exterior, con una enorme alfombra de color purpura protegiendo la madera maciza del suelo e infinidad de escaleras que llevaban hasta el piso superior. Pero aquello que sin duda le llamaba la atención era el olor a almendras y canela, quizás por lo que había dicho Taehyung acerca de la señora Jung y la repostería o puede que porque ese era un lugar repleto de lobos con sentimientos calmados, lo cierto es que el aroma lo invitaba a sentarse y descansar.
-¿Hacer amigos? - solo Kim Taehyung podría pensar en hacerse amigo de un alfa que muy probablemente quisiera matarlo. - Agradece si no muerde tu mano cuando trates de darle esas galletas.
-Venga. - Taehyung alcanzó la muñeca derecha de la mano de Jungkook y tiró de este, haciéndolo caminar inevitablemente hasta la cocina de la casa. - Quiero alcanzar las galletas recién horneadas, te lo he dicho.
-¿Te han mencionado ya que a veces pareces tener cinco años de edad? - Jungkook se dejó hacer, disfrutando de la sensación de tener la mano del norteño alrededor de su muñeca mientras lo invitaba a avanzar.
-¿Te han mencionado antes que a veces pareces tener cuarenta años de edad?
Bueno, era lo que se suponía que debía pasar con los guardianes sureños. Jungkook lo sabía, nada de diversiones innecesarias ni amor sin sentido. Ellos tenían que pensar en su futuro y en los beneficios que realizar una acción les proporcionaría antes que en sus propios deseos.
-Mi madre. - respondió. - Ella lo dice a veces.
Jeon Joy sintió todo su cuerpo erizarse en el instante en el que cruzó la puerta de la estancia en la que Yook Sungjae se había estado quedando desde el instante en el que su matrimonio de conveniencia se decidió, y por lo tanto también la unión de sus territorios. El cabello plateado del norteño continuaba tiñendose de negro, al igual que esas marcas imborrables bajo los ojos que el maquillaje ya casi no podía borrar en los pocos eventos públicos a los que habían asistido.
El malestar de Sungjae era evidente, el omega no se encontraba bien y su agrio olor lo demostraba de la misma manera en la que lo hacía su manía por permanecer callado durante horas en el jardín de la casa de líderes.
-Yook Sungjae. - Joy se forzó en inclinar su cuerpo levemente mientras cruzaba las manos sobre su torso en muestra de respeto, el collar de su abuelo quedando suspendido en el aire debido a su posición. - Me temo que no mejorará si continúa negándose a llevar una vida sana, los empleados me han informado del hecho de que no prueba bocado desde hace al menos tres días. No sé a que se debe tal comportamiento pero le recuerdo que el acuerdo de unión fue sugerido por usted y su consejo de sabios, no ha llegado al sur siendo arrastrado hasta un suicidio inminente. Nadie lo ha obligado a…
-La comida del sur sabe en exceso a pesticida. - Yook Sungjae giró su cabeza, no abandonando su posición en el sillón individual situado ante la ventana que daba a los manzanales del jardín de la gran casa de los Jeon. Le gustaba la lluvia y le gustaría poder correr por sus bosques bajo esta, sin embargo su lobo se encontraba débil y empezaba a dudar que tan siquiera pudiese convertirse por mucho que lo desease. - Le pedí a mí muy confiable guardiana Moonbyul que obtuviese ingredientes de nuestras tierras, pero su chef personal se niega a usar productos cultivados en el norte de la montaña. Mi lobo no tolera los químicos que los sureños usan para acelerar el crecimiento de sus verduras y frutas, está siendo egoísta al presuponer que si no estoy comiendo es porque no quiero. Han pasado tres días sí, usted ha tardado setenta y dos horas en decidir preguntar el motivo por el cual no estoy comiendo. Si es que su acusación puede ser considerada como una pregunta al respecto.
-Está demostrando tener un lobo especialmente débil, Yook Sungjae. - Joy jugueteó con el colgante de esmeralda que colgaba sobre su pecho, aquel que un día le había pertenecido a su abuelo, después a su padre y ahora a ella. - No solo ante mi consejo territorial, mis empleados o mi pueblo, sino también ante los propios miembros de su clan.
Yook Sungjae sonrió, no había podido ver a muchas de las personas de su clan en un tiempo. La agenda de la líder sureña parecía estar secuestrando toda su atención en las últimas semanas.
-El hecho de que mi lobo es débil es el único motivo por el que he decidido usar mis últimas fuerzas a favor de una unión que cada día parece resultar más imposible, puedo asegurarle que trato de convencer a mi clan de que solo necesitamos tiempo pero usted no hace otra cosa que culpar a mi gente por la imposibilidad de que se adapten a unas tradiciones que no son las suyas. -Yook Sungjae no apartó la mirada de las gotas de lluvia que se deslizaban sobre la ventana antes de decir. - No soy el primer omega que lidera el norte, pero sí el primero que ha decidido darle una oportunidad al sur para conversar y obtener la paz a través del diálogo. Estar lejos del lugar en el que nací está afectando a mi lobo más de lo que creía, su actitud terca no es de ayuda. Deberíamos trabajar en unidad, porque eso es lo que implica el hecho de que las fronteras entre nuestros clanes desaparezcan. Ser uno solo, también significa respeto.
Actitud terca. A Jeon Joy nadie le había hablado de la manera en que el líder Yook lo hacía, mucho menos un omega. Alguien de su clase era mucho superior y merecía respeto a cambio.
Los omegas sureños se pelearían por lograr pedir su mano, ellos hincarian la rodilla de un modo en que Yook Sungjae jamás lo había hecho ni lo haría. Su poder estaba en la unión, en ese matrimonio que los dos tomarían como solución a la guerra que sus pueblos habían luchado durante demasiados años.
-Hablaré con el chef de la casa para que haga una excepción y permita que de forma extraordinaria alimentos de procedencia norteña se cuelen en su cocina. - Joy dejó que sus ojos recorriesen el rostro del hombre ante su mirada. Si bien el lobo era débil, el humano que lo portaba parecía lo suficientemente fuerte como para soportar la enfermedad que cubría al animal. - Sin embargo usted tendrá que empezar a hacer más que sumergirse en el jardín de la casa de líderes y dar un par de paseos a mi lado los fines de semana. En dos días saldremos juntos para asistir a un torneo de lucha entre los mejores alfas del lugar, si queremos que esta unión funcione debemos mostrarnos completamente unidos sin importar el hecho de que sea falso. Tomará mi mano y yo tomaré la suya. ¿Lo ha entendido bien, Yook Sungjae?
Yook Sungjae dejó escapar el resquicio de una sonrisa entre sus labios, y esa fue la ocasión más cercana a un rostro de felicidad que Jeon Joy había logrado percibir en este desde el día en el que llegó a su casa. A veces no podía evitar pasarse horas tratando de buscar una solución a la desesperanza del omega, ese aroma que llenaba la mansión de los Jeon con un olor agrio y tristón se hacía menos soportable a cada hora que pasaba.
-Deberíamos visitar el norte, señorita Jeon. Quizás ver una ceremonia que no implique sangre y sudor le ayude a comprender a mí gente. - ofreció el omega, mas sus palabras no se parecieron en nada a una petición. Su tonalidad, en cierto modo traviesa a pesar de su rostro enfermizo, indicaba que lo harían, que se saldría con la suya en algún momento. - Mi gente merece verla en la misma medida que su gente merece verme. Podemos fingir como usted ha sugerido, por el bien de nuestros clanes. Tomaré su mano, si usted toma la mía en la misma y exacta medida.
Joy se encontró a sí misma teniendo que suspirar mientras asentía, ahora la montaña sería una sola y eso implicaba que ella podría entrar en los bosques del norte sin que el hecho de hacerlo supusiera una amenaza directa contra su vida. Lograría vencer esa enorme curiosidad que la había acompañado desde niña, recorrería los senderos y caminos que siempre observó al lado de su primo desde la distancia. Lo haría al lado de un líder norteño, a la izquierda de una persona que jamás pensó que podría llegar a pisar el mismo suelo que ella.
De todos modos tendrían que hacerlo en algún momento, si quería liderar de forma justa debía conocer su territorio al completo. Ahora eso incluía las tierras del norte.
-Lo haremos así entonces, Yook Sungjae. - asintió. - En el período de dos días saldremos desde la casa de líderes hasta el norte si el caudal del río lo permite tras la tormenta, y si no es así lo haremos en el instante en el que las condiciones del tiempo nos sean favorables a ambos. ¿Cree que podrá soportar el viaje durante el verano?
-¿Acaso un líder que ama a su clan tiene derecho a poder decidir? Mi derecho empieza y termina en la felicidad de mi gente. Es mi deber completar el viaje a su lado, Jeon Joy. Y así lo haré sin importar lo poco que me agrade sentir el sol abrasador sobre mi piel.
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Hiiii!!!
Tenía el capítulo acabado y me dije a mí misma: why not. Así que aquí lo tenéis con un poco de antelación. No dudéis en dejarme saber vuestras opiniones como siempre lo hacéis.
En caso de que alguien quiera saberlo, sí habrá romance entre nuestros líderes. Yook Sungjae y Jeon Joy van a ser secundarios pero importantes. Son un ship que adoro desde que los vi en un programa coreano hace años. Así que sí, serán algo más que conveniencia.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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