Capítulo 15
“¿Acaso el lobo se disculpa cuando está sobre la cima? ¿Acaso el lobo se disculpa? ¿Debería el león presumir su gracia cuando toma ventaja? ¿Debería el león presumir su gracia? Hago lo que tengo que hacer y es necesario para sobrevivir. Hago lo que tengo que hacer y es necesario, y puedes intentar ser civilizado pero me mantendré con vida. Sí, me mantendré con vida. El huracán no se hace a un lado cuando golpea la costa. El huracán no se hace a un lado, exige el control. La montaña no caerá de rodillas cuando sople el viento del oeste.”
-Stay Alive
(Hidden Citizens ft REMMI)
☾
Jungkook se apoyó contra uno de los sofás que conformaban el salón de la antigua vivienda de los Kim y llevó la mirada hacia el exterior, la lluvia parecía aumentar su fuerza con cada minuto que pasaba y los constantes truenos habían provocado que la luz de la casa fallase incluso cuando Taehyung le indicó que disponían de un generador eléctrico y placas solares más fiables que el sistema de torres de cableado con el que los lobos del sur mantenían su poblado funcionando.
-¿Estás seguro de que la luz no fallará? - Jungkook apartó los ojos de las ventanas de cristal y se concentró en Taehyung, quien en ese preciso instante estaba entrando en la estancia con un par de toallas de color turquesa en sus manos.
-A veces parpadea o se va por un par de minutos cuando las tormentas son muy fuertes pero el generador está preparado para soportar las grandes nevadas del invierno en las que debemos quedarnos en casa durante días. Aguantará un poco de lluvia, no te preocupes. - Tae se acercó a Jungkook lo suficiente como para que este pudiese obtener una de las toallas que llevaba en las manos, sus cabellos continuaban goteando incluso si solo habían estado un par de minutos bajo el aguacero que la tormenta de verano había desencadenado. - Con suerte podremos regresar antes de que llegue la noche, el caudal del río crece con mucha facilidad pero correr bajo una tormenta que está claramente sobre nosotros no parece del todo seguro.
-Estás soñando si crees que podremos atravesar el río a estas alturas, cuanto más esperemos más difícil nos resultará. Si no queremos ahogarnos o ser calcinados por algún rayo en busca de un sitio en el que aterrizar…
-Lo sé. - Taehyung suspiró, deshaciéndose de su camiseta húmeda para secar las zonas de su cuerpo que se sentían incómodamente frías. - Debemos quedarnos al menos hasta que sepamos que será seguro regresar. Estamos a veinte minutos de la frontera si nos movemos como lobos, bastante más si decidimos caminar como humanos. Sea como sea, el río no es una opción y las rocas que se encuentran cerca del lago deben estar formando su propia versión de una cascada en estos instantes. No hay manera de regresar hasta que la tormenta no se aparte un poco de la montaña.
Jungkook asintió, imitando el gesto de Taehyung al apartar de su cuerpo la tela húmeda de su camiseta de deporte negra. De alguna manera se sentía bien al comprender que los dos se encontraban de acuerdo con respecto a la idea de permanecer a resguardo de la tormenta hasta que esta tomase un rumbo más calmado, pero de todas formas seguía preocupado por el detalle de que esperar implicaba un posible mayor crecimiento del caudal del río si la lluvia no se calmaba en un período de tiempo corto.
-Si llueve durante la noche… Tendremos que esperar posiblemente hasta la tarde de mañana para poder cruzar el río. Empiezo a pensar que ese puente es realmente necesario, si no lo acaban antes de que el invierno llegue las familias que han comenzado a mudarse desde ambos territorios se quedarán aisladas durante casi una estación completa. - parloteó, observando de reojo la manera en la que Taehyung envolvía graciosamente la toalla en su cabello y se dejaba caer con expresión agotada sobre uno de los sofás individuales de la salita.
Él, como muchos otros lobos sureños, había visto lo mucho que el río crecía cuando la temporada de lluvias llegaba, el invierno traía consigo el grave riesgo de inundaciones. No conocía a ningún lobo que se atreviera a meterse en el agua cuando la velocidad y cantidad de esta era notablemente modificada por los temporales y tormentas.
-Entonces tendremos que planear qué hacer si sigue lloviendo cuando comience a anochecer. Y debería intentar contactar con mis padres también, no quiero ganarme un castigo por no haberles avisado. - Taehyung llevó la mirada hacia el ventanal de la galería del salón, a su padre S siempre le había gustado el detalle de obtener luz natural y sol, así que la mayor parte de las ventanas de su casa eran grandes y estaban situadas en los puntos adecuados para que la claridad los acompañase durante la mayor parte del año. Aún así la oscuridad de la tormenta le había obligado a encender las lámparas de mesa de la sala de estar, los destellos de los relámpagos continuaban poniendolo tenso a cada instante en el que el cielo parecía romperse sobre sus cabezas. - De momento puedes estar tranquilo por lo que a comida respecta, mi padre se encargó de plantar multitud de comida comestible en el invernadero de su huerto y en las alacenas de la cocina todavía quedan algunas conservas que solíamos comprar para el invierno.
-Eso es un alivio pero comer es de las cosas que menos me importan ahora mismo. - Jungkook posó la toalla sobre la mesita de madera maciza que se encontraba situada en el medio de la sala de estar y llevó sus ojos hacia Taehyung, quién ahora recostaba la cabeza en el respaldo del sofá y cerraba los ojos. - ¿Ocurre algo que no sepa?
Taehyung se limitó a negar.
-No es nada, simplemente no me gustan las tormentas. He visto muchos árboles siendo calcinados a lo largo de mi vida, cuando era pequeño uno cayó directamente sobre el manzanero de nuestro jardín. Pude sentir la casa entera temblar y se estropearon casi la totalidad de nuestros electrodomésticos. Papá colocó un par de pararrayos pero aún me asusta un poco el sonido de los relámpagos.
-Entiendo. - y Jungkook lo entendía de verás, ellos vivían en la parte más interior de la montaña y de alguna forma allí las tormentas siempre parecían ser más intensas. - No les tengo especial miedo pero sí respeto, sé que hay lobos a los que les gusta salir a jugar bajo ellas pero de la misma manera comprendo que el movimiento genera energía y eso es exactamente lo que atrae a los rayos.
Taehyung sonrió.
-Chico listo. Por eso vamos a quedarnos aquí atrapados, ¿somos tan cobardes Jungkookie?
Jungkook también sonrió.
-No creo que lo seamos, además… Has mencionado que desde tu habitación se puede apreciar la parte trasera de la casa de los Park y la zona del bosque por la que ha huído la persona que se encontraba en el interior de la vivienda. Si regresa lo veremos, tendremos al menos una cosa que hacer a pesar de no poder mover nuestros culos de aquí por algunas horas.
-Cierto… El lobo. - Taehyung abrió uno de sus ojos para dedicarle una mirada a Jungkook. - Si durante la tarde sigue lloviendo podemos subir a mi habitación para hacer guardía, agradezco no haber movido todas mis cosas todavía al sur. Contaba con el hecho de volver de vez en cuando, así que aún hay algunos libros, un televisor y lo más importante si tenemos en cuenta nuestra ropa húmeda…
-Un armario bastante amplio con prendas que podrían servirnos. - Jungkook sonrió levemente, cruzando una pierna sobre la otra mientras se acomodaba sobre el sofá de tres plazas que se encontraba situado en el medio de la sala de estar de la casa de los Kim. - Puedo recordarlo.
Taehyung asintió antes de girarse para mirar hacia la cocina americana que se encontraba a solo unos pasos de donde ellos estaban situados.
-Y el calentador del agua. Creo que me daré una ducha rápida en algún momento de la tarde si esta tormenta de verano no cesa, sigo sudando a pesar de que la lluvia ha logrado que la sensación de las altas temperaturas se calme un poco.
La temperatura podría haber disminuido levemente pero lluvia no se calmó durante la tarde, en lugar de eso se hizo lo suficientemente fuerte como para que Jungkook y Taehyung tuvieran que improvisar una medida preventiva para evitar que los aguaceros que formaban ríos de barro, tierra y hojas se colasen de alguna manera por las puertas de la planta baja de la casa que se encontraban al nivel del suelo.
-¿Tienes alguna toalla vieja más? - Jungkook podía sentir toda la piel de su espalda empapada mientras él y Taehyung se concentraban en amontonar toallas decoloradas en la parte baja de la puerta que llevaba hacia el huerto del señor Kim.
-Miraré en el trastero, dame un par de minutos.
Jungkook asintió, observando por un instante el modo en el que Taehyung se encogía levemente ante el sonido de un relámpago mucho más fuerte que los que habían estado presenciando durante la última hora. La tormenta continuaba creciendo, formando nubes negras sobre sus cabezas y logrando que las ramas de los árboles silvasen con cada fuerte soplido del viento. Las manzanas rojas se amontonaban en el suelo que conformaba la entrada más cercana al bosque, tiñendo de su encarnado color todo aquello que sus ojos lograban captar a pesar de la espesa niebla que tomaba lugar en el poblado norteño y se extendía entre las casas. Si el calor del verano no estuviese tremendamente presente, Jungkook podría pensar que habían sufrido un repentino cambio de estación a juzgar por la imagen lluviosa y oscura que se encontraba a su alrededor. Eran las tres de la tarde, pero la noche parecía cernirse sobre ello como efecto secundario de cada nimbo negruzco que se extendía sobre el firmamento logrando que la azulada estela de los rayos destacase al romper con intensidad cerca del pueblo.
Al contrario de lo que parecía ocurrirle al alfa Kim, a él le gustaban esos días del año en los que llovía con fuerza durante el verano. El olor de la tierra caliente siendo mojada proporcionaba a su cuerpo una sensación de calma familiar que evocaba todos esos recuerdos de su infancia en los que se pasaba las tardes en el arenal del sur y no temía bucear en el agua incluso con la tormenta mostrandose con una fuerza atronadora cerca del sitio. Recordaba a su madre y a su padre llegando con prisa para hacerlo subir al coche, y el modo en el que todos sus amigos y él se reunían en una casa para jugar a juegos de cartas mientras devoraban galletas de almendra con pepitas de chocolate.
Era el día perfecto para una ronda de póquer, tal vez también para un maratón de películas de miedo acompañadas por varios recipientes repletos de palomitas o cualquier dulce de su agrado. Pero ahora no era un niño, era un alfa a punto de graduarse como guardián y no se encontraba en su propia casa sino en la antigua vivienda de los Kim. Estaba en el norte, con el hijo de dos alfas norteños y atrapado por una tormenta de verano que debería ponerlo nervioso debido a la posibilidad de que esta pudiese durar más de lo previsto.
Pero lo curioso de todo aquello es que se sentía bien, la presencia del hijo de los Kim no hacía que su lobo se sintiera agobiado ante la posibilidad de tener que compartir una casa con un alfa norteño durante al menos un día completo.
-¡Jungkook! - la voz de Taehyung sonó desde la zona del trastero, situada a solo unos pasos de distancia del huerto.
-¿Qué pasa? - Jungkook no fue hasta al trastero, en lugar de eso decidió caminar hasta el final de la valla de madera donde apoyó sus codos de manera despreocupada para a continuación asomar su cabeza hacia la zona en la que se encontraba el hijo de los Kim.
Taehyung se mantenía quieto ante el trastero, con algunas toallas viejas todavía en la mano y la mirada centrada en la casa de los Park. El hijo de los Kim tenía nuevamente el cabello repleto de ondas estiradas por el efecto de la lluvia, ondas que parecían hacer de sus bucles una línea más larga de lo normal llegandole esta hasta la mitad de la nuca. No llevaba ninguna camiseta, al igual que el propio Jungkook, y eso se debía únicamente al detalle de que la temperatura del ambiente seguía siendo lo suficientemente alta como para encender sus mejillas con un rojo repleto de rubor que destacaba sobre su piel nivea.
Habían estado entretenidos con la tarea de taponar todas las entradas que podrían dejar pasar la lluvía de alguna manera, tanto que sus pantalones se encontraban repletos de tierra a esas alturas y de la misma manera también lo estaban sus torsos salpicados por gotas de barro.
-La casa de los Park, te juro que he escuchado algo ahí. - Taehyung giró la cabeza, los ojos azabache de Jungkook estaban completamente centrados en los suyos y eso provocó un escalofrío en su cuerpo que se empeñó en explicar a través de la lluvia que continuaba cayendo directamente sobre él. - ¿No lo has notado?
Jungkook frunció levemente el ceño, y a Taehyung le causó una sonrisa porque el flequillo de este se pegaba sobre su frente de una manera en la que era difícil averiguar la expresión de su mirada. Podía notar un poco de su ceño fruncido, así como la manera en la que las arrugas se formaban a un lado de sus ojos brillantes pero nada más que eso. Y era sorprendente que aún así pudiese predecir que el chico estaba concentrándose en analizar los sonidos que los rodeaban de una manera que solo podría ser realizada por un guardián con el conocimiento necesario para apartar hasta la más mínima interferencia causada por las gotas de lluvia, el viento meciendo con fuerza las ramas de los árboles o las manzanas desprendiéndose para caer contra la hierba repleta de lavanda fresca.
-Puedo escuchar muchas cosas, la gran parte de ellas probablemente provocadas por el viento de la tormenta aunque no dudo que haya alguna puerta siendo movida en este preciso instante. - Jungkook clavó la mirada sobre el segundo piso de la casa que había pertenecido a los Park. Sí, sin duda había una puerta abriéndose ahí donde sus ojos buscaban la presencia de alguien. - ¿Quieres que vayamos a comprobarlo?
Taehyung dudó por unos instantes antes de animarse a asentir. Era extraño admitirlo en voz alta o tan siquiera pensarlo, pero Jeon Jungkook le parecía un idiota sureño con suficientes conocimientos como para defenderse a sí mismo y a un par de personas más si resultaba necesario. Lo cual no implicaba que él no pudiese hacerlo, su manada no basaba cada uno de sus movimientos en la lucha pero sí en la estrategía. Ellos sabían cómo sobrevivir en las montañas, cómo defenderse solo si era estrictamente necesario, la manera correcta en la que librarse de las trampas que a veces los cazadores furtivos lograban depositar entre la lavanda del suelo de sus bosques y sobretodo eran capaces de dialogar.
Para Taehyung su mayor diferencia con Jungkook se encontraba en el detalle de que el lobo sureño llevaba en la sangre el instinto de luchar por su vida, mientras que él siempre parecía buscar la manera de solucionar una situación sin necesidad de derramar sangre. Aunque al final los dos eran lobos, si tuvieran que defenderse podrían hacerlo sin ninguna duda. Jungkook se lanzaría a la yugular para matar. Taehyung en cambio, mordería las patas de su enemigo para inmovilizarlo sin dañarlo en exceso. Sus enseñanzas eran la primera y mayor discrepancia que existía entre ambos.
-Vayamos, es la casa de mi mejor amigo y quiero asegurarme de que no haya nadie dentro. Especialmente si es un lobo que pueda causarle algún daño si él asoma su hocico por aquí sin saber que existe riesgo de ser mordido.
-Okay, deja que consiga un par de cosas que nos puedan servir como método de defensa. Iremos a ver qué es lo que pasa o si se trata de alguna puerta mal cerrada que ahora está siendo movida por el viento.
Jungkook echó un vistazo a su alrededor, llevándose la mano derecha hasta la nuca en señal de estrés. Por algún motivo a los norteños no parecía gustarles tener armas en casa lo cual iba perfectamente bien con su ideología de dialogar primero y morder después, pero en ese instante desearía tener al menos un simple bate de béisbol para no tener que recurrir a su forma lobuna ante un lobo probablemente mucho más grande que él. Si se trataba del mismo alfa que habían visto días atrás tendría que esforzarse por mantener su fuerza sobre la del otro. Y bueno, el bate unicamente serviría si el contrario se encontraba en su forma humana por lo que el alfa sureño solo pudo suspirar mientras se agachaba para comprobar algunas de las ramas caídas de los manzaneros más alejados de la valla que rodeaba el hogar de los Kim.
Taehyung se limitó a regresar al interior de ese trastero que todavía contenía parte de su infancia. Se tomó unos segundos para concentrarse en cada uno de los sonidos del ambiente que lo rodeaba, pudo escuchar de nuevo el sonido de una puerta siendo cerrada por lo que se giró hacia la vivienda de los Park tras dejar las toallas en su sitio de nuevo.
-Tae, ten. No nos servirá demasiado si está en su forma lobuna pero puede ser mejor que nada si tenemos la fortuna de encontrarnos con él en su forma humana. Estaremos quizás un poco más por encima.
En esa ocasión le permitió a Jungkook caminar delante después de alcanzar sin dificultad un tronco ancho que este le había lanzado antes de dirigirse con ojos decididos hacia la casa de su mejor amigo. La necesidad de mantenerse en silencio o caminar con cuidado parecía haber quedado atrás, ahora todo lo que podía ver eran pasos decididos y una musculosa espalda que pertenecía al único lobo en ese sitio al que Tae podría permitirle tomar el control en ese instante. Seguía opinando que la manera de luchar de los sureños no era la mejor del mundo, pero si su padre descubría que se había enfrentado a un lobo que actualmente los guardianes norteños se encontraban buscando… Prefería evitar cualquier posible conflicto en definitiva.
Jeon Jungkook olía a decisión, a valentía y quizás también a lobo kamikaze a punto de cometer una enorme locura, pero de alguna manera Kim Taehyung se sentía plenamente seguro de seguirlo sin que alguna duda se abriese paso en su mente para obligarlo a frenar.
-Mantente a un solo paso de distancia. ¿Entendido? - Jungkook frenó su avance decidido, asegurándose de obtener un asentimiento por parte del hijo de los Kim.
Taehyung asintió rápidamente y estiró su mano hacia Jungkook, el lobo sureño le devolvió una mirada atenta antes de entrelazar sus dedos con fuerza. Fue entonces cuando los dos comenzaron a caminar hacia la puerta trasera de la casa de los Kim, podrían haberse sorprendido al notar que esta se mantenía abierta después de girar el pomo de la misma, pero estarían mintiendose a sí mismos porque los dos eran conscientes de que en aquella casa ocurría algo.
-”Entremos.”
Jungkook se sintió paralizado por un par de segundos, sentir la voz de un alfa en su cabeza en su forma lobuna era una cosa pero percibirla mientras ambos se mantenían en forma humana iba contra las leyes del sur. Fue un cosquilleo alarmantemente placentero en el que pudo distinguir desde los nervios de Taehyung hasta la propia velocidad con la que el corazón de este latía. Llenó su cabeza e hizo que sus instintos de alfa afloraran como si el hijo de los Kim hubiera tocado todos los botones adecuados.
Ningún lobo tenía permitido comunicarse de esa manera con otro mientras ambos se mantenían como humanos, pues se consideraba una intromisión en la mente del contrario y una posible señal de traición. Todos en el sur conocían las historias que hablaban acerca de que aquella había sido la principal manera de comunicación entre deltas que pretendían escapar de la justicia durante los años en los que estos fueron perseguidos y enjuiciados. Durante la purga, tan solo las conversaciones mentales lograron que los amantes pudiesen continuar siéndolo sin que nadie más que ellos mismos lo supieran. Si la gente no abría su boca para mantener conversaciones en alto, entonces significaba que ningún líder podía mantener un control sobre su pueblo. Actos como aquel habían sido considerados como ilegales desde muchos años atrás, aunque eso no significaba que algunos lobos no lo hicieran de vez en cuando. Era imposible descubrirlos más allá de hipótesis, y aún así pocos eran los que se atrevían a romper la rígida norma.
Se trataba de un asunto, en todos los aspectos, tabú. Dos lobos podían hablar entre ellos sin mover sus labios pero de la misma manera lograban trasladarse sentimientos mutuamente a pesar de la distancia si eran lo suficientemente ágiles y habían obtenido una práctica de costumbre en esa materia. Jungkook era consciente de que él podría contestarle a Taehyung pero nunca al mismo nivel con el que este le había hablado a él, el alfa norteño no solo le había dedicado palabras sino que había abierto un tipo de lenguaje en el que todo aquello que sentía su cuerpo se le trasladaba automáticamente al suyo. Era un pecado para cualquier miembro de su manada, a veces llegaba a perdonarse si se trataba de un error momentáneo llevado a cabo entre parejas legales de omegas y alfas o betas, pero a la par un error fatal que jamás nadie perdonaría si se descubría que sucedía entre dos lobos de clase alfa como lo eran ellos dos. Poderes como aquellos no se usaban tan siquiera en las guardias, solo en su forma lobuna se permitía una comunicación así y siempre que la causa se caracterizase como completamente necesaria. Por eso que Taehyung se metiese en su cabeza lo hizo frenar sus pasos por un instante, era probable que el hijo de los Kim ni siquiera conociese la peligrosidad del acto que estaba realizando con total normalidad. Quizás los norteños lo usaban habitualmente, pero no era así para los Jeon. Y Jungkook lo sintió como una intromisión en su cabeza, a pesar del carácter placentero que le supuso poder conocer cada una de las sensaciones del contrario.
Nadie entre su gente se había comunicado mentalmente con él mientras estaba en su forma humana, ni siquiera sus padres lo hacían. Incluso resultaba una práctica extraña mientras dejaban salir a sus lobos, todos eran conscientes de que usar aquella característica podría servir para que otros los acusasen de traición. Conocía a un par de amigos que decían haberlo usado durante sus celos, para ampliar la intimidad con sus parejas. Amigos que susurraban que aquello se volvía un acto adictivo y por lo tanto un poder que necesitaba del total control por parte del lobo que decidía usarlo.
-No hagas eso de nuevo. - susurró, sus ojos estaban repletos de una advertencia que confundió a Taehyung. - En el sur puede ser considerado como un acto de traición, no te comuniques mentalmente conmigo y mucho menos con otros lobos sureños que no sean de tu entera confianza en nuestra forma humana. - Jungkook se giró por completo hacia el lobo norteño. - Traspasar tus sentimientos de la manera en la que lo has hecho es incluso más grave. Usa tu boca para hablar conmigo o avisame si te encuentras asustado.
-”¿Esto?” - Taehyung dió un paso atrás cuando recibió un gruñido por parte de Jungkook cuando trató de repetir el acto iniciado un par de minutos atrás. - Definitivamente sois extraños los sureños.
Aunque Taehyung no logró encontrar un motivo exacto por el que comunicarse mentalmente sería considerado un acto de traición, decidió aplazar la charla al respecto. Podrían discutir sobre eso más tarde, cuando no estuvieran a punto de entrar en una casa en la que muy probablemente se encontraba un lobo extraño dispuesto a defenderse a sí mismo.
-Está bien, solo… Entremos. - susurró finalmente, señalando la puerta trasera de la casa de los Park.
Taehyung soltó la mano de Jungkook por un instante y decidió aventurarse a caminar delante mientras dejaba que los olores conocidos lo llenasen de una bonita sensación de familiaridad.
-Mantente cerca, Taehyung. - esa vez fue Jungkook quién buscó su mano antes de comenzar a subir las escaleras que llevaban hasta el segundo piso de la casa de los Park.
El corto pasillo los recibió, Taehyung podía recordarse a sí mismo con seis o siete años, corriendo por esa zona de la casa con Jimin mientras colocaban las piezas del tren de manera para que este pudiese bajar por las escaleras hasta llegar a la cocina donde sus padres probablemente se encontrasen tomando chocolate caliente mientras hablaban de cosas aburridas de personas mayores. Las paredes de un color beige claro estaban mucho más vacías de lo normal sin la gran cantidad de retratos que el señor Park se había empeñado en colgar por toda la casa. Retratos en los que Jimin y él aparecían juntos a lo largo de años, desde la ceremonia en la que recibieron su primera marca en el cuello, pasando por su primer día en la pequeña escuela del poblado Yook y hasta sus últimas fiestas en el lago junto a sus otros amigos antes de tener que mudarse. Al señor Park siempre le había gustado la fotografía, por eso su cámara lo acompañaba para inmortalizar cada momento de importancia para Jimin. Y los momentos de importancia para Jimin a menudo también eran momentos de importancia para Taehyung. Siempre había sido de ese modo.
Nuevamente sus pasos se pusieron por delante de los de Jungkook y no supo distinguir exactamente cuando sus movimientos fueron lo suficientemente rápidos como para comenzar a tirar de la mano de este. Aquella casa era importante para él porque le había regalado algunos de los momentos más importantes de su vida. Agradecía cada día que sus padres hubiesen construido su hogar a tan solo unos pasos de distancia del de los Park.
-Taehyung. - Jungkook susurró, haciéndolo parar justo delante de una puerta que se encontraba entreabierta. - Aquí, frena tu carrera.
Una mirada compartida y dos respiraciones después los dos empujaron la puerta de la habitación que había pertenecido a los padres de Jimin. Taehyung tomó un poco de aire, notando el olor familiar a sandía que tan solo recordaba haber olido antes en la familia… No tuvo tiempo de pensar, una sombra llegó hasta ellos justo en el instante en el que Jungkook alzó su brazo para frenar un golpe fuerte que terminó con ambos levemente encogidos y los gruñidos de tres alfas alzándose sobre los relámpagos de la tormenta de verano que estaba teniendo lugar en el exterior.
-Espera… ¿Kim? ¿Kim Taehyung?
Taehyung apartó un poco a Jungkook, percibiendo la posición defensiva que el alfa sureño había tomado ante él.
-¿Jung Hoseok? - su voz sonó casi relajada. - ¿Qué haces entrando a escondidas en la casa de los Park?
-Yo soy el que debería preguntar eso, estoy haciendo mi maldita guardia. - Jungkook bajó sus manos, llevando la mirada hacía Taehyung hasta que este asintió levemente. - He escuchado ruido y he venido, tu padre me alertó sobre la presencia de un lobo poco amigable por la zona. ¿Qué mierda haces con un sureño aquí?
-”Te sorprenderías si te cuento la historia”.
-”Tengo tiempo amigo, puedes empezar a hablar.”
Por supuesto, olor a sandía. Solo podría tratarse de un Jung. Estaban jodidos.
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Holiiiii!!!
Justamente he acabado de escribir el capítulo ahora y no me he podido resistir a subirlo. Espero que os haya gustado baes, dejadme vuestras opiniones o hacedme saber si os esperabais a Hoseok en la casa de los Park.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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