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Capítulo 13

(No hay separadores porque Wattpad me está haciendo la vida imposible. Trataré de añadirlos en una o dos horas.)



"Me deja sintiendo mareos, cariño. Parece que estoy encerrado en la profundidad de la realidad onírica. Me hace dar vueltas y me vuelve loco. Parece que soy como la luna a mediodía."

Heartbeat
(BTS)








A pesar de que el cielo sobre su cabeza era el mismo que en la zona norte de la montaña, incluso eso le parecía diferente a Jimin y Taehyung. Mientras se encontraban acostados sobre el césped de la parte trasera de la casa del lobo Kim, no visualizaban ninguna copa de árbol dificultando la tarea de encontrar las estrellas más brillantes.

-¿Estás seguro de que no llevaba ninguna marca de nacimiento en su cuello? - Jimin se giró hacia su mejor amigo, curioso ante la historia que este le había contado acerca del lobo con el que se encontró durante la mañana. - ¿Ni siquiera una pequeñita?

-Estoy seguro, Jungkook estaba ahí y tampoco pudo ver ninguna marca. Papá todavía no ha regresado desde que se lo contamos, me temo que han ido en su búsqueda y será horrible si los guardianes sureños se enteran de su presencia en montañas que ahora los dos clanes compartimos.

Taehyung apoyó los codos contra el césped verde y suspiró levemente, Jungkook se había marchado a su casa como siempre lo hacía cuando el fin de semana se acercaba y ahora se encontraba solo enfrentándose a la expectación de lo que podría ocurrirle al lobo que los dos vieron. Quería preguntarle sobre la manera de actuar que él pensaba que tendría su prima ante una amenaza norteña, porque incluso si este había prometido apaciguar y allanar el terreno para ese lobo... Taehyung no creía que pudiese tener demasiada fuerza ante la decisión de una líder, sin importar que los dos se hubieran criado juntos dentro de una misma familia.

-¿Crees que tendrá cachorros? Has dicho que parecía proteger algo, puede que su pareja y él hayan tenido cachorros. Ya sabes lo estúpidamente protectores que pueden ser los padres alfa, probablemente tú también lo serás algún día.

Taehyung sonrió, regresando la atención a su amigo para dejar escapar un bufido.

-Todos los lobos son protectores con sus hijos, se le llama instinto. Además, los omegas no se quedan cortos en esa tarea Jiminie. - Taehyung golpeó levemente el brazo de su mejor amigo. - No hables como un sureño solo porque tengamos que vivir aquí, no hay un solo lobo decente y cuerdo que no quiera proteger a sus descendientes.

-Entonces... ¿Crees que pueda tratarse de cachorritos? - los ojos de Jimin se iluminaron un poco, como hijo único siempre había soñado con la idea de tener hermanos pero el trabajo de su madre dificultaba las cosas en cuanto a cuestiones de tiempo. Sus padres siempre le hablaban acerca de lo difícil que en realidad había sido tenerlo a él y lograr una relación familiar estable en la que los tres pudieran compartir momentos especiales sin que el trabajo se pusiera de por medio más veces de las necesarias.

Por eso soñaba con una gran familia, cuando encontrase a la persona adecuada y su trabajo le permitiese cierta estabilidad, desearía tener al menos dos pequeños cachorros para alegrar sus días. Los tendría en el norte si las cosas iban bien, o en el sur si con el paso de los años esa zona de la montaña comenzaba a hacerse con su cariño. En realidad, ni siquiera importaba del todo donde pero ansiaba algo tranquilo y lleno de amor cómo lo que sus padres le habían dado a él.

Quería que sus pequeños pudieran recorrer los mismos montes en los que él aprendió a aullar al lado de su mejor amigo y le gustaría que de la misma manera los Park y los Kim siguiesen manteniendo sus casas a solo algunos pasos de distancia. Sería realmente bonito ver a sus hijos llamar a los de Taehyung desde la ventana de sus habitaciones como él lo había hecho tantas veces, de esa manera podría enseñarle a usar vasos de papel unidos por un hilo para imitar teléfonos y por su puesto ansiaba verlos aprender a nadar en el lago durante el verano como ellos y todos los lobos de su edad habían hecho en el pasado.

Sin que la clase o su fuerza de lobo importase. Sin nadie que pudiera llamarlos deltas si por casualidad alguno de ellos se presentaba como alfa y se enamoraba de otro.

-Quizás, no podemos saberlo porque solo lo vimos a él. - mencionó Taehyung. - Pero estaba herido, eso debe significar algo.

Taehyung era diferente en ese aspecto, quería cachorros en algún momento pero no soñaba con ellos del mismo modo en el que Jimin lo hacía. Para el mejor amigo del omega, no había posibilidad alguna de tener descendencia si la paz no reinaba en la montaña de una buena vez por todas.

Sabía que existía la posibilidad de que el lobo que Jungkook y él habían visto estuviese protegiendo a sus cachorros, pero no había nada salvo suposiciones que pudiera probar la más mínima señal al respecto. Lo único cierto es que ellos tan solo vieron a un alfa albino con patas ensangrentadas y colmillos afilados. Ni rastro de sus hijos en caso de que quisiese proteger a sus cachorros.

-Es... extraño. Los Jung llevan ejerciendo de guardianes durante generaciones. ¿Cómo se les ha podido escapar un lobo iracundo cerca de uno de los poblados más cercanos a la frontera? Durante las guardias de mi madre esa era una zona obligada, todos los guardianes saben que al menos una persona debe vigilarla.

-Eso era antes de la unión. - Taehyung se encogió de hombros. - Se supone que con la alianza que el líder Yook y la líder Jeon han hecho, la frontera ya no supone un punto de riesgo. Aunque si quieres saber mi opinión, con todos los lobos sureños de pensamiento sumamente tradicional dudo que sea seguro que puedan caminar libremente cerca de familias de alfas, la unión es muy reciente todavía.

-Aún así, es una zona que nunca había dejado de tener vigilancia.- Jimin insistió, conociendo por la boca de su propia madre lo importante que era tener las entradas cubiertas para evitar enfrentamientos con posibles enemigos.

-Sigue habiendo vigilancia por la propia seguridad de quienes viven o se están mudando al norte, pero no tanta y desde luego no dirigida a posibles ataques desde el sur de la montaña. Ni de lejos con la misma potencia que antes, incluso Jungkook se sorprendió ante el hecho de que ningún guardián apareciese para comprobar quienes estaban acercándose a las antiguas casas de los guardianes altiorem del norte y al menos la familia Jung sigue residiendo en esa zona. Una familia que no suele cometer errores en cuestiones de mantener la seguridad como principal objetivo. - Taehyung colocó las manos tras su nuca y se dejó caer sobre el césped de nuevo, tratando de disfrutar la leve brisa veraniega que la noche les proporcionaba. - Incluso si la mayoría de casas en esa zona ahora están vacías, todavía hay guardianes y familias allí. Tienes razón de alguna manera al sospechar del hecho de que ni siquiera viéramos a un solo guardián.

Jimin asintió, imitando el gesto de su amigo al poner él también las manos tras su nuca.

-Hay muchas cosas que no sabemos sobre lo que supone la unión, nos han dicho que podemos movernos libremente por la montaña y que ya no habrá fronteras... - Jimin mantuvo los ojos sobre el cielo nocturno. - Están construyendo un puente que unirá nuestros territorios a través de un río que siempre había sido sinónimo de zona peligrosa y ni siquiera nosotros, siendo hijos de los guardianes, sabemos cómo las guardias funcionarán de ahora en adelante. La mayoría estamos en la zona neutral pero lo que se ha llamado zona neutral es el sur en resumen. ¿No te asusta el hecho de que el norte pueda estar confiando demasiado en la unión? Son nuestros padres los que se han mudado, la gran mayoría de guardianes norteños están ahora en el sur y si ocurriese algo, un ataque inesperado hacia nuestro clan... Bueno... Habéis comprobado que podría existir la posibilidad de que lo hagan impunemente si ningún guardián está presente para defender la zona. Eso da miedo.

Taehyung asintió rápidamente.

-Tienes razón, no me había parado a pensar en ello de esa forma pero ahora que lo has dicho es aterrador. - asintió con la cabeza. - Nos hemos pasado toda nuestra vida aprendiendo que debíamos evitar el sur y a su gente, pero ahora estamos confiandoles todo a pesar de que sabemos que la mayoría de lobos sureños no nos aceptan ni parecen dispuestos a hacerlo.

-Llámame cuando tu padre llegue a casa, si te enteras de algo me gustaría saberlo. Y si puedo sacarle alguna información a mi madre me encargaré de decírtelo también, ¿okay?

-Okay.- Taehyung hizo chocar su puño con el de su mejor amigo y forzó una sonrisa, incluso si su mente seguía centrada en el lobo que Jungkook y él habían visto esa mañana.

Mientras Jimin se levantaba para sacudirse algunos rastros de césped seco de la ropa, el sonido de la puerta de su casa llamó la atención de ambos.

-Creo que tu padre ha vuelto. - Jimin posó los ojos sobre la mirada brillante de su mejor amigo. - ¿Quieres investigar un poco?

Taehyung asintió y se levantó rápidamente de la zona en la que había estado tumbado durante la última hora.

-Vamos. Creo que podré sacarle algo a mi padre si hago las preguntas adecuadas.

(***)

Jungkook se vió obligado a olisquear la camiseta que llevaba antes de animarse a entrar en la casa de sus padres. A pesar de que había entrenado tras regresar de su pequeña excursión al norte con el hijo de los Kim, todavía sentía el olor de este fuertemente impregnado en él y sabía que dicho olor podría ocasionar ciertos problemas si al menos uno de sus progenitores se encontraba en el interior de la casa.

-Maldita sea, Taehyung. - Jungkook suspiró y envolvió la camiseta antes de guardarla en su mochila e intercambiarla con alguna de las prendas de deporte que usaba durante la semana en los entrenamientos con el señor Kim.

Sus pasos fueron lentos hasta finalmente obtener el atrevimiento necesario para cruzar la entrada y caminar con prisa hacia las escaleras. El olor a su hogar en cierta forma logró que su lobo se sintiese un poco más tranquilo tras un día completo en el que lo había notado arañar su interior a cada maldito instante.

-¿Tienes hambre, hijo? - su madre asomó la cabeza por la puerta del salón antes de que logrará subir más de tres escaleras seguidas. Sinceramente, a veces Jungkook se preguntaba si esta no había entrenado sus sentidos de audición junto a guardianes de alta categoría.

-¿La cena ya está lista? - Jungkook pudo olisquear el delicioso aroma a pollo al limón desde su posición. - Nunca cenamos tan temprano.

Por norma general esperaban hasta que su padre regresaba a casa para cenar los tres juntos, las noches de los viernes eran así desde que Jungkook tenía memoria pero ahora se había vuelto incluso más normal debido a que se pasaba gran parte de la semana en la cabaña de los Kim, con el objetivo de mejorar para poder convertirse en un gran guardián altiorem.

Su madre sonrió antes de mover su mano animandolo a subir a su habitación. Si esta había notado el olor de Kim Taehyung en él, no dijo una sola palabra al respecto.

-Tu padre tendrá una reunión con el consejo de sabios y quiere comer algo antes de irse porque le han mencionado que no será nada rápido, sube a ducharte. - de nuevo las manos de su madre le hicieron una seña para animarlo a subir. - Solo le falta un cuarto de hora, la cena estará servida pronto y será mejor que la disfrutes caliente porque es tu receta favorita de la abuela. Solo ve, debes estar cansado tras una semana de entrenamiento.

Jungkook no se negó a obedecer, generalmente se habría tomado la libertad de vagar por el salón de la casa o robar algunas patatas asadas antes de que su madre quitase el pollo del horno, haciéndola protestar e esquivando sus ataques cariñosos cada una de las veces que esta trataba de alejarlo con algún paño de la cocina con la sonrisa sobre su boca y ojos. Pero ese día temía que el olor que él sentía impregnado en cada parte de sí mismo pudiese ocasionar algún tipo de problema. Su padre no había estado siendo más receptivo de lo normal con respecto a los norteños, de hecho el odio de este parecía crecer a cada semana que pasaba y a cada instante en el que la unión comenzaba a establecerse como una rutina a la que todos en la montaña deberían acostumbrarse tarde o temprano por el bien común.

-No tardaré. - sosteniendo la mochila en su hombro Jungkook correteó hacia su habitación. Hacía tiempo que quería encontrar una casa para sí mismo, pero sus padres le habían pedido que se mantuviese con ellos hasta su ceremonia de iniciación como guardián altiorem, sabían que después de eso él tendría poco tiempo para dedicarlo a la familia. Así que ahí se encontraba, frotando sus brazos con el preciado jabón vegetal de almizcle natural de su madre e intentando que el olor a norteño de su piel pasase desapercibido tras la rápida ducha porque le preocupaba un reclamo por parte de su progenitor.

Fueron diez interminables minutos en los que se preguntó en silencio el motivo por el cual el olor del hijo de los Kim era tan sumamente pegadizo y variado. Había llevado la ropa de este, eso era cierto, pero también lo era que convivía con él y sus padres en la cabaña por cuatro o cinco días cada semana y esa era la primera vez en la que realmente sentía que había sido prácticamente envuelto en el aroma del norteño.

Jungkook se pasó la toalla por el cabello azabache mientras salía del baño y se aseguró de vaciar por sí mismo la mochila en la que todavía se encontraba enrollada la camiseta de Taehyung.

-Mamá, pondré la lavadora. Mañana quiero salir a correr y necesito que la ropa seque durante la noche. - con el cabello goteando todavía un poco, Jungkook atravesó el salón en el que su padre se encontraba leyendo algunos documentos y prácticamente correteó hacia el cuarto de la colada. - ¿Qué detergente sueles usar?

La señora Jeon se acercó hacia la puerta del cuarto de la colada, todavía llevaba las manoplas de cocina en la mano y su familiar aroma hizo sonreír a Jungkook tras casi una semana sin verla por más de un par de horas al día. Llevaba el largo cabello azabache recogido en un moño y uno de esos vestidos de lino blanco que tanto parecían gustarle, él se encargaba de regalarle al menos dos o tres nuevos siempre que la época de calor llegaba.

-¿Qué es lo que quieres lavar? ¿Tu ropa de deporte?

Cuando su madre dió un paso hacia delante para revisar su mochila, Jungkook la apartó casi en forma de acto reflejo.

-Mamá, ya es hora de que aprenda a hacerlo bien por mí mismo. Si todo va bien en Octubre podré encontrar una casa y me iré a vivir por mi cuenta.

-Bueno, tu ropa de deporte suele ser negra casi siempre así que puedes usar el detergente líquido. Si hay algo de color te recomiendo el detergente en polvo, ¿estás seguro de que quieres hacerlo por tí mismo? - su madre ignoró el detalle de que prácticamente le había arrancado la mochila de las manos y se acercó para acariciarle el cabello con ese cariño que Jungkook tanto adoraba. - ¿Es por el olor? Sé que no quieres que tu padre cause algún conflicto con tu nuevo entrenador, pero no tienes que esconderme cosas a mí. Tendrá que acostumbrarse al hecho de que ahora norte y sur somos parte de un mismo clan, tu prima está trabajando duro por ello a pesar de lo difícil que el consejo planea ponerselo todo.

Y Jungkook se rindió. Tuvo que hacerlo porque su madre siempre parecía saber mejor que nadie lo que le ocurría, incluso cuando él no abría la boca para decirle una sola palabra.

-¿No apesta a norteño? Taehyung ha tenido que dejarme algo de su ropa esta mañana y... - Jungkook susurró, sacando de su mochila la camiseta interior que Taehyung le había prestado junto a la camisa de cuadros. - No he podido deshacerme del olor en todo el día, incluso después de haber entrenado.

Su madre tomó las prendas de sus manos y olisqueó levemente.

-Huele un poco al norte pero tu olor es predominante, supongo que influye el detalle de que has estado entrenando. - la señora Jeon se encogió de hombros antes de depositar sin prisa la ropa de Taehyung en la lavadora. - No creo que apeste, es el olor de mi hijo a pesar de que haya un poco de... ¿Qué es? ¿Fresas y vainilla?

-Frambuesas y magnolias. - Jungkook corrigió.

-Frambuesas... Me gusta el sabor de las frambuesas y las magnolias son especialmente bonitas durante la primavera, solía haber muchos árboles repletos de ellas en nuestros bosques antes de que los incendios lo destrozaran todo. - su madre le sonrió. - De todos modos no importa, sigue siendo el olor de mi hijo con un toque dulce del norte. No hay nada que me haga daño en eso, no tienes que ocultarlo incluso si temes la reacción de tu padre. Soy una omega, mi humor no es tan huraño como el vuestro.

-No soy huraño. - Jungkook se encontró a sí mismo dejando escapar un puchero de sus labios.

-Por supuesto que lo eres hijo, vosotros los alfas soléis serlo casi todo el tiempo.

Jungkook no quitó el puchero de los labios durante al menos algunos segundos, mas se mantuvo observando la lavadora y la ropa de Kim Taehyung en esta. ¿De verdad su madre no lo olía con la misma intensidad que él? Ese aroma lo había ahogado durante gran parte del día.

(***)

Con la tranquilidad de que el peligro del aroma de Taehyung no era tan grave como él había pensado, Jungkook se sentó en la silla que siempre ocupaba durante la cena y observó a su padre. Este parecía apurado, lo que le hacía preguntarse qué clase de reunión tendría el consejo territorial esa noche.

-¿Es una reunión importante? - Jungkook nunca se había tenido que preocupar por las preguntas, a su progenitor le gustaba obtener interés por parte de su hijo y tendía a mostrarse realmente orgulloso en cada una de las veces que él le dedicaba un par de minutos para escuchar atentamente.

En silencio se preguntaba si dicha reunión tendría algo que ver con el lobo que Taehyung y él habían interceptado durante la mañana, aunque el señor Kim parecía reticente a avisar a los guardianes sureños desde el primer instante, tal vez no le quedó más remedio que hacerlo tras su investigación. Fuera como fuese, Jungkook sentía una enorme curiosidad al respecto de la que no podría deshacerse hasta obtener su respuesta.

-Oh, el señor Cha ha organizado una reunión para hablarles a los miembros del consejo acerca de las situaciones positivas que tendría nuestra parte de la montaña si no nos unimos a esos norteños. Las cosas nos han ido muy bien, si no hubiese sido por los incendios probablemente habríamos logrado un buen lugar en el negocio de la venta de madera. Con esos idiotas imponiendo sus normas, no podremos talar ni un solo árbol para su posterior venta sin pedir permiso antes. ¿De dónde quieren que saquemos el dinero? No podemos vivir como humanos, dependemos de negocios que no dejen completamente expuesta nuestra naturaleza. - su padre dejó a un lado el plato de comida y lo miró. - Algunos chicos se convierten en guardianes pero otros salen de nuestra montaña para obtener estudios y después transmitirlos, sería demasiado arriesgado dejar que se relacionen con humanos si las sospechas empiezan a crear rumores sobre nosotros de nuevo.

Pero los Jeon habían creado la mayoría de rumores con un único objetivo, Jungkook no se lo mencionó a su padre mas sí lo pensó. La mayoría de rumores habían sido creados por ellos debido al miedo que les causaba la intromisión humana en sus montañas. Los poblados eran suyos por derecho pero no el resto del bosque.

-Gran parte de los lobos que deciden seguir su propio camino para obtener enseñanzas más allá de las que le pueden aportar nuestros senex, deciden quedarse entre los humanos y convivir con ellos. - sin embargo fue sincero con respecto a eso. - A veces creo que necesitamos ampliar nuestra visión de futuro papá, estamos encerrados en nuestra montaña con una guerra que parece eterna. Quizás la paz sea el primer paso para seguir avanzando.

-Y precisamente por eso debemos imponer nuestra forma de ver el mundo sobre la que los Yook tienen, han llegado con la idea de que podrán hacernos volver a las cavernas pero no dejaremos que eso ocurra. - su padre estiró uno de sus dedos para señalar el salero sobre la mesa, y Jungkook lo alcanzó para este. - Desde hace años el negocio de la madera nos ha dado una coartada razonable para vivir en el interior de la montaña y a la par tener toda la tecnología de la que esos humanos disponen. Nuestros coches, casas, incluso los postes de la luz que se instalaron cuando yo era solo un adolescente... Todo eso ha llegado gracias a nuestro duro trabajo para mantener nuestra naturaleza en secreto sin eliminar por completo el factor de comercio.

Pero los Yook también lo habían logrado, ahora Jungkook sabía eso y sabía que estos no eran los cavernícolas que todos los sureños se imaginaban. Los norteños tenían casas bien construidas, generadores de electricidad que iluminaban sus hogares durante todo el año e incluso paneles solares con los que abastecerse sin la necesidad de salir de la montaña más de lo necesario. Era cierto que las televisiones, teléfonos u ordenadores no eran tan necesarios para ellos como para los Jeon, pero vivían bien de todos modos.

-Espero que la reunión fluya del modo en el que esperas, cariño. - su madre se encargó de interrumpir la frase que él estaba a punto de decir, de nuevo mostrando su enorme capacidad para predecir posibles problemas. Un debate así no sería posible en su casa, por mucho que Jungkook supiese ahora que vivir bien sin la explotación de madera, era posible. - El señor Cha siempre ha querido lo mejor para nuestra manada.

Su padre asintió, una enorme sonrisa posándose sobre su rostro mientras apuraba su vaso de cerveza.

-Irá bien, la mayoría de miembros del consejo se niegan a permitir que los Yook destrocen nuestros negocios. Hay mucho dinero de por medio, los Jeon ya no somos un clan de lobos nómadas que se mueve de un lado a otro de la montaña para poder sobrevivir. Tenemos poder, lo tenemos desde hace mucho tiempo e incluso los humanos saben que esta montaña tiene dueños gracias a nosotros. - su padre sonrió con una expresión de orgullo asomándose a sus ojos. - Por eso deberían ser los Yook quienes acaten nuestras órdenes, después de todo son ellos quienes tienen a un débil omega como líder.

Jungkook bajó la mirada hacia su plato y alcanzó un poco de pollo, su mente estaba perdida en lo que el señor Kim les había contado esa mañana a Taehyung y a él sobre la última purga de deltas. Después de algunas semanas conviviendo con esa familia le resultaba inevitable comenzar a pensar que tal vez matar a todos esos lobos había sido una decisión tremendamente equivocada, ni siquiera le servía como excusa el hecho de que había sucedido hace gran cantidad de años. En algún momento los Jeon fueron asesinos, y mientras él viviese le gustaría compensar todo el sufrimiento que alguna vez sus antepasados provocaron. Por el honor de su apellido y familia.

-Padre. - Jungkook susurró.- ¿No es acaso egoísta pretender que todo nuestro clan regrese a una guerra que nosotros nunca iniciamos pero hemos seguido sin tan siquiera cuestionarnos el motivo?

Su progenitor posó el vaso de cristal con fuerza sobre la mesa.

-¿Acaso esos Kim te han estado metiendo ideas absurdas en la cabeza? ¿No sabes por qué se inició una guerra con los norteños acaso? Lo sabes desde el día en que te sentaste a escuchar a tu senex por primera vez. ¿Qué te hemos enseñado toda la vida Jeon Jungkook?

Que los Yook no respetaban la pirámide estamental de clases, que eran lobos que iban en contra del sentido común de las cosas y que atentaban contra la propia idea de vida que la Diosa Luna les había regalado. Eso era lo que le habían enseñado sus senex así como su propio padre, y quizás Jungkook no hubiese llegado a cuestionar tales afirmaciones si no fuese por la amabilidad con la que los señores Kim lo habían acogido entre las paredes de su cabaña.

No podía imaginar a los padres de Taehyung atentando contra nada, ellos parecían tener un amor mucho más profundo que el de sus padres. En esa casa el factor de superioridad alfa no existía aún cuando los tres miembros de la familia lo eran, y aunque era extraño también le permitía sentirse un poco más relajado a Jungkook.

-Yo... Solo estaba pensando en que no me gustaría que mis descendientes se quedaran encerrados en este conflicto de nuevo. Quiero una montaña pacífica y tranquila para mis futuros cachorros. - Jungkook no levantó la mirada, podía percibir el enfado en el aroma de su padre. - Solo eso.

-¿Y te gustaría que mis futuros nietos sean unos malditos sodomitas en el caso de que se presenten como alfas y alguien les diga que no pasa nada si se meten en la cama de un lobo de su misma clase?

No lo sabía, a esas alturas realmente Jungkook no sabía la respuesta pero suponía que quizás no. Tal vez él quisiera para sus hijos alfa una vida común en la que ninguna persona podría meterse con el único objetivo de lastimarlos, como le sucedía a los deltas que habían llegado desde el norte. Al igual que la querría del mismo modo si sus hijos se presentasen como omegas o betas.

Puede que solo quisiera verlos felices y a salvo sin importar nada más. Era consciente de lo descabellados que eran sus pensamientos, pero últimamente eso parecía ser lo único que le importaba.

-No lo sé, padre. - susurró. - Solo sé que quiero que sean felices sin tener que medir fronteras por la cercanía al norte cuando empiecen a explorar nuestro territorio. Y quiero que si en alguna ocasión algo les sucede sea por culpa de un accidente sin importancia, no debido a una guerra en la que ellos no tuvieron nada que ver.

-Hijo... - su madre intentó hablar, pero fue rápidamente detenida cuando su progenitor negó con la cabeza.

-No lo sabe... Tu hijo se atreve a dudar en un aspecto tan importante. - una risa agria se escapó de la boca del señor Jeon. - Si quieres la felicidad de nuestros descendientes, reza a la diosa Luna para que no nos castigue por haber permitido que deltas entren en nuestra parte de la montaña. Espero que cuando vuelva a casa hayas pensado bien sobre esas tonterías que los Kim te han metido en la cabeza, hablaré con tu prima Joy seriamente al respecto. Hasta hace poco mi hijo nunca habría respondido de esa manera a la cuestión de lo que pasaría si uno de sus descendientes resultase ser delta.

Hasta hace poco... Bueno, hasta hace poco Jungkook tampoco sabía que podría relacionarse con deltas sin sentir náuseas o la sensación de que ellos desprendían aroma a muerte. Eso le habían enseñado, pero por suerte o desgracia ahora era consciente de que en el caso de al menos una familia delta el olor distaba bastante de lo desagradable.

-Pensaré en ello, padre.

Y lo hizo. Ese fin de semana Jeon Jungkook no pudo quitarse a Kim Taehyung de la cabeza, de la misma manera en la que no logró deshacerse del aroma de este a pesar de su empeño en seguir usando el jabón de almizcle natural de su madre tres veces al día como mínimo.






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Hii!!

Nuevo miércoles y nuevo capítulo a pesar de que Wattpad lleva más de una hora haciéndome imposible la tarea de actualizar.

Espero que os haya gustado baes, pronto podréis ver más sobre el lobo que Tae y Kook se encontraron en su visita al norte.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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